Diann
Lo único que quería por ahora eran explicaciones acerca de la relación de Matías con Steven.
-¿Me vas a explicar?
-No es necesario que lo sepas
-Dime -le impedi el paso
-Mi hermano es el líder de una banda de traficantes, Steven trabaja para él -ni se inmutó
-¡¿Qué?! Esto no puede ser, él había dejado eso hace tiempo
-Trabaja para Elías desde hace unos días
-Este idiota
No se porque pero le sentía decepcionada.
-¿Tu haces lo mismo? -pregunté
-Lo hago por obligación. Mi hermano es un problemático, me obliga a hacer este tipo se cosas
-Simplemente niegate
-Un día lo intenté y me hecho de la casa -se encogió de hombros -esa es mi vida
-Pero no puede obligarte -estaba molesta
Molesta porque existiera un tipo de persona que obligara hacer esa clase de cosas y también por Steven, quien pensé que había cambiado.
-Hablaré con él
-Estas loca
-Llévame a donde tu hermano -lo sacudí
-¿Si te llevo ahí que? ¿Lo amenazarás para que me deje libre?
-Eso haré
-Tampoco es que haga eso en contra de mi voluntad, tiene su lado bueno, gano dinero fácil
-No digas eso, es malo hacer ese tipo de cosas, le pasaron cosas malas a un amigo por estar metidos en esas cosas
-No me pasará nada, soy el hermano del jefe -dijo confiado
Empecé a caminar.
-¿A donde vas? -me siguió
-Quiero hablar sobre algo con tu hermano
-Si tratas de persuadirlo pierdes tu tiempo, eso no servirá
Ignoré lo que dijo. Lo que yo quería era poner en práctica la frase "Ten a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca".
Al final Matías terminó llevándome a la "oficina" de su hermano.
-Es aquí
Estábamos en un lugar estrecho.
-Yo entraré primero, veré si Elías está disponible y te avisaré
Hize caso omiso y entré de frente. Elías se percató de que alguien entro y reaccionó rápidamente cerrando su laptop.
-Me asustaste -miró a Matías
-¿Por qué? ¿Hacías algo malo? -me acerqué a su mesa
-Explicame esto -seguía dirigiéndose a si hermano menor ignorandome por completo
-¡Hey! -grité
Fijó sus ojos en mí, esbozando una sonrisa.
-Señorita Reed -saludó
-Deja las formalidades. Sé a lo que te dedicas y ¿sabes? podría delatarte
-¿Viniste aquí para amenazarme? -la expresión de burlona no se le quitaba
-Creo que no oíste bien, la policía vendrá aquí tal pronto haga clic en na simple llamada
-Adelante, inténtalo
Marqué un número en mi celular.
-Diann no hagas eso -Matías se acercó con intención de quitarme el celular
-Déjame decirte que la policía demorará en llegar a este lugar, para ese momento tu aparecerás muerta, entonces, ¿vale la pena hacer esa llamada? -Elías se acercaba con pasos lentos
-Eso no me importa
-Bueno, entonces hazlo, llama a la policía
Estar vez llamé al número policial, estaba timbrando.
-Perra estúpida -avanzó rápido hacia mi
Agarró mi muñeca tratando de coger mi celular. Con la otra mano me apretaba del cuello.
Hice un rápido movimiento y logre zafarme. Enganché su brazo al mío situándome atrás de él, metí mi pie por entre los suyos y lo inmovilizé.
-Dijiste que si hacía la llamada estaría muerta. Yo aún le siento llena de vida
Elías hizo movimientos bruscos para lograr liberarse pero fue imposible.
-Vine hasta aquí para pedirte trabajo -esperé a que diga algo -veo que eres una desgracia estando sin tus matones
-Tienes el trabajo -dijo serio -empiezas mañana
-Genial -lo solté
Me posicioné a una distancia considerable.
-Larguense los dos -nos dio la espalda
Matías estaba conteniendose la risa.
Salimos de la oficina, cerré la puerta bruscamente.
Habían chicos amontonados, cuando los vi se quedaron mirándome.
-¿Que pasó? -empezaron a preguntar
-No es nada, vuelvan a lo suyo -mandó Matías
Caminamos por el estrecho lugar hasta llegar a una redondela.
-¿Salió bien? -pregunté nerviosa
-Eso fue excelente, ninguna chica lo había echo quedar en tal ridículo
-¿No crees que se la agarre conmigo por tratarlo así?
