Tengo Sed de Ti

By DanitzaIbaez

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Venganza, eso es lo único que pasa por mi mente. Juré venganza, se lo juré a mi madre, que vengaría su muerte... More

Prólogo
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 04
Capítulo 05
Capítulo 06
Capítulo 07
Capítulo 08
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22( maraton 1/2)
Capítulo 23 (Maratón 2/2)
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32 (+16)
Capítulo 33: Especial Bee
Capítulo 34
Capítulo 35 (+16)
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46 - "El final" (1/2)
Capítulo 47: "El Final" (2/2)
Aviso
Tengo Sed de Ti - II
¡CORRAN!
Tengo Sed de tu Amor

Capítulo 21

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By DanitzaIbaez

Mi mente divagaba entre los miles de recuerdos que se pasaban por mi cabeza. Mi cuerpo estaba quieto quizás porque sabía que si hacía movimiento alguno, mis piernas temblarían y no serían lo suficientemente fuertes como para sostenerme. Sentí una corriente fría que me recorrió de pies a cabeza y que se extendió hacia mis manos, mis dedos trataban de moverse pero mi cerebro no dirigía esa información, tenía la mirada perdida en el cielo oscuro y gris que me decía que pronto iba a llover a pesar de aún ser muy temprano. Un lejano y extraño zumbido se escuchaba pero no parecía ir de acuerdo con el ruido que hacen los autos al pasar.

- ¡Margaret! - escucho que alguien me llama, pero yo aún sigo sin responder. Mi cuerpo se ha quedado estático parado en la puerta de mi casa, mi ojos se dirigen hacia el suelo donde hace unos segundos me pareció ver a alguien - ¡Margaret!.

El aire se filtra por mi nariz inundando mis pulmones de un frío que me hace temblar, cierro los ojos y la imagen de un niño pequeño de grandes ojos azules y cabello negro ondulado llega a mi. Ambos corremos intentando ver quien llega primero al tobogán que queda en el parque a las afueras de nuestra casa, él me saca ventaja porque es muy hábil y rápido, en cambio yo llevo un pequeño vestido floreado que hace que mis piernas se vean mas flacas de lo que solían ser. Él sonríe y su sonrisa inunda por completo mi corazón, me da un abrazo que me llena de su fragancia y me promete que nunca me abandonara y que siempre estará para mi y para mamá.

- ¡Margaret! - siento un leve empujón en mi hombro el cual me hace despertar de aquel trance al que había caído. Su rostro reflejaba preocupación, y es que yo simplemente aún no puedo asimilar lo que acaba de suceder. - ¿Estas bien?

Lucian escudriña mi rostro tratando de descifrar lo que siento, pero no, no estoy  bien, ese chico, él, él no puede ser mi hermano, no puede.

- Sí- susurré tan bajo que ni siquiera estaba segura de haberlo dicho.

- Debes entrar o te congelarás aquí afuera- habló con preocupación mientras tomaba mi rostro con sus manos e intentaba calmarme con aquella caricia.

Mi mirada estaba perdida, tenía un hueco en el corazón tan grande que dolía, dolía con cada segundo que transcurría.

- ¿Dón...de está? - inquirí.

- Lo lleve adentro, esta ardiendo en fiebre - asentí y entre a la casa, la calefacción me golpeó directo a la cara y agradecí la ola de calor que llenaba el lugar.

Mi cuerpo se estremeció al ver al hombre que decía ser mi hermano con el cuerpo tembloroso y lleno de sudor, sus labios completamente resecos y sus párpados se apretaban fuerte al cerrarse como si estuviera sufriendo por dentro. No podía, no podía verlo así, me negaba a creer que aquel chico era mi hermano, algo dentro de mi se estaba quebrando, y dolía como los mil demonios.

- Maggy - su boca pronunciaba mi nombre entre delirios lo cual sólo lograba quebrarme más y más. Di unos pasos y me agache para estar a su altura, él estaba echado sobre el sofá de mi sala, apenas entraba en este ya que era muy alto y grande.

