Tienes que ser tú (TQST Libro...

By Zara_Black

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― Así que dime, ¿Qué te ha motivado para correr desnudo por mi instituto?―preguntó el director, Jose tragó sa... More

Introducción
Capitulo 1.Un nuevo comienzo
Capitulo 2.La alarma de incendios
Capitulo 3.En la biblioteca
Capitulo 4.Una muy mala idea
Capitulo 5.La feria
Capitulo 6. Dafne y Ann
Capitulo 7. El ascensor
Capitulo 8. Claustrofobia
Capitulo 9. La casa del terror I
Capitulo 10. La casa del terror II
Capitulo 11. Investigando
Capitulo 12. Maldita Bel
Capitulo 13. El partido de los jefes
Capitulo 14. Un acto heroico.
Capitulo 15.El atrapa-rayos
Capitulo 16. Bajo la lluvia
Capitulo 17. El trato
Capitulo 18. Una cita desastrosa
Capitulo 19.Sucesos inesperados
Capitulo 20. Algo obvio para todos.
Capitulo 21. Nuevos problemas
Capitulo 22. Un día explosivo
Capitulo 23. Conversaciones
Capitulo 24. Los jefes de Quevedo
Capitulo 25. Navidades en el hospital
Capitulo 26. El Parque Lorca
Capitulo 27. Me gustas, ¡mierda!
Capitulo 28. ¿Celosa?
Capitulo 29. Llamadas teléfonicas
Capitulo 30. Valentin's Day
Capitulo 31.Nuestro pasado en común
Capitulo 32. Son cosas del amor..
Capitulo 33. Dan y Sonia (1º parte)
Capitulo 35. Te protegeré.
Capitulo 36. No me odies por favor
Capitulo 37. Las cosas claras
Capitulo 38. El plan de Evan
Capitulo 39.¿Correr desnudo? ¡Ni loco!
Capitulo 40. Nuestro final feliz
Saga TQST y retirada de wattpad
Disponible en librerías a partir del 13 DICIEMBRE 2018

Capitulo 34. Dan y Sonia (2º parte)

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By Zara_Black

Jose rodó por la cama hasta quedar con un pie por fuera, bostezó con aburrimiento y rodó hacia el otro lado y se rascó la nariz. Su padre estaba abajo haciendo un bizcocho mientras cantaba canciones de Alejandro Sanz, su queridísimo padre tras haberle hecho una bufanda a cada miembro de la familia y a Bel y Evan había decidido regresar a su verdadera pasión... ¡la elaboración de dulces! Así que se había pasado toda la mañana consultando recetas en internet hasta que dio con una que le gustó lo suficiente. Ese hombre... entre los dulces y su maldita obsesión con que su madre le ponía los cuernos con algún médico no había quien lo aguantase.

 ―Hijo, voy a la biblioteca ¿te vienes?―preguntó su padre asomando la cabeza por la puerta, Jose levantó la cabeza y miró a su padre que aún llevaba el delantal puesto.

―¿Biblioteca?―murmuró e inmediatamente pensó en Nora, a lo mejor ella estaba allí. 

―Sí, creo que allí puedo encontrar un buen libro de cocina que explique paso a paso lo que tengo que hacer, que con las recetas de internet siempre me sale algo mal.―contestó su padre, él enarcó la ceja.

El problema no eran las recetas de internet, el problema era él, que era un pésimo cocinero.

 ― Está bien, voy contigo.―contestó haciendo que su padre sonriese con emoción.

―Bien, tarde padre-hijo; luego podríamos pasar a ver a tu madre, para que vea la estupenda familia que tiene y le dé remordimiento ponerme los cuernos con algún interno.―dijo su padre abandonando su habitación mientras Jose suspiraba. Tenía que dejar de ver Anatomía de Grey cuanto antes.

                                                                                * * * *

 ―Vaya, este lugar es enorme.―comentó su padre con emoción entrando a la biblioteca, la bibliotecaria dejó de teclear y se colocó las gafas para admirarlos mejor, en cuanto lo reconoció la mujer esbozó una pequeña sonrisa.

―Buscamos la sección de libros de cocina.―indicó Jose con rapidez antes de que le dijese dónde estaba Nora y su padre comenzase a hacer preguntas innecesarias.

