—Buen trabajo el de hoy. Antes de que se vayan, quería felicitarlos por el show, quedó muy bien—el profesor me dirigió una mirada que yo entendí a la perfección.—Ahora pueden irse.
Tomé mi bolso y me dirigí a las duchas, como las demás chicas. Ethan me alcanzó de paso, con una toalla alrededor de su cuello.
—¿A qué hora tienes tu próxima clase?—preguntó.
—Como en media hora—respondí bebiendo de una botella de agua. Se la tendí y él la tomó, terminándosela.
—¿Te espero en el mismo árbol de siempre?—preguntó alejándose hacia las duchas de los chicos.
—¡Ahí te veo!—le grité, para luego entrar a las regaderas de las chicas. Me puse unos jeans ajustados y una blusa simple de color azul. Me puse unos zapatos de color crema bajitos y tomé mi suéter del mismo color, ya que el viento frío me hacía estremecer aquel día (http://www.polyvore.com/casual_outfit/set?id=54008538).
Luego de guardar el bolso, tomé mi celular y caminé hacia el árbol de siempre, en donde nos sentábamos Ethan y yo. Lo encontré allí, como siempre, dibujando. Tan pronto me vio cerró el cuaderno con el lápiz dentro y lo dejó a un lado. Me senté al lado de él y recosté mi cabeza en su hombro.
—¿Cómo estás?—preguntó luego den unos minutos de silencio. El acariciaba suavemente mi cabello.
—No lo sé Ethan… no lo sé—musité sinceramente, suspirando. Nos quedamos otros minutos más en silencio y luego alcé la vista. Lo encontré mirando a lo lejos. El me atrapó observándolo, pero no aparté la mirada, él me sonrió y se acercó más a mí. No me aparté. El se detuvo a unos pocos centímetros de mi rostro y me miró, como si pidiera permiso. Unos segundos después sus labios besaban suavemente los míos. Cuando empezaba a responder al beso, él se apartó, dejando nuestras frentes unidas.
—No creo poder seguir haciendo esto—se apartó, recostando la cabeza en el tronco del árbol. Yo me erguí, para verlo mejor.—Quiero decir… no quiero que pienses que me aprovecho de ti por tu reciente situación con… ya sabes quién—wow, y yo que creí que era yo la que me aprovechaba de él.
—Yo creí que me estaba aprovechando de ti… que de alguna manera te estaba usando…
—Sé que nos conocemos desde hace poco, pero… me gustas Den…de verdad. Y de verdad odio cuando estás triste—él acariciaba mi mejilla suavemente, sin apartar sus grises ojos de los míos.
—¿Crees que deberíamos intentarlo?—musité.
—Sólo si tú quieres—su mano cayó de mi rostro y me mordí el labio, pensándolo unos segundos.—Yo…—al parecer había tomado mi silencio como una negativa.
—Shh, cállate y ven aquí—me incliné y lo besé. El tardó unos segundos, pero sus manos rodearon mi cintura y me acercó más a él. El beso no duró mucho. Luego me quedé abrazada a él, mientras él me rodeaba y apoyaba su mentón en mi cabeza, acariciando suavemente mi espalda. No dijimos más nada, pero una sonrisa estaba en mis labios y podía sentir mi corazón latir como loco.
Nos quedamos así hasta que llegó la hora de volver a clase.
—¿Puedo verte a las ocho en la fuente?
—Claro—le miré, dejando un beso en la comisura de sus labios. Me paré y me fui hacia Teoría Musical.
Tenía que llamar a Zayn urgente y contarle, o decirle a Louis, o a Des. Sentía que debía decírselo a alguien antes de que explotara de las dudas. ¿Estaba correcto?
—Hola pequeña, creí que estabas muerta. Ya ni me llamas.
—No seas exagerado Malik, te llamé ayer.
—Ya ya, dime, ¿Qué tal por allá?
—Acabo de salir de clase, estoy totalmente muerta.
—¿Tan tarde? Son las siete de la noche…
—Sí, es que me quedé practicando un rato más. Pero no era para eso que te llamaba.
—¿Qué sucede? No me digas que tiene que ver con…
—No, no tiene que ver con Niall, si es lo que piensas. Es Ethan.
—¿Qué pasa con él?
—Pues… nos besamos, por tercera vez y me dijo que no podía hacerlo más, porque no quería aprovecharse de mí. Yo pregunté si lo intentábamos y él me dijo que si yo quería…
—¿Y qué respondiste?
—Lo besé. Así que tómalo como un sí…
—¿Y me llamas por…?
—¡Porque no sé si está bien! No quiero usarlo para olvidarme del rubio ni nada así. El es demasiado lindo conmigo.
—Si crees que estás usándolo, pues tienes que decirle y no meterse en una relación en la que sea él el que salga mal parado. Pero ahora está la cosa… ¿te gusta?
—Pues… eso creo. Me siento bien a su lado.
