Alanna Diggory, comienza la m...

By applejack9478

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Siempre fui la segunda en todo, mi hermano siempre me llevaba la delantera: Cedric hizo esto, Cedric hizo aqu... More

Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15

Capítulo 2

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By applejack9478

-¿Es ahí dónde está?-pregunté sorprendida.

-Sí-afirmó Hagrid frotándose las manos-. Suerte que te dije que te pusieras el abrigo, sabía que ahora en la noche habría una tormenta.

Hacía mucho frío. El lugar del que hablaba era lo que parecía una gran roca en el mar. Y, encima de ella, se veía la más miserable choza que uno se pudiera imaginar. Dos cosas eran seguras, allí no había televisión y allí se hospedaba Harry Potter.

-¿Cómo llegaremos allí?-empecé a preguntar mientras nos acercábamos al mar caminando por la arena.

-En eso-señaló Hagrid un viejo bote que se balanceaba en el agua grisácea- ¡A bordo!

En el bote hacía un frío terrible. El mar congelado nos salpicaba, la lluvia nos golpeaba la cabeza y un viento gélido nos azotaba el rostro. Después de lo que pareció una eternidad, llegamos al peñasco, donde Hagrid me condujo hasta la desvencijada casa.

-Toca la puerta, Hagrid-le dije.

Y lo hizo. Se escuchó un fuerte BUM en todo el lugar.

-Creo que lo tienes que hacer un poco más des...

BUM otra vez, no me dejó terminar lo que dije.

-Creo que tendré que hacerlo por las malas. Ala, apártate-me advirtió Hagrid.

-No te atre...

¡UN GOLPE VIOLENTO!

La puerta fue empujada, que como pasó con la mía, se salió de los goznes y cayó al suelo.

-...vas-terminé la frase rendida.

El interior era horrible: había un fuerte olor a algas, el viento se colaba por las rendijas de las paredes de madera y la chimenea estaba vacía y húmeda. Había un sofá, y en él se encontraba un niño gordo que miraba a Hagrid con temor. Cerca de las escaleras, había un hombre de unos cuarenta años con un rifle en las manos apuntándonos, atrás de él estaba al parecer su esposa. Y por último, al lado de la chimenea, en el suelo y con una manta delgadísima, había un chico de unos 11 años con gafas circulares, ojos verdes y pelo azabache.

Hagrid entró con dificultad a la cabaña, agachando la cabeza. Yo iba detrás suyo. Hagrid cogió la puerta y la volvió a poner en su lugar. El ruido de la tormenta se apagó un poco. Me coloqué a su lado y los dos observábamos a las personas que se encontraban ahí.

-Podríamos preparar té. No ha sido un viaje fácil...

Se desparramó en el sofá donde el niño gordo estaba petrificado de miedo.

-Levántate, bola de grasa-le dijo Hagrid.

El niño se escapó de allí y corrió a esconderse junto a la señora que estaba detrás del señor con rifle.

Hagrid me miró.

-Ven, Ala, no te quedes en la puerta y siéntate.

Ahora todos me miraban. Con un poco de timidez, me fui acercando poco a poco al sofá y me senté junto a Hagrid.

-¡Ah! ¡Aquí está Harry!-dijo él.

Me di cuenta que el niño de gafas era el famoso Harry Potter, él levantó la vista hacia nosotros.

-La última vez que te vi eras sólo una criatura -continuó Hagrid-. Te pareces mucho a tu padre, pero tienes los ojos de tu madre.

El señor con el rifle dejó escapar un curioso sonido.

-¡Le exijo que se vaya enseguida con su hija, señor!-dijo-. ¡Esto es allanamiento de morada!

-Bah, cierra la boca, Dursley, grandísimo majadero -dijo Hagrid.

Se estiró, le arrebató el rifle, lo retorció como si fuera de goma y lo arrojó a un rincón de la habitación.

-Y ella no es mi hija-le aclaró Hagrid.

El señor hizo otro ruido extraño.

-De todos modos, Harry -continuó, dando la espalda a la familia-, te deseo un muy feliz cumpleaños. Ala, ahora podrás ver tu regalo junto con él. Tal vez lo he aplastado un poco, pero tiene buen sabor.

Del bolsillo interior de su abrigo negro sacó una caja algo aplastada. Se la entregó a Harry y la abrió con dedos temblorosos. Con vergüenza, me incliné para ver su interior. Había un gran pastel de chocolate pegajoso, con «Feliz Cumpleaños, Harry y Ala» escrito en verde.

