Our Little Secret #BEAwards20...

By _itsjustsarai

582K 21.7K 4.3K

"De momento, quedará entre nosotros, será nuestro pequeño secreto." #76 FanFic en 2015. More

Introducción.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23
Capitulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Sorry.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
Capítulo 56.
Capítulo 57.
Capítulo 58.
Capítulo 59.
Capítulo 60.
Capítulo 61.
Capítulo 62.
Capítulo 63
Capítulo 64.
Capítulo 65.
Capítulo 66.
Capítulo 67.
Capítulo 68.
Capítulo 69.
Capítulo 70.
Epílogo.
Secuela.

Capítulo 10.

8.9K 317 31
By _itsjustsarai

Amanda Turner

Llevaba toda la semana castigada, y el lunes, después de volver a casa, mi móvil al igual que el de mi hermano volvía a estar confiscado. Algo tenía que hacer para librarme de aquel dichoso castigo, pero aún no sabía el qué. De todas maneras, hoy jueves, había quedado con Gin y mañana iría a casa de Harry a pasar un rato divertido con aquellos locos y por mi cabeza no pasaba la idea de perderme ninguna de las dos cosas.

Hoy no iría al gimnasio. Había quedado con Gin sobre las cinco en un Starbucks del centro, así que me vestí con un vaquero, una camiseta de manga corta amarilla y las converse. Cogí el bolso con el monedero y una sudadera blanca por si al tiempo londinense le daba por cambiar de repente. Bajé las escaleras con cuidado. El plan de hoy era salir sin que se enteraran.

— ¿Dónde vas hija? —preguntó mi madre. Pues sí que empezamos bien.

—Esto...—piensa rápido, Amy, piensa— A la biblioteca, tengo que coger un libro para literatura. Es una de las lecturas obligatorias. Entra en el exámen —expliqué rápidamente.

— ¿Has dicho que vas a la biblioteca? —dijo mi hermano bajando las escaleras. Asentí— Pues voy contigo. Necesito mirar unos manuales para clase.

—No os entretengáis mucho. Sabéis que vuestro padre os tiene castigados —recordó mi madre. Cada uno besamos una mejilla y salimos de casa. Seguramente a mi madre no la habíamos engañado ninguno de los dos, pero también sabía que no se lo diría a nuestro padre.

—Me voy corriendo que ya llego tarde.

— ¿Quedamos aquí a las ocho? Lo digo para que se trague papá lo de la biblioteca.

—Perfecto. Hasta luego, Dani.

—Pásalo bien, tortuguita —besé su mejilla y salí prácticamente corriendo en dirección a la boca de metro más cercana a mi casa.


Ginger Bennet

En cuanto llegué del instituto y terminé de comer, me puse a hacer todo lo que nos habían mandado para el día siguiente. Sobre las cuatro y media de la tarde, me vestí de nuevo con la ropa con la que había ido a clase y salí para encontrarme con Amanda en uno de los Starbucks céntricos de Londres. Cuando llegué, ella aún no estaba así que decidí entrar para coger una mesa y esperarla dentro. Unos minutos después, apareció, con las mejillas ligeramente sonrosadas y un poco agitada. Debía de haber venido corriendo.

—Siento llegar tarde. Sigo castigada y he tenido que dar explicaciones cuando me han visto que iba a salir —se disculpó.

—No importa —sonreí.

— ¿Lo de siempre? —preguntó, asentí y se fue a pedir dos cafés. Volvió con ellos y se sentó en la silla frente a mí.

—Gracias —dije antes de dar el primer sorbo a mi café.

— ¿Y bien? ¿Vas a contarme qué te pasa? —fue directa al grano.

—No me pasa nada, ya te lo dije. Soy la Gin de siempre.

—Oh, venga ya, Gin. Saltémonos esa parte y vamos directamente a la que me cuentas por qué demonios estás rara conmigo. ¿Qué he hecho? ¿Es porque no te avisé de que estarían los chicos en la discoteca?

—No claro que no es eso.

— ¿Entonces? ¿Te ocurrió algo allí? ¿Algún capullo te molestó? —negué con la cabeza— Pues no lo entiendo. Yo pensé que lo habías pasado bien. ¡Si hasta te vi bailando con Hazza! —Ah, genial. Ahora le llama por su apodo.

—Es mejor que lo dejes, Amy, en serio.

—De eso nada. Hemos quedado para hablar y no pienso irme a casa sin saber qué te pasa. Así que tú misma —resoplé—. Vamos, suéltalo de una vez.

—Ag, está bien —di un sorbo al café—. ¿Entre Harry y tú hay algo? —ella se atragantó y empezó a toser varias veces— Me lo imaginaba.

—No, no, no, no y mil veces no. ¿Cómo se te ocurre pensar eso?

—Vamos, Amy. Sé sincera tú ahora.

