[Jimin]
Como ley general del universo, después de una fiesta hay que limpiar. Normalmente se suelen escaquear el noventa por ciento de los invitados, y para mi desgracia, aunque yo suela estar normalmente entre ellos, en esta ocasión me encontraba con el pequeño grupo de pringados que nos habíamos quedado dejando impecable la casa de mi mejor amigo.
- ¿Encontraste a Tae? -pregunté nada más ver llegar al pelinegro, aprovechando para dejar la escoba a un lado y descansar.
- Sí, está en mi cama durmiendo. -No necesité explicaciones, pues sabía de sobra que Hoseok no había tocado un pelo al alien, de hecho creo fue Taehyung solito quien subió a la cama del anfitrión cuando comenzó a tener sueño y se durmió en ella. Lo que si me sorprendió fue que el mayor no le echara inmediatamente, pues por norma tenía no dejar siquiera entrar a nadie en su habitación.
- ¿Y qué haces que no le despiertas? -me quejé dejándome caer dramáticamente en el sofá hasta terminar tumbado en él. -Aún queda mucho por limpiar y Namjoon no creo que vaya a ayudar mucho.
El rubio llevaba fregando los platos desde que se había levantado, y menos mal que tenía la supervisión de su novio por encima, ya que sin ella podría haber terminado con la vajilla entera desperdigada por el suelo. Hoseok sonrió tontamente y negó.
- No pude hacerlo, se veía demasiado tierno dormido.
- ¡Hoseok! -me quejé, consiguiendo como respuesta que se encogiera de hombros y me lanzara la escoba a la cara.
- No protestes y sigue limpiando, que fue tu idea hacer la fiesta en mi casa.
- Hacer la fiesta, no limpiarla - expliqué, poniéndome en pie de mala gana y volviendo a agarrar la escoba y el recogedor.
- Es un pack, amigo, te aguantas.
- ¡Y tú ni siquiera estás ayudando!
- Yo bastante tengo con haber puesto el sitio -respondió sonriente, dándome la espalda en dirección a su cuarto, el cual estaba subiendo las escaleras. -Además, ¿no te gusta tanto cepillarte a cada chica que conoces? Pues hazlo ahora, pero de forma literal y con mi casa.
- ¡Rencoroso! -exclamé con frustración, viendo como se alejaba, ignorándome. Rodé los ojos y seguí con mi cometido, reprochándome a mí mismo mentalmente el haberme tirado a su hermana unos meses atrás. Cuando Hoseok se enteró, no le gustó nada la noticia, y al parecer aún lo recuerda, aprovechando cada detalle para devolvérmelo. Por este tipo de reacciones las hermanas de los amigos son intocables; es importante no olvidarlo.
Tampoco pasó nada interesante a lo largo del día. Taehyung se despertó y Hoseok le acompañó en coche hasta su casa, dejándonos a Namjoon y a mí bajo la supervisión de Jin, quien parecía haber nacido para dar órdenes. Ya podía ser bueno en la cama, porque en estos momentos, mientras me explicaba como narices tenía que limpiar de forma adecuada las patas de la mesa, me era imposible ver el motivo por el cual Namjoon estaba saliendo con él.
Y finalmente, al cabo de casi cuatro horas de limpieza intensa, terminamos. Dejando el piso reluciente.
Le pedí a Hoseok que me dejara su ducha para asearme un poco, pues en estos momentos daba asco. Y eso que no llevaba la misma ropa de ayer, ya que me había dejado unas prendas viejas suyas para poder limpiar mejor. El caso es que antes de entrar a la ducha eché un vistazo a mi móvil, descubriendo entre la multitud de tonterías y comentarios que no me interesaban, unos mensajes de Jungkook.
<< Jimin, necesito que me hagas un favor. Me he dejado el abrigo en casa de Hoseok y cuando llamé a Taehyung había salido, así que te agradecería inmensamente que me lo trajeras tú mañana a clase >>
<< Bueno, no hace falta que lo lleves a mi clase. Puedo subir yo a la tuya a buscarlo. >>
<< Si no te supone ningún problema, claro 😅>>
<< Ah, y lo siento por haberte gritado esta mañana, no estoy enfadado ni nada. >>
<< Solo soy idiota, muy idiota>>
<< No te molestes, solo hazlo si te viene bien, tampoco es tan importante 👋 >>
Sonreí al notar su nerviosismo incluso a través de una pantalla. Bajé al primer piso y efectivamente, sobre el perchero de la entrada estaba perfectamente colocada su prenda. Le hice una foto y se la mandé, para asegurarme de ese abrigo negro con un parche de Iron Man en su bolsillo derecho fuera suyo.
<< ¡Sí, ese es! >>
<< ¿Qué me das a cambio por él?>>
<< ¿Qué?>>
<< No empecemos Jimin...>>
Reí para mis adentros y subí rápidamente al baño, tardando diez escasos minutos en ducharme y apropiándome de la ropa del armario de mi gran amigo Hoseok, quien todavía no había vuelto de hacer de chófer a Taehyung.
Le pedí la dirección de Jungkook a Tae y cuando me la dio salí en busca de un bus que me dejara cerca de su casa. Obviamente pensaba llevarle el abrigo, y directamente a su casa de hecho, pues tampoco tenía nada que hacer. Además de que se lo debía por cómo me he comportado con él, sobretodo en la fiesta.
<< Me parece justo recibir una recompensa por hacerte ese favor>>
<<Es un favor precisamente porque no se pide nada a cambio, idiota>>
<< ¿Qué quieres, a ver?>>
Esa pregunta dejaba tantas opciones al aire que me sentía igual que un niño en una tienda de dulces, incapaz de decidirme. Por desgracia la idea que más me atraía era la que menos le gustaba a mi conciencia. Me moría por pedirle una foto, pero una foto más provocativa, por decirlo de alguna forma, y obviamente solo por pura curiosidad. Aunque en el fondo no la fuera a ver, ya que pensaba cortar la broma al llegar a su casa. Esto solo lo hacía para divertirme un rato antes de darle el abrigo.
<< Una foto >>
<< ¿Otra? >>
<< Ya tienes dos mías >>
<< Quiero una diferente, Kookie>>
<< ¿Cómo que diferente? Casi todas mis selcas son iguales, te vas a llevar una decepción >>
<< No me he explicado bien>>
<< Envíame una más... sugerente >>
<< ¿Una foto pervertida?>>
<< Exacto>>
<< Ni de coña >>
<< Pues no hay abrigo 😌>>
Y todo esto estando ya en el autobús en dirección a su casa con la prenda en las manos. Que inocente era Kookie, me reía con solo imaginar la cara que habría puesto al leer mi mensaje. Seguro que estaba todo rojo por la vergüenza, tan adorable hasta llegar a ser comestible.
<< Además, si tú eres hetero, no entiendo para que quieres una foto así>>
<< Puro capricho, Kookie >>
<< Eres muy raro, que lo sepas>>
<< Este raro tiene tu abrigo en sus manos, solo digo>>
<< ¿Jungkook? >>
Ya me había bajado del bus y estaba andando por la acera en dirección a su casa, esforzándome por no echarme a reír en medio de la calle. Por desgracia la dirección que me dio Taehyung y la casa que tenía en frente no tardaron en coincidir, e inmediatamente tuve que ponerme a escribir que todo era una broma y que estaba en la puerta de su casa con su abrigo, pero me respondió una milésima de segundo antes de que yo enviase el mensaje.
Me respondió con una foto.
Lo siguiente sucedió muy deprisa. Mi mensaje mostrando dos ticks azules, informándome de que había sido leído. El sonido de unos pasos dirigiéndose a la puerta, la cual no tardó en abrirse y asomarse un Jungkook estupefacto tras ella. A pesar de que se estaba cubriendo escondiendo la mitad de su cuerpo detrás de la madera, me percaté de la poca cantidad de ropa que llevaba, limitándose a una camiseta blanca grande que le llegaba hasta la mitad del muslo. Era la camiseta que llevaba en la foto, y yo no podía parar de preguntarme si llevaba algo bajo la prenda blanca o iría completamente desnudo.
Me quedé boquiabierto, mirándole durante casi un minuto hasta que conseguí reaccionar y tendí lentamente el abrigo. Lo agarró tímidamente y agachó la cabeza avergonzado, exactamente con esa expresión tan adorable que llevaba imaginando todo el trayecto hasta aquí.
- Gr-gracias por traérmelo, no tenías que haberte molestado... -consiguió pronunciar en un tono tan bajo que me costó entender.
Y mientras tanto yo le observaba embobado, aún con el reciente shock que acababa de recibir por su foto. Tragué saliva y asentí, alejándome unos pasos.
- De nada -respondí agitadamente. Él se inclinó, probablemente con intención de invitarme a pasar, pero volví a hablar antes de que lo hiciera. - Y-yo me voy, mi madre debe estar esperándome... -Jungkook se había quedado con la palabra en la boca, dejando sus rojizos labios entre abiertos, húmedos y tan hipnotizantes que me hacía imposible apartar la vista de ellos. Aún andando marcha atrás, alejándome, intenté apartar la mirada, pero lo único que conseguí fue subirla y encontrarme con la suya, con esos enormes y profundos ojos negros que conseguirían someter a cualquiera con vida.
- Si-siento haber ma-mandado la foto... -comenzó a disculparse, subiendo un poco el tono de voz debido a mi lejanía, a los escasos pasos que nos separaban. -Pensé qué... pensé que hablabas en serio... y... bu-bueno, que lo siento...
- No pasa nada -le interrumpí apresuradamente. Tenía que irme, no podía quedarme ni un segundo más delante del pelinegro. -Nos vemos mañana, adiós -añadí atropelladamente antes de echar a andar calle abajo, ni siquiera planteándome antes si esa era la dirección que debía coger para ir a mi casa.
Solo necesitaba alejarme y despejarme la mente, porque aún no podía creerlo. Aún no podía creer que ese niño me hubiera provocado una erección.