Diann
Hoy fue un día muy pesado, primero había sido encerrada en el salón. Por suerte estaba Steven conmigo porque no creo haber podido ido sobrevivir sola tanto tiempo encerrada. Aunque el me fue totalmente indiferente fue algo gratificante estar a solas con él.
Yo pensé que esto sería como la primera vez que nos quedamos encerrados en el zótano, tenía la esperanza de que Steven recuerde por lo menos un poco. Pero no fue así. Y encima terminó peleándose con su mejor amigo.
Lo raro ocurrió al final de eso, me pidió disculpas. ¿Disculpas por que?¿Por tratarme como basura? ¿Por ignorarme? ¿Por serme indiferente? ¿Por tener un cerebro tan frágil? ¿Por no acordarse de mi?. Habían tantas razones por la cual pedir disculpas. A pesar de eso las acepté, porque todos cometemos errores.
-Diann, ¿enserio no sucedió nada entre ustedes estando solos ahí? -preguntó Zoe insistente
-No pasó nada
-Steven es estúpido -se quejó -si yo fuera él por lo menos hubiera tenido alguna conversación contigo
Me senté en una silla paralela a donde estaba Nicolás.
-Nico, ¿me dirás la razón por la cual se pelearon?
-Porque es un imbécil -me respondió
-Concuerdo con él -tarareó Zoe -no vale la pena seguir interesada en él, es mejor para ti que te olvides de Steven
Si Steven fuera tan horrible persona como dicen ellos, jamás me habría enamorado de él. Pero siento que tienen razón, pienso que la persona de la cual me enamoré se esfumó junto a sus recuerdos.
-¿Por lo menos te ofreció disculpas?
-Si -respondí
-No pensé que ese tipo se dignara a hacer eso -bufó Nicolás
-Deberías conocer como es, tu eres su amigo. Antes solías decir que el era caballero y a pesar de su conducta era una buena persona, pero ahora dices todo lo contrario solo por una estúpida pelea
-Antes estaba equivocado
Suspiré. Estos dos eran amigos desde muy pequeños, estoy segura que solucionaran las cosas y volverán a ser como antes.
Salí de la universidad, para mi sorpresa Dan estaba esperándome afuera con su auto.
--Hola Danna
-Hola -lo abracé
Hace mucho que necesitaba un abrazo cálido y acogedor.
-¿Sucedió algo hoy? -preguntó
-Quedé encerrada en un salón junto a Steven
-¿Y lo golpeaste? -rió
-No. Él se peleó con su mejor amigo. ¿Porqué preguntas tales cosas?
-Está atrás
Volteé, Steven se encontraba ahí, sentado y con una apariencia que daba lástima. Se había colocado las curitas que le había dado.
-Vámonos de una vez -subí a su auto
-Deberíamos llevarlo -sugirió -no creo que esté esperado a alguien
-Yo no tengo problema, pero estoy segura que él se sentirá incómodo
-Aun así, lo llamaré
Salió del auto, en ese momento una chica se le acercó.
Cuando llegó hacia él, lo abrazó y luego miró su rostro golpeado.
-No es nada -oí las explicaciones de Steven -sólo fue una pelea, no te preocupes amor
Amor.
Esa era una linda palabra.
Pero no era tan linda si alguien a quien tu querías se lo decía a otra persona.
Dan se metió al auto y arrancó.
Estuve en silencio, no porque esté triste. Sino porque necesitaba aclarar mis pensamientos.
-Danna lo siento, fue mi culpa que vieras eso
Coloqué mi palma paralelamente a su rostro.
Estaba harta de que la gente sintiera lástima de mi por ser la chica tonta esperanzada.
-No te disculpes. Creo que olvidé mencionartelo pero Steven ya no me gusta, es más, odio su forma de ser. No podría estar enamorado de una persona con tal actitud
-Ah, ¿enserio?
