Corazón Traidor © (Borrador)

By PaolaBenet

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Ryan busca casarse con alguna joven para poder obtener la herencia de su padre y así cumplir los designios qu... More

Argumento.
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 7
Capítulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
#PGP2016

Capitulo 6

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By PaolaBenet

El día de la boda llego, todo estaba preparado para el evento, sin embargo fue una recepción pequeña y privada solo con los familiares más allegados a ambos novios, los cuales no eran muchos, pero se hicieron presentes.

Las miradas fulminantes de Dexter Lugo y su esposa Annie, no dudaban en aparecer a cada instante al observar a los novios contraer matrimonio, estos mantenían unas sonrisas en sus rostros que denotaban felicidad por ambas partes, sin embargo Sandy sentía estar más cerca de lograr su venganza y Ryan se sentía glorioso de poder recuperar su herencia.

— ¡Felicidades amiga!, me alegra que vayas a…- dijo Raquel con una sonrisa a Sandy, pero decidió no seguir hablando por que su intención era decirle que estaba feliz de que ella lo fuera, y bien sabía que no era así.

— ¿Qué pasa Raquel?, ¿Por qué no me dijiste lo que ibas a expresar?

— Porque no es cierto Sandy, creo que lo que has hecho no es más que una locura, ojala y no te arrepientas de tus actos – le dijo Raquel un poco desconcertada.

— No Raquel, no será así, verás que cuando recupere lo que es mío, trabajarás para mí en la empresa de mi padre, así ambas nos irá mejor, ¿no te gustaría comprarte un auto, una casa o muchas cosas más? – añadió sonriente Sandy y Raquel la miro intrigada ante la actitud superficial que mostraba.

— Lo siento Sandy, pero el dinero no lo es todo en la vida, existen valores más importantes, como el amor por ejemplo, y creo que tú los estás perdiendo con esa tonta venganza que quieres llevar a cabo.

— Eso no es así Raquel, soy consciente de muchas cosas, lo único que quiero es recuperar lo de mi padre, lo que se nos…

Cuando estaba hablando respecto a ello, se le acercó Dexter Lugo, poniéndose frente a ellas, Sandy y Raquel sintieron su presencia y dejaron de charlar.

— Felicidades Sandy, ¿no vas a dejar que te de un abrazo? – sonrió Dexter, extendiendo los brazos, para rodear el cuerpo de Sandy, tomándola desprevenida.

— ¿Desde cuándo somos tan amigos señor Lugo, para que se tome la libertad de hablarme de tú? – indico Sandy, intentando zafarse del abrazo de Dexter.

— Uhm, me temo que desde que somos familia, Sandy, ¿sabes? Tienes un hermoso olor a flor silvestre, si no fueras…

— ¡Suélteme! – reclamo Sandy alejándose de él, mientras lo miraba con enfado – no le permito que se atreve a hablarme solo por mi nombre de pila, para usted solo soy la señora Graham, así que no me moleste ¿de acuerdo?

Ryan conversaba placenteramente con otros invitados, inversionistas y compañeros de negocios, pero mientras tomaba su copa de champagne distinguió que Dexter abrazaba a su esposa y luego esta se soltaba de ese abrazo. Presenciar ese hecho desconcertó mucho a Ryan, más porque notaba que ella charlaba con él, como si lo conociera, cuando se suponía que nunca se habían visto, hasta ese día.

En ese instante las dudas en Ryan comenzaron a florecer, también al recordar las palabras de Annie respecto al supuesto trato de Sandy con Dexter. Lo que hizo, fue acercarse hacia donde estaba su esposa.

— ¿Sucede Algo? – cuestionó Ryan, interviniendo en lo que Sandy le decía a Dexter.

— No amor, tu primo vino a felicitarme y presentarse conmigo, eso es todo – asomo una sonrisa Sandy y Dexter seguía mirándola directo a los verdes ojos.

— Si Ryan, quería conocer a tu bella esposa, me puedo dar cuenta que no pudiste elegir mejor mujer, ella es perfecta – añadió Lugo y Ryan notó la forma tan particular que su primo tenía al mirar a Sandy.

— Así es Dexter, pero, es mi esposa, y como tal debemos escaparnos de esta fiesta, tenemos muchas cosas que hacer en casa – sonrió Ryan.

— ¿en casa? – cuestionó Sandy con desconcierto, ya que ella supuso que se irían de luna de miel, eso era lo más lógico.

— Si en casa amor, mañana temprano se leerá la otra parte del testamento de mi padre y debo estar presente.

Sandy confirmó que Ryan solo la quería usar para sus intereses personales en cuestión de la herencia, por lo que se sintió un poco melancólica ante ese aspecto, pero recordar que su relación con él no era más que una farsa, la hizo de nuevo sonreír y desvanecer el rostro adusto que ya había puesto.

— Lo que tú digas amor – fue su respuesta.

