Narra Alex
-¿Entonces al entrar en la casa de tu padre viste a la mejor amiga de tu madre y te soltaron ese bombazo?- Eric asintió. Al parecer estaba bastante afectado. Acababa de descubrir con veintiún años que su padre le había sido infiel a su madre, yo si fuera él estaría aun peor.-Siento de verdad que tengas que pasar por esto, estoy segura de que es muy duro y frustrante.-
-Lo es...- Me cogió la mano y se quedó observando nuestras manos entrelazadas.
-Eric, puedes contarme lo que sea, de veras.- Me miró y me dedicó una débil sonrisa.
-Lo sé, gracias...- Me levanté del sofá y me dirigí a la cocina dejando a Eric en el salón.
Cogí toda la pizza que sobró y la llevé al salón.
-¿Es pizza?- Me miró de forma alegre, le encantaba la pizza.
-Sí, ¿tienes hambre?-
-Demasiada, todavía no he comido desde que me levanté.- Le tendí los trozos de pizza y me senté a observarlo comer mientras me preguntaba que era esto qué había entre nosotros.
-¿En qué piensas?- La pregunta de Eric me sacó del trance. Ya se había acabado la pizza y me estaba mirando con una gran expresión interrogativa.
-En qué somos ahora.- Sonrió y se abalanzó sobre mí metiéndose entre mis piernas.
-La verdad es que quiero que seas mi novia.- Lo miré y vi felicidad en sus ojos.
-¿De verdad?- Él asintió:
-Te quiero, Alex.- Sonreí y le besé:
-Yo también te quiero, Eric.-
*Varios meses después de verano*
Victoria y yo ya habíamos comenzado el instituto en Miami. La verdad es que nos ayudaban bastante en las asignaturas dado que éramos de otro país y no teníamos el mismo método de enseñanza con respecto a la educación escolar.
Scott solía ayudar a Victoria todas las tardes con las matemáticas, por lo que me había contado la profesora de matemáticas era bastante mala explicando.
Yo en cambio apenas tenía dificultades en lo que a matemáticas se refería, dado que yo ya no las estudiaba, gracias a Dios.
Los chicos se pasaban gran parte encerrados en sus habitaciones con la nariz metida entre los libros.
Cuando empezó el curso Eric y yo volvimos a la casa de la fraternidad, habíamos decidido pasar el verano en la casa de la playa.
Con respecto a Nico, ya no le hablaba. Había perdido toda mi confianza. Muchas veces se dirigía a mí pero me limitaba a responderle con mono sílabos. Iván, por otra parte seguía siendo su amigo, aun que tuvieron varias peleas debido a la insensatez de Nico hacia mi persona, por lo que tengo entendido. Nico no había vuelto a ver a la chica morena desde el incidente que hubo en casa.
Con respecto a Mike, conseguimos que le pusieran una orden de alejamiento y que estuviese bajo arresto domiciliario durante 15 meses.
***
La casa de la fraternidad estaba sumida en un completo y agobiante silencio cuando sonó el timbre. Comencé a andar en dirección a la puerta.
-Buenos días.- Al abrir me encontré con un hombre vestido de traje, bastante formal.
-Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?-
-Busco a Eric Brown, mi hijo.- Me quedé observando al hombre que tenía enfrente y de inmediato vi el parecido físico entre Eric y él.
-Oh, pase. Iré a avisarle.- Me hice a un lado pero el hombre se mantuvo en el umbral.
-Le esperaré aquí fuera.-
-¿Está seguro? Hace bastante calor, no me gustaría que le diese una pájara.- El hombre sonrió.
-Está bien.- Entró en la casa y cerré la puerta.
-¿Le apetece tomar algo Señor Brown?- Le conduje hasta la cocina.
-Llámame Henry, y por favor, no me trates de usted.- Le sonreí tímidamente.
-De acuerdo... ¿Un café?-
-Eso estaría de perlas.- Le preparé el café y se lo dejé sobre la isla.- ¿Cómo te llamas, jovencita?-
-Alexandra, pero todos me llaman Alex.-
-Es un nombre precioso.-
-Gracias, me llamo así en honor a mi abuela materna.- Oí como alguien bajaba las escaleras:
-Alex, cariño, ¿quién era?- Antes de abrir la boca Eric entró en la cocina tan solo con unos pantalones de chándal. Miró a su padre fríamente.
-¿Qué haces aquí?- El padre de Eric me miró antes de responderle a su hijo con otra pregunta:
-¿La has llamado cariño?- Yo sin saber qué hacer me mantuve inmóvil contemplando la escena.
-Es mi novia, papá. Ahora dime, ¿qué haces aquí?- El hombre se metió la mano en la chaqueta para sacar un sobre de color blanco, parecía una invitación de boda.
