Emma’s POV:
-Justin…-Lo llame, él tenía su mirada perdida en algún punto de la cocina. El me miro por unos minutos para después voltearse, dándome la espalda.
-Estaré en el despacho-Informo para después salir de la cocina. Se escucharon las pisadas de los zapatos de Justin en las escaleras, para después escucharse como una puerta se cerraba en la planta alta.
¿Entrar o no? Me preguntaba en la mente, viendo la perilla de la puerta del despacho. Había buscando en la planta la habitación de este. Respire hondo. Toce con los huesos de en medio de nuestros dedos.
-¿Qué?-Se escuchó la voz de Justin adentro del despacho. Seco.
Toque la perilla, fría, para después bajarla y abrir la puerta. El despacho tenía los lujos. El escritorio negro al fondo. Pero al ver que Justin no estaba ahí, lo busque en tras el despacho.
Mi búsqueda cayó en la terraza del despacho. Justin esa en medo, viéndome fijamente, con los manos en sus bolcillos.
-¿Estas bien?-Pregunte buscando expresiones en su rostro. Ninguna.
-Quiero estar solo.-Pauso- Vete.-Ordeno, para después darse la vuelta y mirar por la terraza el paisaje.
Me quede parada ahí, confundida por el cambio de humor de Justin.
-Justin…-Camine hacia él. Pero su voz me hizo dejar de caminar.
-¡He dicho que te marches. Que no entiendes!-Exclamo casi gritando. Mi corazón latió ante el tono de voz de Justin.
-No tienes que hablarme así Justin-Respire-Yo solo venía a…
- Te puedo hablar como se me pegue la puta gana-Camino peligrosamente a mí- Así que muévete y sal del despacho… ahora.
La calentura de la ira, subía hasta mi cabeza, llena de ira.
-Por ser mi estúpido marido de mierda, no te da derecho a hablarme así, Justin-Mire sus ojos- Te recuerdo, que he casado contigo, solo porque tu-Lo señale con el dedo en s pecho-Me ha comprado para ser su esposa, solo por maldito coraje.
Gire mis talones, dispuesta a salir por esa puerta, azotándola fuerte, que hiciera reventar los oídos de Justin. Pero su voz me interrumpió,
-Ahora me hechas todo en cara-Esbozo-Pero si hace unas horas estabas abierta de piernas, para que te hiciera el amor.
Apreté mis puños. Sentí una presión en mi corazón, la humedad en mis ojos. Las palabras “abierta de piernas” estaban en mi mente, odiando esa palabra, odiando a Justin. Odiándome a mi misma por ser tan estúpida, y seguir consejos de personas.
Justin pro fin estaba logrando que lo odiase de verdad.