Esta soy yo

Oleh littlemood_

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Camino resignado hasta llegar a la oficina del director y me siento en un asiento que vi disponible al lado d... Lebih Banyak

Prologo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15.
Capitulo 16
Capitulo 17.
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 20 1/2
Capitulo 20 2/2
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30.
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
NOTA
Capitulo 37
¿Que es la Navidad?
Esta soy yo
Epilogo
Estamos de vuelta

Capitulo 7

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Oleh littlemood_

Han pasado dos semanas desde la visita a la oficina de Mijares junto con mis padres, desde entonces he estado precavida a cualquier situación que me lleve a meterme en problemas, mientras más me aleje de ellos, mejor será.

Con lo de mi madre no he avanzado mucho, es difícil encontrar información en internet, si, internet aunque no encuentre mucha información, porque en periódicos es como si todo hubiese desaparecido; todo esto me lleva a ya dejar las cosas como estaban, con tal, no era tan importante.

Lo único que ha avanzado han sido mis semanas de castigo, una semana más y tendré a mis bebes de nuevo conmigo.

- ¡Oye, devuélveme mi celular! - Le doy un golpe a la mesa, exaltada.

- Llevo rato hablándote y seguro no escuchaste ni la primera palabra que dije - Bufa - ¿Sigues con esto? Ana deberías dejarlo, bien dicen que el que busca encuentra - Si, ok, dije que lo dejaría pero un último vistazo no cambia nada.

- Dime algo que no sepa de lo que estas contando, Clarisa. Saldrás con un chico, que novedad - Revoleo los ojos, ganándome un golpe en mi brazo de su parte - ¿Quién es? ¿Daniel?

- No ¿Por qué? ¿Celosa, primita?

- Que tonterías dices, si apenas he intercambiado alguna que otra palabra con el - Veo de reojo que se acerca.

- Si, si, sigue hablando. Sé cómo te sonrojas cada vez que te le quedas viendo - Me codea divertida. Daniel nos observa de forma curiosa, oculto mi cara de nuevo en la pantalla del celular.

- ¿De que hablaban? - Pregunta.

- Oh nada, que mi prima quiere que la invites a salir - Abro mis ojos como platos y le propino una patada en su espinilla.

- ¿Qué les parecería ir a jugar paintball el sábado? - Pregunta ahora Carlos - Desde que comenzaron las clases no hemos hecho de las nuestras

- Conmigo no cuentes, estaré ocupada el sábado. Y, no puedo meterme más en problemas, Carlos. Sería como ganarme un pase directo a la guillotina

- ¿Ocupada? No mientas, Ana. Encerrada en tu cuarto no es estar ocupada, no seas aguafiestas, nadie querrá salir contigo por amargada y no me cansare de decirlo hasta que te diviertas mas

- Yo lo haría - Interviene Daniel sin más. Lo miro fijamente sintiendo como mis mejillas comienzan a arder y una sonrisa pica por salir de mi boca.

- Depende de lo que estés haciendo en el cuarto - Brama Tomas, uniéndose a la conversación dejándonos desconcertados.

- Y bueno ¿Tú dónde estabas que vienes con el cabello todo revuelto?

- Resolviendo algunos asuntos - Me dedica una sonrisa ladeada - Tengo una cita con Keyla, así que conmigo no cuenten

- ¿La asiática? No creí que esa chica cayera tan rápido, la vi más inteligente - Ríe cínica, Clarisa.

- Bueno, entre fáciles se entienden ¿no, Clarisa? Se van con lo primero que encuentran - Me quedo con la galleta a medio comer y como todos, adopto un silencio incomodo entre nosotros, observándonos de reojo esperando la reacción de Clarisa.

Si bien Clarisa es la más pacífica de todos, cuando está molesta o la hacen molestar, no hay nadie que la detenga. Usualmente suele controlar ese tipo de situaciones, atacando con respuestas que dejan sin habla a cualquiera, pero cuando no reacciona es de saber que se acerca un huracán.

- Te pasaste, imbécil. Eres un maldito idiota que solo piensa con su maldita cabeza pequeña - Sin esperarlo, vacío su jugo en los rizos alborotados de Tomás y salió corriendo del comedor.

