"Pasado"
Los gritos desesperados de los niños cubrían toda la zona hecha ruinas, las casas deterioradas y desoladas daban la sensación de una gran melancolía, a pesar de que el sol brillaba con todo su esplendor para los niños parecía que esa luz pronto se esfumaría. Sumire miraba a los pequeños huir de los vampiros, a ella nunca le gustaron las misiones de "caza de ganado", nunca podía completar su trabajo, sin embargo, esta vez haría su esfuerzo para hacerlo, se acercó a un grupo de niños que trataban de huir y con su alabarda les ordenó que se detuvieran, los niños chocaron contra una pared que marcaba el fin de sus esperanzas de lograr salir de ahí, sus lágrimas y gritos desesperados comenzaron a fluir, los niños mayores se pusieron delante de los demás para protegerlos, actitud que tuvieron por la falta de sus padres.
- ¡Un vampiro! – dijo uno de los niños dirigiéndose a Sumire, con un tono desesperado a punto de ponerse a llorar.
- ¡¿Oh?! encontraste más ganado, será mejor que lo vayas guiando para finalizar su captura – dijo Lacus observando a los 5 niños acorralados, mientras que se decidía a quien atacar.
- Enseguida – contestó Sumire mirando a los niños de manera fría, sin embargo le dolía lo que estaba haciendo.
- ¡POR FAVOR NO NOS MATES! ¡POR FAVOR...no nos mates!- dijo uno de los niños con lágrimas en los ojos, rogando por su vida y por la de sus amigos, Sumire quien tenía sus alabarda apuntándolos, sintió que poco a poco esta comenzó a temblar.
- ¡QUE ALGUIEN NOS AYUDE! ¡POR FAVOR! ¡NO QUIERO MORIR AQUÍ! ¡NO NOS LLEVEN A NINGÚN LADO!- gritaban los niños uno seguido del otro.
La poca estabilidad de la alabarda de Sumire se hizo cada vez más descontrolada, la forma en la que temblaba su arma era evidente, ella sentía un gran temor y desesperación al verlos, su respiración se aceleraba junto con los latidos de su corazón, la cordura que ella tenía se fue desvaneciendo y poco a poco los recuerdos que ella trataba de ocultar se hacían presentes, su vista se nublo mostrándole sus peores pesadillas.
Flashback
Los gritos horrorizados de la pequeña Sumire resonaban en todo el lugar, su garganta le dolía del todo el esfuerzo que ella había hecho para que los vampiros la dejaran con vida junto con su madre, sus lágrimas salían de sus ojos sin control alguno, esa desesperación pronto se apodero de ella, los vampiros la separaron de su madre quien luchaba por volver con su pequeña hija, la pequeña Sumire pataleaba en un intento de soltarse de los vampiros que también la apresaban, cada uno tomo caminos diferentes, viendo como su madre se iba cada vez más lejos de ella.
- (¡No me dejes!) - pensaba la pequeña Sumire sin darse por vencida mientras que en su intento vano de soltarse de aquellos vampiros sin dejar de patalear y jalonearse.
Después de ahí la pequeña Sumire fue encerrada en un frió calabozo subterráneo del castillo de Krul Tepes, no había nadie más con ella en la celda, no había nadie en las otras celdas, no había luz, no había ruido, todo estaba en silencio y en plena oscuridad, debió pasar una semana o una semana y media antes de asesinar a su madre, al principio a la pequeña Sumire le daba miedo aquel lugar frio, oscuro y desolado lugar, pero, poco a poco se fue acostumbrando, aunque, nunca se acostumbró a la soledad de aquel lugar, siempre rezaba por su madre y porque alguien llegará y le hiciera compañía en aquel lugar tan aterrador.
Fin del flashback
Sumire aun asustada dejó de apuntarles con su alabarda y con lágrimas en sus ojos que escurrían por su mejilla de manera lenta salió corriendo del lugar.
- Y ahora ¿Qué le sucede a ella? – preguntó Lacus extrañado mientras que veía a Sumire abandonar aquel lugar, sin darse cuenta Sumire termino pasando cerca de Mikaela quien la observó extrañado del comportamiento de Sumire, sin embargo, Lacus y los demás siguieron con la captura de ganado pasando por alto lo de Sumire.
La chica subió a la azotea de una casa que estaba cerca del lugar de caza y sentándose en la orilla de esta, flexionó sus rodillas para recargar su cabeza en ellas.
- (realmente soy una tonta...han pasado cuatro años y todavía no puedo sobrepasarlo)- pensó Sumire abrazando con sus manos sus rodillas. Sintió a alguien abrazándola por la espalda, la chica volteó lentamente y miró a Tsuki mirándola con una cálida sonrisa en el rostro.
