East Of Heaven ~ Larry Stylin...

By MrsHorik

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Harry es un adolescente víctima de bullying, todos sus compañeros lo maltratan y lo insultan por ser homosexu... More

East Of Heaven ~ Larry Stylinson
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
AVISO
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
¡TRAILER DE LA NOVELA!
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 25
Twitter, bitches.
Capítulo 26
Capítulo 27 - Maratón 1/2
Capítulo 28 - Maratón 2/2
Capítulo 29
Capítulo 30
AYUDA!
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Link 2ª Temporada
Capítulo 47
Capítulo 48
Aviso.
Capítulo 49 - FINAL
Epílogo ♥
Hola... Otra vez.

Capítulo 24

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By MrsHorik

¡Hey!
Me he fijado en que no solo hay chicas leyendo mi novela, sinó que también hay algunos chicos quienes votan y comentan. Me gustaría que supierais que me encantan vuestros comentarios, sois lo mejor.

Y, en especial, me gustaría dedicar éste capítulo a  0nlyweird porque es adorable y siempre me saca una gran sonrisa al escribir sus comentarios.
Un saludo :D

7:43 a.m.

-Harry, el primo de Louis ya está aquí –Gemma frunció el ceño mirando por la ventada de al lado de la puerta de entrada, sus brazos cruzados sobre el pecho.

-Con la pinta de matón que tiene, y lo puntual que es –me quejé dejando a Dusty en el sofá- ¡Todavía no me he puesto los zapatos!

-Si dejaras al gato en paz, quizás ya estarías arreglado –gruñó, abriendo la puerta lentamente para salir hacia fuera-. Espabila y no le hagas esperar.

-¡Pero es pronto todavía!

-Harry, haz caso a tu hermana –me ordenó mi madre desde arriba.

Rodé los ojos y vi como Gemma cogía el paraguas y salía a toda prisa hacia fuera llevando sus zapatillas con forma de conejito rosa. Ya está, se había vuelto loca.

Terminé de ponerme los zapatos a toda prisa y corrí a por mi mochila. Cuando ya me encontraba dispuesto a salir me percaté de que no llevaba las llaves, así que tuve que volver a subir a mi habitación para cogerlas.

-¡Hasta la noche mamá! –Grité y miré a Dusty-. Nos vemos luego, Dus.

Salí de casa a toda prisa cogiendo mi paraguas y miré el reloj de mi muñeca. 7:48 a.m.

Mientras corría pude ver algo que nunca imaginé que vería. Gemma y Ed reían animadamente en el interior del coche. Sí, Ed la había dejado pasar a SU coche, y compartían una conversación realmente animada. Gemma riendo. Ed riendo. GEMMA Y ED RIENDO. Los seres más antipáticos que jamás había visto estaban… riendo… juntos.

Estaba seguro que maquinaban algo malévolo en mi contra.

De repente noté como mis pies deslizaron por el suelo a causa del agua, las suelas de goma de las Converse no ayudaban mucho los días lluviosos. Así que bueno, me pegué de morros contra el cristal del coche, llamando la atención de ambos.

La puerta de abrió, yo me sobé la nariz con fastidio.

-¡Harry! –Gruñó mi hermana- ¡Mira que llegas a ser torpe! Me avergüenzas delante de Ed.

¿Gemma preocupándose por la opinión de alguien? Ay. Aquí pasaba algo raro.

Escuché una risita por parte del pelirrojo en el interior del coche.

-Niño, acepto que te guste mi coche, pero no te lo comas que no necesito –sonó divertido.

Gemma salió del coche entre risas y abrió el paraguas al instante, empezaba a llover fuerte.

-Hablamos luego Ed –le sonrió tiernamente, de una manera que nunca había visto en ella-. Me gustaría… A mi madre y a mí nos gustaría que alguien cercano a Louis se pasara por casa, ya sabes, para conocer mejor a la familia…

Le di vueltas al paraguas impacientemente, me estaba mojando los pies.

-Gemma, llegaré tarde –me quejé.

-A mí también me gustaría pasar tiempo con… vosotras –dijo él, ambos ignorándome-. Vuelvo luego, ahora tengo que llevar el niño al instituto.

Harry. Es Harry –pensé.

