Capítulo 10. Like it never happened

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—Al diablo con todo—dijo para tomarme por la nuca y pegar sus labios con los míos. Automáticamente envolví su cuello con mis brazos, mientras sus manos se aferraban a mi cintura, pegándome a él por completo. Fue un beso dulce, sin prisas, como cualquier chica desearía tener de su amor platónico. 

—Niall…—su nombre se escapó de mis labios.

—Den… Denisse… ¡Denisse!—el me zarandeó, haciéndome volver a la realidad. Si sentí aquellas corrientes con tan solo un roce de sus labios, me daría un infarto si me besaba. Pero al parecer seguiría viva por mucho tiempo, porque él no parecía tener las intenciones de hacerlo.—¿Estás bien?

—Sí, me mareé un poco, eso es todo—mentí, tratando de no romper a llorar. 

—Vamos con los demás—dijo metiéndose más en el agua. 

La noche se cernía sobre nosotros, y si antes hacía calor, ahora hacía frío. Inexplicable. Pero todo era hermoso, aterrador y hermoso. Habíamos hecho una fogata y comíamos sándwiches. Yo ya había terminado, y me abrazaba a mí misma para conservar el calor. Liam y Zayn fueron a buscar más leña para la fogata, mientras Harry y Louis iban a arrojar piedras al lago. 

—Buenas noches chicos, ya me voy a dormir—dijo ella bostezando y dándonos un beso a cada uno en la mejilla.

Niall y yo nos quedamos sumidos en un silencio acogedor, para nada incómodo, mientras escuchábamos el craquear de la leña. 

—Den, ¿estás enamorada de alguien? ¿Alguien te gusta?—preguntó jugando con una vara entre sus manos, sin mirarme. Se veía adorable, su cabello rubio y algo desordenado, y tenía una sudadera blanca que rezaba con palabras negras “I Love Ireland”, y sus ojos azules evitaban mi mirada.

—Sí—pero no soy correspondida, pensé.—¿Y tú Niall?

—Sí. Es hermosa, ¿sabes? La conocí hace poco, pero siento cosas que no he sentido por nadie nunca.

—¿Y por qué no le dices lo que sientes?—pregunté, tragándome las lágrimas y las emociones y concentrándome por una vez en mi amigo, a pesar del dolor. El no respondió.—Temes al rechazo, a no ser correspondido—afirmé. 

—No, los dos estamos muy enamorados… yo de ella, y ella de otro. Pero parece que así tienen que ser las cosas—se encogió de hombros.

—Estoy aquí para ti Niall, lo sabes, ¿verdad?—dije sentándome a su lado. 

—Sí. Gracias—dijo sonriendo de lado. 

Apoyé mi cabeza en su hombro, mientras mirábamos las lenguas de fuego que poco a poco comenzaban a ceder. 

—Buen días—saludamos Des y yo luego de haber ido detrás de unos árboles a cambiarnos, asegurándonos de que ninguno de los chicos espiaban. Me puse unos shorts de jean y una remera desahogada blanca con líneas gruesas de color azul marino, al igual que mis zapatos. Llevaba puesto mi collar de oro de trébol, que decía “buena suerte” en varios idiomas. Me recordaba mucho a Niall. 

Desayunamos cereal entre risas y bromas. En un momento, Liam y Des desaparecieron por el bosque y no le dimos importancia, seguimos hablando antes de irnos en media hora. 

—Traes tu cadena puesta—murmuró Niall sonriendo. 

—Sí, siempre la llevo puesta. 

Me recuerda mucho a ti, pensé. 

El sacó la suya de dentro de su camiseta azul y la miró, luego me miró y sonrió. 

—Les queda tan solo, ¿cuánto? ¿Cinco días?

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