-Si -sonreí -además ahora hay otra persona por la que siento algo
-Supongo que ese soy yo -dijo con aires de superior
-¿Como lo supiste? -reí
-Siempre supe que te enmorarias de mí -se encogió de hombros
-Todas las chicas que conozco se mueren por ti. Eres un chico educado, atento, responsable y tienes dinero. Sin embargo no veo que correspondas a ningúna
-Yo conozco a una chica la cual no siente nada por mí, pero yo siento mucho hacia ella
-¿Y quien es? Esa chica debe estar ciega al no darse cuenta de la gran persona que eres
-Si, lo se -sonrió viéndome tiernamente -en fin, eso no importa
-Si importa -insistí -¿se lo has dicho?
-No veo razón por la cual decirle. Estoy más que seguro que me rechazará
-¿Cómo puedes estar seguro si no lo has intentado?
-No lo sé -suspiré
-Entonces dime quien es
-Tú... -miró por la ventana
¿Yo? ¿Oí mal?
-Tú no la conoces -me miró
-Lástima -hice un puchero
Por un segundo creí que era yo, no se que hubiera hecho en esa situación.
-¿Te dejó en tu casa? -preguntó
-Me aburriré en la mía, vamos a la tuya
-Bien
Nos llevó hasta su apartamento. Se encontraba inusualmente desordenado.
-No he tenido tiempo de nada
-Te ayudaré a ordenarlo
-Dijiste que estabas aburrida, te aburrirás más si ordenas
-Me aburriré si me quedo sin hacer nada
-Como quieras -empezó a recoger las cosas
Pasamos casi cerca de una hora ordenando, al finalizar me encontraba exhausta.
-Al fin -me tiré al piso
-¿Que haces ahí? -rió -siéntate en el mueble
-Me siento cansada, tengo hambre y tengo sueño
-Son las seis apenas -suspiró -usa mi habitación si quieres
-Primero quiero comer algo -me dirigí a la cocina
Agarré un racimo de uvas, las lavé y acomodé en un tazón.
Luego me senté en el sofá apoyándome en él.
-Quiero ver una película -dije
-De acuerdo
Estábamos viendo "Todos los caminos llevan a casa", era una película reflexiva y nostálgica. Trataba de un niño que se había mudado al campo en un pueblo apartado de la ciudad a vivir con su abuelita, quien era muda, el niño trataba mal a su abuela zona insultaba e incluso robaba sus cosas. Pero el infante se dió cuenta poco a poco que su abuela, a pesar de que no tenía mucho dinero para gastar, lo poco que tenia lo gastaba en darle lo mejor a él. Entonces él se dió cuenta de esto y se sintió mal por haber tratado de esa forma a su abuela todo este tiempo.
Él aprendió a valorarla con el tiempo.
Entonces, ¿aun hay esperanzas de que Steven por lo menos me aprecie?, sé que dije que ya no me interesa él pero es imposible tratar de olvidarlo. No puedo.
-¿En que piensas? -me quitó la última uva de mi mano
-Dame esa uva -me levanté graciosamente
-Lo siento pero tengo hambre -se lo metió a la boca sin masticarlo
-Me las pagarás
Me puse encima de él tratando de sacarle la fruta de la boca. Dan saco su lengua mostrando la uva.
Después se la tragó rápidamente, y empezó a hacerme cosquillas.
-No sigas -dije riendo
Dan se detuvo, también se reía. Nos miramos por un corto tiempo. Y me besó.
Fue un beso tierno, parecía que disfrutaba cada segundo de este contacto.
¿Pero qué? Esto no debería estar pasando.
El timbre de la puerta sonó y entró alguien. Dan pareció no darse cuenta. Cuando me despegué de él fue tarde, su madre nos miraba con cara de asco.
-¿Que creen que hacen?
Dan se exaltó. Me miró y miró a su madre.
-Mamá, esto no es lo que crees...
-Diann. Pensé que tenías novio ¿acaso mi hijo es la trampa?