Lo que hizo Ryan después fue cargarla entre sus brazos, ante las miradas enfadadas de Dexter y Annie que de pronto llegaba a escena frente a ellos. Ryan clavo su mirada en los luceros esmeralda de su esposa, que resaltaban más con el color blanco de su vestido largo.



El apartamento de Ryan era un lugar muy acogedor, espacioso en tonos oscuros con distintos detalles de objetos en colores metálicos, a simple vista parecía limpio, estaba en un veinteavo piso en uno de los edificios más altos en Manhattan, frente a la sala tenía unas amplias ventanas de cristal que cubrían desde el techo al suelo.

Las cortinas eran automáticas pudiéndose abrir o cerrar, a control remoto. Sin duda la tecnología se hacía presente en cada espacio de ese apartamento, incluso el baño tenía un inodoro automatizado.


— Guao, veo que vives en un lugar muy acogedor y moderno, la vista desde aquí de la ciudad es espectacular, desde aquí todo luce tan hermoso – sonrió Sandy mientras observaba con interés a través de la ventana principal, recargando su mano al cristal.

— Sí, es hermosa la ciudad donde vivimos, pero más hermoso será disfrutar esta noche a tu lado – Ryan lo dijo, colocándose detrás de ella, rodeándole con sus brazos la cintura entretanto le besaba el cuello, haciendo a un lado sus rizos – hueles delicioso amor, me encantas.

Sandy sentía escalofríos cuando Ryan le besaba el cuello, subiendo hasta su oreja para decirle palabras lindas al oído. Todo parecía tan normal, a Sandy le gustaba Ryan, era un hecho que era un hombre apuesto; castaño de color de ojos azul zafiro, delgado con el abdomen firme e irresistiblemente seductor.
Pero ella pensaba que todo era una mentira, que aunque él mencionará todas esas palabras, no eran más que parte de su juego, porque quizás en poco tiempo se desharía de ella, recordar eso ocasionaba mucha cólera en Sandy.

— Será mejor que nos vayamos a descansar – exclamo Sandy, soltando los brazos de Ryan de su cintura, alejándose de él.

— ¿Descansar? – Cuestiono desconcertado – Amor ¿Por qué habríamos de descansar?, es nuestra luna de miel.

Tenía razón, Sandy debía inventarse una mejor excusa que solo alegar que estaba cansada, ella no tenía la intención de pertenecerle, de que hicieran el amor, su rencor se lo impedía, además de que no quería formar lazos con él. Ella conocía bien su punto débil, tal y como se lo había dicho Raquel, era una mujer sensible y cuando se enamoraba perdía la cabeza.

Ryan le gustaba, le fascinaba, cada vez que la besaba hacia tambalear su mundo y era un hecho que tenía muchas ganas de ser suya, de que hicieran el amor esa noche, pero bien sabía que tenía que controlar sus impulsos si es que deseaba que su plan fuese un éxito.

— Ryan no puedo hacer el amor contigo – le dijo de sopetón y él le miro sorprendido.

— ¿Por qué?

Ryan estaba confuso ante el rechazo de Sandy, durante todo el noviazgo, ella se había mostrado tan condescendiente, incluso parecía estar muy enamorada, pero ahora justo el primer día como su esposa, estaba evasiva, de pronto unos celos comenzaron a invadir el cuerpo de Ryan al pensar que ella tuviese algo que ver con Dexter, como se lo había mencionado Annie.
Ryan no estaba enamorado de Sandy, o al menos eso creía, él quería tenerla, que fuese suya, le fascinaba, despertaba en él deseos que nunca antes alguna otra mujer había despertado. La forma en que lucía su cuerpo en ese vestido, resultaba tentador para él, en muchas ocasiones la soñó desnuda, tumbada sobre su cama, entregándosele.

Sin embargo parecía que esa noche en sus brazos, seguiría formando parte de sus sueños, al menos esa ocasión.

— Estoy en… ¡mis días! – sonrió Sandy, sonrojando sus mejillas. Tuvo que inventar esa mentira con tal de que él no le insistiera, sabía que diciéndole eso quizás la comprendería, aunque se cuestionaba así misma, ¿Cuánto tiempo más podría aguantar así?

— ¿En tus días? – Cuestionó Ryan hundiendo los dedos en sus cabellos castaños – ah, entiendo. Bueno de ser así respeto tu decisión, aunque no se cuanto más podré aguantar mi amor, te deseo mucho.

De nuevo le acaparo el cuerpo entre sus brazos, rodeándola por la cintura, para besarle el cuello y decirle algo al oído.

— ¿Y si solo nos besamos apasionadamente?, ¿Qué tal si solo te acaricio por encima del vestido, rozando tu piel con mis manos?…

Eso sonaba tentador, pero ¿podría ella resistirse?, sabía que no, sería muy difícil contenerse de estar entre sus brazos de llevar aquellas caricias y convertirlas en algo mayor que solo besos.

— No Ryan – se alejó de él de nuevo – yo también te deseo, pero no me siento cómoda, no quiero hacer de nuestra primera noche de bodas, un desastre.

