Glitter seguía caminando por la ciudad. Ya era casi un año y aun no encontraba su libreta. Cada vez menos personas brillaban frente a sus ojos, sentía la esperanza cada vez más lejana.
¿Y si pasan los cinco años y no la encuentro?, dijo Glitter en su mente, No quiero perder mis alas...No quiero ir al mundo Shinigami.
En el mundo Shinigami todos eran feos. Glitter extrañaría volar y ser guapo. Extrañaría las enseñanzas del arcángel Dion. Hasta extrañaría al idiota de Kisu. Glitter dejó de volar cuando sintió que alguien le tocó el hombro. El dio media vuelta creyendo que tal vez era el humano con su Life Note, pero en realidad era el arcángel Dion.
—Debes ir al paraíso. —dijo Dion.
—¿Qué sucede?
—Tu Life Note, toda la culpa es de Kisu, él te la robo.
Glitter se mordió el labio, pues por mucho tiempo había tenido esa idea en la mente.
—¿Qué pasará con Kisu?
—Se le desterrará del paraíso.
Lo que había hecho Kisu no tenía perdón, pero aun así Glitter no se sentía bien de que fuera castigado. Tenían miles de años conociéndose. Dion y Glitter volaron de regreso al paraíso, donde los demás ángeles tenían a Kisu encadenado.
—Lo que has hecho no tiene nombre. — dijo Dion a Kisu—Robaste la Life Note de Glitter y la dejaste en el mundo humano. Tomaste una Death Note, se la entregaste a una humana y la manipulaste para que la usara. Además de eso le contaste todo lo que sabías sobre la Life Note.
—¡Esa libreta debía ser mía! ¡Yo tenía más experiencia que Glitter! ¡Glitter no era nada! ¡Sigue sin serlo! —Todos vieron a Kisu reír a pesar de que estaba acabado—No me importa lo que me pase ahora, tampoco me importa no poder ver cómo te arrancan las alas. Me iré sabiendo que los años pasarán y tú habrás fallado. Cuando eso pase, te estaré esperando en el mundo Shinigami.
—Glitter encontrará la libreta, creo en él. —dijo Dion—En cuanto a ti, no eres más que una decepción.
Los demás ángeles comenzaron a despojarlo de sus alas. Kisu gritaba y se retorcía. El sangrado era abundante. Entonces, un agujero se abrió en medio de las nubes sobre donde todos estaban parados y entonces lanzaron a Kisu ahí. Glitter lo miró cambiar de forma mientras caía; su pura apariencia se extinguía y daba lugar a la de un Shinigami.
Oscuro, malvado.
Su apariencia en ese momento reflejaba lo que era por dentro.