Ella se apartó a regañadientes dejándome entrar al coche del pelirrojo. Le cerré la puerta en las narices. Ed me obligó a bajar la ventanilla y entonces pudimos escucharla suspirar dramáticamente.

-¿Gemma? –él se inclinó hacia ella, aplastándome- Me gusta tu pijama… y las zapatillas. Son originales.

Sus mejillas se tiñeron de un color carmín intenso, una de las pocas cosas que nos caracterizaban a los dos y dejaban saber a la gente que de verdad éramos hermanos. Físicamente, Gemma era un clon mío con peluca y tacones. Pero su carácter… bueno, ella era especial. Se podría decir que éramos polos totalmente opuestos.

Finalmente acabamos por arrancar y emprender camino al instituto.

-Al final llegarás tarde –bufó con la mirada clavada en la carretera.

Abrí la boca con incredulidad y le dediqué una de mis mejores miradas de odio y desprecio, alzando los brazos de manera exagerada, sin entender por qué la culpa resultaba ser mía.

-¡Pero si has sido tú el que se ha entretenido con mi hermana…! –la voz se me fue apagando poco a poco y bajé los brazos de sopetón, golpeándome los muslos- A propósito, ¿qué ha sido eso?

-¿Eso, qué? –alzó una ceja manteniendo su postura de pasotismo.

-Eso. Os habéis puesto a flirtear el uno con el otro. ¿Por qué?

-Porque tu hermana está buena –sonrió.

Eso ya era el colmo de los colmos.

-Lamento tener que discrepar, Ed, pero…

-Pues no lo hagas, niño.

Sus respuestas cortantes no eran algo realmente agradable a las ocho de la mañana… Ni a ninguna otra hora. Su pasotismo comenzaba a tocarme un poco lo que no suena.

Suspiré frustrado y apoyé mi barbilla en la mano, mirando por la ventanilla empapada. Enormes gotas de lluvia no dejaban de precipitarse por todos lados, haciendo que Ed tuviera que aumentar la velocidad del parabrisas y al mismo tiempo reducir la del mismo coche. Si no lo hacía, terminaríamos por matarnos de un resbalón de neumáticos, y ninguno de los dos quería eso.

Entonces Perrie cruzó mi mente, haciendo que me incorporara saliendo de mi trance para mirar a mi acompañante.

-Ed.

-Niño.

Sorprendentemente la fuerza de la lluvia aumentó todavía más al mismo tiempo que un rayo iluminó el cielo por completo, seguido de un gran estruendo que me hizo saltar del asiento.

-¿P-Podemos ir e-en b-busca de una am-miga? –tartamudeé, totalmente aterrorizado.

-Oh, venga ya. ¿Te has asustado, niño? –rió divertido.

-N-no. ¡Responde!

-No tengas miedo, no morirás por una tormenta eléctrica.

-No cambies de tema, simplemente me ha pillado desprevenido –mentí-. Por favor, ella va andando, se mojará y…

Me callé, extrañado, en el momento que el coche comenzó a reducir la velocidad hasta el punto de pararse. El silenció se apoderó del vehículo por unos segundos, lo único que se escuchaba eran las grandes gotas chocar contra los cristales y los parabrisas trabajar a mil por hora.

-Mierda –despejó sus manos del volante y se echó hacia atrás con un suspiro.

-¿Qué pasa?

-¿Tenías muchas ganas de ir hoy al instituto, niño?

Fruncí el ceño. ¿Quién tenía ganas de eso?

-Pues no…

-Bien.

-¿Qué ocurre?

Él sonrió y ladeó la cabeza hacia abajo, metiéndose la mano en el bolsillo para sacar una cajita blanca y un mechero. ¿Se iba a poner a fumar?

Sacó un cigarrillo de la caja y se la volvió a guardar, después lo prendió y se lo metió entre los labios.

Sí, se iba a poner a fumar.

-No fumes.

-Porque me lo pides tú, ¿verdad?

Rodé los ojos. Seguía sin entender cómo podía estar relacionado con el bueno de Louis.

-No me gusta el humo del tabaco –me quejé.

-Estás en mi coche, y nadie te obliga a quedarte. Si no te gusta, baja y te vas andando.

Dicho eso le dio una calada al cigarrillo y el muy cabrón me tiró todo el humo en la cara, haciéndome toser. Lo odié por eso.

