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By Vodkachaid

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[HUMOR] [OTRA COMEDIA BARATA] El trayecto a la universidad es un largo camino hacia el futuro, donde tienes e... More

La admisión: Fracasaste como adolescente
Fracasaste como adolescente si no le diste una despedida al verano.

Fracasaste como adolescente si no fuiste un zombi el primer día de clases.

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By Vodkachaid

Fracasaste como adolescente, si no fuiste un zombi el primer día de clases.

¿Recuerdas esa canción que tanto amas? Desde que la escuchaste por primera vez supiste que era La canción. La descargaste ilegalmente de algún programa barato, la metiste en tu celular, ipod, lo que sea. La canción perfecta, tu predilecta. Sí, la misma que  en estos instantes odias, porque tuviste la brillante idea de ponerla de tono para el despertador. Lo que un momento fue el arpa de los dioses, ahora es el soundtrack de tu sentencia.

Sobre todo, después de una noche de cervezas con tus amigos.

Julieta, que siempre amó a Snow Patrol, quiso asesinarlos.

Rayos, hoy le tocaba a ella. Maldiciendo internamente tomó al Stich, que cubría su iphone. Y mandó el mensaje colectivo, ley en su grupo de amigos, desde… desde hace ya, un tiempo.

Chicos, es hora de levantarse. Buenos días <3 c: XOXO

El “plan de contingencia matinal” inventado por Gaspar  consistía en que cada semana del año escolar  le era designada al titular de turno; éste, tenía que mandar un mensaje a todos los demás para que se despertaran y esperar una respuesta a cambio, si la respuesta no llegaba, el encargado de turno estaba en la obligación… y el derecho, de llamar al individuo e insultarlo para que despierte. Un excelente plan para evitar atrasos. Y ahora era mucho más eficaz, debido al maldito y bendito grupo de Whatsapp que tenían.

Julieta se relajó en la cama mientras esperaba las respuestas, y se dedicó a pensar en el uniforme para el colegio, su instinto le dijo que estaría soleado, por lo que descartó el gran chaquetón, regalo de su madre, y usaría falda…sin panties.

Los mensajes no tar… bueno, sí, tardaron en llegar. Pero lo hicieron.

Sexyboy (Gaspar L.): Buenos días para ti también, Ju.  :)

Littleprincess (Consuelo M.) Ju, te quiero casi todos los días del año… hoy es el casi.

Chuck (Benjamín O.) Enterado.

AnnWow (Ariana F.) .l.

Sí, Ariana era un completo ogro por las mañanas.

Julieta se lamentó por tener que llamar a Simón, después de tres tonos el chico contestó.

-Mierda, lo siento. ¿Cinco minutos más, porfi?

-Simón, Chuck pasará por ti en 40 minutos… y sabes que si no estás listo te dejará y partirá sin ti.- Simón lo sabía, Julieta lo sabía, todo el mundo lo sabía: Chuck no era del tipo paciente.

-Ju, me levanto tres minutos, como sabrás es de mañana y tengo que atender algunos asuntitos con….

-CÁLLATE, NO QUIERO SABERLO.- Y cortó.

Aún conmocionada por lo de Simón, Julieta se encaminó hasta la ducha como un verdadero zombie. Con su pijama de vaquitas-orgullosamente regalado por sus padres- llegó hasta su baño, sí, su baño, lo único que le gustó desde que tuvo que mudarse a Valparaíso desde ya, tres años. Cuando llegó a la ciudad, jamás se imaginó que tendría un baño propio, y que sus padres le permitirían pintar las paredes de su habitación del color que quisiese. Un verdadero logro, considerando la naturaleza un poco controladora de sus progenitores.

Cuando estuvo lista, se miro al espejo. La falda negra le llegaba a tres dedos sobre la rodilla, tal como decía el reglamento del colegio que re-leyó cuidadosamente hace unas semanas, pensó que tal vez se veía un poco “cuadrada” con la blusa blanca, pero jamás en su vida haría tal de ajustarla, ella no era así. El manual de convivencia, permitía el uso de accesorios y/o prendas de abrigo extras, a preferencia del alumno, así como los zapatos eran a gusto de escolar mientras fueran de color  negro, pero la madre de Julieta puso el grito en el cielo cuando ésta tomó unas converse’s del mostrador, por lo que sus zapatos bajitos “de escuela” no eran un tema de discusión. Pero al menos, hace dos años, había ganado la batalla contra su madre, y ahora podía ir con su castaño cabello suelto, y no con una coleta alta que decía “ñoña a la vista”. Ahora era un poquitín más normal.

