¿Quieres ser mía? (JASN Libro...

By ReynaCary

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¿Jugamos a ser novios? Libro #3 ¿Quieres ser mía? ¿El último juego? Con los planes de la boda de su hermana m... More

¿Quieres ser mía? #3 (Sinopsis)
¿No quería conocerte?
¿15 minutos?
¿El modelo?
¿Lentes de contacto?
¿Advertencia?
¿Olor a lluvia?
¿Ardilla?
¿Azul?
¿La fotografía?
¿Gemelas?
¿Eres perfecto?
¿Nena?
¿Hablar de travesuras?
¿Personalidad especial?
¿Pequeña mentirosa?
¿Nuestro personaje?
¿Soltarás mi mano?
¿Uno más?
¿Arrepentidos?
¿No estoy enamorada?
¿Lazarillo?
¿Juzgar por apariencias?
¿Gemelos fraternos?
¿Igualar el marcador?
¿Demasiado tarde?
¿Quieres ser mi...?
¿No es la novia de Julián?
¿Padrino de traje?
¿Quieres ser mía?
¿Final?
¿El mito del ramo? (Final)
¿Epílogo?
¿Juegas conmigo? Información + Sinopsis
¿Juegas conmigo? Fecha de publicación.

¿Piel contra piel?

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By ReynaCary

**Lean la nota de autor por favor! :D**

Capítulo 18

—¡Feliz día de los inocentes! —gritó Brenda tomando un panqueque de nuez al que le había puesto una vela pequeña de color verde—. Sopla la velita.

Vio a Julián reír a través de la pantalla y ella se apresuró a apagar la vela antes que la cera empezara a caer sobre el chocolate que le había embarrado al panqueque para simular el betún.

—Creo que quisiste decir ¡Feliz cumpleaños, Julián! ¿no? —preguntó y ella agitó la mano en negación.

—No, hoy es día de los inocentes, no es mi culpa que hayas nacido este día. Pero cambiando de tema, ya tienes 26 años, dime ¿Qué se siente ser tan viejo y seguir de foverer alone? —le preguntó con malicia.

Él hizo ademán de apagar la computadora como si ya no quisiera seguir hablando con ella pero en seguida le sonrió y se acomodó. No era la primera vez que se hacían ese tipo de bromas, desde que él se había ido a principios de diciembre empezaron a hablar por video chat casi todas las noches aunque con las 3 horas de diferencia entre las ciudades se les había dificultado al principio consiguieron adaptarse en un par de noches, restando aquellas en que las grabaciones fueron de noche.

Para suerte de Julián solo habían sido dos ocasiones en las que habían filmado en la noche, todos en la producción eran conscientes de su salud y trataron de acomodar los horarios para no perjudicarle en nada aunque ahora que empezaría a grabar junto a Jeanne seguro se sobreesforzaría más. Daría lo que fuese por ser una ardilla y haber entrado en una de las miles de maletas que llevó su hermana, de esa forma habría podido ver la producción de la película y lo más importante, a Julián y Jeanne actuando juntos.

—No estoy forever alone —habló Julián respondiendo a su pregunta anterior.

—Eso me lo dirá mi hermana cuando te vea. En la mañana salió junto a Matt. Esta tarde deberían estar llegando al hotel a no ser que se pierdan por ahí —le guiñó un ojo—, ya sabes.

Julián se recargó en el respaldo de su cama y apartó la vista de la pantalla, ella sabía lo nervioso que estaba por actuar con Jeanne. A pesar que no lo había aceptado en voz alta le hacía mucha ilusión hacer aquel papel pero temía hacerlo mal al tener a su hermana presente.

—¿Qué hora es allá? —le preguntó cambiando de tema.

—Las 9:10 —se quejó—. Mañana tengo que ir a la agencia temprano.

—Oye al menos trabajas en algo que te gusta —la ánimo.

—Sería mucho mejor si mi trabajo empezara a medio día.

—¿Y terminara a las cinco de la tarde?

Ella asintió con una sonrisa.

—Tú me entiendes, pero solo los fines de semana para salir de fiesta, hace mucho que no voy a un antro, tengo muchas ganas de bailar ¿te gusta bailar?

Él se quedó pensativo antes de encogerse de hombros.

—Sé bailar un poco pero no sabría decir si me gusta hacerlo.

Rodó los ojos.

—Sabes hacer un montón de cosas pero no sabes si te gustan ¡decídete por algo!

—¿Qué montón de cosas? —chasqueó la lengua.

—Modesto el muchacho ¿eh? —tomó el panqueque que había dejado a un costado de su cama y agarró un trozo para comerlo manchándose los dedos de chocolate, después de pasarlo aclaró su garganta levantando el dedo, lo vio y lo lamió antes de hablar pero no supo si fue su imaginación cuando escuchó a Julián aclararse la garganta—. Eres modelo, actor, compositor, músico, creo que cantante, chef, muy bueno por cierto —lo vio sonreír—, sabes química, física, matemáticas y no sé cuántas jodidas cosas más, pero de eso sólo sabes con seguridad que te gusta hacer una solo cosa, cocinar. Todo lo demás lo desperdicias.