—Pues si te hace feliz… por mí está bien.
—Gracias Zayn. ¿Sabías que eres el mejor?—dije abrazando a Zayn el oso, realmente queriendo abrazar al verdadero Zayn.
—Sí, lo sé. ¿Por qué no te pasas por aquí mañana?
—No lo sé Zayn…
—Vamos… estarás conmigo en mi cuarto… Ok… sé que estás pensando mal, no piensen mal. Además, él no estará aquí. Creo que saldrá con Jillian a no sé dónde.
—Eh… está bien. Te llamo mañana.
—Ok, adiós pequeña—colgué la llamada y fui a mi armario. Desenredé la toalla alrededor de mi cuerpo y me puse la ropa interior. Me puse unos pantalones entubados de color blanco, un suéter azul cielo y unos zapatos de tacón corrido de un azul más oscuro. Me puse un collar largo y dejé mi pelo suelto (http://www.polyvore.com/blue/set?id=54062041). Salí de la habitación sin toparme con ninguna de las otras chicas. Salí del dormitorio despacio, aún faltaban acerca de quince minutos para las ocho.
Caminé abrazándome a mí misma por la brisa que soplaba y hacía volar mi cabello. Iba a ir a la fuente y sentarme ahí, cuando lo vi. El ya se encontraba parado frente a esta. Me acerqué rodeé su cintura con mis brazos, apoyando mi mejilla en su fuerte espalda. El tomó mis manos entre la suyas y se giró, sin soltar el abrazo. Me abrazó de vuelta.
—Creí que nos veríamos a las ocho.
—Quería caminar—dije sonriendo de lado cuando nos separamos.
—Yo también. ¿Vamos?—me tendió la mano.
Caminamos un largo rato sin decir nada, hasta que llegamos a los jardines de la parte este de la escuela. Me quedé parada, paralizada en mi sitio, cuando debajo de un árbol vi una manta en el suelo y varias lucecitas colgando de las ramas del árbol. Había pétalos de rosa de varios colores alrededor.
—Vamos—él sonrió y me haló levemente. Al llegar, me senté en la manta y recosté mi espalda en el tronco, cruzando las piernas. Ethan se sentó frente a mí, aún sosteniendo mis manos.—Denisse… me gustas. Mucho. Cuando te conocí, aquel día que te me acercaste, creí que eras una linda chica, pero ahora al conocerte de verdad, no ha cambiado ese pensamiento, pero también eres una persona increíble. Y de verdad quiero estar contigo, quiero hacerte sonreír, quiero hacerte dibujos como ese de la mariposa que te gustó mucho, quiero que ni una lágrima más salga de esos bellos ojos. Quiero hacerte feliz Den…—yo había contenido la respiración durante toda la confesión—. ¿Quieres ser mi novia?
Levanté mi mano y acaricié su mejilla. La bajé un poco y la coloqué entre su rostro y su cuello y lo atraje hacia mí. El se colocó de rodillas y tomó mi rostro con sus dos manos. Yo miré hacia arriba, ya que por la posición, él quedaba más alto que yo. Asentí sonriendo abiertamente, cosa que él hizo también unos segundos después de asimilar mi respuesta. Acercó su rostro al mío, y por quinta vez, me besó. Fue tierno, suave, lento.
—Prometo hacer lo que esté a mi alcance para hacerte feliz, Den. Lo prometo—murmuró contra mis labios. Se separó y se colocó a mi lado, pasando un brazo por mis hombros, mientras yo acomodaba mi cabeza entre su cuello, aspirando su aroma. Mi brazo lo rodeó por detrás, y pasé mi otro brazo por su torso, en un abrazo para acercarme más a él.—Te quiero Den.
—Yo también, Ethan.
*
—Y ya vas a insultarla de nuevo—se quejó un tal irlandés ingresando al departamento con cierto rubia siguiéndolo.
—¿Qué? ¿Vas a defender a esa riquita de nuevo? ¿Acaso se te olvida que soy tu novia Niall?
—¿Y qué tiene que ver eso de que sea una “riquita”?—él hizo las comillas en el aire con los dedos.
—Que es la típica chica caprichosa con tacones caros que se sale con la suya. Mira como me culpó porque me iba a caer—la rubia se cruzó de brazos.
—Entonces es cuestión de dinero, ¿eh? Porque no es por dármelas, pero nosotros también tenemos dinero Jillian…—el rubio estaba exasperado.
—Niall… tú estás conmigo, no con ella. Ella se te declaró, y que pena que ella no es correspondida, pero tú estás conmigo. Es a mí a quien tienes que defender, es en mí en quien tienes que pensar y es por mí por quien tienes que preocuparte, no por ella.
—De verdad que todo esto te ha cambiado, ¿verdad? Mi fama te ha cambiado. Y lo irónico es que no me ha cambiado a mí durante este tiempo, y a ti solo te hizo falta unas pocas semanas para transformarte totalmente. Tú no eras así, Jillian. Y no sé si quiero seguir con la persona que tengo enfrente, porque no la conozco, y esta de verdad que me está hartando.