-¿Me dirás por qué hemos parado, o no?

-Sí.

Me dieron ganas de darle una patada voladora en toda la cara al estilo Jackie Chan y borrarle aquella estúpida sonrisa prepotente de los labios.

-¿Por qué hemos parado? –suspiré, recordando que debía elegir las preguntas correctas.

-No seas idiota y mira hacia adelante, niño –señaló la carretera con la barbilla, volviéndose a meter el cigarro en la boca-. Algún día la obviedad te comerá si te despistas.

Miré a través de la gran tela de agua que cubría los cristales, aprovechando los momentos en los que el parabrisas decidía pasar y dejarme ver algo de carretera. Me di cuenta de que estaba todo inundado.

-Oh –suspiré

-Pensé que te echarías a dar saltos de alegría, niño. Todos los niños lo harían. Podrás pasar el viernes en casa. Mola ¿eh?

¿Viernes? Espera, ¿era viernes? Viernes… ¿viernes? ¿Cómo había pasado todo tan ráp…? ¡Mierda!

-¡¿VIERNES?! –chillé.

Él me miró con el ceño fruncido sin entender mi alteración.

-Sí. No hay nada de malo en ello, niño. Ahora tendrás tres días de vacaciones… Aunque, viendo las previsiones que hay para los próximos días no creo que vayas a salir mucho de casa.

-¡Tres días! –juro que quise morir.

Mis tres días. Mis tres días con Louis. Y estaban a punto de irse a la mierda.

-Niño, eres más raro que un perro verde.

-Vuelve a casa, ¡vuelve a casa!

Necesitaba escuchar las noticias que siempre daban a las nueve de la mañana y enterarme si las carreteras estaban cortadas a las afueras del pueblo. Era viernes, debía ver a Louis y pasar el fin de semana con él.

-Hm…

-¿Qué pasa? ¡¿No me has escuchado?! ¡Vuelve a casa!

-No me gusta que me digan lo que tengo que hacer, niño, y menos si me gritan. Volveré a tu casa si quiero volver. Es mi coche y soy yo el que conduce, ya te he dicho que si no te gusta, bajas y te vas andando.

Qué pesadilla de hombre.

Si él quería que me bajara, lo haría. No iba a caer otra vez en el truquito del coche, no, ya lo hice una vez estando en el coche de Louis y no iba a picar una segunda.

-De acuerdo –gruñí.

Cogí mi paraguas a mala gana y me llevé la mochila a la espalda antes de abrir la puerta y salir de un salto. Un salto del que me arrepentí. Cuando mis pies tocaron el suelo el agua me llegó hasta los tobillos y todo salpicó a mis pantalones negros, dejándome calado hasta los huesos.

-¡Niño! –Ed me llamó desde el interior.

Comencé a caminar ignorándole por completo y concentrando toda mi atención en el paraguas abierto en mis manos que luchaba por no salir volando a la mínima ráfaga de viento. Un pequeño paraguas negro nunca ayudaba demasiado con una tormenta como esas.

Recé todo lo que pude y supe para que el auto negro arrancara de nuevo y retrocediera para venir a recogerme antes de que cogiera una hipotermia, pero no. No lo hizo. El muy hijo de su madre se quedó ahí quieto contemplando cómo yo caminaba con dificultad en aquella balsa de agua enorme, mojándome de pies a cabeza.

NARRA LOUIS

-Según Meteorología, un frente frío de rápido desplazamiento ingresará al país y generará la formación de tormentas puntualmente fuertes. Se previene una intensa actividad eléctrica, rachas de viento de 75 a 120 Km/h y caídas de granizo. Las carreteras se mantendrán cortadas delante el riesgo de inundación y las escuelas y lugares públicos se mantendrán cerrados hasta nuevo aviso. Os mantendremos informados a lo largo del día.

Suspiré frustrado y rodé los ojos. Podrían haberlo dicho cinco minutos antes y me hubiera ahorrado el subirme al coche. Cambié de emisora de inmediato e hice girar el volante mientras “Time After Time” de Cyndi Lauper comenzaba a sonar en la radio.

Bendita música de los 80.

Comencé a cantar como un idiota en el trayecto de vuelta a mi casa.

-If you’re lost you can look and you will find me, time after time. If you fall I will catch you, I’ll be waiting, time after time.