―Pasillo al fondo del todo y sigues recto, no tiene perdida.―contestó la mujer, Jose asintió y con su padre aún admirando la arquitectura comenzó a caminar.

Jose hizo lo que la bibliotecaria le indicó y al llegar a la sección de libros de cocina buscó rápidamente uno de postres que entregó a su padre. Su progenitor se emocionó y comenzó a decir en voz alta que ahí todo eso si estaba bien explicado, el castaño rodó los ojos y en silencio se fue en busca de Nora.

 Como era de esperar la morena estaba en la sección de suspense, pero lejos de estar leyendo algún libro en el suelo, estaba subida sobre una escalera intentando coger un libro que se encontraba a un par de metros de donde ella estaba por lo que estaba haciendo malabarismos para no caerse al suelo. Jose rodó los ojos y se colocó al lado de la escalera.

 ―Eso es peligroso.―habló Jose sobresaltando a la morena que perdió el equilibrio y se tuvo que sujetar a la estantería, sin embargo se escurrió y se precipitó al suelo; por suerte Jose estaba preparado y la atrapó en sus brazos sin problema.―Te lo dije.

―Si no me hubieras asustado no me hubiese caído.―dijo Nora mirándolo fijamente a los ojos, Jose sonrió de medio lado al ver como sus mejillas se iban sonrosando poco a poco.―¿Qué haces aquí?

―Mi padre quería libros de cocina, ya que según él en internet está todo muy mal explicado y por eso la comida le sale mala.―contestó el castaño con felicidad, hacía como una semana que no hablaba con Nora ya que la situación entre Dan, Sonia y Will se estaba llevando toda su atención, bueno la de ella y la de todo el instituto porque hoy incluso los profesores y los policías se apiñaron a la salida para ver cómo Will iba a recoger a Sonia y la besaba delante de Dan, el que por cierto llevaba esta última semana con un humor de perros.―Pero la verdad es que es un cocinero espantoso, nos intoxicó a todos en fin de año y tuvimos que ir al hospital a que nos hicieran una limpieza de estómago.

―Pues sus galletas están ricas.―aseguró Nora con convicción, Jose se encogió de hombros. La morena dejó de mirarlo a la cara y fijo sus ojos en la estantería dónde sobresalía un libro.―Esto...mm.. ¿podrías dejarme en el suelo?

Jose asintió y con cuidado la depositó en el suelo, al ver como la morena se dirigía a la escalera decidió adelantarse y subirse él, se estiró y con cuidado sacó el libro que anteriormente Nora trataba de obtener, bajó los peldaños con cuidado y se puso a pasar las hojas mientras ella lo observaba.

― ¿Ya te leíste el que yo te regalé?―preguntó Jose con interés volteando hacia Nora para ver como ella asentía con timidez para luego recoger su bolso del suelo y tender la mano para que Jose le entregase el libro que tenía en las manos, pero él aprovechó y la tomó de la mano mientras ella protestaba.―Deja de quejarte, no voy a soltarte; tú y yo nos vamos a ir a tomar un batido y a hablar.

―No quiero, y no tengo nada que hablar contigo.―dijo Nora de mal humor golpeándole la cabeza con el bolso, Jose la ignoró y siguió caminando hacia la entrada en busca de la bibliotecaria.―Suéltame ahora mismo.

―¿O sino qué?―preguntó Jose dándose la vuelta y encarando a la chica que entrecerró los ojos e intentó soltarse de él una vez más.―Y si que tenemos que hablar.

Jose se dio la vuelta con rapidez y continuó caminando hacia la entrada; llevaba queriendo hablar con ella desde... bueno, desde que se declaró, si te declaras a una persona lo lógico es obtener una respuesta, sí o no, pero ella ni siquiera se había pronunciado. Además quería preguntarle muchas más cosas, ahora que sabía cuál había sido su relación en el pasado necesitaba saber si ella aún lo odiaba por lo sucedido, y si se alejaba de él para no recordar lo ocurrido tantos años atrás (maldito Evan, desde que lo sugirió no había dejado de pensar en eso)

 Llegaron a la mesa donde se encontraba la bibliotecaria y le entregó el libro a la mujer que había dejado de teclear en el ordenador y los miraba con curiosidad.

