Cada musculo de tu cuerpo se contraía, notabas como tu pulso aumentaba segundo a segundo, ¿Serías capaz de volver a bailar como antes o todo el peso de estas últimas semanas te lo impediría? Tu madre, Niall, David, el intento de suicidio, el accidente, todo pasaba por tu cabeza en milésimas de segundos mientras que parpadeabas. Levantaste las manos para coger posición, suspiraste y toda esa angustia desapareció. Diste un paso, luego otro, y otro hasta hacer casi media coreografía. Notabas como la música insonora para ti resonaba dentro de tu cuerpo dándote pequeños golpes en el pecho, sin duda, era la mejor sensación que habías tenido desde que Niall se fue de tu vida. Niall. Te paraste en seco. «¿Dónde está?, ¿Cómo estará?, Le echo de menos.» tu corazón se encogía cada vez mas al recordar a la razón de tu felicidad, necesitabas a Niall, de eso podías estar segura... pero ¿él te necesitaría a ti? Después de tanto tiempo, después de que le echaras de aquella forma de tu vida... no. Entes fue cuando un rayo de luz pasó por delante de tus ojos «''Es tu decisión, la respetaré, pero te aseguro que tú seras mía, por siempre, no dejaré que seas de otro.''» esa fue la última frase que te dedicó Niall ¿Y si es verdad? ¿Y si no ha dejado de quererte? «¡SI!». Fuiste corriendo hacia donde estaban los altavoces y los apagaste, te sentaste apoyando la espalda en ellos y sujetándote la cabeza entre las manos. «Pero... yo no puedo amarle, le hago mal.» Lo oías constantemente en tu cabeza como si fuera un cd rayado. Una pequeña lágrima se escapaba de tus ojos, rápidamente te la secaste, no querías llorar, te animabas a ti misma para no hacerlo, pero cada vez que recordabas un momento feliz, Niall te venía a la cabeza. Te levantaste furiosa y recogiste todo con prisa para marcharte de aquel lugar, estaba claro que no podías seguir ahí, donde empezó todo. En una milésima de segundo tu piel se erizó con un completo nerviosismo «Niall» susurraste con los ojos abiertos. Viste a Niall justo abajo del escenario, sentado en una butaca roja. Tragaste saliva involuntariamente al ver que se levantaba y te aplaudía.
Niall: Echaba de menos verte bailar. - Sonrió.
Subió las escaleras del escenario con su sonrisa pícara dibujada en la boca. Iba realmente hermoso, tenía unas Vans negras, unos pitillos, una camiseta blanca y una beisbolera azul marino con las mangas blancas. Sus ojos azules se clababan en ti, su sonrisa te deretía, todo el hacía que en una milésima de segundo pasaras de una impotencia enorme a un paro cardiaco.
Niall: Hola. - Susurró pasandote un mechon suelto por detras de la oreja. - Hace mucho tiempo que no me ves.
«¿Hace mucho tiempo que no me ves? El mismo tiempo que tu no me ves a mi o... ¿Acaso has estado espiándome Horan?»
Frunciste en ceño y el sonrió.
Niall: ¿No me vas a decir nada?
Tu: Ho...hola. - Decías torpemente.
Niall: Hola hermosa. - Te besó en la mejilla.
Notaste como tu corazón bombeaba a un ritmo frenético cada vez que él te tocaba. Te separaste de el aun con el ceño fruncido.
Tu: ¿Qué haces aquí? ¿No estabas de gira?
Niall: Vaya. - Se rió - Yo también me alegro de volver a verte.
Su risa es extremadamente dulce y contagiosa, tal y como la recordabas.
Tu: Me alegro de volver a verte Horan. - Sonreíste tímidamente. - Pero ahora responderme.
Niall: Tengo unos días de descanso, ya hemos acabado la gira por reino unido.
Tu: Ah, ¿Como os ha ido?
Niall: -Frunce el ceño.- Bien, la verdad es que muy bien. - Se acerca a ti. - Aun sigo reservándote esa entrada vip. - Te susurró levantándote la barbilla.
Tu: Para. - Le empujaste con cuidado hacia tras con la mano izquierda.
Niall: ¿Qué te pasa?
Tu: Niall... por favor... no lo hagas mas duro de lo que es.
Niall: ¿Cómo?
Tu: Hemos roto ¿O ya no te acuerdas?
Niall levantó una mano para pasársela por su pelo mientras que suspiraba bruscamente, le notabas angustiado.
Tu: No quiero hacerte daño.
Niall: ¿No lo comprendes? - Te interrumpió.
Tu: ¿Qué? - Dijiste muy sorprendida.
Niall: No quiero hablarlo aquí ¿Podemos irnos a otro sito? ¿A mi casa?
Le frunciste el ceño, no querías estar a solas con el, pero hasta sabías que esto tarde o temprano tendríais que solucionarlo, hubieras preferido que no fuera ahora.
Tu: A mi casa. - Dijiste con tono impasible.
Si ibais a hablar de esto por lo menos querías que fuera en terreno seguro, no en su casa, no. Él te sonrió y por dentro todo tu ser se derritió entre pequeños suspiros. Recogiste todo mientras que Niall te observaba por detrás, cosa que te ponía muy nerviosa «Mírate a la polla, no a mi, me pones nerviosa.» pensabas. Cuando recogiste todo Niall se apresuró hacia la puerta para abritela y te dejó pasar, por el pasillo hasta el aparcamiento estabais muy callados. Le mirabas de reojo y podías observar su mirada, estaba sonriendo como un niño chico, aun que claro, tu por dentro estabas igual. Subisteis a su Range Rover negro, casi te resultaba increíble, volvías a estar con él después de tanto tiempo. Sin querer una sonrisa se iba dibujando en tu cara. Llegasteis a tu casa, el viaje se te hizo realmente corto. Os bajasteis y fuiste a abrir la puerta mientras que Niall cerraba el coche, abriste la puerta y la dejaste abierta para que él entrara y la cerrara. Dejaste tu abrigo en en sofá.
Tu: ¿Quieres algo de beber? - Dijiste mientras abrías el minibar de debajo de la tele.
Niall: No sabía que bebías. - Sonrió.
Tu: No sabes casi nada de mi. - Murmuraste.
Niall: Te sorprendería saber cuanto sé de ti. - Te apoyó las manos en la cintura.
Te moviste con agilidad para deshacerte de sus manos.
Tu: ¿Cerveza, licor, vino, coca cola, agua? - Te ruborizabas por el momento.
Niall: Cerveza.
Cogiste un botellín y se lo diste, tu cogiste una coca cola y fuiste a por un baso. Niall no te quitaba la vista de encima.
Tu: Me pones nerviosa. - Te ruborizabas.
Niall: Oh, no era mi intención.
Te sentaste a su lado, con los cinco sentidos activados.
Tu: Empecemos. - Suspiraste.
Niall levantó una mano para volver a ponerte un mechón detrás de la oreja.
Niall: Eres preciosa.
Tu: Niall, por favor, no hagas esto.
Niall: ¿Que no haga el qué? - Se acercó a ti. - No voy a hacer nada que no quieras que haga. - Notabas su aliento a cerveza sobre ti. Necesitabas besarle, y lo necesitabas ahora.
Le agarraste la mano con la que te estaba acariciando la mejilla y la bajaste hasta tu cadera entrecruzando vuestros dedos, cada vez estabais mas cerca, tu respiración se aceleraba bajo aquellos ojos celestes que te miraban con deseo.