Veronica Reed
Cuando terminé los exámenes de la universidad, decidí irme unos días a Doncaster con mi familia. Desde allí, arreglé todos los papeles necesarios para cambiarme de universidad y empezar en septiembre en la de Londres. En ese momento me encontraba guardando la mayor parte de mi ropa en la maleta. Era hora de volver a Londres a pasar lo que quedaba de verano.
—Si quieres puedo pedir unos días en el trabajo y me voy contigo a Londres a ayudarte con la búsqueda del piso —se ofreció mi madre, pero me negué por no sé cuánta vez desde que había vuelto a casa—. Además, así no tienes que estar sola en un hotel hasta que lo encuentres.
—No hace falta, mamá. Voy a quedarme con Louis hasta que encuentre el piso adecuado para mí.
— ¿Estás segura? —volvió a preguntar.
—Que sí —respondí con pesadez mientras empezaba a guardar unas cuantas fotos y algunos de mis objetos personales en un bolso grande de viaje.
—No sé si podré ir a la estación. Tengo turno de mañana en el hospital —se disculpó ayudándome.
—No te preocupes. Papá me llevará. ¿A qué si? —grité esto último para que el aludido lo escuchara.
— ¿Qué? —preguntó mi padre de la misma manera.
—Tú di que sí.
Al terminar con mi maleta, cenamos los tres mientras charlábamos un poco. Decidí acostarme temprano ya que mi tren salía a las ocho de la mañana. Estaba a punto de quedarme dormida cuando vi la luz de mi móvil encenderse, indicándome que me había llegado un mensaje al WhatsApp. Lo cogí de la mesilla y lo desbloqueé tumbada en la cama. Era Liam. Desde que estuve visitando a Louis en Londres aquel fin de semana, había hablado bastante con ellos, en especial con el que acababa de impedir que me durmiera nada más meterme en la cama.
¿Ya lo tienes todo listo?
Sí. Tengo dos maletas llenas más un bolso hahaha —contesté.
No te dejarán llevar tanto equipaje en el tren —bromeó—. ¿A qué hora llegas?
Sobre las 10 creo, salgo de aquí a las ocho.
¿Va Louis a recogerte?
Ya he hablado con él, sí. Me costó convencerle porque según él "no quería madrugar un sábado", pero no le quedó más remedio.
Hahaha yo que tú no me fiaría mucho de él, eh...
Bueno, siempre puedes venir tú.
Si te deja tirada, no dudes en llamarme.
Espero no tener que hacerlo.
¿Tan mala compañía soy? —adjuntó una carita triste.
Hahaha no bobo. Lo decía por él, porque si no aparece me le cargo —Continuamos hablando un rato más. Se me pasaba el tiempo sin darme cuenta y cuando miré el reloj ya eran más de las dos de la mañana—. Liam, me voy a dormir ya que si no mañana perderé el tren por no levantarme.
Siento haberte entretenido, Ron.
No importa. Nos vemos mañana —me despedí.
Claro. Buenas noches y buen viaje —dejé el móvil donde estaba anteriormente y me quedé dormida segundos después.
El despertador sonó pasadas las seis de la mañana y me costó bastante levantarme. Me levanté y fui a darme una ducha. Después me vestí con unos shorts y una camiseta de manga corta a lo que añadí mi par de vans negras, algo cómodo para el viaje. Bajé a desayunar con mi padre que ya me esperaba en la cocina con todo preparado.
— ¿Estás lista? —preguntó mi padre desde abajo.
Recorrí una vez más mi habitación con la mirada, revisando no dejarme nada importante. Me colgué el pequeño bolso que llevaba con las cosas esenciales y bajé por las escaleras donde me esperaba mi padre y mi equipaje.
—Podemos irnos —dije sonriendo.
Me senté en el asiento del copiloto y mi padre condujo hasta la estación de trenes de Doncaster.
—Cuídate mucho, ¿vale? —pidió mientras le abrazaba— Y si necesitas cualquier cosa, nos llamas.
