East Of Heaven ~ Larry Stylin...

By MrsHorik

6.2M 298K 489K

Harry es un adolescente víctima de bullying, todos sus compañeros lo maltratan y lo insultan por ser homosexu... More

East Of Heaven ~ Larry Stylinson
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
AVISO
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
¡TRAILER DE LA NOVELA!
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Twitter, bitches.
Capítulo 26
Capítulo 27 - Maratón 1/2
Capítulo 28 - Maratón 2/2
Capítulo 29
Capítulo 30
AYUDA!
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Link 2ª Temporada
Capítulo 47
Capítulo 48
Aviso.
Capítulo 49 - FINAL
Epílogo ♥
Hola... Otra vez.

Capítulo 16

122K 5.4K 13.8K
By MrsHorik

Holaaaaaa
¡Adivinar quién vuelve a tener internet!
Muchísimas gracias por ser tan pacientes, he subido lo antes que he podido, no me matéis.
Aquí os dejo otro capítulo, espero que os guste. ♥

NARRA NIALL

 

 

Unos molestos ladridos retumbaron en mi cabeza, martirizándome. Parecía que alguien me estuviera matando a martillazos, sentí una enorme presión en mis sienes. Apreté un poco los ojos, me ardían. El dolor era insoportable.

Espera… ¿Desde cuándo tenía yo un perro? Esa no era mi casa.

Me removí en las sábanas de la cama sin abrir los ojos. Ese olor me resultaba familiar.
Al tratar de moverme, pude notar como algo me barraba el paso. ¿Qué tenía yo en la cintura?

Abrí los ojos lentamente, la habitación estaba sumida en la oscuridad así que rápidamente me adapté a ella. Le eché un vistazo rápido a la sala, un espejo colgado encima del tocador. Era la habitación de Zayn.

Me fijé en el hombre del reflejo, cabellos rubios enmarañados cual nido de pájaros, ojos azules hinchados, mejillas totalmente rojas. Era yo, seguro. Observé el reflejo de mi cuerpo, el torso tapado con una sábana fina blanca. Seguí bajando, un brazo rodeando mi cintura.

Un momento. ¿Un brazo rodeando mi cintura?

Bajé la mirada hacia mi cuerpo dejando de lado el espejo y, efectivamente, alguien me sostenía en un fuerte abrazo. El corazón se me aceleró cuando intenté darme la vuelta y ahí mismo me encontré a Zayn, totalmente apegado a mí.

-Zayn –mi voz ronca apenas salió de mi garganta. Tosí con dificultad para tratar de hablar mejor-. Zayn…

Al ver que no contestaba retiré su brazo de mi cintura y  traté de sentarme en el colchón, me dolían las piernas. Lo que noté no fue realmente de mi agrado. Estaba desnudo.

-¿Zayn…? –solté un gemido preocupado, acercándome a él.

-Ni… –suspiró.

-Zayn, joder, levántate –le golpeé el brazo, haciendo que abriera los ojos de golpe.

-¿Niall? –Musitó- ¿Qué haces aquí…?

Tragué saliva sonoramente cuando trató de sentarse en la cama y las sábanas que cubrían su cuerpo se cayeron hasta tapar su cintura. También estaba desnudo.

-Z-Zayn –me atraganté con mis propias palabras-. ¿P-Podrías decirme s-sí estás… totalmente desnudo?

El morocho frunció el ceño, removiéndose algo más bajo las sábanas. Abrió los ojos desmesuradamente cuando la realidad abofeteó su mente retrasada.

-¿Niall? –El miedo en su voz no tardó en aparecer- Dime que no estás desnudo tú también.

Asentí con lentitud, mirando mis pies cubiertos por la sábana con los ojos totalmente abiertos. Alcé la cabeza hacia el espejo del tocador, ambos teníamos la misma cara horrorizada. Me fijé más en nuestros torsos desnudos, grandes manchas púrpuras marcaban tanto mi pecho como el suyo. Sentí un sudor frío correr por mi cuello, él también se estaba fijando en eso.

-Z-Zayn –susurré-. ¿T-Tenías eso ayer?

Su reflejo negó lentamente con la cabeza y seguidamente miró hacia el suelo de su habitación, cosa que no se me ocurrió hacer antes.

