- ¿Quién fue el genio de planear una reunión? -
La voz de Roberto se escuchó por toda la casa enojado, me gustaría ver su cara al enterarse, pero ya es tarde y la comida ya debería de estar lista.
Me dirigí a la cocina, ahí estaba con su mandil sacando una charola del horno.
- Romina, hermana querida ¿De quién fue la idea? - tome asiento en el banco, hundí mis hombros. La regla principal de hermanos "cuate" es nunca delatarnos - Dime, es un buen momento para no darte un castigo en el entrenamiento - dejo la charola en la mesa, olía delicioso, me imagino que es una receta de mi madre. Iba a levantar el papel aluminio para observar que era pero me dio un manotazo.
- ¿Cómo sabes que iré a entrenar? Siendo tú el profesor - me tome mi mano que fue la victima
- Te conozco, amas los deportes, en especial el fútbol - me guiño un ojo - ¿Me dirás? - me cruce de brazos.
Los chicos tomaron el control del estéreo
- Yo, yo era el amor de su vida, yo disfrute sus caricias y su primer beso fue mío y fue mía - entró Matías cantando, yo sonreí, llego a mi lado para rodear su brazo sobre mis hombros -Yo, yo entre sus brazos dormía, yo le arrancaba sonrisas mientras le cantaba canciones bonitas - me dio un beso en la cabeza
- Solo falta el tequila hermano - dije y me levanté del banco
- Roberto, fui yo el culpable, quería socializar con la manada McCall ¿Acaso es un pecado? - se llevó una mano al pecho, siendo una víctima
- No, pero me hubieras avisado desde temprano - dijo Roberto más tranquilo
- Relájate hermano, pareces mamá -
- ¡Visitas! - gritó Mateo
Ahora ya saben quiénes se comportan como niños y otros como adultos. Los tres nos reunimos en la sala, ahí estaban, la manda McCall. Liam, Theo, Stiles, Scott, Lydia, Kira y la mujer coyote, Malia.
- ¿Es su casa? - preguntó Stiles observando todo sin parpadear
- Por algunos meses, esto no es nuestro estilo - dijo Rodrigo llevando entre sus manos una charola de plata con vasos - ¿Gustan un refresco? - paso enfrente de ellos, tomando un vaso cada quien
- Me da gusto que Romina tenga amigos - se acerco Rodrigo, entrecerre los ojos y bufé. - Tomen asiento, la comida ya está -
Los chicos asintieron, Mateo los guió hasta la mesa, en donde cabíamos perfectamente aunque somos muchos.
Tome asiento a los costados, Liam tomo asiento a mi lado derecho, Stiles a la izquierda con Malia y tengo la mala fortuna que Theo estuviera enfrente mío.
Habían manteles coloridos, vasos de vidrio y cubiertos, Roberto puso los platos con porciones generosas.
Al ver que era me emocione, casi ahogando las ganas de gritar, se que soy una dramática pero hace meses no lo comía.
- ¿Que es esto? - dijo Malia jugando con el tenedor si comía o no.
- Mi querida coyote, esto se llama "enchiladas" - dije, me acerque un poco a la mesa para observarla por encima de Stiles, ella solo se quedo callada con ojos de pocos amigos.
- Son tortillas rellenas de carne en forma de tacos con salsa verde, crema y queso, es un plato tradicional de nuestro país - completo Mateo.
Empecé a cortar un pedazo, no quería que siguieran con preguntas y que interrumpieran mi comida.
Llevé el pedazo a mi boca, sabía delicioso, con una salsa que pica... ¡Esto es el cielo! Seguí comiendo, Stiles tomaba agua y agua pero no dejando de comerlas. No me imagino cuando le dé "La Venganza de Moctezuma"
|...|
Todos acabaron de comer, el pastel de chocolate que cocinó Roberto fue excelente. Todos en la mesa estaban platicando, Kira preguntó cómo era México, varias preguntas que querían saber porque estamos aquí.
- Oye... - volteé hacia el beta - ¿Por qué nos invitaron? - preguntó.
- La realidad no sé - hundí los hombros restándole importancia aquella pregunta.
- ¿Estas bien? - voltee a verlo, entrecerré los ojos tratando de averiguar lo que decía - Me refiero a lo que te sucedió en la escuela -
- Gracias por preocuparte, estoy bien, solo fue estrés - dije y sonreí.