Tomás duda si salir tras ella o no ¡Gran idiota, obvio que tienes que ir! Lo fulmino con la mirada mientras el resopla y sale en busca de Clarisa.

(...)

Daniel

- Los hombres tiene el don de embarrarla en cuestión de segundos -

- Ya se le pasara, sabes que siempre es así con ellos. Se pelean, discuten y se amigan otra vez. No te preocupes

- No creo que se le pase así como si nada - Digo - No conozco mucho a Clarisa, pero no creo que perdone a Tomás tan rápido

- Concuerdo contigo, chico. Ellos de por sí ya venían mal, esto fue la gota que colmó el vaso - La nariz de Annie se arruga, frunciendo su ceño.

Todos nos levantamos para ir tras ello, por la cara de preocupación de Annie deduje que los chicos si no llegamos ya, se podrían estar matando.

Llegamos agitados, tomando grandes bocanadas de aire, al patio central, donde ambos se encontraban en una calurosa discusión que no paso desapercibida para todo el que se encontraba cerca

- ¡Estoy harta, Tomás! ¡Harta! Ya no sé qué hacer para que me dejes en paz ¿Qué quieres de mí? - Pregunta al borde de las lágrimas - Puedo parecer fuerte e intentado alejarme, pero todos tus tratos me afectan, todo tú me afectas

Esto parece más algo que tiene que ver con los sentimientos, no de un tonto intercambio de palabras. Cuando te importa mucho una persona sabes que cualquier cosa que diga te va afectar, sea bueno o malo.

- ¡A ti! ¿Qué no lo ves? - La tomo por los codos, acercándola a el - He intentado de todo para que me notes y haces como si no existiera ¿Crees que no estoy cansado también? - Su cara expresa incredibilidad y un pequeño ¿Qué? Sale de sus labios - Todo lo hago por ti, Clari. Lo que quiero, es a ti

Sin esperar mucho la atrajo contra el sellando sus labios con los de ella, veo de reojo a Annie que se tapa su boca sin poder creer lo que ve, logrando que se me escape una risa.

De todo lo que dicen de ella hay cosas que la gente no ve y es esa manera fresca de ser, Annie demuestra diferentes personalidades en una, es imposible no sentirse atraído por ella, porque al fin y el cabo demuestra que no tiene miedo de expresar lo que siente al momento.

- Wuju - Escucho que exclama - Ya era hora, picarones

Clarisa esconde su cabeza entre el hueco del hombro y el cuello de Tomás, logrando que este la abrace de manera protectora de inmediato.

- Se acabó el espectáculo, señores. Es hora de que vayan a clases -Todos sueltan quejidos y protestas - incluyéndome - mientras cada uno se dirige a su salón.

- Veo que no me hiciste caso - Se sienta la chica de hace unas semanas a mi lado - Y ahora la nueva parejita que se formó dará de que hablar

- No sé en qué momento te di a entender que lo iba a hacer - Replico tajante- ¿No tienes algo mejor que hacer que vigilar cada paso que doy?

- Como nuevo alumno solo te quiero advertir. Créeme, con ellos nada bueno se puede esperar, no entiendo porque la gente se empeña en llevarme la contraria - Resopla.

- Pensemos. Tal vez si dejaras de ser tan autoritaria las cosas serían diferente ¿No has pensado que puedes ser tú la equivocada?

- Oh no, niño. Se cosas que tu no, se lo que te digo. Mantente alerta - Eso ultimo me causo escalofríos, en serio, esta chica necesita ayuda psiquiátrica. De primera impresión se ve tranquila y amigable pero cuando hablas con ella te das cuenta que es solo una lunática.

La clase de literatura transcurrió normal, un poco lenta para mi gusto y es que así son toda las materias que tengan que ver con humanidades, lo mío es más ciencia.

Así que solo me limite a copiar lo que ella colocaba en la pizarra mientras aguantaba a Patricia interviniendo cada segundo para aclarar lo que la profesora ya había explicado. Ya puedo entender por qué los chicos decían que es imposible meterse con esta profesora, es un tanto hippie, su apariencia me recuerda a la profesora Sybill Trelawney de Harry Potter.

- Ok, mis niños. Para la siguiente semana les dejare el análisis de un libro, de cualquier género literario y, podrán hacerlo en parejas. Aplicaran lo aprendido en clases - Rápidamente todos comienzan a murmurar ente si y moverse de un lado a otro buscando pareja.