Tanto mi ropa como la suya se encontraban esparcidas por el suelo, confirmando muchas de mis teorías.

-Nosotros… –dijo con un hilo de voz- Hemos…

-¿Hemos…? –me hice el tonto, esperando que él confirmara mis dudas.

-Mierda… –se tapó la boca con una mano, mirándome horrorizado-. Niall… ¿p-podrías… salir de mi…?

-Sí –me apresuré a decir, saltando de la cama, totalmente desnudo.

Zayn me observó detenidamente y ambos nos sonrojamos, por lo que corrí a toda prisa hacia fuera, notando mis piernas entumecidas.

Toda la casa estaba a oscuras, así que no afectó mucho a mi resaca matutina. Hatchi se encontraba tumbado al lado de la puerta de la habitación de mi acompañante, así que lo esquivé saltando por encima de él.

Me adentré en el salón, viendo el desastre que habíamos montado. Más de una docena de botellas de cerveza vacías reposaban algunas en la mesita de cristal, otras en el suelo. Manchas de alcohol decoraban el sofá y el suelo del morocho, por lo que seguramente se iba a poner como una fiera. A él le gustaba mantener las cosas con un cierto nivel de limpieza… esto parecía una pocilga. Una leonera. Casi peor que mi habitación. Casi.

Caminé con mis piernas doloridas hacia el baño con la intención de darme una ducha y despejarme, tratar de olvidarlo todo. A Zayn no le importaría, su casa era mi casa. Abrí la puerta y encendí la luz, notando un dolor agudo e intenso, como si alguien me hubiera dado con un hacha en medio de la frente. El dolor se intensificaba con el más mínimo ruido, hasta con el sonido de mis pies descalzos rozar el suelo. Me planté justo en frente del espejo y me miré detenidamente, tratando de recordar lo ocurrido.

De repente me entraron nauseas, muchas nauseas, por lo que me lancé de cabeza al inodoro y vomité. ¿Quién me mandaba a mí haber bebido tanto, eh? ¿Quién me mandaba hacerlo? Si es que yo soy imbécil. Terminé con dolor de costillas, fue algo realmente asqueroso.

Pasados unos minutos me senté en el frío suelo, notando como me dolía el trasero, no quiero saber por qué. Apoyé la cabeza en la pared y cerré los ojos esperando que se me pasara aquél mal estar.

-¿Nialler? –la voz torturada de Zayn salió de detrás de la puerta- ¿Estás ahí?

-Entra –musité.

Dicho y hecho el muchacho abrió la puerta, sin mirarme. Sus ojos se achinaron mirando hacia el suelo, seguramente igual de adoloridos que los míos.

-He pensado que… querrías ducharte –murmuró-. Te he traído algo de ropa limpia.

-Gracias –susurré, alargando el brazo para recogerla.

En ese mismo instante me percaté de que tanto él como yo seguíamos totalmente desnudos, por lo que me sonrojé. Era muy raro, porque siempre nos habíamos duchado juntos en el vestuario y nunca había sentido nada raro al ver su cuerpo, pero en ese mismo instante me puse realmente nervioso.

-¿Qué miras? –pareció asustado.

Vale, mierda, mis ojos se habían desviado un poco demasiado hacia una parte en concreto bastante íntima que nunca quise ver de Zayn.

-Lo siento, voy a ducharme… –y de nuevo, más nauseas-. Mierda.

Volví a agacharme enfrente del lavabo, vomitando. Zayn suspiró y se acercó a mí lentamente, sus manos rozaron mi espalda, por lo que no sé si sentí alivio, asco o una mezcla de todo aquello.

-¿Estás bien? –pareció preocupado.

-¿Tengo pinta de estarlo?

El moreno suspiró una vez más sin saber qué decir y desplazó su mano libre a mi frente, la otra seguía acariciándome la espalda. El contacto frío de sus dedos me alivió bastante el dolor de cabeza.

-Estás sudando, Ni.

-Tengo calor –mascullé sintiendo como las nauseas volvían a aparecer.

-Dúchate con agua fría, te sentará bien –sus finos dedos apartaron mi pelo enmarañado de mi frente-. ¿Quieres que me quede contigo por si te mareas?

-No, tranquilo. Estoy bien.