—Lo estoy siendo. No hay nada. Cero.

—Ya, claro —me levanté de la silla dispuesta a irme de allí.

—Espera Gin. No te vayas —pidió agarrándome del brazo— Te he dicho la verdad. No ha pasado nada entre nosotros. Simplemente nos hemos caído bien y somos amigos.

—Por eso te besó aquel día en la discoteca, ¿no? Porque os caéis bien.

—No me besó.

— ¿También lo vas a negar? Sé lo que vi, ¿vale?

—Viste mal.

—Seguro —me deshice de su agarre y empecé a andar hasta la puerta.

—Gin —volvió a llamarme. Me giré para mirarla.

—Es igual, Amy. En el fondo me alegro de que mi mejor amiga esté con uno de mis chicos —dije antes de abrir la puerta para irme.


Amanda Turner

No podía creerme lo que acababa de pasar. Ahí me había quedado, de pie al lado de la mesa con cara de imbécil. ¿Por qué demonios no me creía? Salí de allí sin poder quitarme de la cabeza la cara de mi amiga al pronunciar su última frase. Estaba dolida, se veía en su mirada.

Caminé hasta el metro mientras pensaba en cómo podía arreglar todo este malentendido que se había formado. Miré el reloj de mi muñeca para asegurarme de que llegaba a la hora acordada a casa y cuando giré en la esquina antes de entrar en mi calle, vi a mi hermano aparecer por el otro extremo. Llegamos casi a la vez y nos saludamos.

— ¿Qué tal ha ido la tarde?

—Fatal —contesté antes de llamar al timbre. Mi madre abrió y después de saludarla, entramos. Mi padre se encontraba en el salón. Subí a mi habitación, entré y me tiré en la cama.

— ¿Y eso? ¿Qué ha pasado? —preguntó mi hermano cerrando la puerta tras él.

—Había quedado con Gin. ¿Recuerdas que te dije que estaba rara? —asintió mientras se sentaba en la cama— Pues ya sé por qué: cree que Harry y yo estamos juntos.

— ¿Y tú qué le has dicho?

—Pues la verdad: que no hay nada de nada. Pero no me ha creído. Es mi única amiga de verdad, Dani, aparte de Eli. No quiero que esté así conmigo por algo que no ha pasado —él me abrazó.

—No te preocupes. Lo arreglaréis. Es como cuando de pequeñas os enfadabais por alguna muñeca. Siempre terminabais riendo.

— ¿Y tú dónde has estado?

—Con Josh, tomando un poco el aire. Con el dichoso castigo llevaba toda la semana encerrado.

—Aun continúa el castigo —le recordé.

- Lo sé, lo sé —rió—. Estoy deseando largarme de aquí a vivir por mi cuenta —confesó tumbándose a mi lado.

— ¿Me dejarás ir contigo?

—Claro que sí. ¿Sabes? Josh me ha ofrecido irme con él, pero antes quiero encontrar trabajo.

—Ya hablaré yo con Josh. Le haré la pelota para que me haga la misma oferta también —ambos reímos de nuevo y nos quedamos un rato más allí tumbados, hablando de nuestras cosas.

Bajamos a cenar cuando mi madre nos llamó casi a voces. Aún seguíamos enfadados con mi padre, pero si queríamos librarnos del castigo ahora que llegaba el fin de semana, teníamos que aparentar que se nos había pasado el cabreo y que estábamos dispuestos a pedirle disculpas. Y así fue. Tras mostrarnos arrepentidos y prometer en varias ocasiones que no volveríamos a saltarnos las normas, conseguimos que el castigo desapareciera y, por lo tanto, recuperamos nuestros adorados teléfonos. Cuando terminamos la cena y recogimos la mesa, subí a mi habitación, me puse el pijama y me metí en la cama con el móvil en la mano. Había un montón de mensajes de estos tres días y me puse a leerlos y contestar.


Veronica Reed

Era viernes por la tarde y Louis me había dejado sola en casa porque había ido a acompañar a Eleanor al aeropuerto ya que esta iba a Manchester a pasar unos días con su familia. Decidí llamar a Gin y preguntarla si quería salir de compras conmigo así, además de conseguir algunos modelitos, hacía tiempo hasta que Louis volviera para ir a casa de Harry y pasar un buen rato con los chicos. Ella aceptó encantada y quedamos en vernos en el centro media hora después. Pasamos la tarde de tienda en tienda y haciendo un poco el idiota en los probadores con algunas prendas extravagantes. Al final, nos sentamos en una cafetería con dos bolsas en cada mano cada una.

—Estoy agotada —exclamé sentándome en una silla.

—Lo mismo digo —me imitó y esperamos a que un camarero llegara para tomarnos nota.