-No, no... nosotros no... no se que pasó -me avergonzé
-Retírate porfavor -dijo firme
-Diann no, necesitamos hablar -Dan me detuvo
Era la primera vez que lo escuchaba llamarme Diann en años.
-Hablamos luego
Salí rápidamente, en unos cuantos segundos ya me encontraba totalmente fuera de edificio.
¿Cómo fui tan tonta? Debí suponer que era yo la chica a la cual le gustaba, yo soy la única amiga que tiene que lo vea como un simple amigo.
Maldición. Ahora nuestra amistad se irá al tacho por ese beso.
Mi celular sonó.
-Diann hola, habrá un evento en el auditorio de la universidad, tienes que venir -habló Zoe
-Estoy cansada -enfatizé
-Vienes, te estaré esperando en el frío estacionamiento
Colgó. No me dió tiempo se excusarme, tendré que ir.
Lo bueno es que la universidad estaba a unas pocas calles de aquí.
Cuando llegué al auditorio ya se encontraba lleno, me senté en el asiento más cercano a la puerta. Al minuto llegaron Zoe y Nicolás.
-Te estaba esperando en el estacionamiento -Zoe se sentó a mi izquierda
-Disculpa, olvidé por completo eso
-No hay problema -me dió un abrazito
Un señor se paró al frente y empezó a hablar sobre la filosofía y el amor. Ugh.
-Ahora, en sus asientos hay un número. Si les tocó el número 6 vengan aquí para hacer una pequeña dinámica con ustedes
Revisé en mi asiento y para mi suerte poseía el número 6. No pensaba salir pero Zoe me delató.
Bajé desganada.
-Bien les haré una pregunta sencilla
Asentimos. El otro chico parecía emocionado.
-¿Quien es la persona a la que extrañan en este momento? -preguntó
-A mi padre -dijo rápidamente el chico -él se fue porque yo era un total idiota, pero ahora que ya no está lo extraño -sus ojos se cristalizaron
-Te diré la manera más fácil de solucionar eso
-¿Cuál es?
-Anda ve y búscalo, arregla las cosas con él
-No puedo, el sufre de alzheimer y estoy seguro de que ya no me recordará
-¿Porqué? ¿Solo por esa simple emfermedad? ¿Crees que una pequeñez como esa destrozaría los lazos de afecto que ustedes se tienen? El amor es lo más grande que uno puede sentir, y nosotros somos afortunados de poder experimentar eso
-Yo... no estoy seguro de que funcione -susurró cabizbajo
A mi parecer el señor se equivocaba, si sus palabras y fueran ciertas nada de lo que me está pasando estaría sucediendo.
-Confía en ti -posó su mano en el hombro
Llevó al chico fuera del escenario, y luego regresó hacia mi.
-¿Y tú? ¿Hay alguien a quien extrañas?
-No
La verdad era que si, extrañaba a muchas personas. Mis padres, mi hermanita. Y Steven.
-¿Es cierto eso? -me miró directo a los ojos
-Alguien se olvidó de mi -susurré
-¿Y el quien es?
-Él se olvidó de mi, a pesar de que nos queríamos. Si lo que dijiste fuera cierto esto jamás me habría pasado -le grité
Sentía las miradas de todo el mundo en mí, pero eso no me importaba.
-Yo intenté de todo para poder cambiar eso, pero nada funcionó. Nada... y ahora él... él ni me aprecia
-Nunca intentes. Si planeas hacer algo hazlo o no lo hagas
-Ya no quiero hacer nada -dije llorando -estoy cansada de esto
Mis piernas temblaban, me sentía débil. Mi vista comenzó a nublarse, sabía que me iba a desmayar por lo que traté de caminar un poco para poder salir del escenario.
-¿Que haces? -susurró el señor
-Necesito salir
-Te vas a caer -advirtió
Pero fue tarde ya había dado un paso al vacío. Sí, caí del estrado. Mi vista seguía nublada, sentía sangre en mi rostro y mis brazos.