-Voy a prepararte algo de comer, ¿sí? Te sentará bien –lentamente se levantó de mi lado, rápidamente eché de menos el contacto frío de sus manos sobre mi piel ardiente-. Si necesitas ayuda con algo llámame.

Sin dejar que yo respondiera salió del cuarto de baño.

Terminé de ponerme la camiseta de tirantes que Zayn me había dado y me miré al espejo con mala cara. Llevaba puesta una camiseta blanca de tirantes con el dibujo de… ¿una mujer desnuda con… cabeza de panda? Y unos pantalones cortos negros. Tampoco me quedaba tan mal, era mi estilo.

Salí del baño y caminé hacia la cocina, ahora las ventanas se encontraban abiertas y las persianas levantadas, para que el olor a alcohol disminuyera. No encontré ni rastro de las botellas vacías en el salón, por lo que deduje que el morocho se había encargado de recogerlas todas. Un olor a comida recién hecha salió de la cocina, por lo que me di prisa en llegar a esta.

-Hola –murmuré al entrar.

El chico se giró con un plato en sus manos que contenía salchichas y huevos revueltos.

-Te he preparado esto… si no recuerdo mal es tu desayuno favorito, ¿verdad?

Asentí con la cabeza y le dediqué una tímida sonrisa.

-Gracias.

El morocho llevó el plato a la mesa y rápidamente corrió para coger un vaso y llenarlo de mi zumo favorito, el de naranja.

-¿Cómo te encuentras? –preguntó mientras que yo tomaba asiento.

-Bien… dentro de lo que cabe –me encogí de hombros, siguiendo su mano con la mirada, esperando que dejara el vaso-. ¿Vas a desayunar conmigo?

-Sí –se giró para coger su plato y su vaso de zumo y dejarlo en frente de mí, sentándose en su sitio-. ¿Te molesta?

-No.

Comenzamos a comer en silencio, sin mirarnos a la cara en ningún momento. Poco más tarde, Zayn decidió romper el hielo.

-Niall… Necesitamos hablar de esto, no podemos ignorar lo que ha ocurrido –se metió el tenedor en la boca una vez más, mirándome fijamente.

-¿Ignorar qué, Zayn? –le dediqué una mueca de asco- ¿El hecho de que te has echado un polvo conmigo? No sé tú, macho, pero me duele el culo. No puedo ignorarlo, y no podré durante una semana.

El muy hijo de su madre se echó a reír.

-¿Tan fuerte te he dado, preciosa? –se carcajeó.

-Joder, ¿no te tomas nada en serio, tú? Mira esto –levanté mi camiseta y le mostré uno de los muchos chupetones que tenía en el vientre-. Animal, bestia, eres un estúpido chupasangre.

Sus risas aumentaron con ánimos, aproveché para tomar un trago de zumo.

-Si te sirve de algo, lo que tengo yo en mi cuello también tardará su tiempo en irse –ladeó la cabeza dejándome ver una gran roncha de color lila bajo su mandíbula.

-Lo siento –suspiré.

Pinchó lo que quedaba de salchicha en su plato y se lo metió en la boca, masticando lentamente.

-Esto que ha ocurrido… –tragó la comida antes de continuar- no tiene por qué cambiar nada entre nosotros, ¿verdad?

-Nada en absoluto, Negra –sonreí de lado, agachando la mirada-. No creas que esto hará que me transforme en una de tus noviecitas. Estábamos ebrios, pasó porque no éramos conscientes de lo que hacíamos, ya está.

-Bueno –suspiró y se puso de pie cogiendo su plato y su vaso, ambos vacíos-. Dicen que solo los niños y los borrachos dicen y hacen lo que realmente sienten.

-No seas imbécil –rodé los ojos y me levanté adolorido, imitándole-. Si pretendes que me enamore de ti lo tienes claro.

Él simplemente sonrió y me ayudó a dejar todas las cosas en su sitio, recogiendo la vajilla.

-Entonces, ¿no tengo ninguna opción? –a veces su tono burlón me daba ganas de querer estrangularlo.

-Si sigues así la única maldita opción que tendrás será correr. Y más te vale ir empezando porque tienes muchos puntos acumulados para que coja un zapato y te lo meta en la boca.

-¿Y no podría canjear los puntos en otra cosa? –aunque su risa me estaba incordiando demasiado aquella mañana, nunca dejé de sonreír ante su sentido del humor- Cambio el zapato por un pastelito.