Zayn, que estaba en el sofá de la sala viendo algún video en su computadora. Se sacó los auriculares y presenció la discusión de los dos rubios.
—¿Estás terminando conmigo? Nialler…—a Niall no le gustaba cuando ella le decía Nialler, le hacía recordar a su antigua mejor amiga al nombrarlo—¿estás rompiendo conmigo?
—Lo último que quiero es lastimarte, pero yo no quiero salir con esta persona que está frente a mí, no cuando sé que no es así de verdad. Búscame cuando vuelvas a ser la misma Jillian Keller que conocí.
—¡Te odio Niall Horan!—espetó Jillian para luego irse dando un portazo.
—¿Qué demonios pasó hermano?—preguntó Zayn.
—¿Es malo que me sienta como si me he quitado un peso de encima?—se giró el rubio, quedando frente al moreno.
—No lo sé. ¿Qué pasó?
—Lo que escuchaste.
—¿Qué es todo ese ruido?—preguntó Harry saliendo, siendo seguido por Louis, que acababa de levantarse de su siesta.
—Jillian y Niall pelearon—comentó Zayn.
—¿Terminaron?—preguntó el de cabello rizado con un deje de emoción. Louis le dio un codazo en las costillas.
—Algo así…—el rubio se encogió de hombros, suspirando y sintiéndose el ser más desafortunado del universo.
*
—Sí Ethan, te llamaré cualquier cosa—me acerqué para besarlo. El puso su mano detrás de mi nuca para profundizar el beso. Unos segundos después se separó y me sonrió. Luego de salir un rato por ahí con Ethan, este me había dejado frente al edificio de los chicos. Supe que se sentía inseguro porque en aquel apartamento vivía el irlandés por el que lloraba, pero no dijo nada al respecto.
—Nos vemos al rato—él dejó otro beso en mis labios antes de que saliera y me dirigiera hacia el apartamento de los chicos.
Cuando estuve la puerta, solo hicieron falta dos toques en esta antes de que la abrieran.
—¿Acaso acabo de olvidar una cita?—preguntó burlonamente Zayn.
—No seas bobo—lo abracé y él me envolvió con sus fuertes brazos—. Estaba con Ethan.
—Pasa—se hizo a un lado y yo entré y me senté en el sofá, a un lado de su computadora.—Oh Señor, ¿cuántas menciones reciben al día?—preguntó viendo el Twitter de mi amigo.
—Muchas, obviamente más de las que podemos responder—dijo riendo.
—Algunas deberían ser censuradas—coloqué la laptop sobre mis piernas y leí uno de los tweets—.Zayn RompeMesas Malik, ¡hazme tuya!
—¿Qué quieres que Zayn qué?—de pronto irrumpió Louis, saliendo de la cocina.
—Hola Lou—lo saludé riendo.—Estaba leyendo las menciones de Zayn.
—Ah—suspiró mientras dejaba un sonoro beso en mi mejilla—. Una de ellas me propuso ser el padre de sus hijos. Otra jura que me drogó, nos fuimos a Las Vegas y nos casamos, que incluso tenemos fotos con Elvis y todo ese rollo—aseguró entre risas.—Por cierto… ¿qué tal con Ethan?
—¿Le dijiste?—miré a Zayn.
—Alguien tenía que hacerlo—él se encogió de hombros.
—Bueno, ayer me pidió ser su novia…
—¿Y qué le dijiste?—preguntó Louis ansioso.
—Le dije que sí—les sonreí.
—Si eso te hace feliz…—los dos sonrieron y me abrazaron. Una puerta proviniendo del pasillo se cerró de un portazo. En la sala apareció la figura del irlandés y este, enojado, siguió su camino hacia la cocina, de la cual salió con algo para comer, volvió al pasillo y entró a su habitación dando otro portazo.
—Maldición, ven, Zayn, vamos a calmar al demonio—dijo Louis levantándose.
—Vengo ahora—Zayn desapareció junto con Louis.
La puerta comenzó a resonar antes de que me sintiera mal por la situación. Dejé la computadora sobre el sofá y me paré a abrir la puerta.
—¿Qué haces tú aquí?—preguntó aquella rubia despectivamente.
—No veo por qué sea necesario responder esa pregunta—me di la vuelta y caminé hacia el sofá. Ella me agarró el brazo con fuerza y me hizo girar.
—No te creas que porque usas vestiditos de muñeca y tacones caros ya eres superior a las personas. Y deja de buscar a Niall, entiende que el no te ama. Sí, todos sabemos tu historia de pobre tonta enamorada y no correspondida, qué mal ¿no? Deja de intervenir en las relaciones ajenas, perra…—mi mano, como si tuviera vida propia, se encargó de callarla con un golpe en su mejilla.
—¿Qué está pasando aquí?