―¿Te llevas sólo un libro? ―preguntó la mujer tomando el libro y mirando hacia Nora, la morena asintió y Jose la soltó para que pudiese sacar del bolso su cartera.―¿Qué tal está Matt?

―Bien, está dándole clases de inglés a unos compañeros nuestros del instituto. ―explicó Nora.

― ¿Tu padre encontró los libros que buscaba?―se interesó la mujer mirando hacia Jose.

― ¿¡Jose dónde te metiste!? Me dejaste hablando solo, mal hijo.―Jose puso los ojos en blanco y se dio la vuelta, encontrándose a su progenitor caminando hacia ellos con cuatro libros de cocina en las manos; su padre al ver a Nora sonrió y la saludó con la mano haciendo que todos los libros se le cayesen al suelo.―Nora me alegro de verte, ¿qué tal te va todo?

― Bien, gracias.―contestó la morena acercándose a su padre y ayudándolo con los libros; Jose se quedó en el mostrador y vio como su padre se acercaba y le sonreía con felicidad.

―No has vuelto a venir a visitarme, ¿Jose te hizo algo para que te enojaras con él? Si es así no se lo tomes en cuenta, es un poco malhumorado a veces, pero no es mal chico.―habló su padre con simpatía señalándolo con el dedo, Jose rodó los ojos, él no era malhumorado... es que su padre lo sacaba de sus casillas con tanto dulce a todas horas.―Siempre ha sido un poco travieso y contestón pero es buena gente, y muy competitivo... sobretodo en el fútbol, es una lástima que en tu instituto no haya equipo, me gustaba ir a animarte en las competiciones; además era divertido ver a tu club de fans con pancartas gritando tu nombre...se que algunas de esas chicas fueron novias tuyas, pero nunca me las presentaste.

―¡Papá!―exclamó Jose con vergüenza, su padre se encogió de hombros y le entregó todos los libros a la bibliotecaria.

―¿A qué tus padres si conocen a Matt? ―preguntó su padre mirando fijamente a Nora.

―¡Ella y Matt no son novios! ¡Joder, todo el mundo igual! Me tenéis harto―exclamó Jose perdiendo la paciencia y alzando un poco la voz por lo que tanto su padre como la bibliotecaria lo miraron con sorpresa, Jose se revolvió el pelo con nerviosismo y miró hacia el suelo con vergüenza; ¿por qué tuvo que gritar? Escuchó una fuerte carcajada y levantó la vista para encontrarse a su padre mirándolo con diversión.―¿Qué es tan divertido?

―Nada, nada...es sólo que me recordaste a mi cuando era joven.―comentó su padre con diversión, Jose se cruzó de brazos con enfado.―Nora, ¿te vas ya?

Jose volteó con rapidez hacia la morena y se la encontró caminando hacia la salida, la muy... se iba a ir aprovechando todo el jaleo con su padre. ¡Ah, no! ¡De eso nada! Ella no se iba de allí sin hablar con él.

 ― Sí, tengo que irme... le prometí a mi padre que no tardaría mucho. Me alegro de haberlo visto Gabriel, adiós Poppy.―se despidió la morena prácticamente huyendo del lugar, Jose chasqueó la lengua y notó como su padre y la bibliotecaria lo miraban fijamente; Jose se dio la vuelta para mirarlos y vio como ambos se ponían a silbar y a pasar las hojas de los libros intentando no prestarle atención pero ambos lo miraban de reojo.

El castaño rodó los ojos y sin despedirse salió corriendo de la biblioteca en busca de Nora, afortunadamente no había llegado muy lejos y la encontró enseguida al final de la calle hablando por teléfono. De un manotazo le arrebató el móvil y miró la pantalla "Matt" sonrió y se puso el móvil en la oreja.

― Lo siento pero Nora en estos momentos no puede hablar, está ocupada teniendo una cita conmigo así que mejor la llamas en un par de horas o mejor mañana, adiós.―habló Jose cortando la llamada antes de que el rubio pudiese contestar, Nora que estaba frente a él lo miró con horror y trató de recuperar su teléfono en cuanto empezó a sonar pero Jose se limitó a colgar la llamada con una sonrisa malvada.