Dios, cuántas veces deseó ser un poquito como Consuelo, vestirse osada, a la moda. Consuelo le enseñó que podía seguir siendo Ju, pero vistiendo con más vida, y combinar más colores. Resultado: Julieta no podía estar más agradecida del consejo de la rubia, ahora se sentía bien con su ropa. Jamás se vería como Consuelo que era, técnicamente, una modelo, pero por lo menos, usaba ropa linda y… aprobada por sus padres.

-¿Cariño? El desayuno está listo. Baja a comer.

Una voz suave, pero autoritaria. La voz de su madre.

La doctora Cazmus no permitía los atrasos a la hora del desayuno… ni a la hora del almuerzo o la cena. De hecho, no permitía los atrasos en ningún momento. Como tampoco permitía la descortesía, por lo que Julieta no tardó en responder.

-Ya voy, madre, bajo enseguida.

Julieta se dio una última mirada al espejo,  y rogó al cielo que Consuelo tuviera tiempo antes de que empezaran las clases para hacer algo con su cara de resaca.

Cuando llegó a la cocina, besó a su padre y madre en la mejilla. Abrió la despensa y sacó el cereal que Ariana le regaló.

-¿Qué es eso, Julieta? ¿Y por qué traes ese rostro? ¿Pasaste mala noche?- La doctora Cazmus la miró alarmada.

Julieta ignoró completamente las últimas dos preguntas.

-Ehh... ¿cereal?

-Pero, cómo se te pasó por la cabeza… ¿sabes todo el azúcar que tiene ese cereal?

-Muriel, deja que coma el cereal que quiera. No va a matarla.- Su padre, como siempre, salvándola.- A propósito, ¿Cómo está la futura cura del cáncer?

Julieta no sabía si agradecer el cambio de tema o llorar por el nuevo rumbo de la conversación. Sonrió apenada.

Pero el doctor Cazmus pareció no darse cuenta de la incomodidad de su hija, por lo que siguió hablando como si nada.

-Mi chica, la mejor de su clase… la mejor de la cuidad… ¡LA MEJOR DEL MUNDO!- El padre de Julieta levantó los brazos exageradamente.

-Papá, yo…

-Sé que eres humilde cariño, pero sólo quería que supieras que tu madre y yo estamos orgullosos de ti.

>>si supieran…>> Julieta acalló a la molesta voz de su cabeza. Sus padres nunca sabrían nada. No porque fuera mentirosa, si no porque odiaba la idea de decepcionarlos, aunque cada “estamos orgullosos de ti” fuera como cuchillazo en la espalda.

Pero a veces, es imposible no comportarse como un adolescente normal. Hasta hace tres años Julieta era sólo una muñeca, no por lo bella, si no porque estaba vacía. Era sólo el prototipo de niña perfecta… era el reflejo de una utopía de los padres conservadores de….

-Julieta, ¿me escuchaste?- Su madre interrumpió la corriente de sus dramáticos pensamientos.

-Déjala, Muriel. Mi pequeña tiene un mundo allí, dentro de su cabeza, donde las ideas vuelan… y la cura del cáncer…- Sí, tal vez el problema era de familia.

-Lo sé, Carlos.- Muriel le sonrió a su hija.- Cariño, te decía que ya nos vamos al trabajo. ¿Te llevamos al colegio?

Julieta intentó no escupir en la cara de su madre, ganándose unos cuantos cereales que pasaron por el agujero equivocado de la garganta. Recordó viejos tiempos en los que, por irse con sus padres al colegio, llegaba quince minutos antes de que comenzaran las clases. No volvería a pasar por eso.

Después de toser y escupir a las traviesas hojuelas de azúcar que, según la propia Julieta, casi le producen un paro cardio-respiratorio. Julieta les dio una sonrisa tranquilizadora a sus padres, que ya preparaban un RCP.

-No se preocupen, Consuelo pasará por mí.- Y fijó la vista en su tazón de cereal, preparándose para lo que venía.

-Julieta, esa chica es… es…- A juzgar por la expresión y el tono de voz, Julieta asumió que su madre buscaba un sinónimo para “perra cara”.- No es como tú cariño, deberías buscar otras amistades…

-Mamá, ya hablamos de esto. Consuelo es mi amiga, y la mitad de las cosas que dicen de ella no son ciertas- La doctora Cazmus levantó una ceja.- Ok, un cuarenta por ciento es mentira…. Bien, bien, la chica tiene su pasado PERO NO HAY PORQUÉ JUZGARLA.