Harry miró primero a Hagrid y luego a mí. Rapidamenre, aparté la vista del pastel e hice como si me estuviera haciendo una trenza.

-¿Quienes son ustedes?-preguntó Harry.

-Yo soy Rubeus Hagrid, Guardián de las Llaves y Terrenos de Hogwarts. Y ella es Alanna, será nueva al igual que tú en Hogwarts.

Hagrid le extendió su brazo y lo saludó. Luego yo hice lo mismo, pero con más delicadeza. Mis ojos se clavaron en el hogar apagado, habían unas bolsas de patatas fritas arrugadas en la chimenea, Hagrid dejó escapar una risa despectiva. Se inclinó ante la chimenea. Nadie pudo ver qué estaba haciendo, pero cuando un momento después se dio la vuelta, había un fuego encendido, que inundó de luz toda la húmeda cabaña, usó magia. Sentí que el calor me cubría completamente.

Hagrid volvió a sentarse en el sofá, que se hundió bajo su peso.

-Lo siento, pero todavía sigo sin saber quién es usted y qué es Hogwarts-dijo Harry.

Hagrid tomó un sorbo de té y se secó la boca con el dorso de la mano.

-Llámame Hagrid -contestó-. Todos lo hacen. Y como te dije, soy el guardián de las llaves de Hogwarts. Ya lo sabrás todo sobre Hogwarts, por supuesto.

-Pues... yo no... -dijo Harry.

Hagrid parecía impresionado.

-Lo lamento -dijo rápidamente Harry.

-¿Lo lamento? -preguntó Hagrid, volviéndose a mirar a la familia, que retrocedieron hasta quedar ocultos por las sombras-. ¡Ellos son los que tienen que disculparse! Sabía que no estabas recibiendo las cartas, pero nunca pensé que no supieras nada de Hogwarts. ¿Nunca te preguntaste dónde lo habían aprendido todo tus padres?

-¿El qué? -preguntó Harry

-¿EL QUÉ? -bramó Hagrid-. ¡Espera un segundo!

Se puso de pie de un salto. En su furia parecía llenar toda la habitación. La familia estaban agazapados contra la pared.

-¿Qué pasa, Hagrid?-le pregunté.

-¿Me van a decir -rugió sin prestarme atención- que este muchacho, ¡este muchacho!, no sabe nada... sobre NADA?

-Yo sé algunas cosas -dijo Harry-. Puedo hacer cuentas y todo eso.

Pero Hagrid simplemente agitó la mano.

-Me refiero a nuestro mundo. Tu mundo. El mundo de Ala. Mi mundo. El mundo de tus padres.

-¿Qué mundo?

-Bueno, yo todavía no lo conozco pero...-el bramido de Hagrid me hizo detenerme.

-¡DURSLEY!

El padre de familia, que estaba muy pálido, susurró algo que sonaba como mimblewimble. Hagrid, enfurecido, contempló a Harry.

-Pero tú tienes que saber algo sobre tu madre y tu padre -dijo-. Quiero decir, ellos son famosos. Tú eres famoso.

-¿Cómo? ¿Mi madre y mi padre... eran famosos? ¿En serio?

-Sí, apareces en un libro pero no alcancé a leer tu historia-le informé.

-No sabías... no sabías... -Hagrid se pasó los dedos por el pelo, clavándole una mirada de asombro-. ¿De verdad no sabes lo que ellos eran? -se volvió hacia el señor Dursley- ¿Y se lo ha ocultado durante todos estos años?

-¿Qué es lo que me han ocultado? -preguntó Harry en tono anhelante.

-¡DETÉNGASE! ¡SE LO PROHÍBO! -rugió el señor Dursley, aterrado, acababa de recuperar la voz.

Su esposa dejó escapar un gemido de horror.

-Voy a romperles la cabeza -dijo Hagrid-. Harry, debes saber que eres un mago. Al igual que tú, Ala, no importa lo que hayan dicho tus tontos padres, eres, sin duda, una bruja.

Se produjo un silencio en la cabaña. Sólo podía oírse el mar y el silbido del viento.

-¿Que soy qué? -dijo Harry con voz entrecortada.

-Un mago -respondió Hagrid, sentándose otra vez en el sofá, que crujió y se hundió-. Y muy bueno, debo añadir, en cuanto te hayas entrenado un poco. Con unos padres como los tuyos ¿qué otra cosa podías ser? Y creo que ya es hora de que leas la carta.