—Bueno, no puedo ser perfecto en todo —le guiñó un ojo—. Como tú, no puedes ser perfecta en todo.

De inmediato se llevó una mano al pecho.

—Disculpa pero soy perfecta en muchas cosas —fingió indignación y ladeó la cabeza dejando a la vista solo su perfil.

—Tomar fotografías, tomar fotografías y tomar fotografías —enumeró Julián con sus dedos y asintió—. Sí, son tantas que casi cuento con los dedos de mis pies.

—Tomar fotografías, bailar, mentir, joderte, molestar a los demás...

—Esos dos son lo mismo —la interrumpió—. Ah, espera, eres perfecta en ser cachetona también.

Se tocó las mejillas presionándolas como si con eso fuese a reducirles el tamaño. No sabía pero cada vez que podía él le decía algo sobre sus mejillas, pero no importaba la alimentación que llevara esos bultos en su cara jamás desaparecerían.

—¿También puedes guardar comida en ellas? —le preguntó burlándose.

—Sabes qué, adiós —estaba por presionar el botón para cortar la llamada pero él empezó a pedirle que no lo hiciera.

—Ya, perdón, perdón, no te vayas —dijo riendo.

Odiaba que le dijera eso tan fácilmente.

—De todos modos hoy me voy temprano, mañana tengo que madrugar porque Israel no podrá llevarme a la agencia —se cruzó de brazos—. Empiezo a sospechar que está saliendo con alguien.

Julián se incorporó y se acercó un poco a la pantalla como si fuese muy interesante para él lo que pasara con Israel, había notado que ambos no se llevaban muy bien, algo que le resultaba extraño pues tenían bastante tiempo trabajando en la misma agencia y cuando recién los conoció no parecían llevarse mal. Cosas de hombres que no le interesaba entender.

—¿En serio? —preguntó levantando una ceja—. ¿Cómo lo sabes?

—De pronto me empezó a ignorar y cuando suena su celular se aleja hasta las profundidades del abismo con tal que no escuchemos nada y mira —añadió mostrándole su celular.

Había abierto la galería en una foto que se había tomado un par de días atrás con su amigo, él la estaba abrazando por la espalda mientras ella hacía una señal de amor y paz.

—¿Quién es él muchacho? —preguntó Julián entrecerrando los ojos para conseguir ver mejor la imagen.

Sonrió malévolamente. Una pequeña broma no le haría mal a nadie.

—No me digas que eres doblemente gay y quieres hacer un trío con Brandon e Israel ahora que se ha cortado el cabello —cubrió su boca he hizo una mueca de dolor—. Así no se puede, todos los guapos se vuelven gays.

—¿Es Israel? —abrió los ojos con sorpresa—. ¡Y no soy gay!

—Lo que digas —lanzó un suspiro dramático—. Y sí, es Israel se hizo un cambio de imagen, se cortó el cabello, afeitó esa horrenda barba que tenía, cambió parte de su guardarropa. Estoy segura que tiene novia.

—O intenta impresionar a alguien —murmuró rápidamente.

—¿Eh?

—Nada —dijo soltando un suspiro.

—Brenda —la llamó Frank tocando la puerta antes de asomar la cabeza—. Dice papá que te des prisa con lo que sea que estés haciendo porque hoy desconectará la corriente por los vientos —avisó su hermano—. Lo que significa adiós internet.

—Es verdad —se quejó—, gracias y buenas noches —él se despidió y cerró la puerta. Brenda regresó la vista a la pantalla—. ¿Escuchaste?

—Sí ¿mal clima?

—Amenaza una tormenta de nieve para esta noche. La buena noticia es que si llega mañana no iré a la agencia —dijo con ánimo.

—Bueno de cualquier forma cuídate y hablamos mañana —guardó silencio antes de sonreírle—. Eso si no te pones a hibernar.

—¡No eres gracioso! —le gritó cerrando el vídeochat.

Apagó la computadora y se recostó.

Siempre se despedían de esa forma, diciéndose de cosas pero no se imaginaba otra forma de despedirse. Sonrió escondiendo su rostro en la almohada.

Su celular vibró, tanteó el mueble hasta que lo encontró y observó la pantalla.

Era un mensaje de Julián dándole las buenas noches. Volvió a sonreír y cerró los ojos con el celular en la mano.

* * *

Brenda bajó las escaleras aun soñolienta y rascándose la cabeza, apenas puso un pie en la sala y el familiar grito de ¡sorpresa! resonó en toda la casa. Vio a la mayoría de su familia reunida ahí felicitándola por sus 19 años con la canción de feliz cumpleaños, recordando cuanto odiaba esa canción.

