Destino Condenado [AOC #2]

By AdamKenner

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[Secuela de Amor O Castigo] Encontrarse con los cazadores, y salir vivos de ello, debería considerarse un m... More

Redención O Condena
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-~ 33: Capítulo final ~-
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS
NUEVA HISTORIA

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By AdamKenner

Aunque parecía que Matt nos esperaba en la acera, al acercarnos más pude ver que estaba detrás de la línea que habíamos descubierto.

―¡Rápido! ―nos gritó.

Anna miró a Jacob mientras caminaba a ritmo calmado. Ella no entendía de qué hablaba Matt, y era algo comprensible, pero desesperante.

Cuando volteé, vi la negrura expandiéndose, como si se acercara a nosotros.

―Oh, no ―dije con pesar―. ¡Irene!

Y salí corriendo. Pude notar que Anna y Jacob empezaron a correr también.

―¿Le pasó algo a Irene? ―le pregunté a Matt, asegurándome de avanzar muy atrás de la línea, para que Jacob y Anna siguieran también.

Matt me miraba con desentendimiento.

―No... ―dijo―. Ella... está bien.

Sonrió.

―Qué alivio... ―solté el aire fingidamente―. Pensé que...

―¿Qué es eso? ―preguntó Anna.

Todos volteamos para ver la negrura a la que señalaba.

―Parece que va a llover ―improvisé―. Mejor entramos...

―Ven ―le dijo Matt―, te diré dónde vas a dormir.

Ellos se adelantaron y Jacob y yo les seguimos con una buena distancia.

―¿Son ellos? ―me preguntó.

Asentí.

―¿Y por qué no se lo dijiste? Ya sabe la historia...

―Entraría en pánico ―respondí, entrando antes que él―. Será mejor no decirle para que pueda dormir.

En la estancia Jacob había decidido sentarse, pasé de largo hasta la habitación donde estaba Irene. Luego de comprobar que estaba bien, me regresé a la sala y vi a Jacob mirando preocupado por una rendija de la puerta de entrada.

―Jake...

―¡Ah! Dios. Me asustaste.

―Lo siento ―me disculpé, sujetando mi pecho―. ¿Qué hacías?

―Estaba viendo si...

―¿Si siguen ahí?

Jacob asintió.

Iba a decirle que de seguro se habrían ido, pero de repente las luces se apagaron, y un silencio perforó mis oídos.

Mi corazón se aceleró, no sabía dónde estaba dando los pasos, inclu o al menos, lo intentaba. No sabía si estaba funcionando, porque aunque disponía a mis cuerdas vocales el hacer ruido, no oía mi propia voz. No oía ni veía nada.

Estiré mis manos tratando de tocar algo, pero no había rastro de que Jacob estuviera cerca. Entonces una mano fría sujetó la mía.

―¡Amber!

Abrí los ojos.

―¿Estás bien?

Me incorporé y miré a Matt y Jacob, con caras de preocupación. Miraban expectantes.

No sabía qué responder. Traté de levantarme, Jacob me tendió la mano y me ayudó.

―¿Qué pasó? ―pregunté.

―Te recostaste y luego empezaste a gritar... Pensé que algo... No sé. Me asustaste.

Jacob no me soltaba la mano.

―¿Soñaste con ellos? ―me preguntó Matt.

Asentí.

Matt me hacía señas, como si quisiera que lo acompañara, pero la mano de Jacob se sentía bien en la mía. Actué como si no me hubiera dado cuenta.

―¿Dónde está Anna? ―pregunté.

―Está dormida ―respondió Matt―, allá.

Me puse de pie, para ir por un poco de agua.

―¿Te ayudo? ―preguntó Jacob.

―No, no ―contesté―. Puedo sola. ―Sonreí.

En la cocina me di cuenta que Matt me había seguido.

―¿Qué pasa? ―pregunté cuando no dejaba de mirarme.

―Estaba soñando ―dijo.

Levanté una ceja.

―¿Qué soñabas?

―No yo.

―¿Entonces? ―dejé el vaso sobre el mesón.

―Irene.

Matt soltó el aire y se recostó en la pared.

―Algo anda mal en ella ―dijo sin mirarme―. Algo muy malo.

―Lo he notado ―contesté.

―No entiendes ―me dijo.

Negué con la cabeza. Iba a preguntar a qué se refería, pero habló antes de que yo abriera la boca.

―Cuando... estabas dormida, fui a verla. Estaba tranquila. De pronto comenzó a sonreír, como su soñara algo muy lindo. Me alegré porque pensé que estaría feliz, pero entonces tú gritaste, y ella comenzó a reírse.

No sabía cómo responder a eso. Matt me miró.

―Creo que ella te causó la pesadilla.

Sus palabras eran firmes. A estas alturas, Matt ya daba por hecho que eso era lo que había pasado.

―No es posible ―le dije―. Irene no puede hacer eso...

―¿Y si la están controlando? ―preguntó Matt. Mi cara debió expresar mi confusión―. Quiero decir, tal vez telepáticamente o remotamente, no sé...

―¿En serio crees que ellos puedan hacer eso?

―Claro que pueden.

Matt y yo nos juntamos. Esa voz no era de ninguno de los dos. La silueta de Irene se hizo presente en las sombras del pasillo que daba a la estancia, donde estaba Jacob.

―Sí tú los dejas, ellos pueden ―dijo Irene, y soltó una carcajada. Luego quebró su cuello hacia la izquierda.