El hombre de la casa intervino en la situación.

-Ok, ok mis chicas… ya es tarde, seguiremos hablando sobre las amistades de Julieta en la tarde. Miró a Julieta.- Beso.

La castaña besó a su padre en la mejilla y éste le revolvió el cabello. La doctora Cazmus cambió su cara de preocupación por una sonrisa conciliadora.

-Está bien cariño, nos vamos. Pero asegúrate de que  esa chica no beba cuando conduz….

-ADIÓS, MAMÁ.

Quince minutos, un tazón de cereal y tres llamadas de desesperación más tarde.

-Consuelo, por fin llegaste. ¡Llegaremos tarde el primer día de clases!- Julieta se subió al auto.

-Lo siento, tuve problemas con mi celular.- La rubia sacó su bolsito de maquillaje de emergencia.

-¿Qué le pasó?

-Lo tiré por la ventana luego de responderte el mensaje. Ahora, acerca esa fea cara tuya para ver qué podemos hacer.

***

¿Es la última temporada de The Walking Dead? ¿Michael Jackson volvió de entre los muertos para grabar la nueva versión de Thriller? No, señores.

Lo que usted está viendo, es una masa de estudiantes en su primer día de clases. Mírelos, caminando como retrasados… unos verdaderos zombis camino al matadero… ¿es éste el futuro de nuestro país? ¿Somos los alumnos, culpables de un sistema de educación que no nos satisface y genera frustraciones y fracasos? Descúbralo a continuación, en un nuevo capítulo de “el colegio: un viaje a la educación”

- Simón ¿podrías dejar que tus pensamientos se queden en tu cabeza? Por favor.- Chuck estaba técnicamente llorando mientras conducía.

Bienvenidos, soy Simón, y hoy les hablaré de una de las dolencias más temibles y comunes en los adolescentes de hoy, la somnolencia, o falta de sueño es un padecimiento normal en cualquier ser humano que ha pasado dos meses tirándose las bolas hasta las tres de la tarde hasta que tiene que volver a clases y LEVANTARSE A LAS SEIS DE LA MAÑANA.

-POR LA MIERDA, CÁLLATE, SIMÓN.- Chuck golpeó el volante y luego se pasó una mano por el cabello.- Todo lo que pido es silencio, ok… silencio.

-¿Qué te pasa, Chuck? ¿Sabías que el mal humor es un síntoma de la falta de gratificación sexual?-Simón cambió la emisora de la radio.

-Te recuerdo que estás en MI auto.- Luego, Chuck murmuró para sí.- Aun no sé por qué mierda llevo a este saco de pelotas al puto colegio…porque a estudiar no va, el puto.

Pero Simón si lo escuchó.

-Me recoges en mi casa todos los días y me llevas al colegio porque Julieta hizo un puchero y  dijo que te quedaba de pasada…. Y porque sé que, secretamente me amas.

***

-¡ME CAGO EN LA PUTA QUE TE PARIÓ!

Gaspar observó como su mejor amiga insultaba a la acera.

-Ariana, me encanta ver tus desplantes feminidad por la mañana pero… vamos un poco tarde.

Ariana maldijo de nuevo e intentó caminar, luego de una casi caída a causa de una vereda en desnivel.

-Creo que me cagué el pie.- En un intento desesperado por no perder tiempo, Ariana caminó de todas formas.

Resultado: un grito de dolor acompañado por una lluvia de maldiciones.

-Ven, te llevaré.- Gaspar hizo el ademán de agacharse.

-¿Qué? No, olvídalo. Gracias, pero no.- Ariana guardó su mini paquete de cereal en su mochila negra y puso una  expresión seria.

-Vamos, no pensarás quedarte aquí todo el día ¿O sí?- Gaspar miró su reloj.-Ven, nos quedan unas cuadras, te llevo.

Gaspar y Ariana vivían cerca del colegio, por lo que cada mañana, Gaspar pasaba por ella y se iban caminando. Por eso y porque ninguno de los dos tenían auto, y porque el pelinegro le hizo una broma al bus escolar por lo que quedaron vetados de por vida.

-Pero, voy a parecer una de tus perras, que…

-¿Y eso no es acaso un honor?- Gaspar no esperó respuesta, la cargó sobre su hombro y se puso a caminar camino al colegio. Fingiendo que no notaba las miradas de los demás transeúntes.

