Habían transcurrido dos meses desde la llegada de Nicole, me sentía tan feliz, mi amor hacia ella era inexplicable, cada día, hora, minuto, aumentaba. Nunca pensé amar a una persona como la amo a ella.
Mientras mas crecía mas parecido tenia con Leonardo, sonreía cada vez que la miraba pues era como si tuviera a Leo alfrente mío, no tiene ningún parecido a mi, quizá el color de cabello, pero tiene que mudar y nadie sabrá si le crecerá castaño como el de él.
—¿Ya estan listas, las dos princesas mas lindas? —escuché a Gabriel acercándose a nosotras.
Yo me encontraba vistiendo a Nicole en su habitación, que quedó realmente hermosa por la decoración de Sofia y Amanda.
Se veía tierna con ese vestido rosado que le puse. Me giré para mirar a Gabriel, cuando lo hagó él está a unos centimetros de mi rostro, mi respiración se acelerá por su cercanía, su aliento choca con el mío, y mi pecho sube y baja desenfrenadamente.
Él se acerca mas a mi yo retrocedí por instinto pero no pude más, porque mi cuerpo chocó contra la pared.
Sé lo que él siente por mi, pero le aclaré que entre él y yo no puede haber nada, pues solo lo quiero como un amigo.
A pesar de que ha estado conmigo desde que me dijeron de mi embarazo, pero no puedo. Me ha pedido oportunidades.
—Por favor —dijo acercándose más a mi, formando una especie de cárcel con su cuerpo, sus brazos estaban a los lados de mi cabeza, me miraba suplicante. Apretó su mandibúla y bajó la mirada sin separarse un poco —Solo...—se pausó y continuó —Una oportunidad.
No me gustaba verlo asi, es mi amigo pero tampoco quiero darle falsas esperanzas.
—Gabri... —no terminé de hablar pues juntó sus labios con los mio besandome tiernamente. Mierda que me sorprendí.
Sus labios son tan... tan cálidos y suaves, no sé como pero comencé a mover mis labios de la misma manera que él lo hacia respondiendo a su beso.
Ese beso que quizá seria el primero y ultimo se volvia mas intenso, me separé de él y lo hice mirarme, él estaba con su respiración acelerada.
—Simplemente no puedo.
—Lo entiendo —ví un destello de desepcion y tristeza en sus ojos azules. Se alejó de mi —Creo que deberiamos bajar, yo llevo a mi muñequita —susurró cargando en brazos Nicole.
(****)
Habiamos llegado, ibamos en el taxi, Sofía, Amanda y Daniel fueron a ver a su familia, yo iba con Gabriel y Nicole, estaba nerviosa.
Gabriel no me ha querido dar a mi bebé dice que estoy demasiado nerviosa pero no es así, bueno si; pero no es para tanto.
Miraba por la ventanilla mientras los recuerdo comenzaron a pasar con rapidéz por mi mente. Suspiré ya que habiamos llegado, le pagué al taxita.
Estabamos en casa de mi papá.
Me imagino que mis hermanitos ya nacieron, estoy ansiosa de verlos a todos.
Toqué el timbre, aún nerviosa y felíz a la vez. Gabriel cargaba a Nicole mientras hacia caras raras para que mi bebé se riera, es tan gracioso. Abrieron la puerta encontrandome con Jane.
—¡Joscelin! —dijo felíz al verme me saludó con un besó en la mejilla y un fuerte abrazo —Pero que cambiada estas —murmuró mirandome a mí para despúes fijar su vista a Gabriel que le sonrió para luego mirar a mi bebé. Quedó con los ojos como platos y con la boca abierta —No me digas que...
—Si —dije sonriendole —Él es Gabriel mi amigo—se saludaron, se llevarán muy bien ellos dos.
—Pero si está hermosa —espetó quitandole a Nicole de los brazos de Gabriel.
Él pidió ir al baño, le dije por donde era. Miraba a Jane que estaba jugando con Nicole.
—¿Cómo sucedió? Tiene demasiado parecido a Leonardo —sonreí.
—Larga historia, bueno no tan larga...
—Gabriel es un chico muy guapo —susurró sin dejar de mirar a mi bebé —¿Leonardo sabe? —preguntó mirandome ahora a mi
—No, ¿y mis hermanitos? —dije intentando cambiar de tema, algún día se tendrá que enterar y tengo que tener valor para volverlo a ver y enfrentarlo.
—No estan, tu papá se los llevó a pasear, no demoran en llegar —en eso abren la puerta.
Era mi papá con dos hermosos niños de ojos azules y cabello castaño, tenia a los dos en sus brazos. Cuando me vió me sonrió.
Llegó una señora y agarró a los bebes, no me dejó mirarlos bien, en serio que eran hermosos. Cuando tuvo a sus brazos libre, me apretó entre sus brazos en un cálido abrazo, lo extrañé tanto.