—¿Y el pastel? —preguntó antes de que terminaran de cantar. Buscó con la mirada pero probablemente aún estaba guardado.

—Hasta que llegue Brandon, salió hace unos minutos pero dijo que no tardaría. No querrás celebrar tu cumpleaños sin tu hermano ¿verdad? —habló su mamá sonriéndole.

—¿Y los regalos? —preguntó insistente.

—Hasta que llegue Brandon —señaló su papá y ella hizo un puchero.

Para su suerte de cumpleañera Brandon entró a los pocos segundos con dos cajas de regalo dando tropiezos y batallando para cerrar la puerta, al final Lissa tuvo que hacerlo mientras él dejaba ambas cajas en la mesa de centro de la sala.

—Voy por el pastel —anunció su mamá desapareciendo del lugar junto a su papá.

—¿Te dieron esos regalos? —preguntó Lissa acercándose con intención de abrirlos ella, no era la primera vez que lo intentaba, en cada cumpleaños de cada integrante de la familia quería ser ella quien abriera los regalos, no importaba cuantos años pasaran seguía haciendo lo mismo.

—No, ni los toques —dijo Brandon quitándose el abrigo y la bufanda.

Brenda caminó dejándose caer en el sillón quedando con ambas cajas frente a ella.

—Son un regalo para Brenda y tu autoregalo de todos los años —murmuró Mark con fastidio sentándose cerca de ella. Últimamente cuando Brandon estaba cerca se ponía en modo guardián por si la situación lo ameritaba. No podían gritarse frente a sus padres ni dejar ver que no se llevaban tan bien como antes.

—Todos nos damos autoregalos, no te hagas que tú lo hiciste también —Brandon le sonrió con burla a su hermano menor que se cruzó de brazos—. Y no, mi autoregalo son los boletos para ir a ver el partido de Futbol. Me gané una convivencia con León Morales —dijo con felicidad. Brenda sonrió al verlo así, hacía mucho tiempo que no lo veía reír.

—¿Recuerdas cuando León no era famoso y lo vimos en el centro comercial? —le preguntó a su mellizo. Él volteó a verla y asintió contento.

Eran unos niños y Lissa junto a Mark empezaron a hacerles muchas preguntas a León y a su novia. Quien imaginaría que ese muchacho se convertiría en uno de los jugadores de futbol más famosos, y es que tenía tanto a su favor, era guapo, inteligente, un padre joven y responsable. El sueño de toda chica lastima para esas locas que iban a los juegos enseñando los senos pues él ya estaba casado y en la cima de su carrera.

Brandon era un gran fan de los deportes incluso en el instituto había sido capitán de los clubes deportivos solo porque admiraba a León, debía ser un sueño para él tener esa convivencia, eso explicaba porque le sonreía en lugar de lanzarle las miradas hostiles a las que se había acostumbrado.

—Entonces ¿la otra caja qué es? —preguntó Frank que aún estaba en pijama y con el cabello alborotado. Igual que todos a excepción Brandon.

Su mellizo frunció el ceño viendo en dirección a la caja pequeña que había acomodado sobre la más grande.

—Esa la encontré en la puerta, casi caigo por su culpa —volteó a verla—. Dice que es para ti pero no tiene remitente ni nada. La caja grande también es para ti, por cierto. Espero que te guste... —inclinó la cabeza como si estuviese apenado y de nuevo regresó la vista conectando con la de ella—. No sé si tus gustos han cambiado así que me fui por lo seguro —se acercó a la mesa y apartó la caja pequeña para entregarle la otra—. Feliz cumpleaños.

Brenda se puso de pie con una sonrisa y aceptó el regalo envuelto en papel morado. Brandon con una inclinación le dio permiso para que lo abriera. Se apoyó en la mesa para poder abrirlo con ambas manos, le encantaban los regalos como probablemente a todo el mundo.

Rasgó el papel y abrió las solapas, dentro había mucho papel y más cajas, 4 en total, una grande abarcando todo el rectángulo y tres encima de forma alargada. Tomó la primera y la abrió, su grito probablemente había terminado de despertar a toda la ciudad, al menos hizo que sus padres salieran apresurados de la cocina para ver qué había sido aquel ruido.

Siguió con la siguiente cajita y la siguiente, con cada que abrió gritó nuevamente de felicidad.

—¿Qué rayos son? —preguntó Frank con desinterés.

—Son lentes para cámaras pero no encuentro la diferencia en ellos —respondió Lissa tomando uno pero ella inmediatamente se lo arrebató. Nadie podía tocar sus objetivos nuevos y menos sin haberlos utilizado.

—La diferencia es que este es un objetivo Gran angular —señaló al más pequeño—. Este es uno Macro y este un Teleobjetivo de 200mm. No puedo creerlo, Brandon esto debió haberte costado una fortuna —volteó a ver a su mellizo que se encogió de hombros. ¿Eso podría significar que su problema había quedado atrás y podrían volver a ser casi tan cercanos como antes?