Harry extendió la mano para coger, finalmente, el sobre amarillento. Abrió la carta y leyó.

-Yo sabía que era una bruja-me dije para mí misma, muy feliz, en un susurro mientras Harry seguía leyendo su carta.

Después de unos minutos, él tartamudeó:

-¿Qué quiere decir eso de que esperan mi lechuza?

-Gorgonas galopantes, ahora me acuerdo -dijo Hagrid, golpeándose la frente con mucha fuerza. De otro bolsillo sacó una lechuza con las plumas algo erizadas, una gran pluma y un rollo de pergamino. Con la lengua entre los dientes, escribió una nota que pude leer al revés.

Querido señor Dumbledore:

Entregué a Harry su carta. Lo llevo mañana junto con Ala a comprar sus cosas.

El tiempo es horrible. Espero que usted esté bien.

Hagrid

Hagrid enrolló la nota y se la dio a la lechuza, que la cogió con el pico. Después fue hasta la puerta y lanzó a la lechuza en la tormenta. Entonces volvió y se sentó, como si aquello fuera tan normal como hablar por teléfono.
Harry tenía la boca abierta y cuando se dio cuenta que lo estaba mirando, la cerró rápidamente.

-¿Por dónde iba? -dijo Hagrid. Pero en aquel momento el señor Dursley, todavía con el rostro color ceniza, pero muy enfadado, se acercó a la chimenea.

-Él no irá -dijo.

Hagrid gruñó.

-Me gustaría ver a un gran muggle como usted deteniéndolo a él -dijo.

-¿Un qué? -preguntó interesado Harry.

-Un muggle -respondí-. Es como llamamos a la gente «no-mágica» como ellos.

-Y tuviste la mala suerte de crecer en una familia de los más grandes muggles que haya visto-dijo Hagrid con odio.

-Cuando lo adoptamos, juramos que íbamos a detener toda esa porquería -dijo el señor Dursley-. ¡Juramos que la íbamos a sacar de él! ¡Un mago, ni más ni menos!

-¿Ustedes lo sabían? -preguntó Harry-. ¿Ustedes sabían que yo era... un mago?

-¡Saber! -chilló de pronto la señora-. ¡Saber! ¡Por supuesto que lo sabíamos! ¿Cómo no ibas a serlo, siendo lo que era mi condenada hermana? Oh, ella recibió una carta como ésta de ese... ese colegio, y desapareció, y volvía a casa para las vacaciones con los bolsillos llenos de ranas, y convertía las tazas de té en ratas. Yo era la única que la veía tal como era: ¡una monstruosidad! Pero para mi madre y mi padre, oh no, para ellos era «Lily hizo esto» y «Lily hizo esto otro». ¡Estaban orgullosos de tener una bruja en la familia!

Se detuvo para respirar profundamente y luego continuó. Parecía que hacía años que deseaba decir todo aquello.

-Luego conoció a ese Potter en el colegio y se fueron y se casaron y te tuvieron a ti, y por supuesto que yo sabía que ibas a ser igual, igual de raro, un... un anormal. ¡Y luego, como si no fuera poco, hubo esa explosión y nosotros tuvimos que quedarnos contigo!

Harry se había puesto muy pálido. Tan pronto como recuperó la voz, preguntó:

-¿Explosión? ¡Me dijeron que habían muerto en un accidente de coche!

-¿ACCIDENTE DE COCHE? -rugió Hagrid dando un salto, tan enfadado que los Dursley volvieron al rincón-. ¿Cómo iban a poder morir Lily y James Potter en un accidente de coche? ¡Eso es un ultraje! ¡Un escándalo! ¡Que Harry Potter no conozca su propia historia, cuando cada chico de nuestro mundo conoce su nombre!

-Yo no la sé-le dije.

-Pero ¿por qué? ¿Qué sucedió? -preguntó Harry con tono de apremio.

Hagrid lanzó una mirada despectiva a los Dursley.

-Ala, ¿cierto que te dije que conocerías la historia de Harry?-asentí- Bueno, llegó la hora. Dejo en claro que no puedo decírtelo todo, Harry. Es un gran misterio, al menos una parte... Comienza, supongo, con... con una persona llamada... pero es increíble que no sepas su nombre, todos en nuestro mundo lo saben...

-¿Quién?-preguntamos Harry y yo al unísono, yo tal vez sea de una familia de magos, pero no sé de quien está hablando Hagrid.

-Bueno... no me gusta decir el nombre si puedo evitarlo. Nadie lo dice.