—Mi pequeña, te extrañé —me abracé mas fuerte a su cuerpo. Cuando se separó de mí su mirada estaba fija en Jane, y caminó hasta donde ella estaba y se sentó al lado de ella mirando a mi bebé, llegó Gabriel hasta donde estaba yo.
La mirada de mi papá era neutra sobre mi bebé, me estremecí al verlo con el ceño fruncido quizá de confución o quiza porque estaba enojado, no lo sé.
Giró hacia donde yo estaba y miró a Gabriel con cara de asesino. Caminó hacia donde estabamos y agarró a Gabriel por el cuello estrellandolo contra la pared. Quedé sorprendida mi papá no es así.
—¿Qué haces papá? —pregunté algo asustada, mi voz sonaba quebrada.
—¿Fue él? —gritó. Me quedé callada —¡Contestame Joscelyn! —sentí un picor en los ojos, hacia tiempo que no lo sentía. Maldita sea.
Jane habia subido con Nicole, solo estabamos Gabriel, mi papá y yo.
—No papá, suéltalo —dije con voz ahogada. Gabriel estaba muy serio, hubiera sido otra persona, estaría asustado.
Soltó a Gabriel y luego lo abrazó y comenzó a reirse. Pero ¿qué?
—Verdad que los asusté —espetó riendose, lo miré seria —Ya. Solo fue una broma, felicidades hija —miró a Gabriel —Aunque no estoy de acuerdo que me lo hayas ocultado —suspiré un poco aliviada.
Le presenté a Gabriel, ellos estaban conversando con un trago en sus manos, no le presté atención a lo que conversaban, mi mente estaba perdida pensando en Leonardo, tengo casi un año que no lo veo, ¿cómo estará? En serio que lo extraño ¿por qué mierda lo hizo? Es lo que me pregunto. Maldita sea.
Logré escuchar que mi papá tiene una fiesta de bienvenida para mí y mis amigos aquí, bueno... no prácticamente aquí sino en casa de Armando con mi mamá.
Mi papá tomó muy bien lo de Nicole, esta contento porque es abuelo. Mi mamá no sé como lo tomará. Los hijos de mi papá son realmente tiernos y lindos sus ojos azules me hipnotizaron.
****
Me encontraba arreglandome para ir a la fiesta, no queria ir pues tengo que dejar a mi bebé aquí con la niñera de mis hermanos y la verdad no quería separarme de mi hija. Pero Jane me convenció y aqui estoy arreglandome.
Me coloqué un vestido negro, escotado en la parte de atrás dejando ver mi espalda sin tirantes, tambien tenia un escote en V en la parte de adelante, se amoldeaba a mi cuerpo que ahora tenia mas curvas.
Desde que tuve a mi bebé mi cuerpo cambió drásticamente. Mis pechos crecieron y mis cadera de igual modo pero mi cintura se me hizo más pequeña. Me gustaba.
Me coloqué mis tacones negros, me maquillé y me peiné.
—Ya nos vamos —escuché a Jane con Gabriel desde abajo. Caminé hasta la habitación de los bebes y me despedí de mi hija con un beso en su frente, ella se encontraba dormida. Eran las 22:00.
****
Llegamos al rato de diez minutos a la fiesta, mi mamá me recibió con un gran abrazo casi igual que mi padre.
Armando igual me saludó, me recordó lo mucho que he cambiado, que me veo mucho mas mujer y más guapa, yo no pude evitar sonrojarme.
También estaba Carlos y Marco con sus esposas, me preguntaron por mi bebé, le comenté que podian ir mañana a verla. Les presenté a Gabriel. Él estaba hablando con Carlos y Marco.
Yo me encontraba conversando con Abigail y Eleonor. No logro ver a Leonardo por ningun lado.
—¿Y Leonardo? —pregunté sin mas.
—Joscelin casí lo perdemos —cuando escuché eso, sentí una opresion en el pecho, la respiración me comenzó a faltar.
—¿Cómo? —logré decir.
—Derek le disparó hace dos meses —dijo Eleonor —Estuvo en cuidados intensivos por dos semanas.
—Cuando lo fuí a ver, estaba devastado asi como si hubiera perdido el alma —susurró Abigail.
—Joscelin, ¿Cuándo le diras sobre su hija? De seguro eso lo alegrará es mas si te ve a ti volvera a la vida.
—Desde que te fuistes él parece un zombie —dijo Abigail interrumpiendo a Eleonor.
Pero. ¿Por qué? Se supone que deberia de estar feliz con su amante que ahora me imagino es su pareja, sentí el familiar picor en mis ojos.
—¿Quiére bailar conmigo, señorita Wilson? —escuhé esa voz y mi corazón se aceleró, siento que se saldrá y romperá mis costillas.