Un minuto ¿Yo sonriendo ante alguien que no conozco? Esto no soy yo, Me acomodé en la silla y Theo me estaba observando mientras platicaba con Matías ¿Qué le estará contando mi hermano a la Quimera?
- Gracias por la invitación pero tenemos que irnos - dijo Scott levantándose de la silla
- Pero la comida sabe rica - habló Stiles cortando un pedazo de pastel
- Es tarde - concluyó McCall, todos se levantaron de las sillas.
- Nos vemos en la escuela - Liam se despidió de mí, yo asentí.
Roberto los acompaño a la salida, esto al parecer sería un inicio de mi nueva vida que mis hermanos me están ayudando para quitarme esa idea de venganza pero para su mala suerte no lo están logrando.
Fui a mi habitación para descansar, tome una cobija y me acosté en mi cama, Morfeo hizo de las suyas.
****
- ¡Mamá! - grité por la casa, buscándola por las habitaciones hasta llegar a la planta baja. Los sueños con ella se hacían más constantes.
Ahí estaba, con un vestido blanco y una corona de flores.
-Romina, mi dulce niña, tu padre y tus hermanos nos están esperando - extendió su mano, esperando para tomarla, camine hacia ella.
Tome su suave mano, parecía un ángel con la luz que la ayudaba para darle ese toque y la abracé. Empecé a llorar, la extrañaba tanto.
- ¿Por qué lloras hija? - preguntó mientras me acariciaba el cabello, me separé de ella.
- ¿Por qué lo hiciste? - pregunté - ¿¡Por qué te enfrentaste a ella!? Había más opciones para mantener a la comunidad a salvo, pero ¿Sacrificándote? -
- Romina, fue la mejor decisión, ahí crecí y me dolería si ella acabaría con todo - su voz sonaba tan tranquila como siempre, cuando nacía una discusión, hablaba como sino importará.
- Por tu culpa madre, mi padre me ha echado la culpa todos estos malditos años - la señale - Solo por qué yo no hice nada - le dí la espalda, me limpie las lágrimas pero era inútil, salían más, sentí su mano tomando mi hombro - No me toques por favor - di un paso hacía adelante.
- Tu no eres Romina Guerrero, mi pequeña hija dulce, la que todo el mundo quería, amable y de buen corazón ¿A donde fue? -
- Esa "hija perfecta" se ha ido, solo por venganza, por tu muerte - regresé a enfrentarla, su cara angelical se fue, llevó su mano al pecho en la dirección al corazón.
- Si es lo que deseas, protege a mi gente, a tus hermanos, vengame y se feliz -
****
Otro sueño que tengo una reflexión por parte de mi madre, se añade a mi lista.
Abrí mis ojos, el día lucía nublado, me levanté para darme una ducha de agua fría.
Ahora más que nunca necesito distraerme, ir a la escuela es la única opción viable.
Tome mis jeans, blusa manga larga negra, tenis rojos y mi bufanda. Me acerqué al espejo que tenia colgado en mi habitación, una cola de caballo y listo, pero mis ojos no me ayudaban, estaban un poco rojos por tanto llorar.
Salí para bajar a la sala, ahí estaban los chicos, preparados para ir a la escuela.
- ¿Lista? - preguntó Mateo, yo asentí, tome mi mochila del sillón
- ¿Lloraste? - dijo Matias tomando mi cara entre sus manos. Amo a mi hermano, se preocupa por mí.
- ¿Yo? - bufé - Solo fumé un poquito de algo mágico - reí, pero ellos lo tomaron mal - Es broma, no dormí mucho - me acomode la mochila y salí de la casa, se que no me iré en mi moto así que camine a la camioneta para subirme al copiloto.
- Romina... ¿Segura que estas bien? - dijo Roberto encendiendo el auto
- Sí - respondí con una sonrisa a medias.
Tomo el camino al instituto, cruce mis brazos para recargarme en el respaldo. Estos sueños "reflexivos" se hicieron constante cuando llegamos a Beacon Hills, me duele hablarle de ese modo a mi progenitora. Sus ojos al principio eran de amor, enseguida de tristeza y al último de desilusión.
« Si en algún lado del cielo me escuchas madre, prometo mantener mis palabras » pensé mientras observaba el cielo.