- ¿Trabajamos juntos? - Se me acerca Patricia, no de nuevo ¿Qué tiene esta chica contra mí? - Si no te gusta mucho la actividad puedes dejarlo todo por mi cuenta y solo colocare tu nombre

- Lo siento, ya tengo planes - Tomo mis cosas y me dirigí al puesto de Annie, que se encontraba con su cabeza gacha, reposada sobre sus brazos cruzados

Sé que debería tratar mejor a Patricia, tal vez si dejara de ser tan acosadora y menos lunática, sería diferente.

- ¿Hacemos el trabajo juntos? - Pregunto insistente.

- ¿Qué te hizo pensar que trabajaría contigo? - Ríe.

- Evaluando las opciones, no te queda de otra. Vamos tienes que ayudarme

- Oh, ya veo. Patricia se encapricho contigo, no te dejara ir así de fácil, eh. Está bien te ayudare, pero te saldrá caro

Y volvemos con la sonrisa que hipnotiza, esta chica sin saberlo, puede lograr que haga cualquier cosa con tan solo sonreír. Suena muy cursi, lo sé, pero daría lo que fuese para que siempre estuviera con una sonrisa en su rostro.

No parare hasta ganarme la confianza de Annie ¿Suena acosador? También lo sé, pero cada vez que estoy cerda de ella me siento como una polilla atraído por la luz.

- ¿Qué me ves o qué? - Muerde su labio para evitar reír.

- Nada, me gusta tu sonrisa - Suelto sin más, ganándome un tierno sonrojo de sus mejillas y haciendo que desvíe la mirada a otro lado.

- Ya no empieces con tus cosas

Hablamos de todo y nada a la vez mientras íbamos camino a mi casa - decidimos empezar el trabajo hoy - cuando la vas conociendo sabes que con Annie es imposible aburrirse o que el lugar se torne en silencio, la chica tiene cada ocurrencia que el lugar lo torna agradable.

Me estacione en la entrada del porche mientras el portón del estacionamiento se abre, nos bajamos una vez estaciono el auto y la veo observar todo a su paso. A pesar de que viva a unas cuadras de la casa de su abuelo mi casa no es como la de él; es de tamaño promedio, con sus paredes amarillas que van a juego con los tonos marrón que tiene la casa, pertenecientes a puertas y ventanas, dos pisos y un pequeño patio que es donde se estacionan los autos.

Veo el carro de papá y resoplo, no contaba tenerlo acá tan pronto, no lo digo por querer hacer algo fuera de lo normal con An, pero se lo que implica que este en casa.

- Sí que es linda tu casa, es muy... Acogedora - Ríe. He llegado a notar que suele reír mucho cuando está nerviosa.

Observa todo a su paso, los cuadros que hay en las paredes, la sala, pasando sus delicados dedos por todo a su alrededor.

- ¿Quieres algo de tomar? Agua, jugo... Lo que quieras, eh

- Agua estaría bien - Sonríe. A este paso voy a terminar enamorándome en una semana - ¡Oh, que linda foto! - Toma un portarretratos en sus manos.

- Fue cuando se me cayó mi tercer diente - Explico - Una de las razones por las que no me gusta el beisbol es esa, ya te imaginaras lo que paso - Suelta una carcajada melodiosa contagiándome a mí.

- Oh, lo siento. De seguro no fue una grata experiencia - Niego - Mi tío me lo saco con un carro a control remoto, no creo que sea peor que eso - Se encoje de hombros - La observo curioso - Decía que el proceso seria menos doloroso así

- Tienes una familia peculiar ¿no es así? - Asiente mientras sonríe - Empecemos. Mi madre tiene unos cuantos libros que nos pueden ayudar

Daniel - 0 Annie - 3

Minutos después nos encontramos explayados cada uno en un sofá diferente, tomamos la decisión de hacer un análisis de Lo que callamos todos, por suerte mi madre tenía dos libros - Cosa que no entiendo - lo que hizo el proceso fuera más fácil.

- ¿No crees que es más fácil buscar el resumen en internet?