Las yemas de mis dedos apenas y tocaron su rostro, el cual estaba ardiendo como el mismo fuego, podía ver las gotas de sudor alrededor de su frente y su cuello, su pecho aún subía y bajaba con irregularidad.

- Maggy.. - volvió a repetir.

- Shh... ya.. estoy aquí- acaricie su frente y su cuerpo se tensó ante mi tacto.

- Margaret - Lucian entro a la sala con un vaso con agua fría y un paño mojado pero al ver mi rostro se detuvo en seco. Me levanté del suelo y camine hacia él, tome el vaso y el paño y me gire para ir devuelta a mi sitio pero él me detuvo.

- Tu ... estas .. - pasó uno de sus dedos por mi mejillas y me sorprendí al sentir algo húmedo sobre estas. Toque mi rostro y me di cuenta que estaba llorando, cerré los ojos para que Lucian no me viera, pero ya era tarde, me había visto vulnerable y tan débil, odiaba que me vieran llorar, lo odiaba tanto. - No tienes por qué avergonzarte.

Baje la mirada y camine hacia donde estaba aquel chico, humedecí aún más el pañito y lo coloque en su frente con la esperanza de que eso ayude a bajarle la temperatura.

Limpie mis ojos  llorosos con el dorso de mi mano, y camine hacia mi baño sin dirigirle la mirada  a Lucian. Cerré la puerta con fuerza y apoye mi cabeza en ella dejando salir el jodido nudo que tenía en la garganta, las lágrimas caían sin cesar y mis sollozos salieron involuntariamente, me deje caer sobre el suelo mientras recordaba a mi pequeño hermano.

¿Es que acaso podía ser él? ¿Acaso por fin la vida se apiadó de mi, y me devolvió algo de esperanza?

¿Cómo podría saber si en verdad era él? Tenía un dolor constante en el pecho, como si sintiera su dolor, es lo único que me dice que no estoy equivocada, es lo único que me da esperanzas.

Me levanto del frío suelo y apoyo ambas manos sobre el lavado, ver mi reflejo en el espejo es algo desastroso, tengo la cara completamente roja y los ojos relativamente hinchados. Cojo agua en mis manos y refriego mi cara, la fría temperatura me hace despertar del estado zombie en el que estaba.

Salgo del pequeño baño del primer piso y me dirijo a la sala. Puedo ver que Lucian esta apoyado sobre la pared de color humo de mi sala, su mirada esta plenamente dirigida hacia el joven que esta ahí echado.

- ¿Có..cómo esta? - le pregunto, la voz se me quiebra inevitablemente. Lucian alza su rostro e inspecciona el mio.

- Ya dejó de delirar y de temblar, encontré una manta.

- Gracias - sonreí con timidez sin poder creer que ese vampiro al que decía odiar ahora se comportaba de esa manera conmigo. No puedo negarlo aún siento esa sensación de rechazo contra los vampiros, pero él, él me ha enseñado que no todos son iguales, sus besos y caricias han calmado los temblores y desastres que se avecinaban dentro de mi, él, sin proponérselo ha sido mi calma, mi freno, quizás gracias a él, el dolor y el vacío constante que siento en el pecho ya no se sienten como si golpearan día tras día.

Camino hacia aquel sofá donde está ese chico recostado, ahora luce mas calmado, el sudor de su frente se ha desvanecido. Puedo notar con mas claridad las pecas que rodean el contorno de su nariz y parte de sus mejillas, las de él son algo mas notorias que las mías, su piel es muy blanca no tiene ningún brillo especial en su rostro ni las mejillas rosadas, pero puedo ver claramente lo delgado que esta, su palidez es notable al igual que se le marcan los huesos de su cuello, sus venas y sus pómulos.

- Luce muy mal - digo con un hilo de voz, mi labio inferior tiembla y hago un esfuerzo sobre humano para no ponerme a llorar en estos momentos. Me giro a ver a Lucian y este tiene el ceño levemente fruncido, y entonces caigo en la cuenta de lo confuso que debe ser todo esto para él, jamas le hablé sobre mi familia, jamas mencioné algo acerca de ellos, aunque el recordar sus palabras acerca de que me conoce mas que yo misma, me dice que no esta tan perdido como pienso - Yo.. - paso mi lengua por mis labios al sentirlos resecos - Se que debes estar muy confuso y yo pues ...

