-¿Por cuánto tiempo tienes que irte?- Pregunto a mi madre mientras la observo hacer las valijas.
-Sólo serán un par de semanas, máximo tres. ¿Estás seguro de que quieres que te deje a Seagull y Baby G?
-Segurísimo, estarán bien aquí. Los cuidaré, lo prometo.- No puedo dejar que se los lleve, le prometí a Sarang que se los presentaría este domingo.- Te extrañaré.
-Claro que no. Desde que sales con Jimin ya no le prestas atención a tu madre.- Me dice fingiendo indignación.
-Eres una mentirosa. Te veo incluso más seguido que antes de salir con él.- Se sentía bien decir eso. Mi corazón se agita de alegría cada vez que aclaro que Jimin y yo estamos en una relación.- ¿Irás sola?
-No, todo el equipo de abogados estará allí. Es una persona que no escatima en gastos cuando se trata de asuntos legales.- Yo asiento.- ¿Seguro no quieres ir con tus abuelos?
-No, los iré a visitar pero no me quedaré. Desde allí a la universidad hay una hora de viaje. Prefiero aprovechar esa hora en otra cosa.
-Bien... Pero no te olvides de ir a verlos.
-Claro. ¿Quieres que te acompañe?
-No, no. Ya llamé al taxi que me dejará en el aeropuerto, y la valija es pequeña, así que puedo manejarme sola.
Una vez terminado de empacar, tomo su valija y la llevo a la puerta hasta que ella se prepare. El teléfono del departamento suena y voy a atender.
-El taxi está listo, señor Jeon.
-Muchas gracias. Ahora baja.- Cuelgo y al notar que no está lista, la apuro.- Ya está el taxi abajo, rápido mamá.
-Ya voy, hijo. Ya voy. Hay comida en la heladera. Saca a los perros tres veces al día. Ponle comida y agua. Ten cuidado con la estufa, no vayas a quemarte. Cierra la llave del gas cuando vayas a dormir...
-¡Mamá! Ya sé tus instrucciones de memoria. ¡Ve! Que llegarás tarde...
-Bueno, bueno.- Me besa y acaricia mi mejilla dulcemente.- Te amo, hijo. Cuídate mucho.
-Tú también, te amo. Ten mucho cuidado y que te vaya bien.
Mi madre sale pero no me deja ir por el frío que hace fuera. Mi malhumor vuelve cuando noto que debo prepararme para ir a la universidad. No es que no quisiera ir, es solo que el día está para quedarse en casa calentito bajo las sábanas. Con Jimin.
No. Con Jimin no. Mi madre me pidió no invitar a nadie mientras esté sólo, como si no pudiese irme a otro lado a estar con él. Pero por mi no hay problema.
Me preparo un café esperando la hora de salir. Me siento frente al ventanal y tomo tranquilo envolviéndome con su aroma.
Recuerdo las palabras de Jimin aquella vez.
*-Te conozco tanto, que sé cuál será tu respuesta y no quiero oírla.*
¿Qué es eso que tiene que decirme pero no se anima? Cada vez que le pregunto se pone nervioso e intenta desviar el tema.
Le prometí no tocar el tema hasta que esté listo, pero no puedo contra mi curiosidad. Mi mente me juega tantas malas pasadas que hasta sueño con ello.
Sueño que él me dice que todo fue un error y que nunca deberíamos haber estado juntos. Abandonándome para siempre. Me remuevo molesto por la situación e intento olvidarme del tema tomando otro trago de café.
Mi teléfono suena, voy hasta la mesa ratona donde lo dejé y leo el mensaje.
*Buen día. ¿Cómo amaneciste? Ya quiero verte...*
Sonrío y lo llamo.
-¿Jungkook?
-No me gustan los mensajes de saludos. Si me quieres desear buenos días, que sea hablándome.- Bromeo. El ríe bajito y contesta.
-Podría desearte los buenos días todos los días si me lo permitieses. Pero aquella vez te desperté recibiendo una mandada al diablo de tu parte.
-¡Eran las 5 de la madrugada! ¡Y sábado! No es de dios recibir llamadas a esa hora...
-¿Quieres que vaya a saludarte en persona?
-Sabes que no se puede...- Me quejo.- Tengo prohibido invitar gente cuando estoy sólo.
-Eres un niño bueno, Kookie.- Se burla.
-No me hagas enfadar tan temprano a la mañana.- Escucho como ríe del otro lado.- Estás yendo a trabajar.
-Si, ya casi llego. Hace mucho frío, así que abrigate mucho.
-Esta bien, mamá.
-Debo dejarte, bonito. Casi llego. ¿Te veo más tarde? O tienes prohibido también encontrarte conmigo fuera de casa.