—Pues todos sirven para lo mismo ¿no? —preguntó Frank ganándose una mirada asesina por su parte.

—Aún falta un regalo más —gritó Lissa emocionada señalando al interior.

Era cierto, tomó la última caja y la más grande del regalo de Brandon, ahí encontró un bolso café con una larga correa y dentro tenía compartimentos para guardar su cámara, lentes y otros accesorios. Ella había tenido una hace unos años pero era vieja y terminó rompiéndose meses atrás, esta era muy parecida pero mejor. La ventaja de esas bolsas era que lucían como una mochila de lado por lo que había más seguridad para llevar la cámara, siempre le habían gustado.

Se levantó y abrazó a su hermano como no lo había hecho en meses, le agradeció por los obsequios sintiéndose mal porque ella no le había preparado nada.

—¿Y ese regalo misterioso? —preguntó Mark tomando la caja más pequeña que había llevado Brandon.

—Me da desconfianza ¿y si es una bomba? —Lissa fingió una voz macabra.

—Pues entonces la aventaré en tu dirección cuando la abra —le dijo con burla y ella le enseñó la lengua.

Le arrebató la caja a Mark y la observó, también tenía papel morado de envoltura y una etiqueta que decía "Para: Brenda", estaba escrito a mano y la letra se le hizo familiar. Sonrió antes de apresurarse a abrirlo. Rasgó un costado y agitó la caja sobre sus piernas para que saliera lo que tuviese dentro, primero cayó una tarjeta o un papel morado doblado a la mitad que decía: "Léeme después de haber visto el regalo" ella como obediente que era siguió agitando la caja hasta que algo pesado y rectangular cayó en sus piernas.

Lo tomó y un fuerte grito se quedó atorado en su garganta. Era un libro. Lo abrió y en la primera página se encontró con una nota, era de parte de la autora y estaba dedicado especialmente para ella agradeciéndole por haber leído sus libros y haber convencido a Julián de que aceptase el papel para la adaptación cinematográfica. Sin apartar la vista del libro tanteó sus piernas hasta que sus dedos atraparon la hoja doblada, la abrió y leyó.

"Feliz cumpleaños, Brenda.

Espero que te guste.

Pensaba dártelo en Navidad pero no conseguía la edición que querías a tiempo así que supuse que era un buen regalo de cumpleaños.

¡Necesito saber si te gustó! Envíame un mensaje con la respuesta o me sentiré mal persona por no conseguir algo adecuado para una ardilla cachetona de 19 años y no podré actuar bien.

PD: Sigo esperando a que vengas a molestarme"

—¿Por qué te sonrojaste? —preguntó Lissa viéndola con desconfianza.

Reaccionó sacudiendo la cabeza.

—Son imaginaciones tuyas —respondió al tiempo en que sus papás entraban a la sala de estar con un gran pastel, mitad de chocolate para ella y mitad moka para su hermano.

Pasaron toda la mañana comiendo pastel, abriendo los regalos y ensuciando la alfombra con betún. A pesar que faltaban James y Jeanne pasó un cumpleaños muy agradable y animado con el resto de su familia.

Ya en la tarde subió a su habitación para llamar a Julián.

No podía creer que le había conseguido el tercer libro con la misma edición que ella tenía de los dos anteriores y además dedicado. Y pensar que ella solo le había felicitado por videochat con un panqueque que terminó comiéndose frente a él... le parecía mejor no recordarlo.

Julián respondió rápidamente como si estuviese esperando su llamada.

—Es increíble que hayas conseguido esa edición del libro. Te pasaste, con lo mucho que esperé la conclusión de la trilogía y aparte me lo das dedicado ¡en mi cumpleaños! ¿Eso responde a tu pregunta sobre si me gustó? —habló rápido escuchando la risa de Julián.

—Qué alivio. Me alegra escuchar eso —en realidad su voz sonaba con alivio—. Feliz cumpleaños.

—Gracias —la sonrisa en su rostro no se borraría en un tiempo y mucho menos en las casi 3 horas que pasó hablando con él ese día.

* * *

—¿Quieres darte prisa? —le gritó Matt desde la sala—. Son más de 8 horas de viaje en auto.

—Tú quieres que te castre ¿verdad? Si te quedas callado nada malo les pasará a tus nenes —le amenazó.

Estaba en su habitación guardando su cepillo y crema dental en la maleta, sólo se iban por 6 días pero aun así la había llenado hasta reventar, había batallado para conseguir cerrarla pero después de sentar a Frank y Lissa lo había logrado.

Tomó el bolso en donde tenía su cámara, también la maleta y guardó el celular en el bolsillo del pantalón. Revisó su habitación para verificar que nada se le olvidaba y una vez segura salió arrastrando la maleta. En el borde de las escaleras la acostó en el suelo y se subió en ella para deslizarse como si fuese una resbaladilla. Casi atropelló a su cuñado pero poco le importó.