Volé los ojos ya saliendo de la cocina y dirigiéndome hacia la habitación de mi supuesto mejor amigo en busca de mi ropa sucia.

-¿Ni? –Murmuró por detrás de mí, provocando que me volteara- Esto queda entre nosotros dos, ¿verdad?

-¿Acaso crees que le voy a contar a alguien que he tenido sexo con mi mejor amigo? –bufé.

Él simplemente se encogió de hombros.

NARRA HARRY

Aquella mañana desperté con una pequeña y fina mano acariciando mis rulos delicadamente. Louis sabía cómo despertarme, no como mi hermana que en aquellas horas me estaría gritando o pegando con la primera cosa que tuviera en las manos. Cada día rezaba para que nunca viniera con un tiesto, o mi cabeza realmente lo iba a sufrir.

Respecto a los gatitos, durmieron plácidamente durante toda la noche sin despertarse o salir de su cama rudimentaria, cosa que agradecí.

A eso de las diez y media terminamos de desayunar ya que mi pereza no permitió al oji-azul sacarme de la cama. Digamos que en el período entre las  nueve y las once de la mañana de un domingo yo todavía no era una persona cuerda, así que considerando la hora en la que me encontraba de pie era un completo récord tanto como para mí como para Louis, que fue el que me obligó a despegarme de las sábanas. Nadie antes había logrado que me levantara por propia voluntad.

Decidí quedarme en la habitación de Louis jugando con las gemelas y los gatitos cuando el celular de mi ahora novio… joder, mi novio… comenzó a sonar. Les dejé los animales a las niñas para levantarme e ir en busca del teléfono.

-¡Lou! –le llamé, parándome en frente del móvil. La pantalla marcaba el nombre de Niall.

-¡Estoy en la ducha! –Contestó- ¿Qué quieres?

-¡Niall te está llamando!

-¡Contesta, dile que estoy ocupado!

Me mordí el labio inferior con inseguridad, atrapando el aparato entre mis manos. Lo desbloqueé y me lo llevé a la oreja.

-¿Sí? –musité tímidamente.

-¿Tommo? –la voz inocente del rubio pareció confundida, sonreí ante el apodo.

-Soy Harry, Lou se está duchando.

-Ya decía yo que esa no era la voz de Louis –rió-. ¿Cómo estás, Harry? ¿Todo bien?

El rubio comenzó a hablar con su acento irlandés que tanto le caracterizaba sin apenas dejar espacio entre palabra y palabra. La voz mosqueada de Zayn sonó por detrás, regañando al rubio.

-Saluda a Zayn de mi parte –me reí.

-¡Zayn, Harry ha escuchado tus horribles berridos, saludos de su parte! –Gritó, haciéndome sonreír- ¡Claro que te ha escuchado graznar, tu horrible voz se escucha de lejos! –El rubio comenzó a entablar una conversación con el morocho, haciéndome esperar- ¡Te daré una hostia con el zapato! ¿Que no soy capaz? ¡Ven aquí si te atreves! Imbécil… Uy, ¿Harry?

-¿Sí? –Traté de no reír- ¿Has terminado?

- –pareció algo avergonzado, pero se rió conmigo-. Lo siento. ¿Hacéis algo esta mañana?

-Pues… La verdad es que no lo sé.

-Zayn y yo teníamos pensado en ir a pasear a Hatchi y nos preguntábamos si queríais venir.

-¿Hatchi? –fruncí los labios.

-Es una larga historia –suspiró.

-Ah, bueno –levanté la cabeza y observé a las gemelas que peinaban los gatitos con los cepillos de sus muñecas-. ¿Irá Liam?

-Eso creo.

En ese preciso instante escuché la puerta del baño abrirse, segundos después Louis apareció con una toalla envuelta en su cintura, su cabello cubierto de pequeñas gotitas cristalinas que caían sobre sus hombros desnudos y bronceados.

-Hola amor –susurró besando mi mejilla.

-Un segundo, Niall –aplasté el teléfono en mi pecho y le di un beso repentino en los labios a Louis, cosa que hizo que se sorprendiera-. Niall dice que va a salir a pasear a Hatchi con Zayn y Liam, ¿podemos ir?

Los ojos de Louis se clavaron en los míos, formulando una pregunta en su divertida mente.