—Sí, papá. No te preocupes. Además, ya he sobrevivido sola este año.
—Pero no es lo mismo la residencia de estudiantes que irte a un piso por tu cuenta.
—Estaré bien. Tengo a Louis allí, a los chicos y unas chicas majísimas.
—Miedo me das con Louis rondando por ahí, de pequeños siempre estabais liándola los dos. No me quiero imaginar qué haréis con los otros cuatro también de por medio —ambos reímos. Una voz femenina anunció por megafonía que mi tren saldría en quince minutos—. Anda, márchate antes de que me arrepienta de dejarte ir y te meta de nuevo en la residencia.
—Te quiero, papá —le abracé de nuevo—. Dale otro beso a mamá de mi parte.
—Avísame cuando hayas llegado.
—Lo haré —besé su mejilla y después caminé hasta el andén del que saldría mi tren con el bolso de viaje colgado en el hombro derecho y tirando con cada mano de una maleta.
Una azafata muy amable me llevó hasta mi asiento. Por desgracia no me había tocado la ventanilla. Decidí ponerme a leer para que el viaje se me hiciera más corto, así que saqué el segundo libro de la trilogía de Los Juegos del Hambre, En Llamas, del bolso y me sumergí en su mundo durante las dos horas que duró el trayecto.
Recorrí la estación de King Cross en dirección a la salida buscando alguna pista que me indicara la presencia de mi amigo. Antes de llegar a la puerta de salida, me quedé parada prácticamente en medio de la estación para mirar más detenidamente a mi alrededor. Según me había indicado la tarde anterior, Louis iría medio disfrazado a recogerme ya que no quería que por culpa de sus fans tuviéramos que pasar la mañana allí mientras él se hacía fotos y firmaba autógrafos. Divisé un chico apoyado en una de las paredes, alejado del tumulto. Centraba toda su atención en la pantalla de su teléfono móvil, llevaba puestas unas gafas de sol y una gorra de visera ancha. Vestía una camiseta de manga corta y, según su postura, trataba de ocultar su brazo derecho poniendo encima el izquierdo. Los tatuajes, pensé. Era Louis sí o sí. Me acerqué sigilosamente aunque las ruedas de mis maletas no me lo pusieron nada fácil.
—Ya veo que estás muy pendiente de si llego o no —dije una vez estuve a su lado. Levantó la vista y me sonrió.
—Yo también me alegro de verte, Ron —los dos reímos y, a continuación, nos fundimos en un gran abrazo.
Amanda Turner
Unos short vaqueros y una camisa remangada hasta el codo habían sido las prendas elegidas para esa noche. Me dejé el pelo suelto, con el flequillo hacia un lado, como solía llevarlo.
— ¿Cuál es la excusa para hoy? —preguntó mi hermano divertido mirándome desde la puerta de la habitación.
—Hoy no necesito. Papá y mamá no vuelven hasta mañana por la tarde, ¿recuerdas? —contesté de la misma manera.
—Oh, cierto, se me olvidaba —rió. Obviamente no lo había olvidado.
— ¿Y tú vas a salir? —pregunté poniéndome unos pendientes. Negó con la cabeza— Puedes venirte conmigo, si quieres.
— ¿Vas con los chicos? —asentí.
—Hoy toca en casa de Zayn.
—Entonces mejor que no —iba a preguntarle por qué, pero caí en la cuenta de que lo decía por Perrie.
— ¿Sigues creyendo que es algo imposible?
—No lo creo, lo sé. No me cambiaría nunca por él, así que, cuanto menos la vea, mejor —dijo después de encogerse de hombros. Me acerqué y le abracé.
—Eres un chico estupendo. Cualquier chica estaría encantada de salir contigo.
—El problema es que no quiero a cualquier chica, tortuguita —le miré y él hizo un pequeño movimiento con la cabeza—. No te preocupes. Estoy bien. Solo tengo que hacer que salga de mi cabeza —sonrió levemente y besé su mejilla. Nuestra conversación fue interrumpida por el sonido del timbre.
—Debe ser Nick —susurré.