-¿Por qué no?-preguntó esta vez Harry.

-Gárgolas galopantes, Harry, la gente todavía tiene miedo. Vaya, esto es difícil. Mira, estaba ese mago que se volvió... malo. Tan malo como te puedas imaginar. Peor. Peor que peor. Su nombre era...

Hagrid tragó, pero no le salía la voz.

-¿Quiere escribirlo? -sugerí.

-No... no sé cómo se escribe. Está bien... Voldemort. -Hagrid se estremeció-. No me lo hagas repetir. De todos modos, este... este mago, hace unos veinte años, comenzó a buscar seguidores. Y los consiguió. Algunos porque le tenían miedo, otros sólo querían un poco de su poder, porque él iba consiguiendo poder. Eran días negros. No se sabía en quién confiar, uno no se animaba a hacerse amigo de magos o brujas desconocidos... Sucedían cosas terribles. Él se estaba apoderando de todo. Por supuesto, algunos se le opusieron y él los mató. Horrible. Uno de los pocos lugares seguros era Hogwarts. Hay que considerar que Dumbledore era el único al que Quienes-ustedes-saben temía. No se atrevía a apoderarse del colegio, no entonces, al menos.
»Ahora bien, Harry, tu madre y tú padre eran la mejor bruja y el mejor mago que yo he conocido nunca. ¡En su época de Hogwarts eran los primeros! Supongo que el misterio es por qué Quienes-ustedes-saben nunca había tratado de ponerlos de su parte... Probablemente sabía que estaban demasiado cerca de Dumbledore para querer tener algo que ver con el Lado Oscuro.
»Tal vez pensó que podía persuadirlos... O quizá simplemente quería quitarlos de en medio. Lo que todos saben es que él apareció en el pueblo donde ustedes vivían, el día de Halloween, hace diez años. Tú tenías un año. Él fue a su casa y... y...

De pronto, Hagrid sacó un pañuelo muy sucio y se sonó la nariz con un sonido como el de una corneta.

-Lo siento -dijo-. Pero es tan triste... pensar que tu madre y tu padre, Harry, la mejor gente del mundo que podrías encontrar...
»Quienes-ustedes-saben los mató. Y entonces... y ése es el verdadero misterio del asunto... también trató de matarte a ti. Supongo que quería hacer un trabajo limpio, o tal vez, para entonces, disfrutaba matando. Pero no pudo hacerlo. ¿Nunca te preguntaste cómo te hiciste esa marca en la frente? No es un corte común. Sucedió cuando una poderosa maldición diabólica te tocó. Fue la que terminó con tu madre, tu padre y la casa, pero no funcionó contigo, y por eso eres famoso, Harry. Nadie a quien él hubiera decidido matar sobrevivió, nadie excepto tú, y eso que acabó con algunas de las mejores brujas y de los mejores magos de la época (los McKinnons, los Bones, los Prewetts...) y tú eras muy pequeño. Pero sobreviviste.

Me fijé en la frente de Harry, no había visto la cicatriz en forma de rayo que tenía. No podía imaginarme que alguien hubiese hecho eso.

Hagrid miraba a Harry con tristeza.

-Yo mismo te saqué de la casa en ruinas, por orden de Dumbledore. Y te llevé con esta gente. A propósito Ala, ellos eran tus padrinos.

-¿Mis padrinos?-me sorprendí- ¿Lily y James Potter?

-Sí, ellos eran grandes amigos de tus padres y se ofrecieron a ser tus padrinos. Te tenían un gran cariño, junto con tu hermano, pero ellos no eran los padrinos de él.

Estaba sorprendida, no lo podía creer. ¿Y mis padres no me dijeron nada?

-Pero ¿qué sucedió con Vol... perdón, quiero decir con Quien-usted-sabe?

-Buena pregunta, Harry. Desapareció. Se desvaneció. La misma noche que trató de matarte. Eso te hizo aún más famoso. Ése es el mayor misterio, ¿sabes?... Se estaba volviendo más y más poderoso...
»Algunos dicen que murió. No creo que le quede lo suficiente de humano para morir. Otros dicen que todavía está por ahí, esperando el momento, pero no lo creo. La gente que estaba de su lado volvió con nosotros. Algunos salieron como de un trance. No creen que pudieran volver a hacerlo si él regresara.
»La mayor parte de nosotros cree que todavía está en alguna parte, pero que perdió sus poderes. Que está demasiado débil para seguir adelante. Porque algo relacionado contigo, Harry, acabó con él. Algo sucedió aquella noche que él no contaba con que sucedería, no sé qué fue, nadie lo sabe... Pero algo relacionado contigo lo confundió.

