Si estas conmigo

By boradori

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Diann es una chica de 18 años que tiene una vida muy sola, sus padres son unos empresarios que no pasan tiemp... More

Un día como todos
Aquel chico con mirada fría
Por fin abrió los ojos
Estoy solo en este mundo
Necesitas Más Que Eso
Me Odio A Mi Mismo
Amor A Primera Vista
Vínculo De Amistad
Ni Siquiera Es Una Posibilidad
¿Porque Me Pasa Esto A Mi?
Que Día Más Raro
Esos Celos
¿Le Gusto?
Los Problemas Me Persiguen
La Vida No Es Justa
Es Casi Perfecta
Odio A Ese Tipo De Personas
Ella Me Odia
Un Nuevo Amigo
Juntos De Nuevo
Un Mal Día
Odio A Los Hombres
La tierna niñita
La Mayor Vergüenza
No quiero estar tan sólo
Me Gustó El Beso
Triste Pasado
Me Gusta
¿Un hermano?
No Puede Ser Cierto
Mala Suerte
Deseo ser mejor persona
¿Enamorado?
¿De quién estoy enamorada?
La cena
El beso
Soy Un Cobarde
Simplemente Me Gustas
Amor Biológico
¿Familia?
Beso Travieso
De Mal En Peor
Corazón Compartido
Tres Son Multitud
Otra Vez
Gran Día
Gran Día (parte 2)
Gran Día (parte 3)
Fuertemente Debilitada
¿Para Siempre?
Esperanzas
Piedras En El Camino
Sistema
Aviso avisante :v
Nueva Conexión
Pólizas
Nueva Esperanza
Apariencias
Distanciados
Líneas Sin Futuro
Adiós
Mi Todo
Aviso Avisante
Días Felices - 1
¿Días Felices? - 2
Días... - 3 (FIN)
¡Aviso Avisante!

Juntando Recuerdos

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By boradori


Steven

Me dolía la cabeza, pasé toda la noche tratando de conciliar el sueño sin embargo me fue imposible.

Tuve microsueños en donde soñaba cosas sin sentido, en las cuales en la mayoría de ellos aparecía Diann. Ella. Esta chica era irritante cuando trataba de sacar información o cuando se imponía frente a otros, pero, a pesar de eso había algo en ella que la hacia verse tan frágil, débil y fuerte a la vez.

Mi celular sonó.

Steven

—Hola Nicolás —respondí

¿Hoy irás a la universidad?

¿Hoy comenzaba de nuevo? No creo que pueda, tengo un dolor de cabeza y...

—Oye tienes que ir, nos tomarán el examen para pasar de ciclo

—Si, como tu digas mamá

—¿Cuando vendrás por tus hermanitos?

—Ah, pensaba en traerlos a mi casa pero por ahora estoy ocupado. ¿Es mucho pedir que te ocupes de ellos un poco más?

—Estos niños son una dulzura, claro que los cuidaré —dijo casi riendo —a propósito, me dijeron que estas metido en el negocio de la droga nuevamente ¿es verdad?

—¿Quien te dijo eso? —hize notar mi incomodidad

¿Es verdad o no?

—Si

—¿Porqué lo haces? Tienes dos hermanos de los cual ocuparte. ¿Que harás si te meten a la cárcel?

—Despreocupate, no lo harán. Se cuidarme

—Idiota. Elías te detesta, hará lo posible para que te metan a la cárcel sin que el salga afectado

—Nicolás lo tengo controlado, se como ocuparme de ese insecto

—Como digas. Adiós. Espero verte en la universidad sino te mataré —cortó

Bonita charla. Me alisté lo más rápido posible para tratar de no llegar tarde para el examen, además si no iba estoy seguro que Nicolás cumpliría con lo que dijo.

Llegué en menos de veinte minutos. Un récord.

Era temprano aún, faltaban veinte minutos para las clases.

Fui a la biblioteca con intención de dormir un rato, ya que a esta hora ninguna persona se encuentra ahí.

