[Jungkook]
Estaba siendo una tarde tranquila, agradable, una que me hacía alegrarme de haber aceptado venir con Eunwoo. Estábamos en casa de uno de sus amigos, Sanha creo que le llamaban, y llevábamos toda la tarde con unas cuantas cervezas y zumos, esta última opción especialmente para mí, quien no aguantaba el sabor de agrio de la cerveza. Todos eran muy agradables, haciéndonos sentir cómodos desde el primer momento, y con hacernos no solo me refiero a mí y a Taehyung, sino también a Hoseok, quien había sido literalmente arrastrado hasta aquí por su novio.
- Sanha, no eres gracioso –declaró Rocky, el segundo más joven de los presentes, pero que a primera vista parecía incluso mayor que Taehyung. Sanha, infló los mofletes con indignación y se cruzó de brazos.
- Y a ti no te quiere Moonbin –se defendió el rubio, sacando la lengua.
- Tengo varios videos que demuestran lo contrario.
- ¡ROCKY! –se quejó Moonbin, cubriéndole la boca con vergüenza. Todos los demás reímos, menos Taehyung y Sanha, quienes no llegaron a entender la situación.
- Hobi, yo también quiero un video que demuestre lo mucho que nos queremos –pidió inocentemente el castaño, formando un puchero y apoyándose en su novio, quien no sabía cómo reaccionar. – Jungkook siempre me dice que no me quieres, que solo estás conmigo porque tienes miedo de que te aplaste con mis orejas y mueras.
- ¡Jungkook! –me regañó Eunwoo, a quien sonreí inocentemente, encogiéndome de hombros y volviéndome a apoyar en su pecho, donde me encontraba recostado.
- ¡A mí me gustan tus orejas, son geniales! –exclamó el anfitrión de la fiesta.
- ¿Verdad que sí?
- ¿Puedo tocarlas?
- ¡CLARO!
Y esos dos idiotas se pusieron a hacer, efectivamente, idioteces en medio de la sala, avergonzando a Hoseok y otro chico bajito y rubio, quien parecía tener algo con Sanha. En un momento determinado, le sonó el móvil a Hoseok y se disculpó, adentrándose en otra habitación para hablar más tranquilo. Todos los demás seguimos a lo nuestro, sin darle importancia a la situación, hasta que volvió, dirigiéndose directamente al perchero.
- ¿Te vas? –pregunté con desconcierto.
- Están dando una paliza a Jim... –fue a responderme, pero se interrumpió al recordar como estaban las cosas entre el moreno y yo.
- ¿Qué? –le incité a proseguir con sus palabras, intentando disimular la preocupación de mi voz. Hoseok vaciló sin atreverse a hablar, aumentando mi frustración por momentos. – ¡Habla de una vez, maldita sea!
- Jungkook, cálmate
Ignoré a Eunwoo, apartando bruscamente el hombro que iba a acariciarme. Quizás estaba siendo demasiado grosero, pero solo imaginar que algo había podido pasarle a Jimin me hacía olvidarme de todo, de mis formas y de cualquier sentimiento ajeno a los suyos. Me volvía insensible a los demás.
- Creo que son los que te robaron en móvil. Coincidieron en una fiesta, la cosa se calentó y me ha llamado un conocido de allí diciendo que le vieron irse con el grupo. Le he llamado pero no contesta al móvil.
- ¿Queréis que vayamos? – preguntó Rocky, siendo completamente apoyado por su novio, quien no parecía tímido a la hora de tenerse que pegar con alguien. Hoseok negó, alegando que irían solamente él y Taehyung, quien no iba a dejar marchar solo a su pareja. Yo me puse en pie y también fui a coger mi abrigo.
- ¿Qué haces?
- Voy con vosotros.
- Ya he dicho que no hace falta. Además, solo traje la moto.
Murmuré varios insultos hacia cualquier cosa existente, viva o inerte, y apreté los puños. Iría andando si hacía falta, aunque tardara dos horas y cuando llegara solo quedara una jodida hoja en el suelo, destacando el silencio del lugar.
- Yo te llevo.
- ¿Eh? –miré a Eunwoo con confusión, sin terminar de procesar sus palabras. Él se puso en pie, acercándose a mí y cogió su abrigo. No mostraba ninguna sonrisa, toda su típica faceta agradable había desaparecido. Pero tampoco le di importancia, pues solo podía pensar en Jimin. Asentí y los cuatro nos despedimos antes de salir corriendo de allí.
Hoseok le indicó a Eunwoo el lugar, a pesar de que podría seguirlo en la carretera. Finalmente nos montamos en el coche y pusimos en marcha, siguiendo la moto del pelinegro. Mientras conducíamos ninguno hablaba, y por desgracia no era un silencio cómodo, más bien un ambiente tenso.
- Gra-gracias... –murmuré tímidamente, percatándome por primera vez de la situación, de mi comportamiento y falta de respeto hacia él.
