Él, un empresario súmamente exitoso y reconocido a nivel mundial, además mi maldito jefe.
Yo, un humilde piojo alado de él y sobre todo su secretaria.
Soy aquella mujer que si él quiere café debe correr a buscarlo antes de que se enoje y pueda ser yo despedida. Mas bien soy su esclava o sirvienta, pero debo hacerlo, primero, porque trabajo para él, segundo...
porque lastimosamente no he encontrado otro trabajo que paguen mejor que éste, pero además, porque me intimida.