-GASPAR BÁJAME.- Ariana golpeó la espalda de su mejor amigo.

Y en su mente, agradeció al cielo, que, en la posición que estaba, Gaspar no podía ver la sonrisa que asomaba por su traicionero rostro. Puta mierda, a su modo, Gaspar era el príncipe que rescataba a la princesa que se torcía al tobillo… arrojó el pensamiento de su cabeza, ella no era una princesa y, ciertamente, él no era un príncipe. De hecho, Gaspar era como el acosador que vivía en el bosque  al acecho de las damas y no tan damas que caían en su trampa. Pero aunque apreciaba el gesto de su amigo, Ariana Fabres no se caracterizaba por dejar una discusión a medias, o dejar una discusión, al caso.

Murmuró por lo bajo, con los dientes apretados.

-Menuda shit, verme llegar así arruinará mi reputación.

Gaspar se carcajeó antes de tomar la expresión más seria que pudo lograr.

-Tienes razón. Verte llegar en los brazos del chico más sexy del colegio, modestia aparte, arruinará tu reputación lesbiana emo antisocial ¿no?

Se ganó otro puño en la espalda.

***

Mil setecientos zombis agolpándose en los portones del colegio. 50 docentes  listos, aunque no dispuestos, para comenzar una  buena clase. Un despliegue de 30 policías a los alrededores del establecimiento.  Y aunque los detectores de metales no estaban en funcionamiento, en la entrada había una caja que decía “deje sus armas corto-punzantes aquí”.

Y, en medio de todo el caos, en medio de profesores nerviosos, alumnos con problemas motoros por la falta de sueño y alguna que otra transacción de dudosa reputación, pasan desapercibidos seis jóvenes, que discuten temas importantísimos a las puertas del lugar donde pasarán 8 horas al día durante los próximos 10 mese de su vida.

-Mierda, Consuelo ¿Se te quedó la ropa en casa?- Ariana saludó a la rubia desde su posición en el hombro de Gaspar.

-Sí, bueno… mi falda puede tener algunos centímetros menos que la tuya.- Tuvo que interrumpirse ante las miradas y toses falsas de sus amigos.-Ok, mi falda puede tener algunos MUCHOS centímetros menos que la tuya… pero por lo menos no estoy mostrándole el culo a todo aquel que entre por la puerta “A”

Ariana le dio otro golpe en el hombro a Gaspar, quién estaba de espaldas al grupo para que Ariana pudiera ver de frente a los demás.

-¡PUTO! Dijiste que no se me veía nada.- La muchacha intentó bajarse del hombro de su amigo.

-Error, dije que el señor de la panadería no veía nada… porque el pobrecito es corto de vista. Pero viniste dando un hermoso espectáculo todo el camino. Y deja de moverte, que muestras más cada vez que bates tus peludas piernas.

-NO ESTOY PELUDA.

Gaspar bajó a Ariana de sí mismo, e hizo que se apoyara en él para que pudiera pisar con el pie bueno y el otro quedara en el aire. Ambos, sin dejar de pelear.

Simón entró en escena.

-Chicos, a todos nos encanta discutir sobre los pelos de Ariana… pero tenemos que moveros antes de que nos vean, y tengamos que entrar al discurso de bienvenida Ciaffaroni.

Todos comentaron en aceptación y se escabulleron por detrás del kiosko para eludir el tan temido discurso. Simón le tocó el hombro a Ariana.

-Y sólo para que quede claro… tus piernas no están peludas, se ven bien.- La chica abrió grandes, los ojos.-Las chequeé cuando Gaspar se giró para alabar el auto del profe de mates.

Entre risas, los seis, siguieron su camino a… a cualquier lugar que no sea el espantoso auditórium donde se daban las estupideces de principio de año.

Julieta aminoró el paso.

-Chicos, no puedo hacer esto.- Chuck, que iba detrás de ella se frenó también.

-¿Qué? Vamos, Ju. El inspector nos va a ver.- El chico de la capa de cuero miró para ambos lados, preocupado.

Julieta jugueteó con un mechón de su cabello, gesto que dejaba claro que estaba nerviosa.

-No… no puedo. ¿Y si alguien nota que no estoy allí? ¿Y si llaman a mi madre? ¿Y si tal vez van a dar un anuncio importante y yo no estoy? Sería terrible porque andaría desinformada…

Los demás, que alcanzaron a escuchar el monólogo de la castaña, se giraron preocupados.

Consuelo movió la cabeza en negación.

-Ju, no es tiempo de tus crisis existenciales. VÁMONOS.

-Lo siento, chicos. Iré al discurso, pero ustedes vayan a esconderse, les contaré luego cómo fue.

Julieta se despidió de sus amigos y volvió por sus pasos. Chuck se pasó una mano por el pelo y tomó a Julieta por su mochila.

-Bien, iré contigo. No es justo vivir una calamidad como esa, sola.

Chuck caminó junto a Julieta hacia el auditórium.

-Mierda, ¿ya terminó la telenovela? Iremos todos. Tal vez Gaspar pueda gritarle obscenidades al director para que no sea tan aburrido- Ariana arrastró a Consuelo y Simón para ir con los demás al temido discurso de bienvenida.

Pasarían por esto juntos, como habían pasado cada mierda que les había lanzado la vida desde que se hicieron amigos.

***

8:15 y los mil setecientos zombis, mejor conocidos como alumnos, esperan el famoso discurso de bienvenida. Una anciana visiblemente agobiada, intenta hacer callar a las multitudes para que el rector pueda hablar.

Luego de otros 5 minutos de gritos y “shhht” por parte del personal docente, los alumnos bajan un poco el volumen, sólo un poco.

Y, en el escenario, hace su aparición un hombre alrededor de los 40 años, traje perfecto, peinado perfecto y una sonrisa, que si los alumnos no lo conocieran, pensarían que es demasiado falsa como para ser tan extensa.

El hombre carraspeó frente al micrófono.

-¡HOLA! ¿SE ESCUCHA? .- Lo parlantes chirriaron y los estudiantes gimieron y se taparon los oídos, el rector tosió otra vez.- ¿Hola? Uno dos, dos uno, tres ¿Bien? Bien  Alumnos y alumnas de Hopewell...- La anciana, que hace un rato estaba haciendo callar a los alumnos, se acercó corriendo al rector, y le susurró algo al oído.- ¿Qué? Pero si…

La anciana cuchichea otra vez y, aunque el rector intentó alejarse del micrófono, los alumnos escucharon todo.

>> ¿Cómo es eso de derechos de autor? ¿Y a mí por qué no me avisó nadie? ¿Cómo nos llamamos ahora?<<

Ciaffaroni se arregló la corbata antes de volver a hablar al micrófono.

-Bien, alumnos y alumnas… al parecer nos llegó una demanda por derechos de autor de algún iluso, así que ahora nos llamamos “colegio n° 567”, la originalidad proviene del gobierno, gracias.En fin, no quiero alargar este discurso…

La multitud suspiró en alivio.

>>… pero hay puntos que deben tocarse. Antes que nada, me gustaría recalcar que las armas reunidas a la entrada del colegio, serán en beneficio de niños huérfanos… así que ¡sigan ayudando, chicos!

>> El gobierno prohibió la comida chatarra en los kioskos, así que cuando se coman la basura esa, TENGAN LA DECENCIA DE HACERLO A ESCONDIDAS. En otras noticias, Jacinto, el conserje del ala “A” murió.

Ciaffaroni esperó que los alumnos procesaran la noticia, luego de cinco segundos, continuó.

-Así, que sólo nos quedan dos conserjes, contando la deportación de María Luisa, por lo que me veo en la obligación de rogarles que… NO SE COMPORTEN COMO LOS CERDOS DE SIEMPRE, un poco de consideración, chicos.

>> El soborno al inspector de seguridad ¡Funcionó! Así que, felicidades, alumnos. ¡Nuestro colegio será el próximo anfitrión del 56° encuentro de colegios públicos de octubre! Lo que significa que tendremos dinero para quitar a las marmotas del baño de damas.

Los aplausos no se hicieron esperar.

>> Lo sé, lo sé. Es fantástico. Otro punto, es que el profesor Lagos,  de filosofía, está en la cárcel por tráfico de drogas… así que tendrán que buscar otro camello.

Silencio incómodo.

-¿De verdad creen que no lo sabía? Incluso me vend….Y para finalizar, el tipo al que le pago para que me escriba los discursos motivacionales de principio de año, tiene cáncer, y me dijo que la vida era una mierda por lo que no había que perder el tiempo… así que no sé qué más decir. Durante el transcurso del año les iré contando los otros acontecimientos importantes mediante los vaya recordando. Así que… ¡A CLASES! Ahora que lo recuerdo, reestructuramos los cursos. Junto a la caja de “deposite su arma corto-punzante aquí” están las listas con sus nombres. Ahora sí, ¡FUERA DE MI VISTA!

***

-Chicos, ¿no quieren ver en qué curso quedaron?- Julieta puso los brazos en jarra, a  la espera que alguno de sus amigos reaccionara y se levantara del piso para ver las listas.

Los cinco jóvenes sentados en el suelo, alternaron la vista entre la multitud de alumnos agolpados frente al diario mural, y su amiga.

-Ñe… cuando todos se dispersen, para ir a sus clases, vendrá algún inspector a retarnos por estar fuera del salón, y nos llevará a la clase.- Gaspar, como siempre, tenía todo fríamente calculado.- ¿Alguien quiere gomitas con vodka?

Mientras Gaspar repartía alcohol de contrabando en ositos de goma, Julieta se fue indignada para ver en qué curso había quedado.

Cinco minutos después, volvió con el cabello desordenado, arrastrando su bolso, y con una mirada de profundo terror en el rostro.

Consuelo se metió una gomita a la boca.

-¿Cómo te fue, Ju?

-Creo que acabo de perder mi virginidad…

***

-Fabres, Ortiz ¿Qué hacen aquí? Es el primer día de clases y ya se están ganando una citación.- El inspector Millar, se detuvo en medio del pasillo, al ver a dos alumnos riendo frente a lo lockers.

Chuck miró a Ariana, sonriendo de lado.

-Estábamos ocupados.

Millar, con sus cejas pobladas y sus ojos oscuros, frunció el seño. Benjamín Ortiz era un chico problema, se peleaba con los demás alumnos, no trabajaba en clases, y esa chaqueta de cuero…y esas púas lo ponían nervioso. Con el joven, había que usar mano firme.

-¿Perdón? ¿Es forma de responderle a un mayor? Venga conmigo, iremos a la oficina.

-Me temo que no, Miller, ésta chica me estaba haciendo propuestas indecentes.- Chuck puso su mejor pose seria.- Llévatela a ella.

Ariana se llevó una mano a la boca, desconcertada. Mientras, el inspector ponía una cara de desconcierto.

-MENTIROSO, DESGRACIADO. TÚ ME DIJISTE QUE ESTA NOCHE ME HARÍAS…-Ariana gritó tan fuerte, que Miller tuvo que hacerla callar desesperado.

El inspector, entrado en edad, se pasó una mano por el cuello de la camisa blanca. Fabres, era otro de los apellidos comunes en su haber, la muchachita era media gótica, y hasta hace unos años, tenía muchos problemas de convivencia con sus compañeros, por no mencionar las reiteradas faltas de respeto a sus profesores y sus travesuras a las chicas del club de danza.

-Cállate, niña…. Y ahora, no tengo tiempo, váyanse a sus salones antes de que… sólo váyanse.

Chuck y Ariana sonrieron entre sí, porque lograron sacarle los colores al viejo Miller y se salvaron de una citación al mismo tiempo. También sonrieron porque quedaron en el mismo curso, en el paralelo “B”.

Este año no sería tan malo, al menos se tenían el uno al otro para pasar clases como literatura y filosofía. Siendo los dos, los más “freaks” del grupo, encontraban el uno en el otro un compañero para despotricar en contra del mundo y matar zombis.

Chuck tomó la mochila de Ariana, y la ayudó a llegar al salón.

-¿Son horas para llegar a clases, Fabres, Ortiz?- La profesora los miró con gesto reprobatorio.

-Es que no sabíamos dónde dejar el condón.

***

Y el timbre sonó. El primer bloque de clases terminó sin accidentes visibles, y los alumnos, ya no tan zombis, salen de sus salones como si la vida se les fuera en ello.  Ver un rayo de sol a través de la densa contaminación de la ciudad, es un rayo de esperanza; de que fuera de ese antro del aburrimiento, existe algo llamado vida.

Cuando Simón arrastró Julieta fuera del salón de clases,  Consuelo, Ariana y Chuck ya estaban acomodados en el lugar de siempre, unas bancas viejas a la sombra de un árbol sin hojas.

-¿Qué tal todo?  Y ¿Dónde está mi puta?- Simón se acomodó entre Consuelo y Ariana para robarles la comida.

-Gaspar está hablando con su novia, por allá.- La rubia apuntó a unos metros frente a ellos.

-¿Con cuál?

Los cuatro chicos se encogieron de hombros.

Ariana le robó una galleta de la boca a Simón

-Adivina.

-¿Qué?

-Cuando llegamos aquí, habían unos chicos de primero ocupando nuestro lugar.- Julieta se llevó las manos a la boca, realmente preocupada.

-Ay, no. Pobrecitos.- Su voz sonó aún más aguda que de costumbre. Y consuelo se carcajeó.

-Debiste haber visto sus caras cuando Chuck se puso en plan asesino.

Simón palmeó la espalda del moreno.

-Insisto, deberíamos arrendarlo como matón personal.- Chuck le dio una mirada asesina.-o… tal vez no.

Gaspar se sentó junto a sus amigos. Luego de preguntarle a Ariana por su pie y examinarlo como si de verdad entendiera lo que estaba haciendo, el pelinegro preguntó casual.

-¿Hey, de qué hablaban?

-De si deberíamos o no comercializar con el lado matón de Chuck.- Consuelo se encogió de hombros.

Después de que cada uno expresó su opinión con respecto al tema, incluyendo la de Julieta, que decía que la violencia no iba a solucionar nada, Chuck le tiró una rama seca a Gaspar.

-¿Pueden dejar de hablar como si yo fuera un trozo de carne?

Consuelo lo apuntó con su galleta.

-Chuck, hablamos de Alex Pettyfer como si fuera un trozo de carne. De ti, hablamos más que nada sobre una inversión comercial.

***

Segundo timbre, otra luz de esperanza para nuestras miserables vidas.

-Ju, ES EL PRIMER DÍA DE CLASES. No puedo creer que me sedujeras para que me sentara  en el primer banco.

-¡NO TE SEDUJE!

-No, pero eso es lo que diré cuando me pregunten.

Julieta jamás pensó que podría tener a este neandertal como mejor amigo, tampoco pensó que podría ser tan feliz como lo era con él.

Una rubia con la falda más corta y la blusa más ajustada de lo normal, los alcanzó en el camino.

-Estoy enamorada.

Simón chasqueó la lengua.

-Mierda, Consuelo. No me digas que otra vez tuviste sexo furtivo en el baño, Y OTRA VEZ NO FUE CONMIGO.

-No, no; no es nada de eso, vengan, les cuento cuando lleguemos.

Ariana llegó al lugar siendo medio cargada por Chuck y Gaspar llegó después de ellos.

Consuelo adoptó voz solemne.

-¿Recuerdan que el profesor de filosofía está en la cárcel por el tema de las drogas?

-Claro, eso afectó la economía escolar en un…

-Cállate, Gaspar. El punto es que el nuevo profesor de la materia está como para abrirse de piernas…

-Consuelo, sin ofender.- Ariana trató de sonar lo menos brusco posible.- Tú, como que te abres a cualquiera que tenga pene…o algo de más de 6 cm.

La rubia le pegó en la cabeza.

-No es necesario recurrir a mi pasado ¿Ok? Pero tienen que creerme, el nuevo profesor es un bombón recién salido de la universidad, es alto... delgado, pero no tanto, y tiene una boca que está como para…

-Consuelo, haznos un favor a los machos del grupo y cambiemos el tema ¿Sí?

El grupo siguió hablando de temas triviales, aunque Consuelo les confidenció a las dos chicas presentes todos los detalles que sabía del nuevo profesor de filosofía, que al parecer, era la nueva bomba sexual del colegio; comentario que molestó profundamente a Gaspar, autodenominado la única y verdadera bomba sexual existente.

Cuando los seis amigos, alertados por el timbre, se disponían a volver a sus clases, fueron interrumpidos por un hombre de traje y corbata, y unas abundantes cejas.

-Miller, ¿Qué pasa?

-Torres, no me llame por mi apellido. Para usted soy Inspector Miller ¿entendido?

-¿Qué quiere?

-Los seis, vengan conmigo. La nueva orientadora los espera.

Extrañados, se miraron unos a otros y siguieron a Miller ¿Qué querría la nueva inspectora con ellos?

-Ju, cálmate no pasa nada.- Ariana sobó el hombro de su mejor amiga.

-¿Cómo que no pasa nada? NOS ACABAN DE CITAR DESDE ORIENTACIÓN EN EL PRIMER DÍA.

***

-Buen día, alumnos. ¿Cómo están?