―¿¡Qué crees que haces?! ¡Devuélveme mi móvil, ahora!―gritó Nora sacando del bolso la pistola eléctrica, Jose se negó con la cabeza y colgó a Matt por segunda vez, luego se guardó el móvil en el bolsillo del pantalón.

―¡Que eso duele!―exclamó agitando la mano dónde la chica lo había electrocutado, Nora asintió y le tendió la mano para que le entregase el móvil pero como había hecho en la biblioteca Jose aprovechó y la tomó de la mano comenzando a tirar de ella hacia el centro de la ciudad.―Ahora no puedes electrocutarme, si lo haces te electrocutaras a ti misma también.

―Dame el móvil.―ordenó Nora.

― No, él lleva fastidiándome desde hace semanas y por una vez que puedo devolvérsela no pienso desaprovechar la ocasión.―contestó Jose de forma contundente, Nora le golpeó la cabeza con el libro al escuchar la melodía de su móvil salir del bolsillo de su pantalón.

―No te fastidia, Matt sólo se preocupa por mí y ahora que sabe de qué te conozco no quiere que esté contigo para que no recuerde todas esas cosas horribles que me hiciste.―explicó Nora con voz tranquila pero para Jose fue como si le pegasen un puñetazo en el estómago.―Así que dame el teléfono de una vez.

―No; y lo que tu llamas preocupación por ti yo lo llamo un exagerado sentido de la propiedad... ¡está empeñado en que voy a robarte!―exclamó Jose con frustración apretando sus manos.

―Tú le dijiste que ibas a robarme.―contestó ella, Jose lanzó un grito de frustración.

―¡Porque me hace enojar! ¡Siempre está alrededor tuyo y tú le sonríes y lo miras como si fuera un tipo genial! ¿Y qué pasa conmigo? A mi nunca me sonríes así, a mi me electrocutas y me pegas con los libros y nunca me miras como si fuera genial ni siquiera cuando te rescato, es injusto y me hace enojar.―declaró con energía casi arrepintiéndose al momento, ¿por qué había sonado como un novio celoso? 

―Oh―murmuró Nora avergonzada, Jose chasqueó la lengua con fastidio y comenzó a caminar arrastrando a Nora con él. 

―Y que conste que no estoy celoso, es sólo... sólo.... mejor déjalo.―habló sintiéndose idiota con cada palabra que pronunciaba, caminaron en silencio y sin mirarse durante un buen rato aunque si iban tomados de la mano, Nora entrelazó sus dedos y Jose de reojo vio como ella se sonrojaba y evitaba mirarlo por lo que sonrió feliz. A veces era tan adorable.―¿Y a dónde quieres ir a comer? 

Preguntó Jose rompiendo el silencio y mirando de reojo hacia atrás por lo que vio a Nora mirando hacia un punto fijo, él hizo lo mismo y se encontró a Sonia y a Will comiendo en la terraza de una cafetería.

 ¡No! ¡Imposible! Con lo grande que era la ciudad y van a cruzarse con ese par justamente hoy. De repente notó un fuerte golpe sobre la mano que tenía unida a Nora seguido de un empujón que lo hizo caer al suelo de rodillas, cuando se dio la vuelta para ver qué demonios había sucedido abrió la boca con sorpresa.

―¡Tú! ¡Debería partirte las piernas aquí mismo por secuestrar a Nora!―exclamó Matt en voz baja caminando con el puño en alto hacia él, sin embargo Nora y Dan lo detuvieron y lo alejaron de él; Jose se puso en pie y comenzó a sacudirse los pantalones mientras pensaba la mala suerte que tenía siempre.

― ¿No ibas a darle clase de inglés a los indios? ―curioseó Nora mirando hacia Matt, el rubio le lanzó una última mirada asesina a Jose antes de girarse hacia la morena.

―Si pero Dan se enteró de que Sonia tenía hoy una cita con su novio y vino a mi casa a suplicar que fuese con él a espiar.―explicó Matt señalando hacia Dan que en ese momento abrazaba una farola mientras miraba el lugar donde Sonia y Will comían.