Mientras Matt guardaba su equipaje en la cajuela del auto ella se despidió de su familia.

—Saludas a Jeanne de nuestra parte —le pidió su mamá.

—Lo haré. Ahora me voy antes que Matt se vuelva loco por no ver a su novia desde hace unas semanas —los abrazó por última vez y salió corriendo.

Viajar en auto era horrible, su trasero estaba dolorido y apenas llevaban la mitad del camino. Además que con el frío no tardaban mucho tiempo fuera del auto en las paradas que hacían.

Había muy pocos viajeros en las carreteras y con la neblina la vista era bastante tenebrosa. Algo que aprovechó muy bien para empezar a contar historias de terror con su cuñado.

Otras horas de sufrimiento más bastaron para llegar a la ciudad donde Jeanne y Julián estaban filmando la película.

Primero llegaron al hotel donde se quedarían esa noche, al día siguiente se moverían al departamento que Jeanne había decidido alquilar, no llegaban directamente porque Matt no conocía mucho la ciudad y preferían esperar a perderse. No le agradaba la idea de quedarse con ellos y escucharlos besarse pero no tenía elección al menos que se quedase a dormir en el auto y no sentía ganas de volver a pasar tanto tiempo ahí hasta dentro de 6 días, si era posible mejor se regresaba en avión.

—¿Tienes hambre? —le preguntó Matt una vez dentro de la habitación del hotel—. Aún faltan dos horas para que nos dejen entrar al estudio.

—Entonces vamos a comer y quiero algo con mucho chocolate. Creo que estar tanto tiempo en tu auto me bajó el azúcar, el ánimo y mi peso —bromeó antes de salir junto a Matt al restaurante más cercano.

Moría de ganas por ver como filmaban la película sobre todo si las escenas que estaban grabando eran las que Julián le había dicho. Definitivamente sería grandioso si le permitieran entrar y ver todo en primer plano.

* * *

Para poder entrar al estudio de filmación les hicieron cambiarse los zapatos por unos que parecían pantuflas además de pedirles que guardaran silencio, de hecho les dijeron que si contenían la respiración sería mejor. Un hombre se encargó de conducirlos hasta el equipo de filmación.

Brenda no pudo creer la suerte que tuvo, estaba el director y la autora del libro revisando el guión mientras observaban silenciosamente y con atención a Jeanne y Julián.

En esa parte del set de filmación habían lo que se suponía era una habitación pero sin techo y sin partes de las paredes. Además de luces suficientes para una pista de aterrizaje de avión.

Se acercaron lo más que les permitieron para verlos en acción.

En esa escena Julian (Julián) y Brenda (Jeanne) acababan de pelear con unos enemigos debajo de unas alcantarillas por lo que habían entrado al motel más cercano para limpiarse quedando ambos con pocas ropas, ella con un short muy corto y una blusa blanca desgarrada que le dejaba el vientre al descubierto mientras él vestía un pantalón roto y sin camisa.

A su hermana la había caracterizado tan bien hasta le habían puesto extensiones para que su cabello tuviera el largo del personaje y Julián, bueno él era prácticamente igual al personaje, solo le habían oscurecido un poco más el cabello pero como lo había visto casi diario por el videochat no sentía que hubiese mucha diferencia.

Jeanne tan metida en su papel realizó todos los movimientos que ella se imaginó mientras leía el libro. Caminando a la ventana, abriendo las pequeñas puertas corredizas para salir a un "balcón" y sentarse allí con un elegante brinco. Julián siguiéndola manteniendo su distancia con una expresión de cansancio.

Ha sido mi culpa —dijo Julián o más bien Julian—. Pude haber prevenido todo soltó un profundo suspiro—. ¿Te han herido mucho?

Brenda volteó a verlo obsequiándole una intensa mirada que en segundos se suavizó hasta conseguir una sonrisa por su parte.

Unos golpes, nada mortal respondió.

Yo...

Sé que te estarás culpando y no te detendré, pero no se te ocurra hacerlo frente a mí espetó Brenda.

Julian se acercó a ella lo suficiente para poder apoyar su frente en la de ella. Ambos cerraron sus ojos ante el contacto de la piel contra piel y en sincronía se movieron para conseguir alinear sus bocas.

¿Vas a besarme? preguntó Brenda en un susurro.

La respuesta de Julian fue esa acción. Sus labios se unieron.

Y la magia acabó ahí. Jeanne estaba tensa desde el primer segundo en que sus labios hicieron contacto, no importaba todo lo que Julián hiciera para conseguir tranquilizarla ella estaba reacia a besarlo.

Que forma de arruinarle su escena favorita.

—Es la sexta vez que repetimos la escena —dijo el director sin ocultar su molestia.

—¿Puedo decir corte? —habló Brenda colocándose a su lado mientras le señalaba el megáfono. Quedó entre el director y Lili, la autora. Ella pareció reconocerla enseguida pues le sonrió animadamente.

—¿Quién eres? —le preguntó el director.

