[Jungkook]
No hay nada peor que despertarte porque tienes ganas de ir a mear pero estás en la posición más cómoda del mundo, una que te hace replantearte hacértelo encima con tal de no moverte. Bueno, rectifico, sí que hay algo peor. Abrir los ojos y encontrarte recostado en el pecho del amor de tu vida es mucho peor, sobre todo si tenemos en cuenta que de la sorpresa me caí del sofá, arrastrándole a él conmigo.
- ¿Qué mierdas? –fue lo primero que formuló al despertar de sopetón a causa del golpe contra el suelo. Se incorporó, revolviéndose el pelo y apoyando un brazo sobre su rodilla flexionada, mirándome con un ojo entrecerrado. – ¿Jungkook?
- Bu-buenos días... –conseguí murmurar, muerto de vergüenza por la situación. Jimin frunció el ceño con desconcierto y echó un vistazo a su alrededor, terminando por clavar su vista nuevamente en mí.
- ¿Por qué estamos los dos en el cuarto? ¿Dormimos juntos?
- Pues n-no... no lo sé –Casi no podía articular palabra, pues solo podía pensar en lo bien que se veía al despertar, y en el dolor de cabeza que amenazaba con tumbarme. ¡Oh, y las ganas de hacer pis! Aún seguía necesitando ir al baño con urgencia. Eran tantas cosas las que tenía en mente, que ni me percaté de lo que daba a entender la situación. Yo y Jimin, despertando solos en un cuarto con la puerta cerrada, lugar donde habíamos dormido juntos, literalmente juntos. – ¡N-no hice nada, lo juro! ¡Prometo que no tengo nada que ver con esto!
Me miró durante varios segundos, analizándome con dureza hasta que finalmente abrió mucho los ojos, probablemente recordando la noche anterior. Yo apenas podía rememorar unos cuantos momentos, y seguramente era mejor así. No solía beber, y cuando lo hacía me volvía alguien a quien no querría recordar de ninguna forma. Más me valía que Jimin tampoco recordara mucho de la fiesta, o mi dignidad seguro que terminaría por los suelos.
Soltó un bostezo y frotó los ojos, al tiempo que se ponía en pie. Aún llevaba los pantalones de cuero de la noche anterior, esos que le quedaban ajustados y demasiado bien para que fueran legales. La camiseta de manga corta también le sentaba como anillo al dedo, dejando a la vista los mejores brazos con los que me podría haber topado en mi vida.
Definitivamente algo muy bueno debí hacer en mi otra vida para despertar con estas vistas.
Y definitivamente, también, algo muy malo debí hacer para únicamente poder contemplarlas por el mero de hecho de que eran heterosexuales.
- Te creo
- ¿Eh? –pestañeé varias veces, saliendo de mi ensoñación.
- Que te creo. Sé que no me violaste, Jungkookie.
- ¡Claro que no te violé, idiota! –exclamé con indignación. Además, es imposible que yo le violara, principalmente porque me agradaba infinitamente más la idea de recibir que de dar, y no había cabida para poder violarle con esas preferencias. Como no le hubiera hecho una mamada a traición, ya me contaría. –No caería tan bajo.
- No sé si eso es lo suficientemente bajo, pero me pediste que durmiera contigo –respondió entre risas, disfrutando de cómo a mí se me desencajaba la mandíbula al escucharle.
" ¿YO LE PEDÍ ESO? ¡BENDITA TIERRA TRÁGAME Y NO ME ESCUPAS NUNCA, EN NINGÚN SITIO, JAMÁS!"
- Estás mintiendo.
- Claro, que no –rió y comenzó a acomodarse la ropa, intentando mejorar du aspecto, dándose un eje más presentable, aunque a mi parecer ya se veía bien estando despeinado y con la camiseta medio metida por dentro del pantalón.
- Yo no pediría eso, y menos a ti –respondí con firmeza, intentando creerme mis propias palabras, las cuales ni siquiera conseguían tomar un tono base de confianza. Con el alcohol yo era capaz de todo y más, por desgracia para mi dignidad.
- Pues lo hiciste.
- Bu-bueno, pues... ¡pu-pues tú aceptaste! –alegué apresuradamente, intentando defenderme de algo que ni siquiera era un ataque. El bochorno del momento no me dejaba pensar con claridad, no era mi culpa.
Ahora fue él quien me miró sorprendido, abriendo la boca sin llegar a soltar ninguna respuesta. Parecía que le había pillado, o al menos conseguí no ser el único avergonzado. Sonreí triunfante, viendo como él finalmente fingía no darle importancia a mis palabras, poniendo un tono de desinterés.
- Que otra cosa iba a hacer, no te emociones.
- No me emociono, pero simplemente podías haberte ido –Me encogí de hombros con fingida inocencia, aparentando que no disfrutaba tanto de la situación actual como realmente lo hacía. ¡Era la primera vez que conseguía responder a Jimin y callarle la boca! Por un momento hasta pareció avergonzado, aunque eso debieron ser imaginaciones mías, pues no tenía ningún motivo para estarlo. – Ni que estuvieras obligado a hacerme de peluche.