Pero esta vez, justo cuando estaba a punto de abrir la puerta escuche una conversación. En la cual oí mi nombre. Decidí quedarme ahí a escuchar.

¿Cuando harás que recuerde? —era la voz de un chico

No lo haré, a Steven le gusta otra persona. Sería injusto para él

—Esto no puede ser así, esta mal que esos recuerdos se pierdan

—Eso no es de mi importancia. ¿Sabes cuanto le importo a él ahora? Absolutamente nada, entonces, ¿porque habría de importarme a mí eso?

—El actúa indiferente con las personas que no conoce, tu tienes que hacer que esa distancia se acorte y ahí es cuando empezará a quererte nuevamente

—No, ya no creo que eso funcione

¿Recuerdas cuando recién empezaban a conocerse? Steven te trataba mal. Pero con el tiempo fue queriendote

—Él se enamoró de mi —pronunció la chica con la voz apagada

Ya vez, eso puede suceder de nuevo

No lo creo. Además ahora es otra persona, antes era... era diferente

—¡Diann tienes que besarlo! —se exaltó —no importa si no te gusta, sería injusto para él no volver a recordar los momentos vividos contigo

Me aparté de la puerta en un brusco movimiento al escuchar su nombre.

¿Que recuerdos? ¿Acaso Diann y yo teníamos algo?

Me sentía asustado, asustado porque no tenía idea de lo que estaban hablando, sin embargo ellos parecían estar muy seguros de sus palabras.

¿Beso? ¿Recuerdos? Esas palabras estaban relacionadas a mi. Es estúpido lo que dijo acerca de besarme para hacer que recuerde, pero ¿que es lo que exactamente debía recordar?

Si hubiera perdido la memoria no reconocería a nadie, y a mi parecer mis recuerdos andan bien.

Sin darme cuenta me encontré sentado justo al lado de la puerta del salón.

Odiaba la idea de creer que aquello que escuche era real.

Pasé unos minutos sentado, no me  importó que la gente me mirara raro. Lo único que quería ahora era pensar.

¿Qué haces? Deberías entrar —Diann se detuvo frente a mi

La miré fijamente tratando de encontrar una pista para entender lo que quiso decir en la biblioteca. Pero esa era una idea absurda.

¿Porqué me miras? —su expresión reflejaba cansancio

Lárgate —dije

Soy la delegada, debo hacer que todos los alumnos entren a clase. Ahora párate si no quieres una notificación

Pensé en decirle algo relacionado a la conversación para poder averiguar la veracidad de lo que escuché.

Oye —me puse serio —¿recuerdas cuando te besé?

Sus ojos se agrandaron del asombro ante esa pregunta, traté de mantenerme sereno.

¿Q-qué? —empezó a ponerse nerviosa —¿Tú recuerdas eso? —dijo casi en un susurro bajando la mirada

Si sigues dándome ordenes tendré que besarte para que te calles —solté una risita descarada

Idiota —me dió una patadita en la pierna

Solo reí, tratando de parecer casual y odioso como de costumbre.

Cuando se fue una sensación de angustia y confusión me invadió nuevamente.

Por como reaccionó significa que si nos hemos besado ¿eso quiere decir que somos novios? ó ¿eramos novios?.

Maldición esto era tan confuso.

El timbre anunció el comienzo de las clases. Entré automáticamente al aula y me senté junto a Diann.

No se por que, pero me ponía nervioso estar cerca a ello después de descubrir esas cosas.

La profesora hizo su clase como de costumbre, tomó el dichoso examen y esta vez dejó un trabajo de investigación para el día siguiente.

¿Haremos el trabajo? —preguntó Diann

No preguntes cosas obvias

Mi manera de protegerme y lidiar con las cosas difíciles era ponerme un escudo de indiferencia. Era como un caparazón que me protegía.

O tal vez no, quizás la mejor forma de llamarlo sería "disfraz". Si, eso. Ya que cuando me siento débil, vulnerable, cuando me siento excluido de la sociedad, uso el disfraz. Y... he usado eso ya tantas veces que se está volviendo como parte de mí, yo no quiero que suceda eso, no quiero volver a usar ese disfraz nunca más. Quiero ser simplemente yo, cuando estoy triste, cuando estoy feliz. Quiero que las personas me conozcan tal como soy.