-Me gustaría contar con tu presencia.- Eric cogió el sobre y lo miró mientras apretaba su mandíbula y la mano que le quedaba libre. Sabía que está intentando controlarse para no partirle la cara a su padre. Lo cierto es que su padre había tenido mucho valor para venir a ver a Eric y darle la invitación de su boda, aun sabiendo que Eric no aprobaba ese en lace y sentía bastante decepción hacia su padre y hacia Marianne.
Desde qué se enteró, no habían vuelto a hablar.
Me acerqué a Eric y cogí la invitación después de mirarle a los ojos.
-Alex, espero verte a ti también.- Me limité a asentí mientras el padre de Eric abandonaba la estancia y se dirigía a la puerta para salir de la casa. Cuando escuchamos el sonido de la puerta al cerrarse ambos nos miramos:
-¿Qué vas a hacer?- Eric cogió la invitación nuevamente y la abrió.
-Tengo que ir, sigue siendo mi padre, y este será el día más importante de su vida.- Hizo una pausa.-Otra vez.-
-¿Estás seguro?-
-Completamente. No me hace gracia tener que ir por lo que le hicieron a mi madre y le han seguido haciendo en todos estos años, mi madre no se lo merece.- Dejó la invitación sobre la encimera y se acercó al frigorífico.
-Iré contigo.- Se giró en mi dirección.
-No quiero obligarte a asistir a una boda de mala muerte, puedo ir yo solo.-
-Pues precisamente por eso voy a ir, me niego a que te mueras de aburrimiento tú solo.- Me acerqué a él y le di un tierno beso.
-Eres la mejor.-
Tras pasarme un rato hablando con Eric decidí ir a molestar un poco a Victoria, me apetecía darle por saco. Subí las escaleras y me dirigí a su habitación, pero ¿cómo no?, vacía. Ande hasta llegar a la habitación de su querido novio, Scott. Sí, habían comenzado a salir oficialmente hacía varios meses. La verdad es que se me hacía bastante raro ver a mi mejor amiga salir con un chico durante tanto tiempo. En España lo máximo que había durado con un chico habían sido dos o tres semanas, no más, todos eran unos completos gilipollas, normal que no durasen.
Al llegar a la puerta la golpeé varias veces con los nudillos.
-Pasa.- Abrí la puerta con cuidado y entré cerrándola a mis espaldas.-Hombre, hola Alex.-
-Hola, Scott.- Vi que la ropa de Vic estaba en la cama pero no la vi a ella.
-Está en la ducha.-
-Ah, vale.- Me senté en el sofá mientras Scott jugaba a la PlayStation desde la cama.
-Te noto rara, ¿qué te pasa?-
-El padre de Eric se ha presentado en casa para traerle la invitación a su boda en persona.-
-¡No me jodas! ¡¿Enserio?! Dime que Eric va a tener el orgullo suficiente para pasar de ir.- Yo negué con la cabeza mientras miraba mis manos cruzadas.- Al menos irás con él, ¿no?-
-Obviamente. Sé que es algo duro para él y no me apetece que pase por eso solo.-
-Me quedo más tranquilo, pero no creo que salga nada bueno de ese evento.-
-Si te soy sincera, yo también lo creo.- En ese momento se habré la puerta del baño de Scott y sale mi mejor amiga envuelta en una toalla.
-Hola, Alex.-
-Hola. Venga, vístete.-
-¿A dónde vamos?-
-De compras, necesito un vestido.- Me la quedé mirando aun afectada por el tema de la boda.
-¿Boda?-
-Boda.-
***
Entramos en varias tiendas pero no hubo suerte, todos los vestidos eran horribles o demasiado caros. ¿Quién iba a pagar mil dólares por un vestido que ni siquiera era de una marca de ropa famosa? Por qué yo no pensaba gastarme ese pastizal en un trozo de tela, y menos para unas cuantas horas.
Decidimos parar en un Starbucks para comprarnos un café frío antes de seguir buscando un vestido perfecto, que seguramente no existía. Al salir del Starbucks divisamos una tienda bastante bonita y discreta en la esquina de la calle opuesta a la que estábamos, sin pesarlo dos veces me dirigí a la tienda con la intención de tener suerte y acabar con esta búsqueda desesperante.
Al entrar divisamos gran cantidad de vestidos. Nos atendió una señora de unos cincuenta y cinco años, la dueña y la única empleada de la tienda.
-Buscas algo para una boda, me has dicho, ¿no?- Vic y yo asentimos. – Creo que tengo el vestido perfecto para ti.-
-Eso espero, llevo horas buscando.-
Tras varios vestidos me decanté por uno realmente bonito y económico. Había dado con él, había dado con mi vestido perfecto.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Buenas tardes!! Siento haber tardado en actualizar (lo sé siempre me disculpo y siempre tardo) Espero que disfrutéis del capítulo y que sigáis dejándome votos y comentarios. Os quiero mucho, especialmente a mi querida @victoria_ts_ Hasta el próximo capítulo!!