Aquella tarde había descubierto que no me equivocaba con Gin: era una chica muy agradable y divertida. Lo habíamos pasado estupendamente. Estuvimos un rato charlando mientras tomábamos un refresco y entonces tuve una idea.

—Oye Gin, ¿haces algo esta noche? —ella negó con la cabeza.

— ¿Por?

—Voy a ir a casa de Harry, con los chicos, a cenar y tomar algo, podrías venir. Solo vamos a ser dos chicas: una tal, Amanda según me contó Louis, y yo. Necesitamos apoyo femenino con esos cinco —expliqué soltando una risita después.

—No creo que sea buena idea.

— ¿Por qué no?

—No he sido invitada.

— ¿Y qué crees que estoy haciendo ahora mismo? No creo que les importe que vengas —insistí.

—De verdad. No me apetece.

—Gin, ¿te pasa algo? —negó— Sé que nos conocemos de hace poco, pero si hay algo que quieras contarme, te escucho —suspiró y pareció decidirse a hablar.

—La tal Amanda es mi mejor amiga.

—No veo el problema, ¡mejor entonces!

—Hay un problema. Ella tiene algo con Harry, aunque lo niegue y bueno, yo... —no la dejé acabar.

—Te gusta Harry.

—Sé que es una tontería porque él jamás se fijaría en alguien como yo, pero prefiero no ver cómo lo pasan bien juntos. Por no hablar de que no soy amiga de ninguno de ellos, tan solo una de las miles de fans que los han conocido, afortunadamente, en un meet and greet —me quedé mirándola, sin saber bien qué decir.

—No digas eso mujer. Eres una chica estupenda. ¿Por qué no iba a fijarse en ti?

—Porque ya se ha fijado en ella. Y está bien, me alegro por ellos, pero no sé, creo que tengo que asimilarlo —contestó. Miré el reloj.

—Gin, lo siento, pero tengo que irme. He quedado con Louis en que me recogería a esta hora.

—Claro. No te preocupes. Pasadlo bien esta noche.

—Si te lo piensas mejor y quieres venir, llámame.

—No lo creo, pero vale —nos dimos un abrazo de despedida—. Llámame cuando vuelvas a Londres y nos vemos.

—Por supuesto —contesté.

El domingo volvía a la universidad para hacer los exámenes, pero seguramente, estaría en Londres en cuanto los terminara. Tenía pensado cambiarme de universidad, allí no estaba a gusto.

Salí del centro comercial y unos minutos después vi aparecer el coche de Louis, me subí y condujo hasta su casa. Una vez allí, ambos nos pusimos a arreglarnos. Me di una ducha y me puse unos vaqueros largos claritos acompañados de una camiseta roja de media manga, un poco ancha. Me calcé unas converse rojas y cogí una cazadora negra por si hacía frío. Metí el móvil y un par de cosas en el bolso y bajé al salón a esperar a Louis.

—Listo. ¿Nos vamos?

—Cuando usted quiera.

Salimos de la casa y, nuevamente, nos montamos en el coche. Louis condujo hasta un barrio algo más cercano al centro de la ciudad que en el que él vivía y aparcó frente a una bonita casa con la fachada de ladrillos. Bajamos del coche y nos acercamos a la verja que estaba abierta, entramos y caminamos unos metros por un pequeño caminito de piedras que atravesaba el jardín hasta la puerta de entrada. Louis llamó al timbre y escuchamos un ya voy desde dentro. Segundos más tardes, el chico de pelo rizado abrió la puerta y saludó a Louis con un abrazo.

—Hazza, ella es Ronnie —me presentó Louis.

—Así que tú eres la famosa Ronnie, amiga desde tiempos remotos de Louis.

—Exacto —reí y me saludó también con un abrazo.

—Encantado.

—Igualmente.

—Venga, pasad. Los chicos ya han llegado.

— ¿Somos los últimos? —preguntó Louis.

—Aún falta Amy.

Nos condujo a lo largo del pasillo hasta el salón donde efectivamente, estaban los otros tres chicos. Hicimos las presentaciones y nos sentamos en el sofá a charlar mientras esperábamos que llegara la persona que faltaba.

Continue Reading

You'll Also Like

6.4M 462K 41
Harry es hijo del Conde de Goodshawn y Louis el Duque de Fairfox. En una sociedad en donde la homosexualidad es mal vista e incluso condenada, ambos...
Instinto By ren

Fanfiction

2.1M 191K 66
Pasos apresurados, mirada gacha, latidos desmesurados y alfas observándolo desde la distancia, todos saben las consecuencias de acercarte a ese lindo...
99.6K 7.5K 20
En donde Harry y Louis tienen la relación más linda de todas. Ellos no pueden ser más felices.
121K 14.6K 12
Louis Tomlinson ha dado todo de qué hablar recientemente. Desde su álbum faith in the future, el cual logró ser número uno en todo el mundo y rompió...