Su dulce debilidad ©

By TRomaldo

791K 55K 10.6K

Reece Wood no era un chico bueno pero tampoco era cruel. No bebía en exceso pero ello no significaba que no l... More

PRÓLOGO
CAPÍTULO 1: EL TRATO
CAPÍTULO 2: Un Amigo De La Infancia
CAPÍTULO 3: EL JUEGO EMPIEZA
CAPÍTULO 5: CAMBIO DE IMAGEN
CAPÍTULO 6: EL PRIMER ERROR
CAPÍTULO 7: ¿JAKE ESTÁ ENAMORADO?
CAPÍTULO 8: TODO EMPIEZ AQUÍ
CAPÍTULO 9: EL JUEGO EMPIEZA
CAPÍTULO 10: HERIDAS
CAPÍTULO 11: REECE EN ACCIÓN
CAPÍTULO 12: JACKSON NO ES EL ÚNICO QUE PUEDE AYUDAR
CAPÍTULO 13: VACACIONES Y FIESTAS
CAPÍTULO 14: DESEO
CAPÍTULO 15: JUGANDO
CAPÍTULO 16: PERDIENDO EL CONTROL
CAPÍTULO 17: BUSCANDO A AMY
CAPÍTULO 18: ¿SORPRENDIDO?
CAPÍTULO 19: LA PRIMERA VEZ
CAPÍTULO 20: CORAZONES ROTOS
CAPÍTULO 21: ¿ME PERDONAS?
CAPÍTULO 22: LA ÚLTIMA VEZ, REECE
CAPÍTULO 23: EL PERDÓN DE JAKE
CAPITULO 24: METIDA DE PATA
CAPÍTULO 25: CUANDO YA ES TARDE
CAPÍTULO 26: TAN LEJOS
CAPÍTULO 27: UN NUEVO JUEGO
CAPÍTULO 28: ENCUENTROS, DECEPCIONES Y CONFESIONES
CAPÍTULO 29: QUÉDATE CONMIGO ESTA VEZ
CAPÍTULO 30: DISCUSIONES
CAPÍTULO 31: UNA TARDE DE AMOR
CAPÍTULO 32: LA CURIOSIDAD DE REECE
CAPITULO 33: QUE EMPIECE EL JUEGO
CAPÍTULO 34: JESSICA
CAPITULO 35: RECUPERARLA
CAPITULO 36: SECRETOS DE HUNTER
CAPITULO 37: UNA NOCHE DIFERENTE
CAPÍTULO 38: AMY Y HUNTER
Capítulo 39: ELLA Y YO

CAPÍTULO 4: RECHAZADA

21.9K 1.5K 115
By TRomaldo

If I lose myself — OneRepublic

Rechazada

Pero era muy bueno para ser verdad.

Porque de pronto Reece se había detenido bruscamente y, girándose hacia ella, empezó a peinarse el cabello decididamente, arreglándose la camisa como si acabara de ver a alguien sumamente importante. Amy de todas maneras no supo lo que sucedió hasta que suaves pisadas llegaron a sus oídos.

Y si antes estaba nerviosa por Jackson, ahora sentía a punto de desmayarse allí mismo cuando la imagen de Ariel abarcó su campo de visión totalmente. Su respiración quedó atascada en la garganta, las pulsaciones tan aceleradas que parecía estarse sumergiendo en una terrible corriente de adrenalina insaciable.

Amy Donovan mpalideció aún más, asustada a más no poder y alejándose al menos a tres largas zancadas de allí cuando la pelirroja se colocó al lado de Reece, cuando se pudo de cuclillas y le dio un largo beso en la mejilla a Wood. La misma chica que se divertía haciéndole daño estaba delante suyo y Amy no podía sentirse menos insignificante e inútil. Su cuerpo no reaccionaba para otra cosa que no fuera temblar ligeramente y, al mismo tiempo, ponerse rígido, atento a cualquier movimiento. No podía jamás evitarse sentirse así cuando ella estaba cerca, cuando la miraba con tanto desprecio en su metro setenta y cinco que parecía capaz de desaparecerla de un solo golpe. La odiaba incluso más que a Jackson, le tenía tanto rencor que no dudaría en responderle con una dolorosa patada, si fuese capaz. Estuvo entre demasiado molesta al ver a Reece sonreír con coquetería, respondiéndole el saludo con un beso en la comisura de los labios que la hizo soltar un gruñido furioso por lo bajo.