- Margaret - su voz sonó fuerte y dura, se acerco a mi y tomo una de mis manos, acarició con sus dedos mís nudillos - No estas obligada a decirme nada, lo que tenga que saber lo sabré cuando tu te sientas lista.

- Pero .. - trague saliva - Tu has hecho todo esto sin siquiera preguntar y la verdad no se como agra...

- Shh - me acerco a él y recosté mi cabeza sobre su pecho, sus largos brazos se enrollaron alrededor de mi cuerpo, a pesar de que todo en él era frío, él sólo toque de su piel con la mía encendía un fuego interno, que quemaba pero que poco a poco me iba acostumbrando. - Lo único que sé; es que la mención de aquel nombre trajo a ti sensaciones encontradas y odio decirlo pero dolorosas.

- ¿Có..cómo lo sabes? - musité en su pecho.

- No lo se, yo... simplemente lo sentí - me aleje un poco de él sólo para ver su rostro, en sus ojos estaba aquel brillo, aquel que me decía que en estos momentos sólo eramos él y yo, el cual me decía que no miraría a nadie mas de esa forma, que hay algo creciendo dentro de él, dentro de su muerto corazón y quizás dentro del mío también.

- ¿Lo sentiste? - inquirí.

- Sí, lo sentí  como si fuese yo él afectado y lo sentí con mas fuerza al ver tus mejillas bañadas en lágrimas - paso su pulgar por el contorno de mi rostro - Odié verte así.

Sonreí tristemente y volví a recostar mi cabeza sobre su pecho e inhale con fuerza su aroma- pase tantos años construyendo mis propios muros, pero ya ves , no sirvieron de nada, fueron tan débiles y mal construidos que se cayeron en tan sólo unos minutos.

(***)

Podía escuchar las gotas de lluvia caer a mi alrededor, pero no quería abrir los ojos aún
Podía sentir el cuerpo de Lucian al lado mío y también sus brazos alrededor de mi cintura. Hasta ahora no podía creer que habíamos cabido en un sólo sofá.

Mis ojos se abrieron en el instante en que escuché unos jadeos, gire mi rostro y Dyla.. , mejor dicho,  el chico que dice ser mi hermano esta sentado sujetando su cabeza en sus manos, trata de dar pequeños masajes a su sien pero al parecer el dolor no cesa.

Me levanto del sofá tratando de hacer el menor ruido posible pero Lucian se da cuenta y despierta. Me acerco sigilosamente a aquel chico y este al verme abre sus grandes ojos azules, tragó saliva y puedo notar lo nervioso que se siente al verme.

- ¿Cómo te sientes? - musité. Él me mira pero no puede pronunciar palabra alguna, mira sus manos que están apoyadas sobre sus rodillas y luego vuelve a alzar el rostro.

- Me..jor - dice apenas audible. Tomo un poco de aire. Y me acerco aún mas a él - Maggy - dice mirándome a los ojos.

Algo se quiebra dentro de mi al escucharlo, es doloroso, doloroso después de tantos años, no puedo creerlo, simplemente no puedo creerlo.

- ¿Quién eres? - le pregunto mirándolo fijamente. Lucian esta parado a mis espaldas, a pesar de guardar silencio puedo sentir su fuerza y la tensión que emana de él.

- Soy... Dylan - tiene los ojos cristalinos como si le costara decirlo o quizás le dolía que yo no le creyera - Se que es difícil de creer pero soy yo..

- ¡No! Dime la verdad ¿¡Quién eres!? - grito histérica y con la sangre hirviéndome. Él me mira y luego mira a mis espaldas, al parecer Lucian entendió la indirecta y sólo desapareció de la habitación.

