Capítulo 5

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La puerta se abrió de inmediato. Una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, esperaba allí. Tenía un rostro muy severo, y mi primer pensamiento fue que se trataba de alguien con quien era mejor no tener problemas.

-Los de primer año, profesora McGonagall -dijo Hagrid.

-Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí.

Abrió bien la puerta. El vestíbulo de entrada era demasiado grande. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a nosotros, conducía a los pisos superiores.

Seguimos a la profesora McGonagall a través del suelo de piedra. Podía oír el ruido de cientos de voces, que salían de un portal situado a la derecha (el resto del colegio debía de estar allí), pero la profesora McGonagall nos llevó a los de primer año a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo.

-Bienvenidos a Hogwarts -dijo la profesora McGonagall-. El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupen sus lugares en el Gran Comedor deberán ser seleccionados para sus casas. La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estén aquí, sus casas serán como su familia en Hogwarts. Tendrán clases con el resto de la casa que les toque, dormirán en los dormitorios de sus casas y pasarán el tiempo libre en la sala común de la casa.
»Las cuatro casas se llaman Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada casa tiene su propia noble historia y cada una ha producido notables brujas y magos. Mientras estén en Hogwarts, sus triunfos conseguirán que las casas ganen puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierdan. Al finalizar el año, la casa que obtenga más puntos será premiada con la copa de la casa, un gran honor. Espero que todos ustedes sean un orgullo para la casa que les toque.
»La Ceremonia de Selección tendrá lugar dentro de pocos minutos, frente al resto del colegio. Les sugiero que, mientras esperan, se arreglen lo mejor posible.

Los ojos de la profesora se detuvieron un momento en la capa de Neville, que estaba atada bajo su oreja izquierda, en la nariz manchada de Ron y en el cabello de Harry (que rápidamente lo aplastó) Con nerviosismo, me peiné mi cabello con los dedos y luego lo agité.

-Volveré cuando lo tengamos todo listo para la ceremonia -dijo la profesora McGonagall-. Por favor, esperen tranquilos.

Salió de la habitación. Tragué con dificultad.

-¿Cómo se las arreglan exactamente para seleccionarnos? -le preguntó Harry a Ron.

-Creo que es una especie de prueba. Fred dice que duele mucho, pero creo que era una broma.

Mi corazón dio un terrible salto. ¿Una prueba? ¿Delante de todo el colegio? Pero no sabía casi nada de magia todavía... ¿Qué haría? No esperaba algo así, justo en el momento en que acabábamos de llegar. Miré temblando a mi alrededor y vi que los demás también parecían aterrorizados. Nadie hablaba mucho, salvo Hermione Granger, que susurraba muy deprisa todos los hechizos que había aprendido y se preguntaba cuál necesitaría.

Para distraerme, empecé a hablar con Ron y Harry, pero una voz nos interrumpió, a todos.

-Es cierto lo que decían en el tren, Harry Potter ha venido a Hogwarts-dijo un chico rubio y pálido.

Todos empezaron a susurrar por lo bajo: ¿Harry Potter?

Harry se puso nervioso. El chico rubio se nos acercó.

-Ellos son Crabbe y Goyle-dijo señalando a dos chicos altos que lo acompañaban-, yo soy Draco Malfoy.

Ron rió entre dientes.

Alanna Diggory, comienza la magia [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora