{Harry}
Me recosté a un lado de Louis, no quería abrir los ojos. Tenía miedo. Miedo de que al abrirlos sólo fuera algo de mi mente, mi imaginación. Sentía su respiración sobre mi cuello, erizándome la piel, casi irreal. De seguro al volver a casa, con la lluvia cayendo estrepitosamente sobre la cuidad de Londres, acabé muerto y ahora estoy en una especie de paraíso.
Si había vuelto era por algo, pero ¿por qué?, si se suponía que estaba enojado con Lou. Volví porque sabía que a mi Boo bear le asusta en gran manera los truenos y relámpagos y simplemente no podía dejar que estuviera solo cuando más me necesitaba y realmente, no me arrepiento de haberlo hecho jamás. Al fin y al cabo me besó. Sonrío inconscientemente.
Siento su pequeña mano recorrer mis labios, con sólo sentir su tacto me siento en el paraíso, luego sube hasta mi nariz, mis cejas, mi frente, baja de nuevo a mis labios. Se mueve a mi lado y por primera vez me permito abrir los ojos encontrándome con los suyos, sus ojos zafiros, brillantes, hermosos como él, cerca de mí. Su corta distancia hace que me coloque nervioso y respire agitadamente. Si él tan sólo supiera que por mi estómago en éstos momentos pasa un zoológico, de seguro se estaría burlando.
Se acerca más a mí, nuestras narices chocan de nuevo, nuestras respiraciones se entre mezclan, su mano acaricia mi mejilla con deleite y me permito pasar la mía por su cadera atrayéndolo más a mí, sintiendo su calor por sobre mi ropa húmeda. Acaricio mi nariz con la suya, haciendo que en su rostro se forme una sonrisa y se le escape un melodiosa risa.
—Eres tan hermoso. — susurro, mirándole con todo el amor que he sido capaz de darle a una persona.
—Te quiero, Hazza. — dice, uniendo nuestros labios en otro cálido beso. Cierro mis ojos y me dejo llevar, acariciando su mejilla.
No sé si esto es real, si ya estoy muerto o si estoy durmiendo profundamente, pero sé algo, quiero quedarme y congelar este momento, guardarlo en un baúl y cerrarlo con llave y cuando esté triste abrirlo y sonreír, porque mi pequeño Lou, él sólo puede lograr eso.
Con delicadeza, capturo su labio inferior con mis dientes, tirando un poco, haciendo que Louis suelte un suspiro. Sonrío dejando el labio en su lugar, ahora pidiendo permiso para introducir mi lengua en su cavidad y volver a explorarla, él me da permiso y volvemos a nuestra pelea de lenguas, en la que al parecer, ninguno de los dos quiere tirar la toalla. Subo mi mano a su espalda, apegándolo a mi torso, más si es que es humanamente posible, él juega con mis rulos y su otra mano la tiene apoyada en mi mejilla.
Me separo sólo porque a mis torpes pulmones les falta oxígeno y me permito observarlo detalladamente, como tantas otras veces lo he hecho.
— ¿Qué?— pregunta.
—Nada. — Sonrío dando un pequeño beso en su nariz. — eres tan lindo.
—Hazz. — ríe. — Tú eres hermoso. — Luego de eso frunce ligeramente el ceño. — ¿te puedo preguntar algo?
—Ya lo hiciste. — sonrío nervioso.
—Harry. — reclama.
—Está bien, dispara.
— ¿Tú uhm...— suspira. — d-desde cuándo está enamorado de mí?
Me quedo pensando un momento. No sé si decirle. Sé que nunca se ha dado cuenta de cómo lo he mirado durante tres años, de los tratos que le he dado, de que me desviviría por él, de esas caricias que significaban más para mí que para él, de todo. Hago una mueca antes de contestar.
—Ah, Louis.— suspiro, acariciando su mejilla.— desde aquella vez que te vi en los baños.— sonreí.— aunque lo admití, por lo menos, unos meses más tarde.
Él se queda en silencio, digiriendo la noticia. Quizá no debí haberle dicho, pero él merecía saber la verdad. Y algún día lo sabría.
—Yo no sabía....tú has estado...— tartamudeó, triste.— y Eleanor y yo.... vivimos juntos por amor al cielo. ¿Cómo es que no lo supe?.