- No pienso obligarte a que me creas, pero me costo mucho encontrarte y de alguna u otra forma terminaras entendiéndolo - dice mientras agita las manos y trata de que yo entienda todo, es en ese momento en que me percato de un extraño acento en él, uno que sólo lo he escuchado en unas cuantas personas y esas son los Hunter. A veces cuando Lucian habla puedo sentir su leve acento italiano pero por otros momentos sólo desaparece. En cambio en Dylan es mucho mas notorio, con cada palabra que él dice puedo escucharlo y algo en mi duda.

- ¿De dónde vienes? ¿Cómo me encontraste? ¿A qué has venido? - le pregunto sin cesar.

- Vengo de Italia, te encontré por Lauren y he venido por ti - mi corazón se aceleró con la mención de mi desaparecida tía.

¿Acaso ella sabía de esto?

De tan sólo imaginármelo la rabia que intentaba inútilmente contener va creciendo mas y más.

- ¿De que estas hablando? ¿¡De dónde sacas todo eso!? - camino de un lado a otro sin poder creer todo lo que esta pasando.

- ¿Por qué te resulta tan difícil creerlo? - se acerco a mi pero yo retrocedí - Soy tu hermano Maggy, no puedes haberme olvidado.

Entonces las lágrimas comienzan a caer cuando hace mención de eso, puedo ver sus pupilas dilatadas y las venitas rojas que hay a su alrededor.

Dylan, mi hermano, mi pequeño e idiota hermano.

- ¿Por qué? Porque yo vi como te llevaron, yo vi como gritabas por mamá, yo estuve ahí, yo vi a mamá morir, yo sufrí y lleve ese dolor por todos estos putos años, no me puedes pedir que te crea cuando has aparecido de la noche a la mañana - trato de regular mi respiración, pero no puedo, mi pecho subía y bajaba sin cesar y las lágrimas caían como si yo fuera una estúpida y patética fuente - ¡ Yo te creí muerto! No volví a sentir tu presencia, no te busque porque creí que habías muerto, no sentí nuestra conexión de hermanos, ¿me dirás que el lazo se rompió? No, eso no pudo ser así, y lo sabes, al principio sufrí mucho, quizás el doble porque sentía lo mismo que tu, pero luego ya no, luego todo acabo y sólo quedo el jodido vació de perder a mi hermano.

- Maggy yo.. - se quedo callado y se sentó otra vez sobre el sofá con la cabeza agachada como si estuviera meditando mis palabras- Ellos... me torturaron- hablo bajito- por muchos años, ellos me lastimaban, me golpeaban y solían inyectarme una especie de droga - se le quiebra la voz mientras puedo ver con una solitaria lágrima se cae por su ojo izquierdo - No se lo que hicieron pero borraron muchos recuerdos míos, recuerdos de mi infancia, vividas con mis padres y contigo- vuelve a callar- él único recuerdo que tengo presente y que me ha mantenido vivo todos estos años ha sido el tuyo, sólo recordaba tu rostro y también el de mamá, tengo el jodido recuerdo del rostro de mamá bañado en lágrimas - sus mejillas ahora están húmedas por que ya no pudo aguantar mas contener las lágrimas.

Mis sollozos se hacen presentes al recordar a mi madre, la mujer que tanta falta me hace en estos días.

- Viví así por varios años, encandenado en un jodido sótano, donde a lo mucho venían para darme un plato de comida rancia al día y luego drogarme con HBc - me tapp la boca de la impresión al escuchar con que lo drogaban.