—Es Brenda —respondió Lili—. No la Brenda de mi libro sino la hermana menor de Jeanne. Han venido a visitar el estudio. Ya tenían permiso.

—Brenda... —musitó el director.

—¿Puedo decir corte? —insistió. El hombre sin quitarle la mirada le entregó el megáfono y ella dirigió su vista a Julián y Jeanne que aún seguían besándose. Colocó el aparato sobre su boca antes de tomar aire—. ¡Coooorte! —gritó fuertemente—. Jeanne se supone que estás en un momento de lujuria con Julian, debes parecer ansiosa por pasar al siguiente nivel no poner cara de sufrimiento como si te fuese a aventar por el balcón —la señaló acusadoramente. Ambos muchachos la vieron confundidos hasta que Julián le sonrió mientras negaba con la cabeza—. ¡Julián! Tú estás bien, pero se supone que acabas de salir de la ducha, que alguien te rocié agua sino se le quita toda la sensualidad a la escena ¿dónde está la manguera?

Le entregó el megáfono al director y todos soltaron carcajadas.

Julián ahuecó sus manos alrededor de su boca.

—Definitivamente eres tú —le gritó y ella volvió a agarrar el megáfono.

—Por supuesto que lo soy. ¿Cómo osas dudarlo? —le respondió.

Ni Jeanne ni él se habían movido de sus posiciones hasta que alguien les dio la indicación. Por lógica primero debía haber ido a saludar a su hermana pero Julián ya se había adelantado quedando frente a ella. Ambos se sonrieron antes de abrazarse. Debido a la diferencia de estatura Julián terminó levantándola en sus brazos envolviéndola fuertemente. Unos segundos después se separaron.

—Ella —escuchó una voz por detrás y sintió una mirada en su nuca que le erizó la piel—. Ella, por favor.

Sin embargo antes de voltear para matar con la mirada a quien sea que la veía tan fijamente escuchó el grito agudo de su hermana cuando era levantada por los aires. Volteó a verla y sonrió con malicia cuando vio como Matt la besaba.

—Jeanne acaba de besar a Julián y ahora besó a Matt, técnicamente ustedes dos se acaban de dar un beso indirecto —se burló en voz alta y soltó una carcajada al ver la expresión de Matt. Ambos muchachos se tallaron frenéticamente los labios provocando más carcajadas por parte del equipo de la producción.

—Supongo que esto es un descanso —dijo Julián tallando su mano en el pantalón.

Volteó a verlo y apartó su vista casi de inmediato apretando sus manos a los costados... Julián seguía sin camisa y lo había abrazado así...

—Por favor tú —la señaló el director poniéndose frente a ella—. ¡Te necesito!

—¿Qué? —preguntó confundida.

—Me presento, soy Alessandro, el director de esta película. Como sabrás es un film independiente lo que significa que no tenemos mucho presupuesto y eso nos ha traído algunos inconvenientes, por ejemplo el hecho que solo tenemos una doble para Jeanne y hoy no pudo venir porque amaneció enferma.

—¿Y a mí me importa por qué? —cuestionó alargando la última "e" de su pregunta.

—Te llevas bien con Julián ¿no? —ella asintió en respuesta—. ¿Crees que podrías realizar una prueba para esta escena?

—Espera —habló Julián poniéndose frente a ella—. No es actriz y ni siquiera se parece tanto a Jeanne.

—Las dobles ni siquiera se parecen a los actores —señaló Alessandro y se movió para poder verla—. ¿Te gustaría tratar?

Brenda levantó una ceja y se cruzó de brazos.

—Es cierto lo que dice Julián, no soy actriz —habló con desinterés pero en cuestión de segundos una sonrisa empezó a formarse en su rostro—. ¡Pero diablos, sí! —exclamó con felicidad dando saltitos en su lugar—. Estamos hablando de mi trilogía favorita y la posibilidad de participar en su película. Acepto ¿Dónde firmo? Ah, espera ¿no hay contratos y esas cosas?

Alessandro se acercó a ella pasándole un brazo sobre sus hombros.

—Soy el director y esas formalidades me las paso por el arco del triunfo —le señaló al infinito con un dedo.

—¿Quieres que haga ESA escena con Brenda? —preguntó Julián con una alarma en sus ojos—. No puedo besar a mi amiga.

—El arco del triunfo para tus peticiones —dijo Alessandro con burla—. Vamos alisten a esta chica para grabar.

—Espera, ¿no sería adecuado hacer primero una prueba antes de que pierdan el tiempo caracterizándome?

—El arco del triunfo —volvió a repetir.

—Te voy a dar tu arco del triunfo —empezó a hablar pero unas manos empezaron a jalarla hacia una habitación.

* * *

Vio cómo se llevaban a Brenda hacia los vestidores y cuando desapareció volteó a ver a Alessandro que lucía emocionado.

—¿Cómo se te ocurre tomar una decisión tan estúpida como esa? —le reclamó.