En ese momento, mi peque me pasó por la cabeza. ¿Qué estaría haciendo Harry en esos momentos? Pensé en Ed y en que seguramente no había sido buena idea que le dejara cuidar de mi Ricitos, él era un bestia total y si alguien le tocaba un poco las narices y le hacía cabrear, las pagaría caras.

Decidí apresurarme y llegar pronto a casa para poder llamarle… O mejor llamar a Harry, que él seguro que me respondería. Necesitaba hablar ya con aquél bebé rizado, echaba de menos su voz.

Eres un maldito cursi, Louis –pensé con una sonrisa en mis labios.

Abrí la puerta de entrada a toda prisa, me estaba empapando. Liam me dijo que había salido a pasear con los chicos y el perro porque se aburrían en casa. Me imaginé al castaño cargando con la silla de ruedas de Zayn y a Niall gritándole a Hatchi “maldita rata peluda” cada vez que éste ladraba mientras corrían por la calle para refugiarse por ahí. Si hubiera un casting para hacer de protagonistas en El Arca De Noé, ellos se llevarían el papel de tirón.

-¡Mamá, están las carreteras cortadas! –grité al entrar-. ¡No intentes llevar a las niñas al colegi…!

Dirigí la mirada hacia el salón y vi a mi madre repartiendo toallas a mis hermanas, todas con el pelo empapado y la ropa chorreando. A Lottie se le había corrido el maquillaje.

-No lo habíamos notado –rió mi padre, saliendo de la cocina con varias tazas de chocolate caliente en las manos.

-Uy –reí acercándome a mi madre-. Dame una toalla mamá, que parezco una cascada viviente.


Después de secarme un poco corrí a mi habitación y me encerré en ella, comenzando a llamar a Harry. No quería que me escucharan decir todas mis cursilerías, tenía bastante con escucharlas yo mismo. Me daba vergüenza ajena. Después de unos segundos una voz de muerto respondió al otro lado de la línea.

-¿S-S-Sí…? ¿L-Louis?

-¿Hazza? –fruncí el ceño mientras me sentaba en la cama- ¿Te ocurre algo?

-L-Louis t-tu primo m-me q-quiere mat-tar –titubeó.

Escuché sus dientes castañear y me temí lo peor.

-¡¿Qué te ha hecho?!

-M-Me ha dej-jado tirado en l-la carr… –se paró para estornudar- carretera.

-¡¿Qué?!

Abrí los ojos como platos y me levanté de la cama de golpe, casi tirando el móvil de mi mano.

-Est-tá lloviendo –escuché como se sorbía la nariz y soltaba un suspiro atormentado, comenzando a sollozar-. S-Se me ha r-roto el paraguas, hace m-mucho aire y... y… Louis… t-tengo frío.

Joder, joder, joder.

-Vuelve a casa, bebé. Vuelve a casa y quédate ahí, voy de camino. Voy a matar a ése imbécil que tengo como primo.

Corrí hacia el armario y atrapé la primera chaqueta que vi, para luego salir de mi habitación como un rayo.

-P-pero las carreteras est-tán…

-Que se jodan las carreteras –le corté-. No voy a dejar que cuide de ti, si es que se le puede llamar así, este fin de semana. Te quiero vivo para el lunes.

-Te quiero…

-Y yo a ti, amor –suspiré-. Si sigue lloviendo, entra en alguna tienda y espera a que pare de llover. Te llamaré cuando llegue a Cheshire.

Finalicé la llamada y bajé las escaleras de dos en dos.

-¡Mamá, me voy a Cheshire! –grité así como el que va a buscar el pan.

-¿Acaso planeas ir nadando, o qué? –Se acercó a mí justo cuando ya comenzaba a abrir la puerta-. Tú no te vas a ningún sitio. ¿No has escuchado la radio? Está todo inundado.

Casi salgo. CASI.

-Mamá, Harry está con Ed. Bueno, estaba antes de que lo dejara tirado en la carretera mientras llovía.

Alcé una ceja cuando ella pareció entender.

-¡¿Has mandado a tu primo con Harry?! ¡¿Qué quieres, matarlo?!

-¿Puedo ir ahora o no?

-No.

-¡Mamá, que me voy a quedar viudo!

Lottie rió por detrás haciendo que mi madre rodara los ojos.