-Hagrid -dijo con calma-, creo que está equivocado. No creo que yo pueda ser un mago.

Hagrid se rió entre dientes.

-No eres un mago, ¿eh? ¿Nunca haces que sucedan cosas cuando estás asustado o enfadado?

Harry contempló el fuego por unos segundos y luego nos miró sonriendo, sonreí y Hagrid lo miraba radiante.

-¿Te das cuenta? -dijo Hagrid-. Conque Harry Potter no es un mago... Ya verás, serás muy famoso en Hogwarts.

Pero el señor Dursley habló:

-¿No le hemos dicho que no irá? -dijo con desagrado-. Irá a la escuela secundaria Stonewall y nos dará las gracias por ello. Ya he leído esas cartas y necesitará toda clase de porquerías: libros de hechizos, varitas y...

-Si él quiere ir, un gran muggle como usted no lo detendrá -gruñó Hagrid-. ¡Detener al hijo de Lily y James Potter para que no vaya a Hogwarts! Está loco. Su nombre está apuntado casi desde que nació. Irá al mejor colegio de magia del mundo. Siete años allí y no se conocerá a sí mismo. Estará con jóvenes de su misma clase, como Ala-me agarró de los hombros-. Y estarán con el más grande director que Hogwarts haya tenido: Albus Dumbled...

-¡NO VOY A PAGAR PARA QUE ALGÚN CHIFLADO VIEJO TONTO LE ENSEÑE TRUCOS DE MAGIA! -gritó el señor.

Pero aquella vez había ido demasiado lejos. Hagrid empuñó un paraguas rosado y lo agitó sobre su cabeza.

-¡NUNCA... -bramó- INSULTE-A-ALBUS-DUMBLEDORE-EN-MI-PRESENCIA!

Agitó el paraguas en el aire para apuntar al niño gordo. Se produjo un relámpago de luz violeta, un sonido como de un petardo, un agudo chillido y, al momento siguiente, el niño saltaba, con las manos sobre su gordo trasero, mientras gemía de dolor. Cuando nos dio la espalda, vi una rizada cola de cerdo que salía a través de un agujero en los pantalones.
El señor Dursley rugió. Empujó a su esposa y a su hijo a la otra habitación, lanzó una última mirada aterrorizada a Hagrid y cerró con fuerza la puerta detrás de ellos.

Hagrid miró su paraguas y se tiró de la barba.

-No debería enfadarme -dijo con pesar-, pero a lo mejor no ha funcionado. Quise convertirlo en un cerdo, pero supongo que ya se parece mucho a un cerdo y no había mucho por hacer.

Nos miró.

-Les agradecería que no le mencionaran esto a nadie de Hogwarts -dijo-. Yo... bien, no me está permitido hacer magia, hablando estrictamente. Conseguí permiso para hacer un poquito, para que les llegaran las cartas y todo eso... Era una de las razones por las que quería este trabajo...

-¿Por qué no le está permitido hacer magia? -pregunté.

-Bueno... yo fui también a Hogwarts y, si he de ser franco, me expulsaron. En el tercer año. Me rompieron la varita en dos. Pero Dumbledore dejó que me quedara como guardabosques. Es un gran hombre.

-¿Por qué lo expulsaron?-preguntó Harry.

-Se está haciendo tarde y tenemos muchas cosas que hacer mañana -dijo Hagrid en voz alta-. Tenemos que ir a la ciudad y conseguirles los libros y todo lo demás.

Se quitó su grueso abrigo negro y nos lo entregó.

-Pueden taparse con esto -dijo-. No se preocupen si algo se agita. Creo que todavía tengo lirones en un bolsillo.

Compartimos el abrigo Harry y yo, mientras caminábamos hacia la puerta, le dije a Harry:

-Creo que no me presenté muy bien, soy Alanna Diggory-le extendí una mano, él me la correspondió- Ya sé tu nombre-le dije rápidamente al ver que abría la boca-, creo que me quedó bastante claro, Harry Potter.

Sonrió.

¡Capítulo largooo! Y tengo shueño asdfghjklñ <3 Los extrañaba demasiado, espero que les esté gustando. SPOILER: La trama los impactará (creo, pero estoy segurísima😍) Los quiero mucho mucho mucho mucho muchooooooooo😙

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