—Hey, cariño.— lo abrazo fuertemente.— eso ya pasó, vamos. Es pasado, disfrutemos el presente.
—Pero es que, Harry....— dice con voz estrangulada.
—Nada de peros, Boo.— beso su frente.— ahora déjame preguntarte algo yo. ¿Está bien?.— él asiente.— ¿cómo supiste que estabas enamorado de mi?.
—Bueno, hablar con Niall tiene sus efectos.— rió, mirándome.— no lo quería aceptar, normalmente me ponía celoso.— se encogió de hombros.— ya sabes, por eso estaba así, después pasó lo de Eleanor y luego lo de la revista, si no hubiese sido por Niall no estaríamos así ahora.
—Le agradeceré a ese pequeño Irlandés en cuanto lo vea.— aseguré.
—De todas maneras, es algo extraño.— pone su cara pensativa.— no me atraen otras personas de mi mismo sexo, sólo tú Harry.
—Me siento especial.— bromeé.
—Eres especial.— me dio un corto beso en los labios que me dejó con ganas de más.— Hazz, es mejor que te cambies de ropa, te enfermarás.
—Arruina momentos.— achiqué los ojos, levantándome.
—Te espero.— sonrió acurrucándose en las frazadas.
Salí de aquella mágica habitación más feliz que aquella vez que ganamos un Brit. Jamás me había sentido así, en una nube de felicidad grande, por fin parecía que el Karma o la vida o el destino estaban de mi parte. Aunque claro, dicen que todo lo bueno debe acabar, pero no importaba, disfrutaría cada segundo de felicidad que ahora se me estaba proporcionando.
Entré en la habitación a dejar mis ropas húmedas regadas por todo el suelo, saqué mi pijama y una polera, estaba seguro de que con este nuevo descubrimiento por parte de Louis, no sería lo mejor estar desnudo y menos en su cama. Además, mi auto control no es tan bueno y es mejor llevar las cosas con calma. Vuelvo a la habitación mágica, como decido llamarle, entrando despacio por si acaso Louis ya cayó dormido, lo veo ahí, estirado sobre la cama observando el techo con la mirada perdida. Me acuesto a su lado pasando mi brazo por su cintura, escondiendo mi cabeza en su cuello, aspirando su dulce aroma y depositando pequeños besos allí.
Louis pasa su pierna por sobre las mías proporcionándome calor, acaricia mis rulos, inhalando, siento sus sonrisa y sin previo aviso besa mi mejilla. Mis hoyuelos se marcan al sonreír.
—Amo tus hoyuelos, Hazz.— susurra cerca de mi oídio haciéndome estremecer. Suelta una risilla gutural.
—Yo todo de ti.— sonrío orgulloso.
—Oye, eso no se vale.— dice frunciendo el ceño.
—¿Qué cosa?.— pregunto extrañado.
—Tú respuesta fue más ingeniosa que la mía.— hizo un puchero, el cual deshice con un beso.
—Louis.— llamé. Algo rondaba por mi cabeza y no se iría a no ser que lo cumpliera ahora. Así que puse el plan en marcha.
—¿Hmm? — dijo. Me subí sobre él colocando mis manos y mis piernas a cada lado, viendo la mirada confusa y la sonrisa nerviosa del oji-azul.
—Sé mi novio.— susurré acercándome a él. Mis labios rozando con los suyos. Sólo una técnica más para colocarlo nervioso.
—Y-yo...t-tú.— tartamudeó. Reí ante eso.— s-sí.
—¿Sí? — me detuve para contemplar su cara, tan roja como el cabello de Ed.
—Sí.— dijo mordiendo su labio inferior.
—¿En serio? — pregunté emocionado.
—Sí, Harry, en serio.— sonrío agarrándome de la polera para acercarme más a él.— quiero ser tú novio.
Cerró el pacto con un beso y una enorme sonrisa de mi parte.
-×××-
—¿Estás seguro que quieres decirle a los chicos?— preguntó nervioso.
—Sí, quiero decir.— entrelacé nuestro dedos.— al fin y al cabo; se darán cuenta, ¿no?
—¿Y qué será de Modest!?— preguntó en susurro.
Mierda, eso no lo había pensado.