Durante la guerra que hubo entre humanos y otras especies, lo humanos buscaron de todas las formas posibles para defenderse y torturar a los vampiros y licántropos. Entre estas armas crearon el HBc que es una droga que utilizaban con vampiros para quitarles sus poderes y al final poder matarlos. Primero la droga invadía por completo tu organismo con una ola de calor inmensa, comienzas a sudar y el ardor que sientes por todo el cuerpo es insoportable, es como si te estuvieran metiendo vivo a una caldera, con el fuego quemando tu piel y haciéndote llagas por todo el cuerpo, luego viene el cambio de temperatura, entras en un trance en el cual sientes que te metes a una bañera con hielo o como si vivieras en el mismo polo norte y estuvieras desnudo, no puedes sentir tus extremidades y el rostro se te comienza a deformar es entonces que viene la tercera fase, donde comienzas a convulsionar como si te diera un jodido ataque, o como si fueras un perro al que le han dado veneno, se te forma una especie de espuma en la boca y te muerdes la lengua hasta sacarte sangre y por último llegas a la última fase y quizas es por esta por la que muchos se vuelven adictos, entras en una especie de coma, con los ojos abiertos, el cuerpo estático, y tu mente volando en otro lugar, en el lugar que tu deseas, es en ese momento en que el HBc entra a tu organismo como una droga normal, muchos dicen que el placer que sientes en aquel instante es indescriptible, es tan fuerte y placentero que deseas quedarte todo el tiempo ahí pero sólo dura 24 horas y es por eso que es una tortura. He visto como tía Lauren aplicaba HBc en pequeñas dosis a algunos vampiros, he visto su sufrimiento, he escuchado sus gritos de dolor, los he visto sangrar y golpearse a si mismos como si fueran animales y estuvieran locos, y he visto a Lauren matarlos mientras entraban a la última fase, en la que parecían estar en coma. Sé lo letal que es eso, y dios no puedo ni imaginarme lo que le podría hacer  a un niño de 11 años.

Lo mucho que ha de haber sufrido, la forma tan despiadada en que lo torturaron. Ahora entendía el por qué de su aspecto, el dolor que veía reflejado en sus ojos cuando relata cada instante de su vida. Lo único que logró fue aumentar el odio que sentía por los vampiros. Debía hallarlos debía asesinarlos uno por uno, sin piedad ni pena alguna. Ellos debían pagar.

-¿Cómo saliste de ahí? - pregunté en voz baja y con la cabeza agachada.

- Lo irónico fue que el mismo hombre que me llevó ahí, fue el mismo que me ayudó a escapar - Aquel cuarto hombre que entro a mi casa con Dylan, quien hizo que me lo arrebataron de una manera cruel y catrastófico. Fue por él que los otros se llevaron a mi hermano, si ese hombre no lo hubiera encontrado mi hermano habría escapado conmigo y no habría sido torturado de aquella forma. Debo encontrarlo debo matar a ese vampiro y a todos los que estén a su alrededor.

- Eso no ayudara a que él se sienta menos culpable - espeté con enojo. El odio que sentía en estos momentos era mas del que podría caber en mi frío corazón. Odiaba a los vampiros, ahora los odiaba mas que nunca.

- Cuando escape, estuve a la deriva ... creo que si no fuera por aquella bruja no hubiese sobrevivido - su mirada estaba perdida en sus recuerdos y lo podía notar por la tristeza de sus ojos- Pase años viviendo con aquella mujer al mismo tiempo en que te buscaba, hasta que apareció Lauren - Se queda callado , luego sus ojos azules me miran - Ella me dijo donde estabas.

- ¿Dónde esta? - inquirí. Pero el negó.

- Yo ...  no lo se - miró a sus manos - Sólo me importaba encontrarte.

Camine de un lado a otro tratando de procesar todo, era algo difícil, temía mucho, temía equivocarme temía que todo esto no fuera real.

Tenía a Dylan aquí, tenía a mi hermano junto a mi, lo podía sentir, podía sentir aquella sinceridad en sus palabras. Era él y aunque era algo irreal, estaba aquí. Lo miré y no pude evitar que una lágrima brotara de mi ojo mientras que mi corazón se llenaba de una extraña sensación que no había sentido antes.

Lo mire y este tenía esa mirada especial en los ojos, me dirigí hacia él y quede de rodillas sobre el suelo, lo cogí de los brazos y lo atraje hacia mi, lo estrujé entre mis brazos sin temor a romperlo, necesitaba sentirlo, necesitaba saber si era real, necesitaba saber que no se desvanecería.. Y no lo hizo.

Él pareció sorprendido por el abrazo pero después de unos segundos me correspondió, fue tan sólo un leve apretón que para mi significó todo.