—Admítelo, Jeanne no podrá hacer esa escena y necesitamos que quede esto para ayer. Además si son amigos un beso no significará nada. No sé pero ella ha caído del cielo en este día es idéntica a Jeanne y por su actitud siento que es la Brenda salida del libro. Tú que la conoces más ¿no te parece?

Era verdad, Brenda podría haber sido la Brenda del libro y apostaba su cabellera rubia marca registrada a que si hubiese sido actriz ella sería la protagonista en lugar de Jeanne, pero en esa realidad ella solo era fotógrafa y ahí debía quedarse. ¡No podía actuar en ese tipo de escena con ella!

Después de más de media hora Brenda salió corriendo del vestuario caracterizada como Brenda. Usaba el mismo vestuario que Jeanne, un short muy corto, un brazalete en el tobillo y esa blusa blanca con agujeros que le dejaba al descubierto el vientre. La habían maquillado un poco pintándole unos rasguños en el rostro, producto del contexto en la historia, pero además le habían afinado más la cara desapareciendo parte de sus mejillas.

Sin embargo no pudo evitar sonreír al verla en posición de ataque cuando se acercaban a ella con un rociador de agua.

—Necesitamos humedecerte el cabello —le insistió una de las asistentes de imagen—. Recuerda que según la historia acabas de salir de la ducha.

—Tardé como una hora para peinarlo así —señaló su cabello ondulado. ¿No era ondulado siempre?

—Sí, estoy de testigo —habló Matt afirmando con un fuerte asentimiento.

—Te lo volveremos a peinar después. Debes saber que cada minuto perdido es dinero tirado a la basura —le advirtió una de las mujeres.

Después de una discusión Brenda accedió a que le humedecieran el cabello y al mismo tiempo a él lo empezaron a preparar de nuevo. Le despeinaron el cabello, acomodaron la cadena de plata que usaba su personaje y rociaron su pecho con agua dejando que gotas de agua se deslizaran por su abdomen. No le gustaba mucho la sensación.

—Está lista —habló una de las mujeres a Alessandro que corrió hacia Brenda para admirarla como si fuese un trofeo.

—Eres perfecta, si tan solo fueses más alta —Brenda le vio con ganas de asesinarlo—. Pero es un detalle mínimo que no se notará. Correcto —volteó hacia el equipo que ya estaba regresando a sus posiciones y empezó a dar indicaciones—. Primero haremos un repaso con los dos y después se grabará la escena.

¿Entonces por qué lo habían mojado desde ahora si primero iban a ensayar?

Se acercó hacia Brenda y apretó sus manos a los costados.

—No hay problema si no te sale a la primera —se acercó Lili tratando de darle ánimos—. Sabemos que no eres actriz y además no has leído el guión.

—¿Es igual a la escena del libro? —preguntó Brenda. Lili asintió en respuesta y ella sonrió con confianza—. Entonces me la sé completamente.

—En el guión es un poco más ligera por ejemplo Julian no le quita la blusa a Brenda, de hecho la escena se corta justo ahí. No tienes que preocuparte por eso.

—Yo no me preocupo —respondió en tono burlesco volteándolo a ver.

—Muy bien, entonces un ensayo antes de grabar la primera prueba —sugirió Lili.

Brenda se apresuró a acomodarse en su posición, justo en medio de la habitación construida y él de acomodó en la supuesta puerta del baño como si acabara de salir de la ducha.

—Primero caminarás hacia la ventana corrediza, apoyarás tu mano mientras finges observar el paisaje y en seguida la abrirás...

—Luego salgo, me subo al barandal del balcón y espero a Julian hasta que se acerque, se ponga de mártir y luego tratará de besarme pero como es disque tímido lo tengo que provocar hasta que lo haga —repitió exactamente lo que sucedía en el libro.

—Así es —Lili lucía sorprendida—. Después Julian te tomará de la cintura y tú vas a poner...

—Sí, en serio, sé lo que tengo que hacer. Cuando escuchemos el corte nos detenemos ¿no? —preguntó.

—Perfecto. Yo sabía que ella era la indicada —interrumpió Alessandro—. Ensayaremos una vez sin besos y luego veremos qué pasa.

Definitivamente era una película grabada por novatos, no juzgaba mucho el trabajo pues hasta ese momento todo había sido controlado y profesional pero esa idea era tonta, pidiéndole a alguien que no era actriz que hiciera el trabajo que no le correspondía. Que absurdo.

Decidió meterse en su papel y así realizaron el primer ensayo apenas tocándose y él sin poder ver a Brenda a los ojos pues cuando lo hacía ella se burlaba. El ensayo se repitió 4 veces hasta que Lili y Alessandro quedaron conformes.

—Muy bien, grabaremos la primera prueba. ¡Vestuario! —gritó Alessandro y las mujeres fueron corriendo hacia ellos—. Arreglen los detalles.