Jose miró a Dan, el chico llevaba una gabardina marrón y el pelo en una coleta para lo que supuso que sería ir de incognito. Oficialmente, Sonia y Will llevaban saliendo una semana y un día; en ese tiempo la pelirroja había modificado su habitual vestimenta por vestidos simples pero muy bonitos que hacían resaltar su figura por lo que se había hecho bastante popular aunque de carácter seguía exactamente igual de bruta, sólo que iba revoleteando de un lado a otro con felicidad diciendo que al fin tenía un novio. Eso contrastaba radicalmente con la actitud de Dan que parecía un fantasma de lo deprimido que estaba, por no hablar de su mal humor... 

 ―Miradla, está tan guapa y parece tan feliz.―dijo Dan suspirando y mirando hacia los tres con cara de perrito abandonado, dejó de acariciar la farola y caminó hasta Nora.―Eres su mejor amiga, ¿te ha dicho si han hecho algo? ¡No, mejor no me contestes! Si la respuesta es sí, no podría soportarlo.

―Y así todos los días.―murmuró Matt con fastidio a Nora; Jose se acercó a ellos y se colocó al lado de la morena pero Matt enseguida le lanzó una mirada asesina y se colocó entre ellos.―Te tengo vigilado.

― ¿Han hecho algo? ¿De verdad Will ha visto la lencería nueva de Sonia? ¡Ahh, esto va a volverme loco!―exclamó Dan llevándose las manos al cabeza y poniéndose a dar vueltas alrededor de ellos.―Lo voy a matar, cómo haya puesto un solo dedo sobre Sonia lo mato.

―Tengo un plan, vas golpeas a Will y te llevas a Sonia a la fuerza rápidamente.― indicó Jose señalando a la pelirroja

―Me gusta tu forma de pensar, ves Matt, al menos él me da ideas.―dijo Dan con convencimiento mirando hacia el rubio que puso los ojos en blanco.―Y luego vosotros impedís que Will nos siga, me gusta.

―Se van.―señaló Nora, los tres se acercaron a los arbustos y vieron como Will se ponía en pie y ayudaba a Sonia a incorporarse, una vez en pie ambos se tomaron de la mano y comenzaron a caminar.

―Sigámoslos, debo asegurarme de que no se sobrepasa con Sonia.―indicó Dan obligándolos a todos a caminar.

Se pasaron el resto de la tarde escondiéndose en callejones, tras papeleras y arbustos para ver como Sonia y Will paseaban tomados de la mano y haciéndose mimos el uno al otro. 

―¿Y ahora qué hacen? ―preguntó Dan captando la atención de los otros tres; Jose se acercó a la esquina al igual que Nora y Matt y los cuatro contemplaron como Will se sentaba en un banco y Sonia se colocaba a horcajadas sobre él.

Jose miró de reojo hacia Nora con picardía, ellos dos habían estado sentados así y el resultado había sido un beso; la morena lo miró y se sonrojo apartando enseguida la mirada de él. Jose volvió a mirar hacia Sonia y vio a la pelirroja sonreír antes de apartarle un mechón de pelo a Will de la cara y besarlo apasionadamente.

 ―Me voy.―expresó Dan con la mirada triste; Matt, Nora y Jose lo vieron incorporarse y caminar con pesadumbre por lo que lo siguieron mirándose los unos a los otros con preocupación.

―¿Dan estás bien? ―preguntó Nora con inquietud.

―No...―murmuró el chico en un susurro.―¿Has visto como lo besa a cada rato? ¡A ella le gusta ese imbécil! Will no se está aprovechando de ella, ella quiere que pase todo eso.

―¿Y ya está? ¿Te vas a rendir así de fácil? ¿Es que no eres uno de los jefes de Góngora? Pelea por lo que es tuyo.―añadió Jose golpeando con el puño su mano y señalando hacia el banco donde estaba Sonia; Dan se dio la vuelta y encaró a Jose.

―¡Dan pelea por ella! ¡Joder, llevas enamorado de Sonia siete años, creo que va siendo hora de que te declares!―exclamó Matt con firmeza, Jose a su lado asintió; ¿siete años? ¿Llevaba enamorado tanto tiempo y nunca se lo había dicho?