-Para nada, ten por seguro que te respetará de ahora en adelante -me dió unas palmaditas
-Si no hubiera tomado tus clases de defensa, seguramente ya estaría muerta
-No pensé que fueras a recordar eso, pensé que ya se te había olvidado
-Cuando te fuiste me hacías falta, necesitaba de tu apoyo, es por eso que siempre practicaba lo que me enseñaste. Eso me hacía sentir como si estuvieras a mi lado
-Vaya... -se rascó la nuca avergonzado
-Oye eres totalmente lo opuesto a tu hermano, siempre pensé que Elías era el ejemplar y tu el fallado -reí
-Yo también pensaba eso, hasta que descubrí lo que hacía
-¿Te llevas bien con él? Tengo miedo de que te haga algo por mi culpa
-Descuida, el nunca me ha golpeado -dijo tranquilo
Escuchamos un bullerio al otro lado. Nos dirigimos hacia el lugar.
-Dame el dinero -gritaba Elías
-Dijiste que podía entregartelo hasta el próximo mes -en chico se veía indefenso ante él
-Lo quiero ahora -lo pateaba y golpeaba
Matías intervino.
-Calmate Elías -lo inmovilizó de los brazos
-Sueltame, este idiota tiene que aprender
El menor ponía mucho esfuerzo en detenerlo. Después de algunos segundos los dos salieron de aquel problema.
-¿Te encuentras bien? -me acerqué al chico
Él no respondió.
-Alejate -me empujó
-Estas sangrando
-¿Y eso que? -se levantó tambaleando -¿Porqué me ayudas?
-No podría dejarte viéndote en ese estado
-Los demás lo han echo
Observé a mi alrededor. Efectivamente, todos se habían ido sin importar lo que le pueda suceder al chico.
-Son nueva aquí, no conozco como actúa la gente
-¿Diann que haces? -Steven se acercó
Lo ignoré.
-Si ayudas a la gente débil te volverás como uno de ellos. Haz como si no conocieras a ese tipo y piérdete
La manera fría en como dijo esas palabras me causo escalofríos.
Me alejé por un momento y me situé en frente de él.
-Dije que te pierdas -insistió serio
Le mande un cachetada. Sus ojos me miraron fijamente y pareció no inmutarse por mi acción.
Me di la vuelta pero Steven me agarró de la muñeca.
-No vuelvas a tocarme de esa manera -me apretaba la muñeca
Su mirada amenazante me causaba terror, era como si estuviera a punto de estallar en un ola de ira.
No podía hacer nada, me quedé inmóvil ante su reacción. Me daba coraje y tristeza al verlo así, él no era ese tipo de persona.
Soltó mi brazo bruscamente.
-Dejala tranquila -el chico intervino poniéndose a mi lado
Steven soltó un bufido. Miró de mala gana al chico y se fue.
-Ese tipo está loco -pronunció
-Ignoralo -cogí algo de algodón y comenzé a limpiarle el sangrado de la nariz
-¿Quienes ir a la redondela?
-¿Que hay ahí?
-Ahí se juntan todos los que trabajan aquí -se encogió de hombros -pienso que sería bueno que vayas para que conozcas amigos
-Bien, entonces vamos
Me llevó hasta el lugar, era en si un lugar con varios compartimientos y las personas estaban dividas en grupos, riendo tomando. No era de mi agrado pero tenía que hacerlo para lograr adaptarme mejor a esto.
-¿Que hay por allá? -señalé al otro lado
Había gente a mi parecer más "divertida", incluso había música.
-¿Te drogas? -preguntó de la nada
-¿Qué?
-¿Consumes algún tipo de droga?
-N-no -respondí
-Entonces no te metas ahí, en ese lugar están los malditos drogadictos
Asentí. Me sonrió.
-No pasará nada mientras te mantengas alejada de esa gente
-¿Quienes son ellos? -señalé un grupo de chicos que nos miraba
-Son mi amigos, vamos con ellos
Comenzamos a caminar hacia ellos, teníamos que pasar por la entrada de la zona de los drogadictos.
Al momento en que estábamos ya cerca aparecieron unos hombres evitandonos el paso.
El chico los ignoró y trató de pasar rodeandolos.
-Hey -lo empujaron hacia atrás, sin embargo logró dejarme de entre la multitud que se había amontonado a observa
-¿Que quieres? -preguntó retador
El sujeto no respondió, espero unos segundos y levantó un arma apuntando hacia él.
-¿Q-que es esto? -retrocedió unos pasos
-¿Donde está la chica con la que estabas?
Me escondí más entre la multitud. Ellos no me conocían, ¿apenas había venido hoy y ya querían matarme?
El chico miró hacia donde me encontraba unos segundos y luego apartó la mirada.
-Imbécil -se dió media vuelta con intención de irse
El sujeto disparo sin dudar, mi amigo cayó al piso estremeciéndose. Un charco de sangre empezó a formarse.