Los seis amigos, sentados en pequeñas sillas de colores en una habitación que más parecía circo que otra cosa, observaron con cautela a la mujer sentada detrás de un escritorio frente a ellos. Era de mediana edad, algo regordeta y su sonrisa era un tanto demasiado afable.

-Entiendo, están nerviosos. Pero no tienen que estarlo, éste es un lugar de ustedes, siéntanse cómodos de explayarse.

Más silencio.

-Bien, el silencio es un signo de sabiduría ¿sabían? Bien, bien.- La aguda voz de la mujer resonó por toda la pequeña estancia.

>>Bien, ahora, lamentablemente tenemos poco tiempo y… Ohh, ¡qué torpe soy! Olvidé presentarme, bien, soy  la señorita Margarita Pardo, pero me pueden decir sólo Margarita ¿Bien? Porque estamos en confianza, o tal vez pueden llamarme Margi, o rita o como ustedes quieran.

La mujer sonrió,  otra vez.

>> Soy la nueva orientadora del establecimiento porque la antigua… la antigua se fue, sí, eso. Pero, bien, no estamos aquí para hablar del trabajo de orientación, no. Estamos aquí porque ustedes son unos chiquillos muy, muy especiales ¿sabían eso?

Los chicos, no podían estar más extrañados y… asustados. Gaspar notó que la puerta estaba cerrada, no había escapatoria.

-Escuche, señora…

-No, no. Llámame Margarita, estamos en confianza ¿Bien? Bien. Ahora, me gustaría que supieran, que no están aquí para ser juzgados ni nada de eso, no, no. Están aquí porque su opinión y su forma de ver las cosas es lo que más valoramos los adultos. Pero antes de conversar de cualquier cosa, me gustaría que contestaran algunas pequeñas preguntitas.

La mujer, le entregó a cada uno, un grueso sobre blanco a cada uno, con su nombre escrito en él.

Consuelo se dispuso a abrirlo.

-¡¡NO, NO!!- Todos llegaron a saltar de la impresión.- Digo, no… no los abran ahora, tienen que responderlo en privado, en un lugar cálido y de su agrado… y ser totalmente sinceros ¿Bien? La comunicación sincera es la base del diálogo.

Otra sonrisa.

>>Ahora, se nos hizo tarde… ya van a tocar el timbre para el almuerzo. Pueden retirarse e ir a comer.

Los chicos salieron corriendo de la oficina del terror.

-DISFRUTEN RESPONDIENDO LAS PREGUNTAS ¿BIEN? NOS VEMOS EN DOS DÍAS, CON LAS RESPUESTAS.

***

Por ser primer día, los alumnos sólo tenían clases media jornada y estaban más que felices por volver a sus casas para sacarse el olor a aprendizaje.

Mientras sacaban sus cosas de los lockers, comentaban la extraña reunión con la orientadora y temblaban de vez en cuando al recordar sus sonrisas.

Julieta gritó.

-¿Qué te pasa, Ju?- Chuck la miró preocupado.

La castaña le entregó un pequeño papel blanco y Chuck frunció el ceño.

-Puta mierda, es una broma, Ju. Tú tranquila ¿bien?

-Miren el pedazo de mierda que encontré en mi locker- Ariana llamó la atención del grupo con un pequeño papel blanco.

-¿Tú también? Tengo uno igual.- Consuelo le pasó otro trozo de papel a su mejor amiga.

-Putos, ¿les llegó esto?

Cuando los seis, se dieron cuenta de que habían recibido la misma nota, se miraron sorprendidos.

“Ustedes hicieron mucho daño, yo sé lo que hicieron. Pero todo se devuelve”

Chuck tomó todos los papeles de sus amigos, los arrugó y los lanzó al basurero más cercano.

-No sé de qué película de mala calidad salió esto, pero el imbécil que hizo la broma va a pagar.

Julieta se alarmó, y apretó el brazo del moreno.

-¿Y si es cierto?

-MIERDA, SABEN LO DEL CUERPO

-¿Qué cuerpo, Simón? No hay ningún cuerpo.

-Sí… no hay ningún cuerpo, claaaro. Lo siento me confundí...- Risa nerviosa.- Ningún cuerpo.

***

Wow... quedó algo largo... pero con la imaginación que tengo, y un teclado SOY PELIGROSA OK?
espero que les haya gustado y lo hayan disfrutado tanto como yo. Así que ya saben, si les gustó, pongan la estrellita; si no les gustó, pongan la estrellita... y amenazas de muerte.

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