Sin duda mi subconsciente me había traicionado. Seguía sin entender como su hermana me había dejado pasar a su casa como si nada. Cruzamos el pasadizo hasta un enorme salón.
-Siéntate -dijo ofreciéndome una butaca-. ¿Quieres tomar algo?
-No, gracias.
Nerea se sentó delante de mi. Entre nosotros había una mesa de centro que hacía de barrera. Ella me miraba fijamente con unos ojos curiosos, serios pero simpáticos a la vez. No sonría en ningún momento. No era para nada como su hermano.
-¿Qué quieres de mi? -me preguntó.
Delante de una chica normal me hubiera puesto nervioso. Pero había algo en ella,... quizá su forma de hablar,... que me recordaba a Mateo. Aun así físicamente no se parecían en nada, ni en el tono de piel, ni en la forma de la cara, ni en el color del pelo, en nada. Pero me seguía resultando familiar.
-Sólo quería hablar un rato, conocernos,...
-Tío, para el carro -me interrumpió-. Ya sé donde quieres ir a parar. ¿No sabes cuantos años tengo?
La verdad es que ni se me había pasado por la cabeza una cosa así.
-Tienes 16, ¿No? Sólo dos menos que yo. No es tanto.
-¿En serio estas intentando lo que creo que estas intentando?
"No sería una mala manera para olvidarme de él", pensé. Si yo tuviera novia, Mateo sólo podría ser mi amigo, sin derechos ni cosas raras. Todos los pensamientos que tenía con él tenian que desaparecer por cojones.
-Perdona, no era mi intención molestarte -le dije poniéndome de pie-. Creo que será mejor que me vaya,...
-Espera,... He pensado que tampoco te conozco. Podemos quedar para conocernos,... no sé, ¿mañana por ejemplo? -dijo.
-¿Y por qué no ahora?
-¿Ahora?
-Ven.
Andamos un rato por la calle sin decir nada. Uno al lado del otro. No sé si las personas normales se conocen de esa manera. Andamos hasta el paseo de la playa mientra atardecía.
-No entiendo nada -dijo ella-. ¿A que viene todo esto?
"No lo sé ni yo", pensé.
Sin darme cuenta de cada vez andábamos más cerca del otro hasta el punto que nuestros brazos se rozaban de vez en cuando. Su piel era más suave que la de Mateo. ¿¡Que me pasaba!? ¿Es que no podía dejar de compararla con él?
-Es la primera vez que un chico me saca a dar un paseo -dijo.
-¿En serio?
-Por qué te sorprendes?
-No lo sé... quiero decir... una chica tan guapa como tu que aun no haya tenido novio,...
-No he dicho que no haya tenido novio, solo que...
-...ningún chico antes te ha sacado a dar un paseo -terminé la frase por ella.
-¿Qué crees que pensará mi hermano cuando vea que un amigo suyo esta intentando ligar conmigo?
-Tu hermano no es mi amigo. Solo somos compañeros de clase. Y no estoy ligan...
-Eso es mentira. Mi hermano no invita a cualquiera a casa -me interrumpió-. No solo eres su compañero de clase. Yo creo que él te considera su amigo.
"Me considera su amigo", esas palabras siguieron rondando por mi cabeza el resto de la tarde y durante los días siguientes.