Pero es prácticamente imposible, he pasado la mayoría de mi vida con eso, que las personas e incluso yo ya se acostumbraron a este tipo de horrible personalidad.

¿Por qué siempre paras amargado? —reclamó —parece que odias mi presencia

—No digas tonterías

Se quedó en silencio. Se veía molesta.

¿Tu casa estaría bien para hacer el trabajo? —le dije

Mi casa está ocupada

—Entonces será en la mía. Te espero a las seis. No llegues tarde

Diciendo eso salí del salón, la clase ya había finalizado. Por ser el primer día no hubieron más clases.

Fui el primero en salir, estaba cansado.

Mi celular sonó. No tenía ganas de contestar a nadie ahora, así que solo lo ignoré.

Pero el remitente era insistente.

¿Que quieres? —grité, olvidé mirar el número

Steven... hola —dijo dubitativamente

¿Julieta?

—Si, soy yo —respondió

Lo siento, pensé que eras otra persona. ¿Para que llamaste?

—¿Cuando iras a trabajar con Elías? —dijo rápidamente

Iré otro día — esperé a que diga algo pero ella parecía estar murmurando cosas —¿Tienes algo que hacer hoy?

—No —respondió

Bien, entonces... ¿quieres ir a comer?

—Si, está bien —soltó una carismática risita

Llego a tu casa en media hora —le dije

De acuerdo, adiós

—Adiós —sonreí

Lo bueno de esto es que servirá para distraerme un rato y dejar de pensar cosas absurdas.

Llegué a su casa pasado el tiempo dicho. Había tenido que caminar porque si hubiera ido con movilidad hubiera demorado más por el tráfico.

Toqué su puerta.

Ella abrió después de un par de tocadas.

Hola —le di un beso en la mejilla —lamento haber llegado tarde

—No te excuses, se que hay tráfico a estas horas

Asentí mostrando una pequeña sonrisa.

¿Y tus hermanos?

—Están en casa de una amiga, ellos te echan de menos

Tengo un imán con los niños —reí —en fin, salgamos antes de que sea más tarde

Caminamos por un parque mientras hablábamos de cosas al azar.

El tiempo pasó volando, cuando me di cuenta ya eran las ocho de la noche.

Vamos a comer algo, tengo hambre —Julieta abrazaba mi brazo tiernamente

¿Que quieres comer?

—Comida china

—Está bien —sonreí

Pasamos la noche cenando,luego de eso nos encontrabamos caminando de regreso a casa. Estar con ella me daba sensación de calidez y tranquilidad, era cómodo y confortable.

No se si a eso se le llame estar enamorado. En realidad no se lo que es estar enamorado, ya que nunca he llegado a querer a una persona a tal punto.

Pero cuando estaba con Julieta, las cosas cambiaban. Mis problemas se dispersaban cuando estaba a su lado, y eso era bueno.

Julieta —la miré suavemente a los ojos

¿Si?

—Me he enamorado

—¿De quien? —preguntó tímida

Suspiré reuniendo valor.

De ti. ¿Quieres estar conmigo?

Esperé su respuesta, ella me miraba con ojos conmovidos.

Si —me abrazó

Le di un beso en la mejilla. Sentí su sonrisa en mi hombro. Que lindo.

La deje en su casa y luego me dirigí a la mía. Ahora si lo único que quería era plantarme en mi cama y dormir.

Vi a una figura sentada en la acera frente a mi casa.

Mientras más me acercaba la pude distinguir. Era Diann. ¿Que demonios hacia ella aquí?

¿Se te perdió algo o que?

—Te esperé tres malditas horas —se paró gritandome

Había olvidado por completo que ella vendría a mi casa hoy.

¿Acaso dije que me esperaras? Cualquier persona normal se hubiera ido al ver que no estaba

—Eres injusto —increpó

La ignoré y abrí la puerta.