- Estas aquí, por fin estas aquí - inhale su aroma que ya no era el mismo, deje que unas  cuantas estúpidas lágrimas escaparan de mi.

¡Por dios yo no lloraba!

Aunque en este caso la emoción me ganaba. Dylan comenzó a toser y tuve que alejarme de él, sus ojos aún seguían algo rojos y sus labios resecos, me miro pero bajo la vista como si se avergonzara de algo.

- Te traeré agua - dije y el sólo asintió, me levante del suelo y camine hacia la cocina. No sabía con exactitud como me sentía en estos momentos, estaba feliz, pero preocupada, aún sentía ese dolor punzante en el pecho cuando debería sentir esa emoción rebosante porque mi hermano ha vuelto.

Al entrar me sorprendo al ver a Lucian recostado sobre la repisa, tiene la mirada perdida muy similar a la que tenía Dylan en su momento.

- ¿Todo el tiempo has estado aquí? - mi voz se tornó algo gruesa y seria, no quería mirarlo no después de todo lo que sé sobre su especie, no después de saber todo lo que le hicieron a mi hermano cuando tan sólo era un niño. Quizás Lucian no tenía la culpa, pero era uno de ellos y eso bastaba para sentir un rechazo hacia él.

- Si te preguntas si he escuchado toda su conversación, lamento decirte que sí, podía escucharlos desde el segundo piso y no pensaba dejarte sola aquí - hablo con seriedad cruzándose de brazos.

Podía ver claramente como van lasd cosas entre nosotros habían cambiado, ya no estaba el Lucian dulce de anoche aunque si el que es algo sobre proyectos, y tampoco estaba la Margaret que se dejaba dominar fácilmente por sus encantos, la que sólo deseaba besar sus rosados y tan bien definidps labios. Ahora sólo quería que se marchara.

- Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas... Lo sabes ¿Verdad? - enarque una ceja mirandolo, saque una jarra de agua y lo vacié en un vaso de vidrio.

- Veo que ya no somos los mismos de hace un rato - sonrió con amargura y negó. Lucian camino dos pasos hacia mi pero yo retrpcedí.

- No te acerques - le ordené colocando una mano delante de mi. Pude ver en sus ojos como aquellas palabras le dolieron mas de lo que debían - Deberías marcharte - baje la mirada pero sin esperarlo sentí sus dedos en mi mentón, alzo mi rostro para que lo mirara y trague saliva.

- ¿Eso quieres? - preguntó haciendo que su aliento chocara con mi boca. Cerré los ojos con fuerza para no mirar sus labios o no resistiría.

Estúpidas hormonas... Estúpidas y jodidas hormonas alborotadas.

- Sí... Vete - le pedí aunque sabía que no había sido tan convincente, mis latidos se aceleraron de tan solo tenerlo tan cerca.

-Mírame a los ojos - me pidió. Entonces en mi cabeza pasaron los recuerdos de un niño siendo maltratado por unos malditos vampiros, una madre siendo asesinada por uno de ellos en su propia casa.

Abrí los ojos llena de rencor y resentimiento, y lo empuje con mis brazos tomándolo desprevenido y haciendo que se tambaleara. Me miro sin comprender mi reacción y para mi ya era tarde para arrepentimientos.

- Vete Lucian - mire al suelo Apoyándome del la mesa. Mis manos se aferraban a ella ya que mis piernas temblaban como gelatina. Él salió sin decir nada mas, yo boté todo el aire que no sabía que estaba manteniendo, me tome el vaso de agua que era para mi hermano y volví a servirle otro con las manos temblorosas.

Debía aclarar mis ideas, para mi, toda la vida los vampiros, licántropos, brujas etc han sido especies repugnantes. Sin embargo hoy en día tengo amigos licántropos, una que parece bruja y un vampiro con el que no se cual es mi situación sentimental.

Salí de la cocina justo a tiempo para escuchar lo que Lucian le tenía que decir a Dylan. - Te estaré vigilando - le advirtió con esa voz que hasta a mi me ponía los pelos de punta.