- Entonces eso haré a la próxima –respondió sin mirarme, colocando y adecentando el sofá mientras hablaba, como si la conversación no requiriera de su máxima atención. Vale, quizás es que yo le daba más importancia de la que tenía, pero era compresible que el haber dormido con Jimin fuera la hazaña más significativa en mi vida después de mi nacimiento.
- ¿La próxima? No pienso venir a otra fiesta, no me gustan.
- ¿Y por qué viniste a esta entonces?
- Porque gracias a ti, Taehyung me insistió hasta volverse una tortura.
- ¡Oh,c ierto! –sonrió para sí mismo, cambiando el semblante a uno más conocido, el que solía poner la mayoría del tiempo. Finalmente se encogió de hombros y siguió con su cometido de acomodar el sofá. –Culpa mía, lo siento. Pensé que sería buena idea presentarte a alguien.
- ¿Y por qué querrías hacer eso?
- Para que te olvidaras de mí, obvio.
Mordí el interior de mi mejilla con fuerza, sintiendo esas palabras como un golpe directo al estómago. Definitivamente Jimin era idiota, y haberme enamorado de él, el peor error de mi existencia.
- No necesito que me busques a nadie. Ya decidiré por mi mismo a quien quiero olvidar y a quien no –respondí con molestia.
- Tranquilo Jungkook, solo pretendía ayudar.
- Pues por tu culpa casi termino con el culo a disposición del primero que pasara –le recriminé cruzándome de brazos, más guiado por el dolor y decepción de no ser correspondido y que me lo recordara, que indignado con su intención en la fiesta.
- Estuve vigilándote. No habría dejado que eso pasara.
- ¿Y que querías que pasara exactamente?
- ... –se quedó varios segundos pensativo, sin siquiera despegar los labios, mirándome fijamente con uno de los cojines aún entre sus manos.
- ¿No querías que me enrollara con cualquiera? ¿No tenías tu absurda idea de que así conseguiría olvidarte?
- Bueno, pues me equivoqué –terminó respondiendo, lanzando bruscamente el cojín sobre el sofá. – Perdóname, ¿sí?
- Eres idiota.
- Y tú eres penoso.
- Dijo que el chantajeó a Taehyung para conseguir que yo viniera –le recordé, sintiendo como comenzaba a enfurecerme, y si había algo que no le recomendaba a Jimin, era eso, enfadarme.
- Debería haber dejado que terminarás con el chico de ayer –respondió entre dientes, devolviéndome una mirada casi tan airada como la mía.
- ¡Pues haberlo hecho! ¡No actúes como si te importara con quien voy o vengo!
- ¡No actúo como si me importara, tan solo soy persona y obviamente no iba a dejar que cualquier pervertido te pusiera las manos encima!
- ¡PUES ESO ES PRINCIPALMENTE LO QUE TENÍAS PENSADO AL INVITARME!
- ¡BUENO, YA NO QUIERO ESO, HE CAMBIADO DE OPINIÓN, ¿VALE?! ¡YA TE HE PEDIDO PERDÓN!
Fui a responderle, apretando furiosamente los puños a ambos lados de mi cuerpo. Estaba tan cabreado que podía pegarle ahí mismo, enfadado con él por no quererme y conmigo por quererle. Sobretodo conmigo por ser tan idiota y hacerme esperanzas a cada insignificante detalle.
Pero no lo hice. No pude tocarle un pelo porque me mareé antes de poder formular palabra, balanceándome hasta aterrizar en los brazos de Jimin, quien vino corriendo a mí al ver que iba de cabeza al suelo sin billete de vuelta. Cerré los ojos con fuerza y masajeé mi sien, sintiendo como me iba a explotar la cabeza.
- No deberías gritar tanto estando de resaca.
- No me enfades y no gritaré.
- No me provoques y no te haré gritar.
Abrí los ojos, mirándole fijamente al escucharle y agachando inmediatamente la vista abochornado, probablemente con mis mejillas teñidas de rojo. Odiaba malpensar cada frase que salía de sus perfectos labios. Él rió, comprendiendo lo que yo había entendido, y por instinto me aparté, soltándome de su agarre.
- Eres idiota.
- Yo no soy quien está enamorado de este idiota.
- ¡AAAAASH, NO TE SOPORTO! –exclamé, dirigiéndome a zancadas hacia la puerta, sintiendo bombear la sangre directamente en mi frente a causa del dolor.
- Ya te he dicho que no es bueno que grit-
Y cerré la puerta, acallando su voz de inmediato y dirigiéndome igual de rápido al baño. En estos momentos podía hacer varias cosas, entre ellas matar a Jimin o mear, y teniendo en cuenta que los planes de futuro que tenían mis padres para mí, no se compaginan con la cárcel, decidí realizar la segunda opción.