¿Vas a entrar?

Se quedó ahí si decir nada.

Me sentía culpable por dejarla esperando y encima tratarla mal.

Podemos hacer el trabajo en poco tiempo si lo hacemos juntos, entra

—Prefiero jalar a que pasar otro momento más contigo —se fue

Esto ya no era nuevo para mí. Tratar mal a las personas, disculparme y que me vean con un imbécil. Esa era exactamente mi rutina.

Como era la primera nota del semestre, seguro valdría doble.

Esta noche no dormiré.

Como supuse, hacer el trabajo tomó más de lo esperado. Comenzé a las diez y terminé a las cinco de la mañana.

Podría dormir una hora hasta la seis, pero me conozco bien y se  que si me acuesto no lograré despegarme de la cama.

Me di una ducha con agua fría para lograr despertar. Después salí rumbo a la universidad, cuando llegue el lugar ni siquiera estaba abierto.

Por suerte la entrada para los conserjes si estaba abierta, entré por ahí, ellos estaban sentados acomodando sus cosas pero apenas notaron mi presencia me miraron.

Disculpen, es que la puerta principal aún no está abierta

—Claro hijo, no te preocupes —dijo uno

Gracias. Buen día

Salí y por fin me encontraba en los pasillos.

Llegué al salón, había una mochila junto a un móvil. Reconocí los objetos, eran de Diann.

No me gustaba encontrarmela y mucho menos estando solos nosotros dos.

Cogí su celular y miré sus fotos con intención de averiguar algo acerca de lo que no recordaba.

Al principio habían fotos comunes de ella con sus amigos, mientras iba bajando el temor de ver algo que no me gustaría iba creciendo. Después de un par de minutos vi una foto, en la cual ella estaba junto a mí y yo la besaba.

¿Que haces? —escuché una voz —¿Porqué usas mi celular?

Me asusté, y no por el simple hecho de que me encontrara husmeando en su celular sino por aquella foto.

La miré y fingí serenidad.

Deberías cuidar más tus cosas —puse su celular en la mesa

Ella se adentró y guardo sus pertenecias con brusquedad.

Nos quedamos sentados en silencio, las luces estaban apagadas. Como era temprano los rayos del sol aún no iluminaban.

De repente escuché unos pasos que se acercaban, pero estos pararon en la puerta, luego de eso la puerta se cerró, la cerraron.

¿Que pasa?

Diann corrió tirando fuertemente de la puerta intentando abrirla.

¡Abran! —gritó

Empezó a dar vueltas y forzar la puerta secuencialmente.

¿Que vamos a hacer? Nos han encerrado

—Simple, esperemos a que alguien abra

—No puedo esperar, es demasiado tiempo —golpeó la puerta

¿Es tan malo quedarse encerrado conmigo?

Me miró sin responder. Su rostro estaba inundado de miedo.

Abre todas las ventanas por favor —se sentó junto a la puerta abrazando sus piernas

Hace frío

Diann miraba ansiosa a todos lados. No se porque se comportaba de esa forma, se veía patética.

Observé que su cuerpo empezaba a tiritar y ella comenzaba a ponerse pálida. Balbuceaba cosas mientras hacia movimientos repetitivos con sus pies. Su comportamiento me preocupaba, abrí las ventanas tal como me lo había ordenado.

No puedo respirar bien —murmuró

Todas las ventanas están abiertas, no te quejes —mostré frialdad, pero en verdad me preocupaba

Respiración entrecortada, ansiedad, nerviosismo. Esto solo me traía a la única conclusión de que ella es claustrofobica.

Un momento —me acerqué a ella, posicionandome de frente en cuclillas —¿acaso sufres de claustrofobia?

Como supuse no respondió.

Déjame tranquila

Bien, entonces cerraré las ventanas

—¡No! —se exaltó

Reí irónico.

Me senté a su lado pero guardando distancia. Esta situación me parecía familiar, sentía que ya había vivido esta escena.