- Ya no estás sola – dijo Tsuki con un tono cálido en sus palabras que tranquilizo a Sumire, quien contestó con una sonrisa, ella lo sabía, Tsuki siempre estaría con ella al igual que ella estaría para Tsuki.
- Además también tienes a Mikaela- dijo Tsuki poniéndose de pie mirando a la derecha.
- A ¿Mikaela? – dijo Sumire algo desconcertada mientras miraba a la misma dirección que Tsuki, la chica se quedó sorprendida, Mikaela estaba en la azotea con ella.
- ¿Qué crees que estás haciendo, todavía no terminamos? – dijo Mikaela con un su tono de siempre pero algo inseguro, ya que, él no sabía realmente como intervenir en una situación como esta.
- Regresemos – dijo Mikaela extendiéndole la mano para que Sumire se pusiera de pie, la chica gustosa tomó su mano, Sumire sintió que Mikaela de cierta manera estaba apenado e inseguro de lo que estaba haciendo, aunque su rostro mostrada todo lo contrario.
- Gracias Mika – dijo Sumire sonriéndole de manera amigable y en señal de agradecimiento, el chico la miró y desvió su vista mientras saltaba de la azotea, Sumire prosiguió por hacer lo mismo.
Ya casi finalizaban la captura del ganado, Sumire estaba bastante relajada, sin embargo, como escapó tuvo que hacerse cargo de contabilizar a el "ganado" aunque no tardo mucho y ahora solo faltaba que terminaran de abordar los aviones de carga.
- Mika ¿No quieres beber algo? Porque tenemos que llevarlos con los nobles de Nagoya – dijo Lacus acercándose a Mikaela desde atrás.
- No me interesa la sangre humana- dijo Mikaela sin dirigirle la mirada a Lacus y dándole la espalda.
- Eso no es cierto, no te preocupes por si alguien se entera, no se lo diré a nadie– dijo Lacus observando como Mikaela se dirigía a un edificio.
- ¿Y tú Sumire?- preguntó Lacus mirando a Sumire quien le dirigió su vista de manea extrañada.
- No, a mi realmente no me interesa mucho- contestó Sumire sonriendo.
- Qué raros son...- dijo Lacus comenzado a caminar para terminar su trabajo
Sumire observaba a los niños siendo llevados por los aviones de carga, los miraba con tristeza pero aunque quisiera hacer algo por ellos nunca lo lograría, una niña gritaba para que la soltaran, esos gritos alteraban a Sumire, sin embargo, ella empezó a controlar sus emociones ignorando a la niña mientras miraba al lado contrario con la cabeza agachada, alguien corriendo llamo la atención de Sumire, al girar su cabeza miró a Mikaela quien se lanzó desesperado contra la niña que lloraba, tomando su cuello con una mano y acercó sus colmillos para morderla, sintió una gran necesidad de beber sangre humana, la desesperación y la ansiedad se hicieron presentes.
- ¿Qué? al final quieres beber- dijo Lacus mirando a Mikaela perder poco a poco su compostura.
- ¡Mika detente! – dijo Sumire corriendo inmediatamente hacia él, lo abrazó y trata de alejarlo de la niña, sentía que Mikaela se oponía, por lo que Sumire respondió abrazándolo de manera más fuerte.
- ¡No debes beber sangre humana aun! ¡NO HASTA QUE TE ENCUENTRES CON YUICHIRO!- dijo Sumire abrazando con más fuerza a Mikaela para detenerlo de hacer algo que se arrepentiría, Mikaela dejó de luchar contra ella, soltó a la niña y observó Sumire desconcertado, ambos se separaron, y se pusieron de pie al mismo tiempo.
Mikaela respiraba agitadamente, pero de alguna manera estaba aliviado de que Sumire lo hubiera detenido, la chica le sonrió aliviada de que Mikaela recobrara su cordura aunque le preocupaba el dolor que cargaba al soportar tal ansiedad.
Ambos abordaron el avión para continuar con su misión principal, Mikaela temblaba, no sabía si de miedo o de ansiedad, Sumire lo miraba preocupada, se sentía impotente, quería ayudar a Mikaela, sabía que ya se le había acabado el tiempo pronto atacaría a un humano, Sumire con esos pensamientos lo único que pudo hacer fue recargar su cabeza en el hombro de Mikaela, el chico dirigió su vista a Sumire y la miró compasivo, de alguna manera se sentía agradecido de que esa chica estuviera con él.
Gracias por seguir leyendo :D
Espero que les haya gustado jejeje.
Nos vemos hasta la próxima lectura :3