Hasta qué la miró.

—Vaya... —rió la pelirroja, barriéndola con la mirada, aún colgada del cuello del muchacho—. ¿Tu nueva mascota?

Reece pareció estar a punto de soltar un comentario mordaz, al menos así le pareció a juzgar por la sonrisa cargada de burla, cuando se detuvo abruptamente.

—No, solo me pedía la hora. Ya se iba —respondió tajante.

Entonces todas las energías y dosis de valentía que le quedaron terminaron por drenarse de su cuerpo al oírle, su pecho desinflándose al asimilar que estaba dejándola plantada por la misma Ariel. Que, ademas, estaba negándola nuevamente.

—Creí que...

"Íbamos a empezar con el estúpido cambio"

Reece, sin embargo, y muy veloz, le cortó en media oración antes de que al menos pudiera terminar por delatarlo frente a su nueva conquista.

—Nada, no creíste nada, Amy. Ahora déjanos a solas —espetó antes de fijar toda su atención en la pelirroja que tenía removiéndose bajo el regazo.

Asqueroso

Pero aquello fue aún más que suficiente para que la furia la invadiera de pies a cabeza. Su puño se cerró y sus labios se fruncieron con dolor, toda ella golpeándose por dentro ante aquel apelativo.

Aveces ella simplemente era algo impulsiva.

Por eso no dudo ni lo pensó ni un segundo en ir y empujarlo con fuerza, denotando todas sus energías, no pocas, cuando lo hizo retroceder de tal manera que casi tropezó sí Ariel no lo sujetaba. Entonces un alarido desgarrador brotó de sus labios entonces, sus ojos se abrieron en dolorosa desmesura cuando sintió que retorcían su brazo de tal manera que pudo haber jurado que se lo arrancharían. Le dolió tanto que sus ojos se humedecieron no solo de rabia.

—Ariel, suéltala —espetó Reece lentamente—. Suéltala ya, no te metas en esto, preciosa.

"Preciosa"

Muy tarde pudo reaccionar cuando la pelirroja la soltó con el suficiente ímpetu como para haberla hecho tropezar y casi caer al suelo de bruces si, irónicamente, Wood no la hubiese sostenido. Aún así no dejó que siguiera acariciándole lenta y muy suavemente el brazo adolorido cuando se alejó de él como si su contacto le quemara.

No dijo nada y simplemente se fue pensando, una vez más, que no necesitaba la ayuda de nadie.

Los chicos como Reece eran simplemente compatibles con chicas como Ariel.

|...|

Días después, y sintiéndose estúpidamente ridiculizada, su mirada quedó atascada sobre la imagen de Reece susurrándole muy animado a una pelirroja al oído. Sus ojos se movían sobre la pareja empalagosa que no dejó de toquetear se en ningún momento, sobre el chico que coqueteaba con Ariel, aquella pelirroja que tanto odiaba, como lo más normal del mundo.

Por alguna razón no podía evitar sentir que le arrancaban una parte de su pecho cada vez que veía aquel panorama. Peor aún, no tenía idea de por qué parecía que restregaban el suelo con su corazón, que lo pisoteaban y lo descuartizaban en pedazos.

Como fuera, sólo estaba segura de algo. Estaba cansada, harta de que la trataran como si ella valiera lo mismo que una piedra. Estaba harta de todos, pero sobretodo de él.

—¿Puedo saber qué sucede? —murmuró una voz muy cerca suyo con suavidad, la yema de un dedo acariciándole de manera casi imperceptible la mejilla.