Una chica emitió un grito, los sujetos se encaminaron hacia la chica. Al percatarse de que no era la que buscaban la soltaron.
Busqué rápidamente una salida, la única que encontré fue pasando la zona de los drogados.
Corrí como pude sin levantar sospechas. En el camino tropecé con unos bidones de metal, estos cayeron ocasionando gran ruido lo que hizo que la mayoría de la gente me observara.
-Ella es -un sujeto me señaló
Lo miré, el me devolvió la mirada con una sonrisa.
Me escabullí rápido metiéndome por un pequeño callejón para lograr llegar a la salida.
Alguien me jaló del brazo, y me llevó hacia el. Me abrazó protectoramente.
Me acurruqué en él esperando a que los sujetos con el arma se fueran.
-¿A donde se fue la chica? -se preguntaron
Permanecí en silencio por unos segundos.
El chico me empujó alejándome de él.
-¿Que te pasa? Fuiste tu el que me abrazó -lo miré. Era Steven
-¿Porqué te perseguian?
-No lo sé. Mataron a un chico, debo ir a recoger su cuerpo
Me agarró el brazo para detenerme.
-Pierdes tu tiempo, el basurero ya se lo debe haber llevado -miró su reloj
-¿Qué? ¿Que clase de personas son para hacer algo como eso? Somos humanos no cosas, ¿como es posible que...
Tapó mi boca con su mano.
-Mira niña, si no te gusta el sistema de trabajo puedes largarte. Estoy seguro de que viniste hasta aquí por un tonto capricho. Este no es tu lugar, no encajas aquí, no sabes ni como defenderte, no sabes luchar, eres una...
Puse mi dedo perpendicularmente en sus labios para evitar que diga más.
-No sabes nada de mí, así que mejor cállate -lo empuje con mi dedo
-¿A donde iras? -preguntó al ver que me iba
-¿Eso importa?
-No seas tonta, no vayas donde Elías
No respondí y caminé rápidamente hacia la oficina. Aún tenía miedo de que alguien quisiera matarme.
Llegué y entré como la primera vez.
-¿Porqué hiciste eso? -me aventé hacia él
Él me agarró de las muñecas poniendose atrás de mí.
-¿Hacer que? -susurró en mi oreja
Soltó una risita.
-¿Porqué no me enfrentas tu solo, ¿necesitas a tus matones para defenderte?
-Ahora te estoy enfrentando solo -dijo
Jaló mis muñecas ocasionandome un fuerte dolor.
-Sueltame idiota
Estiré mi pierna hacia atrás golpeandolo en sus partes. Eso hizo que suelte su agarre en mi.
Lo agarré del brazo haciendo que rodeé su cuello con su extremidad, mientras jalaba su otro brazo para dejarlo indefenso.
-¿Ahora que? ¿Llamarás a tus matones?
-¿Te gustaría que los llame? -rió
-Eres un maldito cobarde -estiré su brazo ocasionando una presión en su cuello
El gritó y siguió emitiendo grititos ahogados.
Alguien entró. Volteé inmediatamente pensando que era algún drogadicto.
Por suerte era Steven, quien observaba la escena sorprendido. Supongo que le callé la boca, el decía que no se pelear, bueno no se pelear pero se defenderme.
-¿Qué haces? Lo estas asfixiando -nos apartó
Elías cayó al suelo respirando dificultosamente.
Steven se acercó a él levantandolo para verificar su estado. Luego de unos minutos lo dejó en el suelo.
-Idiota -susurró
Steven me miró y me llevó hacia afuera.
-¿Que hacías con él?
-No te importa -le dije seria
-¿Como lograste asfixiarlo? Es imposible que tu hayas echo eso, ¿acaso utilizaste alguna sustancia?
-Deja de juzgar sin saber, siempre menosprecias a las personas, crees que todos son débiles y que no pueden ser más. No te guíes por las apariencias
-Diann... no lo dije por eso, es sólo que lo dejaste inconsciente simplemente tenía curiosidad
-Da igual -me sentía triste por alguna razón
-¿Quién te enseñó aquello?
-Matías
-¿Cómo lo conoces a él?
-Eso no es importante
-Él es hermano de Elías, es el mismo tipo de persona que su hermano
-Ya vez -grité frustrada -no conoces a las personas pero aún así opinas mal sobre ellas
Suspiró.
-¿De verdad crees eso de mi?
-Sí -respondí -has cambiado
-¿He cambiado? Tu me conoces recién
-Lo sé -suspiré
Me quedé en silencio, me sentía sola, distante a Steven a pesar de que estábamos cerca.
Él siempre me trataba mal pero al final terminabamos hablando tranquilamente. Aquello era raro.