-De acuerdo, pero tu padre te lleva.

-No mamá, voy yo solo –cerré la puerta que había mantenido abierta todo aquél rato y corrí hacia arriba de nuevo- ¡Me quedaré el fin de semana con él!

Eso iba a hacer. Me iba a auto invitar a casa de mi novio y a quedarme a dormir al igual que él había hecho la semana pasada. Pero antes, iba a matar a Ed.

Corrí a mi habitación y cogí dos camisetas limpias, unos pantalones tejanos, algo de ropa interior y mi gorro rojo, aquél que Harry tanto admiraba sin ningún motivo. Lo apilé todo en la cama y corrí al lavabo para coger mi cepillo de dientes, para luego volver y meterlo todo en una mochila.

Salí despedido de nuevo hacia abajo y comencé a repartir besos a todo el mundo, incluidas Molly y Jess, los gatitos.

-¡Adiós familia! –vociferé abriendo la puerta de par en par haciendo entrar una ráfaga de aire.

-Si te pasa algo me llamas, ¿sí? –mi madre se acercó a mí y me besó la cabeza.

Odiaba cuando hacía eso.

-Sí, mamá, sí. Deja de preocuparte. Adiós, te quiero.

NARRA HARRY

Hacía ya dos horas que había regresado a casa, chorreando y temblando de pies a cabeza. Ahí me esperaban mamá, Gemma y Ed.

Sí, Ed.

Él llego un rato antes que yo y aprovechó para contarle a mi familia que me había escapado del coche por mi cuenta y que él no había podido seguirme porque la carretera estaba inundada y el coche no podía avanzar, así librándose de tener la culpa y pareciendo todo un héroe al fingir estar preocupado por mí. Maldito estúpido mentiroso hijo de…

Mi madre se pasó más de un cuarto de hora echándome la bronca y repitiendo cada dos por tres lo preocupada que había estado y lo mucho que había sufrido al ver a Ed tan triste.

“Ha venido muy preocupado pensando en lo que le diríamos” –me dijo- “Parecía muy disgustado, le debes una gran disculpa.”

Y por mucho que me jodiera, tuve que disculparme por el hecho de que casi muero congelado, o peor, ahogado, al chico que casi provoca mi muerte. Qué irónico.

Para entonces me encontraba estirado en el sofá, tiritando de frío y sudando de calor al mismo tiempo, tapado con la manta que había tejido mi abuela años atrás. Bendita sea.

La fiebre me aumentaba por momentos y con ella el dolor de cabeza, el sudor y los tiritones de frío. Los ojos me pesaban de una manera increíble, lo único que me mantenía despierto eran las ganas de que Louis llegara.

Hablando del rey de roma, en aquél instante recibí un mensaje suyo.

¿Estás en casa? x

La luz de la pantalla me dolía demasiado a los ojos como para emplear mucho tiempo en una respuesta larga.

“Sí.”

Y a los diez segundos exactos el timbre sonó, haciendo que mi cabeza casi explotara con el pitido.

-¡Louis, Louis! –grité con voz ronca, deshaciéndome de la manta de un tirón.

Me levanté con torpeza del sofá sintiendo un gran mareo al incorporarme de golpe.

-¡Ya voy! –anunció mi madre, bajando las escaleras a toda prisa.

-¡No!

Salí corriendo con tan mala suerte de que me pegué un cabezazo con la pared que, por cierto, ¿desde cuándo estaba ahí? Qué mal estaba.

-¡Harry! –mi madre me miró asustada mientras abría la puerta.

-Quería abrir yo… –gruñí sobándome la frente, estirado en el suelo.

Sentía la sangre bombear en mis sienes y un mareo que no era normal. Creí ver una cebra naranja cruzar el techo del salón, por lo que supuse que la fiebre había llegado al punto límite. Dentro de poco me estallaría la cabeza. Cerré los ojos intentando que el dolor pasara.

-¡Louis! –El tono de sorpresa y alegría de mi madre era increíble- ¡Ay dios mío! ¡Qué guapo, y qué alto! ¡Harry, Harry, ven! ¡Oh, madre mía, pasa dentro Louis que te vas a empapar! Ahora te traigo una toalla, espera. ¡Harry levanta del suelo!

Ni que no quisiera, joder.