Tragó en grueso y se dispuso a no mirarlo cuando una mano rodeó sus hombros hasta empujarla contra un cuerpo mucho más grande que ella.

—Suéltame, Ross —espetó bruscamente, impaciente.

—Puede que no lo recuerdes, pero se supone que me esperarías en la tarde para ir al gimnasio —susurró sobre su cabeza con cierta decepción—. ¿Dónde... estuviste? Estuve esperándote ayer en el estacionamiento.

De una sacudida se zafó del agarre de Jackson. Conocía muy bien su juego, amable y encantador con ella frente a los demás pero molesto y fastidioso cuando estaban a solas. Si no lo conociera bien incluso pensaría que tenía una extraña manía con acorralarla en cualquier parte.

—Termina tu actuación, Ross, no estoy de humor.

Él insistió, soltando una risa y alejándose a un par de metros de distancia.

—Y yo tampoco. Ya son las cuatro y el estúpido de Reece me pidió esto, yo no hago las cosas gratis así que elige, ¿vienes o pretendes seguir siendo una pequeña enclenque?

Se puso de pie y lo encaró envalentonada, molesta por fastidiarla y, peor aún, por la pareja que no dejaba de manosearse en la mesa contigua del comedor.

—No soy una pequeña enclenque —espetó.

Aunque quizá alguien como él sí podía enseñarle mucho. Así podría defenderse de estúpidas como Ariel y no se dejaría amedrentar jamás por él mismo cuando se le daba por fastidiarla.

—¿Entonces qué esperas? —sonrió Jackon ampliamente, como un niño en Navidad que recibía el juguete que tanto quería—. Empecemos, sé que te mueres por darle un buen golpe a Drake —farfulló de pronto a centímetros de distancia, el rostro de Ross bajando imprudente por su oreja, acariciándola con los labios de manera imperceptible.

—O a ti.

¿Cómo podía estar tan cerca de él sin temblar? Quizá estaba demasiado furiosa con el mundo como para importarle que otro más pudiera hacerle daño. Por supuesto, no dejaba de detestarlo con todas sus entrañas.

—O a mí, prometo dejar que me beses si eres buena alumna.

—No, qué asco.

La sonrisa de Jackson se borró antes de tomarla del brazo y conducirla por todo el pasillo.

—Ya quisieras besarme.

—Sí, claro, Ross, lo que digas.

Su sonrisa triunfal quedó petrificada cuando llegaron frente a una moto negra y elegante que jamás había visto en su vida. El ceño fruncido porque algo ahí era demasiado extraño cuando Jackson se apoyó en esta con los brazos cruzados y una sonrisa egocéntrica.

—¿Qué tal? ¿Te gusta? —dijo él en un largo suspiro, palmeando el asiento.

Se veía demasiado caro y lujoso como para ser real.

—Es... linda.

Sus ojos subieron desde las llantas, pasando por el asiento y los cascos previamente colocados hasta detenerse en él. Entonces un sonrojo agolpó sus mejillas cuando se vio bajo la insistente y fuerte mirada de Jackson Ross observándola con intensidad.

—Preciosa —rectificó él antes de montarse—. Sube, debemos irnos.

Fue en ese momento cuando todo podía empeorar o mejorar. Amy simplemente no debió haberse subido, ni mecho menos abrazado a él.

Continue Reading

You'll Also Like

1.2M 56.8K 53
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...
83.2K 4.1K 34
Skyler es una chica con un pasado terrible que trata de ocultar todo el tiempo. Mientras ella cursa su segundo año pasaran cosas que pondrán su vida...
1.4K 124 3
❝ Bebé, tú y yo somos una fantasía retorcida Conectados de manera diferente, de una energía caótica ❞ | 𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐖𝐚𝐧𝐝𝐚 llega al infierno y des...
107K 9.5K 69
Júlia Fort García es la hermana mayor del joven lateral del Fc Barcelona Héctor Fort,el club invita al equipo a un partido de la sección femenina,est...