La gente comenzó a amontonarse, mi respiración se volvía pesada y todo se tornó de negro.
***
-¿Diann? ¡Diann! -alguien me sacudía fuertemente
-¿Qué... que pasa? -pestañeé
Zoe estaba con los ojos hinchados.
-¿Que sucedió?
-Te desmayaste y caíste sobre unos cables de tensión. Los paramédicos dijeron que tu corazón se había detenido unas cuantas veces y que era probable que tu cerebro resulte afectado
Me abrazó por unos largos segundos.
-Vaya... ojalá hubiera sucedido eso
-¿Qué? Tengo suficiente con el desmemoriado de Steven, no podría soportar otra vez tal cosa -se quejó y me abrazó nuevamente
-Tienes razón Zoe
-¿Ya terminó el evento no? -pregunté cansada
Aún estábamos en el auditorio pero ya no había gente.
-Si, terminó cuando te desmayaste -dijo -a propósito, Steven estaba andando muy cariñoso con una chica
-Es su novia
Zoe soltó un gritito ahogado.
-Ese idiota
-Está bien -fingí sonreír -él es feliz, así que por mí está bien
-¿Hablas enserio?
-Si
-Me alegra -agarró mi muñeca -vámonos de aquí
Los pasillos estaban vacíos, se podía oír claramente el eco de nuestros pasos.
-Oye mira -Zoe se detuvo en el panel de información -habrá una fiesta hoy, ¿te parece si vamos?
-¿Hoy? Estoy cansada
-Diann no seas aguafiestas, será divertido
-No tengo vestido
-Seguramente encontraré uno para ti en mi closet
-Está bien, pero regresamos temprano
-Si, sí como digas
Llegamos hasta su casa, el tiempo pasó volando. Para cuando ya estábamos listas eran las once.
-Vamos, apresurate -Zoe estaba excesivamente maquillada
-¿Quieres impresionar a alguien? -pregunté -Nicolás se pondrá celoso
-No me importa. Él se la pasó conversando con la chica de su costado cuando estábamos en el auditorio, eso está bien no me molesta. Pero lo que no puedo admitir es que se haya olvidado por completo de que yo estaba ahí y se haya ido con esa tipa sin siquiera despedirse
-¿Y qué? ¿Planeas conseguirte a alguien para sacarle celos? Que infantil eres -reí
-Se lo merece -me observó -con ese vestido negro pareces viuda, maquíllate un poco más
-No, déjalo así -corrí hacia la puerta agarrando mi abrigo -vamos de una vez
Llegamos al lugar de la fiesta, había alboroto y chicos desenfrenados. Olía a cigarro y marihuana.
Nos sentamos en un lugar más o menos decente.
-Iré a comprar bebidas -me dijo -¿que quieres?
-Agua
Zoe río y se fue.
Me quedé sola ahí, miraba como se divertían los demás chicos. En otra ocasión estaría bailando y divirtiéndome per ahora no estaba de humor para eso.
-Diann -Zoe regresó luego de unos minutos apresuradamente -un chico quiere que lo compañe, incluso me compró unas bebidas
-Anda con él entonces -la empujé
-No te quedes ahí sentada, ve a bailar -gritó yéndose
Ella nunca iba a cambiar.
Me mantuve ahí sentada sin hacer nada.
-Hola -un hombre apareció sentándose a mi lado
Le ponía como unos veinticinco años, era simpático aunque estaba borracho y me miraba de forma repugnante.
-Hola
-¿Estas sola aquí? -se acercó a mi oreja
Sentí escalofríos.
-No, de hecho estoy esperando a un amigo -mentí para que se alejara
-Ven conmigo, tu amigo no vendrá
Una botella aterrizó bruscamente en la mesa.
-Ella viene conmigo -Steven hizo que el chico de parara
-Aburrido -susurró y se fue
-¿Viniste sola?
-Si
Había venido con Zoe pero ella seguramente se la pasaría con el chico así que sí, estoy sola.