Entonces mi mente proyectó algunas imágenes en mi cabeza. Estaba en el zotano de la universidad , en la misma posición en la que estaba ahora, había una chica a mi lado. No lograba ver su rostro pero su conducta me era conocida.

Estoy enamorado de ti. ¿Quieres estar conmigo?

Este pequeño recuerdo vino a mi mente. Aparecía yo diciendole aquello a la chica de mi lado.

Estar vez pude notar una marca en su hombro derecho, si la chica de mi mente es real tendría que haber una chica que posea esta misma marca.

¿Pero como podría saber si alguna chica tiene aquella marca? es decir, no me voy a estar pasando el día viendo los hombros de todas las chicas.

Aterrizé en la realidad cuando unos objetos que estaban situados en la parte superior de un estante cayeron al suelo debido a una fuerte corriente de aire.

¿Que fue eso? —Diann se sobresaltó

Solo fue el aire

Ella comenzó a toser y a respirar fuerte.

¿Que te sucede? Trata de mantener la compostura —alzé la voz

—Las paredes me aplastaran —empezó a llorar

La miré incómodo, no sabía como manejar esta situación. Algo le decía que me acerque a ella y la tranquilize pero sentía timidez como para hablarle en ese momento.

La puerta empiezo a sonar, alguien trataba de abrirla del otro lado.

Diann se paró frente a la puerta esperando a que abriera para salir. Tan pronto como se abrió ella salió disparada abrazando a Nicolás.

Gracias por abrirla —seguía llorando en sus hombros

Luego de unos minutos por fin se tranquilizó y se fue a hablar con Zoe.

Yo seguí sentado, no tenía ganas para nada en este momento.

Steven, ¿que pasó? ¿estás bien? —preguntó Nicolás

Si, yo estoy bien, por suerte no soy claustrofobico

—Eso lo sé, pero... ¿Diann como estuvo? ¿La tranquilizaste?

—¿Debí haberlo hecho? Es una estúpida niña

—¿Acaso no eres hombre? —me levantó con fuerza —deja ya de comportarte de esa forma, te haces ver odioso

—¿Y que si lo hago? Es mi puto problema —lo empujé apartandolo

Disculpate con ella —dijo en tono imponente

No me disculpo con niñas estúpidas como ella

Lo rodeé intentando salir de esa discusión.

Nicolás me agarró del brazo haciéndome tambalear.

Te vas a disculpar —ordenó

Le di un golpe en la cara, el cayó llevándome con el al suelo. Se sentó encima mío y me repartió golpes por el estómago. Logré salir de eso empujandolo con los piernas.

Golpeé su nariz ocasionandole un gran sangrado, Nicolás estaba cegado por la sangre pero aún así se lanzó contra mí empujandome contra las sillas. Mi cabeza chocó contra un clavo, lo cual me produjo un corte. Me sentí mareado por el golpe, traté de levantarme pero me fui imposible, caí de nuevo en las sillas amontonadas.

Me levanté, mi boca estaba ensangrentada. Le di un par de patadas en la pierna ocasionando que cayera, el hizo lo mismo conmigo.

Los gritos de las personas que se encontraban fuera del salón alarmaron a los profesores.

Algunos alumnos vinieron a separarnos.

¿Están bien de la cabeza? —gritó un profesor —par de inútiles, aprendan a comportarse adecuadamente

No podía mirar a Nicolás. No después de lo que acabábamos de hacer. Y todo esto fue mi culpa.

Nos llevaron a dirección separados, la directora nos dió un gran sermón y luego nos pidió que continuaramos el resto del día como si ninguno de los dos existiera.

Eso iba a ser fácil.

Entré al salón, todos me miraron pero no les tomé importancia. Cuando me senté en mi asiento Diann me ofreció unas curitas.

Vi sus dedos, la piel estaba mordida al igual que las uñas. Debió ser por el nerviosismo de estar encerrada.

Soy un gran idiota.

Gracias —acepté lo que me dió

Ella asintió.

Discúlpame —susurré

Diann levantó sus brazos cubriéndose con ellos y sonrió.






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