—Ya voy yo. Tú termina de arreglarte.
Me calcé y, tras coger el bolso y mirarme una última vez en el espejo, bajé las escaleras con rapidez. Me encontré con mi hermano y mi novio charlando no muy animados ya que Dani no terminaba de fiarse de Nick.
—Hola —me saludó a lo que yo respondí con la misma palabra seguida por una sonrisa y un pequeño beso en los labios.
—Pasadlo bien y ya sabes, ten cuidado con los chupitos —me advirtió mi hermano antes de salir de allí.
—Lo tengo todo controlado.
Salimos de mi casa para meternos en el coche de Nick. Le indiqué el camino hasta la casa de Zayn mientras él conducía. No había estado todavía en casa del moreno, pero vivía en la misma calle que mi amigo de rizos así que sabía perfectamente cómo llegar hasta allí. Aparcó en el primer sitio disponible, aunque aún quedaban unos metros hasta la puerta de la casa de Zayn. Caminamos cogidos de la mano hasta que en el otro lado de la calle vi la sombra de uno de mis amigos y solté a mi novio para ir corriendo a su encuentro.
— ¡Leeyum!
— ¿Has crecido, pequeña? —dijo abrazándome entre risas por parte de los dos tras su comentario.
— ¿Qué tal estás? Hace dos semanas que no nos vemos —le recriminé poniendo los brazos en jarra, apoyados en mi cintura.
—Muy bien. Lo sé, lo sé. No te enfades —besó mi mejilla—. No había ganas de ir al gimnasio —volvimos a reír.
— ¿No nos vas a presentar?
—Claro. Liam, Nick, Nick, Liam —ambos se saludaron con un apretón de manos y nos dirigimos a la entrada de la casa—. ¿Y este nuevo look, Leeyum? —le dije mirándole mientras esperábamos a que Malik abriera la puerta. Iba en vaqueros, con una camiseta negra y una camisa de cuadros atada a la cintura.
— ¿No te gusta? —preguntó poniendo un pequeño puchero.
—Por supuesto que me gusta. Estás muy guapo —rió abrazándome de lado mientras que la puerta se abría, dejándonos ver al anfitrión de la fiesta de esa noche.
Ginger Bennet
Habíamos quedado en reunirnos todos en casa de Zayn después de cenar, así que en cuanto terminé de ayudar a mi madre a recoger un poco, subí a mi habitación para arreglarme. Amy y Eli estarían a punto de pasar a buscarme. Escogí unos pantalones cortos de cintura alta y metí por dentro una blusa sin mangas de color azul. Me puse unas sandalias después de peinarme y recogerme el pelo en una coleta alta. Cogí un bolso pequeño marrón para meter el móvil y algo de dinero para coger un taxi a la vuelta, aunque seguramente, alguno de los chicos se pondría pesado en traernos a casa. Bajé a esperar que vinieran a por mí y en cuanto llegué al salón, sonó el timbre. Me despedí de mis padres prometiendo no volver muy tarde y abrí la puerta para salir.
— ¿Y Amy?
—Al final Nick se ha apuntado a la fiesta así que iba con él —me explicó Eli. Asentí con la cabeza y empezamos a andar hacia la boca de metro más cercana a mi casa.
Llegamos unos minutos después a la casa del moreno y, nada más llamar al timbre, él mismo nos abrió la puerta, parecía que nos estaba esperando. Nos saludó a ambas con un beso en la mejilla y un pequeño abrazo y, a continuación, nos condujo dentro de la casa. En el salón ya estaban casi todos, a excepción de Louis, Eleanor y Ronnie que vendrían los tres juntos. Saludamos a todos los presentes en el salón y nos unimos a la charla en el sofá mientras esperábamos a los que faltaban por llegar.
—Menuda habéis montado vosotros dos en Twitter —comenté señalando a Harry y Amy después de que revisara una notificación que me había llegado al móvil.
— ¿Nosotros? —preguntaron casi a la vez, provocando sus risas.
—A ver, cuéntanos. ¿Qué hemos hecho? —preguntó Hazza.