-Sabes como son los chicos de aquí, mantente alejada de ellos
-Eso lo sé, esa es la razón por la que estoy sola aquí
Él sonrió.
-¿Quieres algo?
-Agua
Me miró raro pero no dijo nada.
-Dos vasos de agua -le hizo una señal al barman
-Vete de una vez, tu novia te hará pleito si te ve conmigo
-Ella me sugirió que te acompañe, y yo acepté porque te ves patética sola
Ignoré su comentario.
El joven nos trajo los vasos con agua.
-¿Porqué pediste agua?
-Porque necesito estar sobrio
-¿Para qué?
-Necesito hacerte una pregunta
-¿Cuál?
-¿Hay algo que me escondes? -preguntó pensativo
-No hay razón por la que que tendría que esconderte algo
¿Porqué me hizo esa pregunta tan repentina? ¿Acaso ya había recuperado sus recuerdos?
-¿Qué hiciste en tu cumpleaños?
-Nada, nadie se acordó que era mi cumpleaños -mentí
-Penoso -seguía serio
Puse una cañita en mi vaso y empecé a succionar.
-No seas infantil -me quitó la cañita -esta es una fiesta no una guardería
-Déjame -puse otra cañita
-Eres una niña, vete a casa si vas a seguir sentada -se fue
Interesante charla. Por un segundo pensé que me sus recuerdos habían vuelto. Espera... soy una idiota, yo quiero que él recuerde, sin embargo no lo ayudo a hacerlo. Si le hubiera dicho la verdad acerca de fiesta habría una posibilidad de que tenga un pequeño recuerdo sobre mi.
Pero no, hize todo lo contrario.
Idiota. Tarada. Estúpida.
Pasé una hora sentada en el mismo lugar, incluso el barman y me había echo conversación. Era un chico humilde me contó que tiene una hermana parecida a mi, así que cuando me vió casi me grita por estar en una fiesta.
Llamé a Zoe más de diez veces pero no me contestó. Opté por irme del lugar.
-Permiso -pronuncié esas palabras infinitas veces
Ya eran la una de la mañana la gente estaba ebria y fuera de si.
Alguien me empujó por detrás, hubiera caído si no me hubiera sujetado de la baranda. El chico cayó sin embargo.
-¿Que sucede? -lo miré molesta
-Piérdete -reconocí esa palabra
Steven estaba borracho.
-Imbécil -caminé para salir de la situación
Pero me detuvo agarrando mi muñeca.
-¿Dijiste algo? -me acercó a él
-Jódete
-Bonita palabra -me empujó bruscamente haciendome impactar contra la pared -lárgate de una vez, tu presencia me irrita
Hace unas horas por lo menos me hablaba bien, ahora me trata con si fuera cualquier escoria.
-¿Porqué eres así? Te comportas como un cretino -me acerqué a él -¿Me odias porque me parezco a tu madre? ¿Es por eso? Supéralo ya, yo no soy ella. Ella está muerta
Me golpeó en la cara haciéndome tambalear, choqué contra la mesa de botella. Estas se rompieron cerca a mi cara y en mis manos.
Steven me levantó enseguida jalándome del pelo.
-No te atrevas a hablar de mi madre
-Te odio
-¡Steven! -gritó Julieta -maldita sea ¿qué te pasa?
Me soltó tirándome hacia los cristales rotos.
-Mierda -Julieta se acercó molesta empujando a Steven -¡vete de aquí!
Reuní fuerzas para levantarme, mis manos estaban ensangrentadas. Resbalé al momento de pararme y caí nuevamente con más fuerza, mi cabeza aterrizó en un montículo de cristales, sentí algo incrustado en mi sien. Me sentí mareada. Había demasiada sangre.
Lo unico que podía hacer ahora era odiar, el chico al que quise ahora lo odio con todo mi ser.
A partir de hoy he decido alejarme de él para siempre. Pienso que será lo mejor.