-Gracias por la ayuda, mamá…

Escuché una risita angelical a mi lado así que abrí los ojos de nuevo, encontrándome con la criatura más perfecta en el mundo que me observaba con ternura.

-Hola bebé.

-¡Louis! –se me aguaron los ojos y traté de incorporarme, él me ayudó.

Había extrañado tanto su tacto… Sin quererlo, me eché a llorar como un recién nacido. Estúpida fiebre que hacía volverme loco.

-Te he echado de menos, amor –susurró, abrazándome.

Gracias al cielo, alguien que no gritaba en aquella casa. Me abracé a su cuerpo, su ropa fría y húmeda resultó ser un gran alivio cuando rozó mi frente.

-Y yo a ti, Lou… Te he extrañado mucho.

-Estás ardiendo, peque –de repente noté como si flotara y abrí los ojos sin haber sido consciente de cuando los había cerrado-. Tranquilo, te llevo al sofá. No llores cariño, ya estoy aquí.

Me estaba llevando en brazos al sofá mientras me susurraba, tratando de no alzar mucho la voz para que estuviera más relajado… él me entendía. Lentamente me volvió a dejar tumbado.

-Louis… –me miró fijamente esperando a que hablara-. Te ha salido barba…

Se rió por lo bajo, aunque no entendí por qué. Admiré la manera en la que aquella pequeña barba comenzaba a asomarle por la mandíbula, era algo precioso. Quizás exageraba un poco, pero a mí me parecía perfecto. Alcé la mano y le toqué la mejilla, que ahora comenzaba a raspar.

-¿No te gusta? –sonrió mientras mi mano le acariciaba repetidamente la cara.

Asentí con pesadez y levanté la otra mano llevándola a su otra mejilla.

-Es muy bonita…

-¿Bonita? –rió.

-Sí… Tú eres bonito…

Negó con la cabeza, divertido.

-Te ha afectado mucho la fiebre, ¿eh?

Traté de sonreír aunque no sé si lo conseguí, luego cerré los ojos de nuevo, sintiendo un gran alivio. Me dolían demasiado, no podía mantenerme despierto. Me acarició las manos y lentamente las bajó hacia el sofá haciendo que dejara de tocarle.

-Aquí tienes tu toalla, Louis –escuché decir a mi madre con la voz algo más alta de lo normal.

-Gracias, Anne –dijo él en un susurro-. Harry se está quedando dormido, la duele la cabeza, así que…

-Oh, entiendo –ella bajó el tono-. Gracias por cuidar tanto de él, cielo.

-No importa, al fin y al cabo es mi novio, ¿no?

Sentí su mano apretar la mía y sonreí. Aquello me lo había dicho a mí.

-Harry tiene mucha suerte de tenerte –dijo, su voz se alejaba cada vez más, hasta el punto que dejé de escucharle.

-Yo tengo suerte de tenerle a él –escuché decir a Louis, quien comenzó a acariciarme los rizos.

-Te quiero –murmuré.

Algo frío se paró en mis labios, presionándolos con cariño. Lo había echado de menos. Mucho. Demasiado.

-Y yo a ti –susurró, besando mi frente-. Duerme, amor, te irá bien.

-Hm…

Escuché pasos lejanos y unas cuantas voces y risas provenientes de la escalera, una de ellas era de Gemma, la otra… mierda, la otra…

-¡Primo! ¿Qué tal, Lou?

De repente dejé de sentir su mano en mi cabello y noté como se levantaba delante de mí.

-Serás hijo de puta –escuché decir a Louis.

Para entonces las voces desaparecieron y todo se volvió más negro de lo que ya era, mi cuerpo dejó de pesar tanto y el dolor de cabeza pareció disminuir, dejando paso a un sueño profundo.

He estado leyendo todos y cada uno de vuestros comentarios y peticiones y me he dado cuenta de que TODOS queréis a Ed y la mayoría queréis que de vez en cuando narren Louis y Zayn, así que de ahora en adelante tendrán más protagonismo. Pero tranquilos, que Harry seguirá siendo el narrador principal :D
Por cierto, he estado leyendo muchos comentarios en twitter (os vigilo mwahaha) y quiero decir que ¡SOIS UN AMOR!  Gracias por vuestro apoyo ♥
Votar y comentar si os ha gustado, nos vemos pronto ♥

Besiis

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