―¡No, no voy a hacerlo y no hay nada que podáis decir que me haga cambiar de opinión! ―gritó Dan con furia zanjando el tema y alejándose de ellos.

― A Sonia le gustabas cuando eras gordito.―habló Nora en voz lo suficientemente alta para que Dan la oyese pero sin gritar; Matt y Jose la miraron con curiosidad y Dan se detuvo pero no se dio la vuelta.―Le gustabas siendo gordito pero ella no se daba cuenta; siempre hablaba de ti, a todas horas y decía que de mayor se casaría contigo porque como eras gordito nadie te querría y no quería que te quedaras solo cuando Matt y yo nos casásemos.

Jose miró con enojo hacia Matt que en esos momentos se burlaba de él con una sonrisita diabólica y señalaba a Nora para luego señalarse a sí mismo y hacer un corazón con las manos como hacía Evan. ¿¡Ellos casarse!? ¡Por encima de su cadáver!

―¿Y por qué cambió su forma de ser conmigo cuando di el estirón?―preguntó Dan dándose la vuelta por lo que Jose pudo ver como los ojos del chico brillaban.

―Porque las otras chicas comenzaron a interesarse en ti; ya no eras el niño gordito que la seguía, por eso se enfado y cambió su actitud.―explicó Nora con voz dulce y tranquilizadora, Dan se quedó un rato pensativo y Matt le colocó la mano en el hombro a la morena y le asintió.

― El vestido verde se lo compró por ti... porque un día dijiste que te gustaban más las chicas con vestidos, entonces decidió comprarse uno para que tú vieras que ella también era femenina.―continuó Matt, Dan miró hacia los dos chicos.

―¿Por qué nunca me habíais contado esto?

―Porque Sonia nos dijo que como te lo contásemos nos mataba y nos metía en el horno de las pizzas para que nadie encontrase nuestro cadáver.―indicó Matt con voz siniestra; luego miró hacia Nora y ella le indicó con la mirada que continuase. ―Y ya que vamos a morir, que sepas que si está con Will es porque está despechada.

― Dan, si vas a hacer algo, hazlo rápido que Will está empezando a meterle mano.―Jose señaló hacia el banco donde Will había metido una de sus manos por debajo del vestido de Sonia y acariciaba sus muslos mientras con la otra le acariciaba la cintura e iba subiendo peligrosamente.

―¡Se acabo! No voy a tolerar que siga toqueteando a la mujer de la que estoy enamorado.―gritó Dan por lo que tanto Nora como Matt comenzaron a aplaudir con entusiasmo.

Jose siguió a Nora y a Matt que se escondieron tras un árbol que estaba lo bastante cerca como para escucharlos hablar.

 ― Esto va a ser genial.―comentó Matt sacando su móvil y enfocando hacia allí.

― ¿Lo estás grabando? ―preguntó Nora.

―Claro, seguro que Triz me pagará una pasta por la exclusiva.―contestó Matt haciendo que Nora rodase los ojos.

―¡Aléjate de ella ahora mismo si no quieres que te mande al hospital!―bramó Dan captando la atención de Sonia, Will y todos los transeúntes en veinte metros a la redonda.

―Daniel no te metas, es mi novia... puedo hacer con ella lo que quiera.―dijo Will besando el cuello de Sonia; Dan se acercó a ellos con los puños apretados tomó a Sonia del brazo y la apartó de encima de Will para a continuación intentar pegarle una patada en el estómago al rubio pero éste como era de esperar la esquivó y saltó al otro lado del banco.

―¡Dan ¿qué narices estás haciendo?!―preguntó Sonia soltándose de Dan y señalando al chico.

―¡Evitar que este salido te viole aquí mismo! ¡No voy a tolerar que este tipejo siga metiéndote mano!―gritó Dan mirando a Sonia fijamente.

― ¡No tienes derecho a entrometerte! Tú y yo no somos nada, ¿recuerdas? ―inquirió Sonia cruzándose de brazos.

 ―¡A la mierda eso! ¡Te quiero desde que le pegaste una paliza a los tres niños que trataron de burlarse de mí por estar gordo!―exclamó Dan haciendo que Sonia abriese los ojos con sorpresa para luego saltar sobre él y besarlo como si no hubiese mañana.

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