-No suenas tan gracioso cuando tienes que enfrentar a mi madre. Puedo y quiero verte. Nos vemos más tarde. Te amo, Jimin.
-Te amo, Kook.
Con ello corta dándome energías para salir. Tomo mi abrigo y mi mochila saliendo al pasillo. Cierro la puerta y doy media vuelta para dirigirme al ascensor.
Realmente no bromeaba con el frío. Debería ir a comprar ropa, necesito más abrigo. Quizás Jimin me quiera acompañar. Y sino da igual, necesito ropa nueva.
Llego a la facultad pero no diviso ninguna cara conocida. Oh, no. Diganme que no se suspendieron las clases.
Me dirijo a la vedelía para finalmente confirmar que no hay clases. Reprocho enfurecido porque no me avisaron, pero ellos aseguran haberme llamado y que dio ocupado.
Reviso mi teléfono encontrando una llamada perdida. Quizás me llamaron cuando hablaba con Jimin... ¿Por qué no me quedé en casa con este frío?
Suspiro y doy media vuelta para irme a casa. Pero tengo una mejor idea, iré a ver a Jimin.
Cruzo toda la escuela hasta la biblioteca y entro corriendo. Dios, me estoy congelando.
Una vez dentro me dejo envolver por el cálido olor a café. Pero no fui a eso, así que empiezo a buscarlo.
Al no encontrarlo, busco a la señora Haneul.
-Uhmmh... disculpe...
-¡Ah! Hola, buen día. ¿Qué se le ofrece?
-Buenos días. Estaba buscando a Jimin... pero no lo encuentro, ¿sabe donde está?
-Si, si. Creo que salió con la novia hace unos momentos, pero dijo que ya volvía.
¿Su novia? No, debe estar confundida. Debe pensar que Jinhye aún es su novia.
-Claro. Gracias.- ¿Debería quedarme o irme? Tengo cosas que hacer y de todos modos lo veré para almorzar, así que decido irme.
Al salir tomo un atajo para salir directo a mi calle y no dar tantas vueltas, encontrándome con Jimin y Jinhye, quienes se hablaban tímidos.
Me detengo mucho antes así que no puedo oír su conversación. Ve e interrumpelos, marca territorio, Jungkook.
Podría... pero no quiero. Confío en él ciegamente, sé que si me dice que entre su ex y él no hay nada, es verdad.
Vuelvo sobre mis pasos y tomo el camino largo para no cruzar por allí. Casi llegando a mi departamento, mi teléfono empieza a vibrar. Miro la pantalla notando que es una llamada de Jimin.
-Hola, Jiminie.
-¿Por qué no me esperaste...?- Me dice con tristeza y puedo imaginar su rostro.
-Mmmh... tengo cosas que hacer. Además, nos veremos en un par de horas.
-Debiste avisarme... yo... quería verte.
-No exageres, Jimin. Nos veremos más tarde. Además, no quería interrumpir.- Oigo un suspiro de su parte pero ninguna respuesta al respecto.- Deberías volver a trabajar. Nos vemos más tarde, ¿si?
-Vuelve... ¿Qué es lo que tienes que hacer?
-Tarea, estudiar, trabajos, tengo para elegir...
-Puedes hacerlo aquí, ven Kookie. Quiero verte.
-Eres un egoísta. ¿Sabes el frío que hace fuera?
-Está bien, quédate en casa...- Ah, no... no la psicología inversa.- Abrígate y duerme un poco...
-Iré.- ¿Qué puedo hacer? Soy una persona muy influenciable. Escucho como Jimin festeja y le corto descaradamente.- Soy un idiota... por él.
Otra vez me dirijo a la Universidad. Las personas han de creer que estoy loco por las idas y venidas que hice, pero poco me importa. No me toma mucho en llegar, pero eso no quita el hecho de que el viento prácticamente corta mi rostro.
Diviso a Jimin y me acerco a él sorprendiendolo con un beso en la mejilla. Se da vuelta y me sonríe.
-Volviste.- Asiento girando los ojos por lo obvio.- Creí que te habías enojado y por eso cortaste. También que no vendrías.
-Pues... aquí me tienes...- Jimin mira hacia todos lados para saber si alguien nos mira y al no haber nadie, me besa en los labios en un beso corto y dulce.
-Gracias por venir.- Susurra.
-Ya te dije que no seas tan amable, me haces sentir mal.- Su estrepitosa risa no se hace esperar, provocando que sus ojos desaparezcan. Lindo.