- ¿Cuándo lleguemos que harás? –preguntó con frialdad, sin apartar la vista de la carretera.
No lo había pensado, solo imaginaba llegar y verle, comprobar que estuviera bien. Ya había visto como pegaban en una ocasión al castaño, y no dejaría que volviera a pasar. No me había alejado de él para que comenzara a recibir golpes por otro lado.
- No lo sé.
- Si veo que empiezan a pelearse, te sacaré de allí a cuestas si es necesario.
- No serías capaz –respondí de inmediato, consiguiendo la primera sonrisa desde que habíamos salido de casa de Sanha. Una sonrisa tan segura que me dejó helado.
- No me pongas a prueba, Jungkook.
Y no volví a hablar, pensando las posibilidades que habría de zafarme de un agarre de Eunwoo, porque si era necesario para defender a Jimin, hasta le patearía la cara. Y él lo sabía, sabía de sobra quien era el primero para mí, antes, ahora y siempre.
De todas formas, mis preocupaciones no fueron necesarias, pues cuando llegamos al lugar y recorrimos la zona durante varios minutos, terminamos encontrándole tirado en el suelo, junto a un banco y completamente solo. La leve iluminación procedía de una parpadeante farola, pero solo necesité de ella para divisar la sangre que cubría el rostro del moreno.
- ¡Para el coche, páralo! –exclamé, sintiendo tanta impotencia que podría haber saltado incluso en marcha. Eunwoo detuvo el vehículo y yo salí como una flecha, empujando y apartando a Hoseok de mi camino. Cuando llegué, me agaché junto a él y sujeté su rostro, levantándolo con sumo cuidado de no dañarlo.
Tenía la ceja y el labio partidos, con casi la mitad de la cara cubierta de ese líquido rojo que ya iba secándose sobre su piel. Ambas mejillas estaban hinchadas, recordándome a los adorables mofletes que tenía la primera vez que lo vi, los cuales en ese entonces se elevaban sonrientes. Y para mi sorpresa, ahora también lo hacían.
- Kookie...
Me quedé estático, mirándolo, incapaz de reaccionar a su voz. Él solo intentaba sonreir a pesar del deplorable estado en el que se encontraba. Era lamentable y doloroso, se sentía como si me estuvieran pateando el estómago. Como si yo mismo hubiera recibido esa paliza.
- Joder Jungkook, eres un bruto –se quejó Hoseok una vez que llegó, sobándose el hombro que momentos antes yo había apartado de un golpe. No era mi culpa si se encontraba en mi camino, yo solo quería apartarle. Jimin rió, llamando la atención nuestra y haciendo que su mejor amigo frunciera el ceño en desaprobación. – ¿Te parece gracioso?
- Bastante.
- ¡No es gracioso, idiota! –exclamé con frustración, reprimiendo las ganas de golpearle.
- Jungkook tiene razón, no puedes seguir así.
- ¿Cómo que seguir así? –pregunté desconcertado, apartando la mirada de castaño para posarla seguidamente en el pelinegro. – ¿A qué te refieres?
- A nada –me interrumpió Jimin, cortando esa momentánea sonrisa de inmediato. Yo le ignoré e hice un gesto a Hoseok para que me respondiera, pero por desgracia, tras suspirar pesadamente, no lo hizo.
- ¿No vais a decirme nada?
- ...
- ¿Qué pasa? ¿Te han pegado más veces?
- No te incumbe, Jungkook.
Me callé de inmediato, recibiendo esa frase como una patada directa de Jimin. Era cierto, no me incumbía. Yo no era su nada, no le importaba y por lo tanto igual debería ser a la inversa, además de que entrometiéndome en su vida solo le causaba problemas.
- No seas así, Jimin –le regañó su mejor amigo.
- No, da igual. Déjalo.
Aún así, no me pude mover. No pude levantarme e irme, no pude dejarle. Y él lo notó, cuando se quedó mirándome, esperando alguna iniciativa por mi parte, que nunca llegó. Lo que no supe descifrar fue su rostro, si sintió alegría o decepción al ver que me quedaba. Seguramente se acercaba más a la última teniendo en cuenta todos los líos en los que le había metido últimamente solo con mi presencia.
- Iré a dejar a Taehyung a su casa y luego volveré por ti.
- No hace falta, no pienso volver a casa. Al menos no hoy.
- ¿Piensas dormir en la calle? –asintió con indiferencia, haciendo que Hoseok frunciera más el ceño y golpeara levemente el hombro de su amigo para hacerle notar el deprimente estado en el que se encontraba. – Estás idiota si crees que voy a dejarte aquí.
- No voy a pisar mi casa, y menos la tuya sabiendo las pintas que tengo.