―¡Hey! ―gritó Matt.

La vimos desplomarse antes de acercarnos.

La levanté sobre mis muslos mientras Matt decía cosas muy rápido y se movía de un lado a otro. Con miedo, acaricié la frente de Irene, sintiendo la calentura que tenía.

Matt se acercó al grifo a tomar agua y un paño que estaba sobre un banquito. Lo estaba lavando, mientras yo lo veía. Entonces sentí la mirada que estaba posada en mí, desde abajo.

Lentamente bajé la cabeza, encontrándome en línea recta con los ojos amarillos de Irene, era más bien una mezcla de amarillo oscuro con finas rayas rojas.

Mis brazos y mi voz se congelaron mientras nos mirábamos fijamente.

―Vienen por ustedes ―dijo con voz grave. Sonrió y se desmayó de nuevo.

Casualmente, cuando ella dijo "ustedes", pensé en Jacob y en mí.

Tenía miedo, quería gritar por frustración de no saber qué pasaba en realidad y no saber cómo solucionarlo.

Apreté mis puños con fuerza, respirando dificultosamente con el nudo en mi garganta.

Ellos estaban utilizando a Irene como si fuera un juguete. Y eso me molestaba más. Quería acabar con ellos. Con uno y cada uno de ellos.

―Aquí ―dijo Matt, poniéndose de rodillas frente a mí, quedando Irene en medio de los dos―. ¿Qué pasa? ―preguntó con voz suave.

Puso un paño en la frente de Irene y luego me miró de nuevo.

―Nada ―le dije―. Es solo que... estoy harta.

Una sonrisa nostálgica se hizo presente en sus labios.

―Yo igual.

Entre los dos llevamos a Irene hasta su cama, dejándola cómoda. Dormía como si todo estuviera bien, tan tranquilamente.

―No sé si estemos seguros aquí ―le dije a Matt desde la puerta, mientras él chequeaba otra vez la frente de Irene en la cama.

―Por ahora, tenemos que estarlo. No hay otro lugar al que podamos ir.

Bajé la mirada.

―Tiene que haber una manera de enfrentarlos ―le dije―. Si ellos pudieron controlar a Irene, tal vez nosotros podamos hacer algo que tampoco sabemos que podemos hacer.

Sonaba algo descabellado, pero me rehusaba a descartar ese pensamiento.

―Ve a dormir ―me dijo dulcemente―. Mañana veremos qué hacer. Necesitamos descansar desde hace un buen tiempo, y cuando salgamos de aquí, no creo que podamos pegar un ojo con tanta seguridad.

Matt se puso de pie y tomó mis manos entre las suyas. El decir que nos iríamos de aquí, solo me confirmaba que mi idea no era tan descabellada; quizás Matt también pensaba lo mismo o algo similar.

―Ve ―me dijo―. Yo la cuido.

Sonreí.

―Vendré después y te relevaré para que tú también puedas dormir.

Matt asintió.

Salí de la habitación, pensando en que Jacob no estaba en la sala cuando pasamos con Irene.

Efectivamente no estaba.

No fue tan difícil averiguar dónde estaría metido. Me senté en el suelo, pensando que no podía dormir. Es decir, teníamos tantas cosas encima con el tema de los cazadores y proteger nuestras misiones, que dormir parecía un placer inalcanzable; al menos para mí.

Sentí una brisa golpear mi cara y noté que una ventana estaba entreabierta. Me levanté dispuesta a cerrarla, pero me detuve cuando vi al cazador en la parte delantera, en la vereda, sonriendo.

Me quedé quieta. No iba a demostrarle miedo. Sonreí también y cerré la ventana. Ese imbécil no podía entrar, o de lo contrario, ya lo hubiese hecho.

No sabíamos que tanto iba a durar la protección que tenía la casa, pero sí sabía que teníamos que estar atentos y movernos con agilidad dentro de este campo de batalla.

―¿No puedes dormir?

La voz de Jacob distrajo mi subconsciente de armar planes de guerra donde yo tenía el poder de acabar con los cazadores.

―No ―contesté.

―Yo tampoco ―dijo.

―¿Dónde estabas?

―Con Anna.

Asentí. No quería detalles. Pero por lo visto, él iba a darlos de todos modos.

―Es que Irene salió del cuarto con una cara de terror, pensé en ella y fui, por si acaso.

―Para cuidarla ―completé.

Jacob no dijo nada.

―Amber, escucha, esta situación es...

―Jake, no tienes que explicarme ―sonreí, a la fuerza―. En serio. ―Sonreí otra vez.

―Solo no quiero... verte mal.

―No estoy mal ―mentí. Solté una risita―. Bueno ―meneé la cabeza―, estamos mal, con esto que estamos viviendo ahora, pero fuera de eso, todo normal.

Mi tono de voz no me traicionó, para mi suerte. Jacob solo asentía a lo que yo decía y me preguntaba si en serio estaba bien.

―De verdad ―le dije por cuarta vez.

Cuandoíbamos caminando por la mitad de la sala, tuvimos que detenernos en seco; ungolpe estruendoso había azotado la puerta de la entrada. 


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Hey, chic@s... 

Si les gustó el capítulo, o la novela en general, apreciaría mucho su voto. :) 

Por cierto, ¿ya vieron las nuevas portadas? ¿Qué les parecen? :'3

En fin, este fin de semana será de locos y estaré fuera. Así que nos vemos el lunes, o el martes, o el miercoles hahaha ¡Gracias por su apoyo! :D 

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