-Ve a sentarte donde gustes. Te llevaré algo caliente para tomar... No seré yo, hay mucho público.- Bromea y yo pongo los ojos en blanco, girando para irme a sentar a alguna mesa.
Elijo una y me siento sacando todas mis cosas de la mochila, el ir hasta mi casa me dio la oportunidad de buscar mi laptop.
Supongo que empezaré por hacer algún trabajo.
-¡Jimin!- Escucho el grito de la señora Haneul desesperada. Levanto mi mirada y encuentro a Jimin tirado en el piso desmayado, con algunas personas a su alrededor.
Me levanto desesperado, corriendo hasta donde está.
Lo recostaron en el piso y tiene todo su brazo derecho quemado por café hirviendo.
Me arrodillo sacando mi teléfono para llamar a una ambulancia.
-¡Oh, Jiminie!- Sollozaba la señora Haneul. Yo no puedo dejarme ganar por los nervios, debo hacer algo por él.
Tranquilo coloco mi bufanda bajo su cuello y mi abrigo bajo sus piernas para que la circulación vuelva a la normalidad.
-Jimin...- Lo llamo pero no responde.- Jimin despierta, por favor...- Su brazo está colorado y se que le dolerá cuando despierte.
Empieza a removerse y mi corazón intenta calmarse.
-Jimin...- Suspiro.- Jimin estoy aquí, tranquilo...
Sus quejido no se hacen esperar. No entiende que pasó y el dolor lo irrita más.
-Intenta quedarte quieto, Jiminie. La ambulancia está en camino.
-Duele, Jungkook. No puedo quedarme quieto.- Comprendo el tono grosero pero no lo dejo moverse.- ¿Qué paso? No recuerdo...
-Te desmayaste y volcaste los pedidos sobre ti.- Le explica la señora Haneul secándose las lágrimas.
-Aishh... Duele.- Su voz va siendo cada vez más inestable por el dolor.
-Sabes por qué pasó, ¿no es verdad?- Su cansancio lo venció y ahora sufre las consecuencias. Pero es tan testarudo que no me presta atención.
La ambulancia llega pronto y le dan los primero auxilios. Le piden que se tome unos días de descanso pero estoy seguro que no lo hará. Aunque intentaré convencerlo.
-Vamos a mi casa.- Jimin niega, está enojado porque no lo dejaron seguir trabajando.- Vamos, allí estarás más cómodo y podré cuidarte.
-No tienes permitido recibir visitas cuando estas a sólo.- Su voz denota enfado.
-Es una situación especial. Sé que a mi madre no le importará. Vamos, debes descansar. Quieres volver a trabajar rapido, ¿no?- Él asiente.- Entonces descansa.
-No puedo descansar debo seguir trabajando. No puedo dejar sola a la señora Haneul de todos modos.
-Ella dijo que estaría bien sin ti...
-No necesito descansar. ¡Au...!- Exclama luego de que le toque el brazo cubierto en donde se quemó.- ¿Por qué fue eso?
-Porque no me haces caso. Yo vine hasta aquí. ¿Por qué no puedes ir conmigo sin reprochar...?- Al parecer logro convencerlo porque no se queja más, susurrando un bajito "Está bien".
Sin embargo, no vamos a mi casa sino a la suya. Le teme demasiado a mi madre. No sé si es eso muy bueno o malo. De todos modos tendré que volver a casa en un rato, ya que mis perros estan sólos.
Casi son las seis pero Jimin no se queda quieto.
-¡Demonios! ¡Cómo duele!
-¿Qué haces ahora? Jimin, creo que deberías intentar dormir...
-Debo ir a trabajar.- Me dice mientras cambia su ropa. Me levanto de mi posición para tomarlo del brazo ileso, deteniéndolo.- Maldición, Jungkook. ¡Suéltame! ¡No ves que tengo cosas que hacer! ¡No me pagarán si no voy!
Tiro de su brazo uniendo nuestros labios en un beso corto. Cierro mis ojos pero se que él no lo hace, de todos modos se ha calmado.
Me separo para mirarlo suplicante.
-¿Mejor?- Le pregunto preocupado por su mirada de sorpresa. Él la desvía pero sé que su berrinche se acabó.
-N-no tenías que hacer eso.- Me dice algo arrepentido por su comportamiento.
-Si no lo hago, no me escucharás...
-Supongo... Bien... Dormiré pero... tú duerme conmigo. No vayas hoy tampoco...
-Pero Namjoon...- Su cara es de tristeza y no puedo resistirlo.- Me quedaré contigo pero no hasta muy tarde. Debo ir a ver a mis perros.
-De acuerdo.- Vuelve a acostarse y yo me ubico sobre su pecho, esquivando su brazo lesionado.