— ¿Cuándo fue la última vez que salisteis por ahí solos?
—Hm...—dijo Amy haciendo memoria— El jueves, ¿no? —le preguntó a él. Harry lo confirmó asintiendo con la cabeza.
—Pues debo deciros que en estos momentos medio twitter piensa que estáis juntos.
— ¿Qué? —gritaron casi todos los presentes al mismo tiempo.
— ¿Hay fotos? —preguntó Harry levantándose de su sitio y poniéndose a mi lado. Asentí buscándolas para enseñárselas. Encontré unas cuantas y mi móvil pasó por las manos de los demás.
—Bueno, para qué queremos más. Tenemos drama para la siguiente semana como mínimo —comentó Zayn entre risas.
—Venga ya. La gente exagera demasiado —acusó Niall—. No se ve nada.
—A ver —dijo Nick con bastante interés mirando una de ellas. Salía Amy sonriendo mientras miraba cómo Harry se observaba en el espejo.
—Les encanta sacar las cosas de contexto —agregó mi amiga.
— ¿Quieres un consejo? —le dijo Perrie. Ella la miró atentamente— A partir de hoy, intenta no leer lo que digan de ti y si lo haces, no lo tengas en cuenta o conseguirán hundirte que seguramente será lo que muchas se propongan.
Poco después, Louis llegó acompañado de las dos chicas que faltaban. Todos corrimos a abrazar a Ronnie, habíamos hablado mucho en este tiempo y la verdad es que todos nos habíamos convertido en buenos amigos. La música empezó a sonar en la casa mientras Zayn sacaba distintas botellas de bebidas alcohólicas que dejaba sobre la mesa para que cada uno se sirviera lo que más le apeteciera en aquel momento. Hacía muy buen tiempo así que, decidimos trasladar la fiesta al jardín.
Louis Tomlinson
Me encontraba sentado en una de las hamacas que tenía Zayn por el jardín junto a Els que susurraba cosas en mi oído y, de vez en cuando, depositaba algún que otro beso sobre mi cuello sin importarle que los demás estuvieran presentes. Seguramente el culpable de aquello fuera el alcohol que ya corría por sus venas. Pero no estaba atento a ella, no podía. Mi atención estaba acaparada por cierta chiquilla que bailaba con su novio una canción de Olly Murs en ese momento.
—Whoa, I feel your body calling out to me. Don't deny this electricity. Know there's something dirty on your mind. You don't have to lie, no. You don't have to lie —ella se sabía la letra a la perfección y se la cantaba mientras él prácticamente se la comía con la mirada.
Algo se revolvió dentro de mí. No me gustaba cómo la estaba mirando. Sacudí ligeramente la cabeza.
¿Y a ti qué te importa, Louis? Es su novio, que la mire como quiera, me repetí interiormente un par de veces.
— ¿Y si nos damos un baño? —la proposición de Harry me hizo apartar la vista de la parejita.
—Me apunto —le apoyó al instante Eli. Los demás le miramos como si estuviera loco.
—Venga, no seáis aburridos —habló desde el bordillo mientras se deshacía de los pantalones.
—No creo que sea buena idea —comentó Gin.
— ¿Por qué no? —dijo Harry mirándola mientras se acercaba a ella lentamente. Llegó a su lado y, a pesar de los gritos de ella pidiéndole que la bajara de sus brazos, consiguió tirarla a la piscina.
Eso animó un poco al resto y Eli, Ronnie, Perrie, Liam y Niall fueron los siguientes en meterse al agua. Mi novia los siguió después de deshacerse de la ropa y yo fui con ella también. Los únicos que quedaban fuera eran Amy y como quiera que se llamara su novio.
—Estáis como unas cabras —dijo Zayn desde fuera.
— ¿No te animas, pequeñaja? —quiso saber Liam. La rubia negó con la cabeza.
—No tengo nada de ropa para cambiarme a la salida.
— ¿Qué pasa? ¿Papá te va a regañar si llegas mojada? —intervine.