— Bien princesa, entonces lo que tu decidas – él se le acercó de nuevo, pero esta vez para besarle la frente. Sandy lo esperaba con los labios entreabiertos pensando que la besaría, pero no fue así – dormiré en el sofá.

— Si claro – dijo ella.

— La habitación es de aquel lado, al fondo del pasillo, dentro hay un baño si quieres tomar una ducha antes de dormir, todo está listo – respondió Ryan.

— Está bien, entonces llevaré mis cosas.

Al entrar a la habitación, Sandy descubrió que era tan grande como el apartamento donde ella vivía, estaba hermosa, además sobre la cama tenía unos pétalos de rosas blancas adornando las sabanas, a un lado de la cama había una mesita con una copa de champagne y dos copas a los lados.

El distinguir ese detalle de parte de Ryan, hizo que Sandy esbozara una sonrisa, nunca hubiese imaginado que aquel hombre fuese tan detallista, sin embargo los recuerdos del porque se había casado con ella, tornaron su rostro a serio de nuevo y seguirse insistiendo así misma que aquello de su venganza debía seguir.

El baño tenía un jacuzzi, Sandy no dudo en usarlo y disfrutar de un baño de burbujas relajante, cuando termino de ducharse, se colocó un albornoz en color rosa tenue, cubriendo su cuerpo solo con ese objeto, dentro de la habitación había un armario muy grande del tamaño de una habitación común, donde también estaba un espejo alto al fondo. Descubrió que Ryan había reducido a la mitad su espacio del armario, cediéndole a ella la otra mitad.

— ¿Ropa nueva? – exclamo para sí misma, al distinguir que la parte que le correspondía estaba repleta de ropa nueva y zapatos, constaba de vestidos formales, blusas, faldas, pantalones, un sinfín de vestimentas para distintas ocasiones.

— ¿Te gusto la sorpresa? – le sonrió él, entrando de improviso al armario donde ella estaba.

— ¡Ryan!, ¿Qué haces aquí?, pensé que dormirías en el sofá – exclamo Sandy ruborizando sus mejillas al distinguir que él la miraba de pies a cabeza, así como estaba sin maquillaje y con el cabello húmedo.

— ¿Alguna vez te habían dicho que eres hermosa al natural?

— Sí en muchas ocasiones – fue presuntuosa.

— ¿Así?, pero lo que yo dudo es que esos tipos hayan sido iguales a mí – al decirlo se acercó a ella para tomarla de nuevo entre sus brazos y ahora si besarle los labios – mucho menos sabrían acariciarte como yo lo haré.

Cuando lo mencionó, sus atrevidas manos desanudaron el amarre que tenía el albornoz por delante, descubriendo que debajo no traía ropa interior, ese objeto en felpa era lo único que cubría la suave y nívea piel de Sandy.

— Ryan – gimió Sandy, al sentir choques eléctricos recorrer desde la punta de sus pies a la cabeza, cada que Ryan deslizaba las manos sobre su cintura al desnudo, mientras que con la boca besaba su cuello y hombros, haciendo a un lado el albornoz, pretendiendo hacerlo caer al suelo y dejar desnuda y desprevenida a su dueña.

— Sandy, no podré aguantar tenerte tan cerca y no hacerte mía, te deseo, quiero que me pertenezcas, me gustas, me gustas mucho – murmuraba Ryan acariciándole las caderas, subiendo hasta los senos, para aprisionarlos con cada una de sus manos.

— ¡Espera! – lo detuvo, alejándose de él con brusquedad, al tiempo en que se cerraba de nuevo el albornoz.

— ¿Qué ocurre mi amor?, eres mi esposa.

— ¡Si lo sé!, pero te dije que seas paciente Ryan, ¿respetarás mi decisión de no hacer el amor por esta noche? - Espetó Sandy - ¿me amas no es así?

A él no le quedó más remedio que asentar con la cabeza, aunque no era así, pero tampoco la haría suya a la fuerza, no era su estilo. Estaba acostumbrado a que ninguna mujer lo rechazará, sabía reconocer lo buen amante y apuesto que era.

— Entonces, ve y duerme en el sofá como habías dicho – exigió Sandy con un gesto en la mano.

— Está bien – exclamo él – que descanses amor.

Luego de eso, Ryan fue a tomar una ducha con agua fría en el tocador que había en la sala, bajo la regadera intentaba disipar sus dudas respecto al rechazo de Sandy, parecía tan dura como si no fuese la misma que había conocido, por un momento se cuestionó, que si en verdad conocía a Dexter y las palabras de Annie eran ciertas.

Al día siguiente por la mañana sería la lectura del testamento, todos llegaron para que se leyera la última parte faltante, además de que Ryan necesitaba recibir ahora sí la noticia de que él sería dueño absoluto de su empresa, no obstante no esperaba la primicia que ahora estaba por venir ni mucho menos lo que escucharía en los pasillos de GLW.

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