- Lucian - lo llamé, llamando la atención de ambos. Dyaln trago saliva al verme y miró con nerviosismo a Lucian. - Creó que ya te ibas ¿Verdad?

El hizo sus manos puño y asintió no sin antes fulminar con la mirada a mi hermano. Antes de que si quiera llegara a la puerta su móvil sonó haciendo que el se detuviera.

-Sasha - contesto haciendo que su ceño cambie por completo llenándose de preocupación y algo de temor - ¿Otra vez? - Lucian se giro a mi verme y su mirada supe que las cosas no estaban bien - Esta bien iré para allá.

Corto y salió rápidamente de la casa, no lo pensé dos veces y fui tras él. Él frío golpeó directo a mi cara, lo llamé antes de que se marchara por completo.

- Lucian... ¿Qué.. Sucedió? - pregunte temerosa y él ni siquiera me miró solo se mantuvo callado, el horrible clima hacía que mis pobres huesos se abrazaran entre ellos para buscar algo de calor.

- Es Daniel - abrí los ojos al escucharlo - Tuvo otro ataque.

- ¿A..ataque?¿A qué te refieres? - Daniel era otro vampiro que me complicaba la vida, su forma de ser conmigo la manera tan a gusto que me siento cuando estoy junto a él, aunque suele ser exasperante, los ultimos días que he estado junto a él han sido muy gratos, su compañía no era para nada incómoda creo en realidad
.. Era todo lo contrario.

- Daniel cuando fue convertido... Tuvo una extraña reacción en su cuerpo... Le daban ataques que lo privaba de sus cinco sentidos era algo parecido a lo que antiguamente se conocía como asma - asentí al entender - Hace unos años dejo de tenerlos, pensábamos que estaba bien ... Pero ha vuelto a recaer.

- Yo... No se que decirte - dije mientras me acurrucaba con mis propios brazos.

- Nada... Yo..mejor me voy - giro su rostro para verme pero no dijo ni una sola palabra mas y luego se marchó.

Bajé el rostro y me adentre rápidamente hacia mi casa o si no me convertiría en un iceberg ahí afuera. Agradecí sentir el calor acurrucando mi cuerpo al estar adentro.

- ¿Ese era tu novio? - me sobresalté al escuchar la voz de Dylan me gire y lo vi mirarme con una sonrisa pícara en su rostro.

- ¿Qu...qué? ¿Novio? ¿Qué es eso se come? - bufé y revoleé los ojos, lo fulmine con la mirada y camine con nerviosismo hacia donde estaba él.

- Si... Claaaro -Él sonrió al ver mi rostro y si no fuera porque andaba enfermo y todo debilucho ya lo hubiese golpeado en el rostro para que se le quitara la cara de burlón. Me acerqué y levanté la manta que yacía en en suelo.

Dylan estaba aquí, ahora tenía a mi hermano devuelta y la esperanza de ser feliz estaba ahí creciendo en mi pecho, quizás el seria la ayuda que tanto necesitó, quizás junto a él las cosas se vuelvan mas fáciles, quizás por fin no me sentiré tan desprotegida, quizás él sea quien me ayudará a culminar esa venganza que me carcome por dentro y me atormenta día a día, junto a él buscaremos a quienes nos hicieron tanto daño. Con forme lo miro, mas me convenzo que es él, que es Dylan, mi hermano, su sonrisa me llena por completo, y de lo único que estoy segura es que no dejare que nadie le haga daño porque esta vez no volveré a perderlo.

Holaaaaaaaaaaaaa!!!!! Revivi sí, no morí sólo me robaron el celular. Primero que nada. Mil disculpas por la demora, como ya mencione me robaron el celular y eso hizo que me demorara con mis historias. Espero que les halla gustado el capítulo se que ha sido un poco aburrido pero bueno ya pronto se vienen capítulos mas emocionantes, espero y no me abandonen con esta historia. Dejen sus comentarios y votos, l@s requierooooooooo y les promeeto que haré maratón la próxima semana.... Besos :*****

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