- Espero que sea una broma - Responde sin alzar su cara - Son solo doscientas páginas, Daniel. No seas chillón

- Claro, bromeaba - Internet es como el Santo de los estudiantes, es el único que te puede sacar de cualquier apuro. Solo que no contaba que esta chica en serio amara leer, en media hora ya lleva leído la mitad del libro y creo que más - ¿Pedimos algo de comer? - Asiente resignada mientras cierra el libro de golpe.

- ¿Y esta niña quién es? - Pregunta mi padre cuando termino de hablar por teléfono - Mucho gusto, William el padre de Daniel - Estrecha su mano hacia Annie.

- Ana

- Tu cara me resulta familiar ¿Ana que, pequeña? - Mi ceño se frunce. Es extraño que mi padre pregunte el apellido de alguien cuando nunca le ha importado el proceder de las personas.

- Ana Celeste Loera - Mi padre asiente, llevando un dedo a sus labios.

- La hija de los narcotraficantes

- Papá...

- No, tranquilo. Sí señor, la misma que viste y calza. Espero no tener problemas por ello de estar acá - Replica desafiante.

- No te preocupes, estás en tu casa. Yo me tengo que ir, Daniel... Acompáñame afuera - Molesto sigo sus pasos hasta el patio - ¿¡Pero qué carajo tienes en la cabeza!? - Exclama en un susurro - Esto forma parte de una nueva etapa ¿o cómo?

- ¿Pero qué sucede contigo? - Doy un paso adelante - Annie es una amiga, como cualquier persona. Muy bien mamá y tú me enseñaron a nunca juzgar a nadie sin conocerlos

- Oh, hijo. A sus padres los conozco muy bien, es necesario que te alejes de ella

- ¿Alejarme? - Rio cínico. Otro más a la lista - Su apellido no limita lo que es y Annie es diferente. Ni pienses que te hare caso, mejor sigue con tu vida como venias haciéndolo

- Daniel, solo quiero protegerte - Me alejo cuando veo sus intenciones de tocarme.

- Lamento decirte que aprendí a cuidarme solo, no tienes de que preocuparte. Ya es mejor que te vayas, no querrás incumplirle a tu jefe - Bramo con mi semblante serio, suspira y niega deliberadamente mientras entra a su auto.

- Oye ¿Todo bien allá afuera? - Annie se acerca rápidamente con un gesto en su cara de preocupación - Lo siento si te cause algún problema con tu papá

- Hey no, no es tu culpa. Mi padre suele exagerar a veces todo - Toco su nariz y le regalo una sonrisa.

- ¿No te gustaría estar en otro lugar? Por ejemplo en este momento - Pregunta, dándole un último mordisco a su pizza.

-

Otra característica de An: No se intimida por la comida como cualquier chica de su edad y claramente su figura no es un problema. Punto a favor

- ¿Ahora? Uhm no se - Respondo pensativo - Si me gustaría irme cuando todo es curso acabe - Me mira asombrada

- ¿En serio? - Asiento - Yo también, no sé muy bien que quiero hacer en un futuro pero de lo que si estoy segura es en donde quiero estar

- Creo que me gustaría empezar solo, en otro lugar sin tener a mis padres conmigo. Pienso que sería totalmente diferente, dedicarme de lleno a la medicina lejos de todo esto

- No te llevas bien con tus padres ¿No es así?

- Larga historia. ¿Qué hay de ti?

- No me quejo - Sonríe y veo como sus ojos van adoptando un brillo especial - Es normal que las personas reaccionen como tu padre y es porque solo ven el lado malo de ellos, mis padres son mi vida, yo sé quiénes son en realidad, por eso no me gusta que se refieran a ellos de mala forma. Estoy acostumbrada a que las personas tomen distancia al saber que soy una Loera Ávila, tampoco es como si me importara - Finaliza indiferente.

- Y tu ¿Si quisieras estar en otro lugar ahora? O ¿Te gustaría estar haciendo algo diferente justo ahora?

- Me gustaría estar en un bosque o algo así, en contacto con la naturaleza. Respirando toda la tranquilidad posible. Creo que si es una pregunta difícil - Ríe.

- Creo que no - Digo, deslizándome un poco hasta estar cerca de ella.

- ¿Por...por qué lo dices?

- Porque yo si se, que es lo que quiero hacer justo ahora

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