Comenzaron a discutir, haciéndome a un lado en la conversación. Hoseok parecía que iba a perder los nervios de un momento a otro, casi echándose encima de su amigo, mientras Jimin seguía insistiendo en que dormiría ahí. Entonces, inspiré hondo y las palabras salieron solas.
- Puedes venir a la mía.
Ambos me miraron, sorprendidos en un principio y cambiando sus expresiones a medida que pasaban los segundos, la del pelinegro sopesando mi propuesta y Jimin observándome fijamente, sin decir palabra.
- ¿Y tus padres? –terminó preguntando, afilando la mirada, como retándome a encontrar un problema en mi opción. Hoseok asintió, apoyando a su amigo.
- Puedo colarte sin que se enteren. Mi madre probablemente esté en su estudio, y mi padre en el salón o la cocina, así que podemos pasar sin problemas siempre que nos demos prisa.
- ¿Y mañana qué? ¿Voy al instituto así?
- Ellos salen a trabajar antes que yo. Me las arreglaré para despertarme antes y evitar que entren ellos a mi habitación para hacerlo. Luego puedes quedarte en mi casa, no vuelven hasta por la tarde.
- A mí me parece buena idea –declaró Hoseok mientras el castaño seguía en silencio.
- ¿Y quién nos lleva ahora? Porque que yo sepa, tú no tienes coche.
- Lo haré yo en varios viaj-
- Nos llevará Eunwoo –interrumpí al mayor con firmeza, consciente de lo cruel que era en este momento pero sin importarme en absoluto. – Es quien me ha traído.
- ¿Y crees que le hará gracia? –preguntó con sorna, dejando claro los motivos por los cuales mi actual novio podría rechazar siquiera, compartir aire con Jimin. Pero yo conocía a Eunwoo, y sabía de sobra que me ayudaría.
- No, de hecho creo que te odia, pero lo hará igual.
- Está bien mocoso, luego no te arrepientas.
"No lo haré, idiota. Jamás me arrepentiría de ayudarte aún dejándome el culo en ello"
Y tras eso, con esfuerzo, conseguimos ponerle en pie, acercándole con dificultad a la acera en la que nos esperaba Eunwoo, recostado sobre el coche. Al vernos suspiró, pero terminó acercándose a ayudar, apartándome y ocupando mi lugar.
- Necesito que nos lleves a mí casa –pedí avergonzado, bajando la mirada y rezando para que aceptara.
- Está bien.
No se quejó o preguntó, tan solo asintió con voz fría, haciéndome sentir más culpable incluso. Con dificultad conseguimos meter a Jimin en el coche, quien ponía en todos sus esfuerzos para caminar solo a pesar de su condición. Cerramos las puertas y nos despedimos de Hoseok, quien tras asegurar a Jimin que ya hablaría con él, fue casi corriendo hacia su moto, donde le esperaba sumisamente Taehyung.
El camino fue incluso más silencioso que la ida, lleno únicamente del sonido del motor y de algún que otro pequeño quejido de Jimin cuando cruzábamos un bache. Juraría que Eunwoo disfrutaba cada movimiento que hiciera sufrir al castaño, pues una leve sonrisa se formaba en su rostro con cada sonido de dolor.
- Ya llegamos –anunció frenando bruscamente el coche, observando con agrado como Jimin volvía a maldecir desde los asientos traseros.
Ayudamos a salir al herido y lo dejé apoyado en el muro de la entrada antes de volver con Eunwoo, quien estaba entrando de nuevo al coche. Antes de que pudiera cerrar las puertas, abrí la del copiloto y me volví a meter dentro.
- ¿No pensabas despedirte? –pregunté dolido.
- Jungkook, ahora no estoy con ganas de hablar.
- Tienes razón, lo siento.
- Si necesitas algo llámame.
- Gra-gracias... –susurré con voz apagada.
Suspiró y terminó mirándome, acercándose para besar tiernamente mis labios, aliviándome de inmediato y permitiendo que pudiera volver a relajarme. Sonrió con amargura, acariciando mi mejilla antes de apartar la mano y ponerla de nuevo sobre el volante.
- ¿Estás seguro de esto?
Miré a Jimin, quien nos observaba serio, con el ceño fruncido, y quien apartó la mirada nada más encontrarse con la mía, fingiendo no habernos prestado atención en ningún momento. Algo en mí se aceleró al pensar que podía estar molesto por verme besándome con otro, pero luego volví a torcer mi boca en una mueca de desánimo al recordar que no sentía nada por mí.
- Estoy seguro.
Eunwoo asintió y arrancó nada más yo salí del coche, dejándome a solas con Jimin, con el amor de mi vida y mi más fuerte debilidad.
Definitivamente no le merecía, ni como novio o siquiera como amigo.
- ¿Entramos?
Miré a Jimin, forzando una sonrisa, y asentí, acercándome a ayudarle a avanzar. Abriéndole el paso a mi casa, y de nuevo, a mi vida.