—Primero le diremos a los chicos, luego vendrá lo demás.— acaricié su mejilla, dulcemente.
Nos encontrábamos con Louis sentados en el sofá viendo una película. Debatíamos en decirles a los chicos sobre nuestra relación, pero ellos al saber algo sobre lo que sentía por él, iba a facilitar las cosas en gran manera. Por lo que, decidimos invitarlos para darles la noticia. Sabía que Louis estaba nervioso, que era la primera vez de él con la que se involucraría con un hombre sentimentalmente y lo entendía. Pero era mejor así, decirle las cosas a los chicos, sabiendo que ellos nos apoyarían sin importar qué.
—Niall, te dije que no te comieras eso.— reclamaba Liam desde fuera del departamento. Me levanté para abrirle puerta, con la mirada de Louis sobre mí.
—¿Cuándo aprenderás?— escuché decir a Zayn. Abrí la puerta, viendo como él estaba a punto de golpear. Me miró extrañado.
—No son muy silenciosos, que digamos.— me encogí de hombros, dejándolos pasar.
Los chicos se ubicaron en la sala, dejando las cosas en la mesa en forma de isla de la cocina, colocando el juego en la x-box, acomodándose como si fuese su casa. Niall sacó una bolsa de palomitas, abriéndola en el camino. Louis se levantó para ayudarme a poner las cosas en platos y sacar algunas cervezas.
—¿Crees que ahora sea el momento indicado?— susurró Louis.
Miré a los chicos, Liam y Zayn estaban concentrados jugando al FIFA®, mientras Niall observaba la bolsa de palomitas que tenía en manos con devoción, como si estuviera a punto de pedirle matrimonio.
—¡GOL!, ¡EN TÚ CARA, PAYNE!— gritó Zayn elevando sus brazos al aire.
—Sí, creo que si se quema la casa, no se darán cuenta.— miré a Louis con cariño y tomé su mano para darle apoyo.
—Hey, ¿por qué tanto secretito?— Niall lanzándonos palomitas.
Zayn y Liam nos prestaron atención, viniendo hacia nosotros. Entonces supe que era el momento.
—Sí, ¿qué tanto ocultan?— preguntó Liam moviendo las cejas sugerentemente.
Miré a Louis, quien se empezaba a colocar rojo, tomé su mano entrelazando nuestros dedos, sonreí ante su nerviosismo, y antes de que yo pueda decir nada Zayn pregunta:
—¿Ya le dijiste?, ¿son novios ahora?— Asentí sonriente.— Ah, gracias al cielo.— río el moreno abrazándome.
—Oh sí, siempre supe que Larry era real.— dijo Niall saltando.
—Por fin te pusiste los pantalones, Harry.— se burló Liam revolviendo mi cabello.
—Momento, momento, momento.— dijo Louis separándose de mí para mirarnos.— ¿todos ustedes ya sabían lo que pasaba entre nosotros?
—Culpables.— dijeron los tres al unísono.
—Era más que obvio, Lou.— dijo Liam colocando cara de perrito.
—Sólo que tú no te dabas cuenta.— acotó Zayn.
—¡LARRY ES REAL!.— gritó Niall, elevando sus manos al aire.
—Soy un idiota.— dijo Louis frunciendo levemente el ceño.
—Pero eres mi idiota.— sonrío besando su frente. Siento un flash darme en el rostro.
—Son tan adorables.— dijo Niall mostrando su celular. Nos había tomado una foto.
—Ahora si se dejaron de cursilerías.— dijo Zayn volviendo a la sala.— aún no termino de patearte el culo, Payne.
—Esa ya lo veremos.— respondió el castaño.
Volví a tomar la mano de Louis llevando algunas cosas con la ayuda de Niall. Nos sentamos en el sofá viendo la paliza del año a Liam, juntos. Louis apoyó su cabeza en mi hombro, sonriéndome.
—Te quiero.— susurró.
—Te quiero también, Boo.— besé su nariz.
—Aaaaaaw.
—Niall.— reclamé mirando al rubio, que nos observaba con cariño.
—Lo siento, lo siento.— dijo volviendo a su comida.
Rodé los ojos, por lo menos nuestros amigos nos apoyaban, y eso era realmente bueno. Después nos enfrentaríamos Modest!