Ella empezaron a hacer su trabajo mientras Lili observaba a Brenda con interés, cuando terminaron se alejaron y ella le dio el visto bueno a Brenda.

—Ya empezaremos ¿tienes alguna duda cariño?

Brenda se quedó pensativa y asintió.

—Sí, no entiendo por qué el sostén es negro si la blusa es blanca —dijo señalándose.

Definitivamente era Brenda.

El set se quedó en completo silencio y hasta que escucharon la señal de acción empezaron.

Brenda caminó con pasos lentos hacia la ventana corrediza que daba al balcón, apoyó una de sus manos con suma delicadeza y tras un suspiro abrió la puerta para salir dando solamente dos pasos para topar con el barandal que pequeño balcón, después de todo era un motel barato. Ella dio un ligero salto para sentarse en el borde y volteó solo dejó a la vista su perfil.

Él se acercó a ella caminando con cautela y nervios.

Ha sido mi culpamurmuró con cansancio—. Pude haber prevenido todo soltó un profundo suspiro sin apartar la vista de ella—. ¿Te han herido mucho?

Brenda volteó a verlo obsequiándole una intensa mirada tan característica de ella que en segundos se suavizó hasta conseguir que una sonrisa adornara su expresión.

Unos golpes, nada mortal respondió.

Yo...

Sé que te estarás culpando y no te detendré, pero no se te ocurra hacerlo frente a mí le advirtió.

Julian se acercó lo suficiente para poder apoyar su frente en la de ella. Al sentir el contacto de su piel cerró los ojos inclinando la cabeza para llegar a sus labios.

¿Vas a besarme? preguntó Brenda en un susurro.

Era el momento de besarla y sin embargo después de dos, tres, cuatro valiosos segundos no había dado indicio de hacerlo. Brenda le deslizó la mano desde su codo hacia su cuello y se inclinó hacia atrás para separarse.

—O eres un cobarde para si quiera intentarlo —añadió un dialogo que no estaba en el guión. Sonrió ladeando la boca y entrecerrando los ojos—. ¿Tienes miedo que mis besos te dejen sin aliento? ¿Sin vida?

La pequeña mano de Brenda se deslizó hacia su mejilla y él la tomó entre la suya para llevarla a sus labios.

—¿Y si te arrepientes? —le preguntó en un susurro.

—¿Y si tú lo haces? —contraatacó.

Soltó una risa cansada y se inclinó para unir sus labios.

Comenzó siendo un roce de labios, apenas presionando sus bocas pero al siguiente segundo alguno de los dos abrió más la boca dando la oportunidad para profundizar el beso. Cuando sintió las manos de Brenda subir por sus brazos hacia su cuello la atrajo más a él sosteniéndola con un brazo por la cintura dándole la oportunidad a ella de enredar sus piernas alrededor de su cadera y gracias a ese movimiento dejándola unos centímetros más alta.

Pasó su brazo libre por sus glúteos levantándola más y empezó a caminar con ella hacia la cama.

No recordaba bien en ese momento qué debía hacer, ¿eran cinco o seis pasos antes llegar a la cama y dar media vuelta para dejarla sobre el colchón?

Ella se separó apenas un segundo pero inconscientemente volvió a besarla y perdiendo la cuenta de los pasos que llevaba cayó él sobre el colchón de la cama con ella quedando sobre él. Se quedaron así y empezó a recorrer con las manos su espalda por debajo de la blusa sintiendo la cálida piel.

Brenda suspiró entre un beso y él se encargó de girarlos para ahora ser su turno de estar sobre ella. Pasó una mano por debajo de ella para atraerla hacia él, sintiendo como la piel desnuda de su vientre chocaba contra su abdomen, la calidez de la piel contra piel rozándose le hizo nublar sus sentidos por completo.

Acarició su espalda siguiendo el recorrido hacia su vientre y llegando hacia sus piernas deteniéndose ahí para repartir delicadas caricias. Empezó a disminuir el beso para bajar hacia su cuello y dejar un camino de besos.

No se enteró si fue su imaginación o alguien en el estudio gritó "corte".

* * * * * * * * * * * * * * * * *

Hola! :D

Espero que les haya gustado este capítulo y sigan leyendo esta nota de autor que muchos suelen ignorar.

Como dije en mi página de Fb, estoy en finales de la universidad lo cual significa que no voy a publicar en un tiempo. Me han estado diciendo que deje de ignorar sus preguntas acerca de cuando voy a actualizar pero si en mis notas al final de los capítulos aviso y en mi Fb que no tengo tiempo me tomaré la libertad de no responder esas preguntas. Sobre aviso no hay engaño, ya no es mi culpa que no lean todo lo que aviso ;)

Si les gustó el capítulo pueden darme una estrellita o dejarme un comentario, si son demasiado generosos y me quieren dejar ambos se los agradeceré de corazón :D

Muchas gracias por su apoyo y comprensión para aquellos que son pacientes. ¡Saludos! 

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