-¿Quién es Hatchi?

-Yo que sé, soy nuevo aquí –me encogí de hombros y él rió por lo bajo, abrazándome con su cuerpo todavía húmedo.

-¿Tú no querías quedarte conmigo? –Me besó la mejilla de nuevo, ahora más delicadamente-. Podríamos quedarnos aquí toda la mañana, abrazados en la cama…

-Louis –hablé reuniendo la poca cordura que tenía en esos momentos-. Niall está esperando.

Una mueca apareció en sus finos labios antes de que sus manos rodaran hacia mi pecho y me arrebataran el celular que fue llevado con agilidad a su oído.

-A ver, rubio de bote –gruñó-. ¿Quién mierdas es Hatchi? –antes de que Niall hablara, lo interrumpió-. Mira, no lo quiero saber. En media hora quiero tu culo redondo en mi casa, avisa a los demás. Adiós.

Tiró el celular en la cama con un movimiento ágil y volvió a enroscarse a mi alrededor, privándome de ir a cualquier otro sitio. Las gemelas no nos prestaron ni un poquito de atención, ya que ahora una de ellas había ido en busca de vestidos de sus muñecas para ponérselos a los gatitos recién nacidos.

Pasamos un buen rato abrazándonos entre risas y besos al igual que una pareja ñoña de las típicas películas románticas. Los minutos pasaron mientras Lou y yo decidimos ayudar a los pobres gatitos y librarlos de las manos de las dos niñas. Después de un poco rato jugando con los animales escuchamos el timbre, por lo que bajamos las escaleras a toda prisa.

-¡Mamá, vamos a dar una vuelta con Zayn y los chicos! –gritó Louis mientras cogía las llaves de la mesa.

-¡No os vayáis muy lejos, no quiero que lleguéis tarde para la comida!

-Sí, sí –le restó importancia y me cogió de la mano antes de salir de la casa, algo que me encantaba.

Cerró la puerta por detrás de nosotros y ambos comenzamos a caminar por el jardín hacia la salida. Una vez Louis abrió la valla unos ladridos llamaron nuestra atención.

-¡Hatchi, cállate! –gruñó el moreno, que sujetaba una correa roja.

-Zayn, te juro que como el perro vuelva a ladrar le pego una patada que lo mando a la luna en menos que canta un gallo –musitó Niall mientras se frotaba la frente con fastidio.

-Toca al perro y te juro que tú serás el primero en hacer de astronauta en cuanto mi pie patee tu redondo y blando trasero.

-Papá sobreprotector –musitó el tímido de Liam por detrás.

Para entonces ya nos encontrábamos emprendiendo camino hacia ninguna parte por las calles de Doncaster.

-Bueno, hola a todos también –mi oji-azul alzó la mano que tenía libre para saludarlos a todos teatralmente, la otra seguía entrelazada con la mía-. Yo también me alegro de veros.

-No seas dramático Lou, que te vemos todos los días –se rió el rubio-. Hola Harry, echaba de menos tus ricitos.

Le sonreí sonrojándome levemente, saludándolos a todos con una de mis mejores sonrisas.

-Como los toques te corto los dedos, Horan –le amenazó Louis-. Yo soy el único que los toca.

-Novio sobreprotector –el comentario de Liam hizo reír a todos-. Espera, ¿novios? Dime por favor que Louis ha dado el paso ya.

Tres pares de ojos se clavaron en nuestros rostros por lo que mis mejillas comenzaron a arder como si de una llama se trataran.

-La verdad… sí –Louis soltó mi mano y llevó su brazo alrededor de mis hombros, apegándome a él con posesión-. Desde ayer por la noche.

-Felicidades chicos –cantó Niall.

-No me entusiasma saber cómo lo celebraron –susurró Zayn, despertando las risas de sus dos acompañantes. Me fijé en su cuello percatándome de una gran roncha púrpura que invadía parte de la parte inferior de su clavícula.

 -A mí tampoco me entusiasmaría saber cómo te hicieron eso –comenté con naturalidad señalando su cuello.

Los ojos de Niall se ensancharon de una manera bestial, imitando los de Zayn. Ambos se intercambiaron una mirada asustada, haciendo que Liam y Louis los miraran mal.

-¿Ya os acostasteis juntos ayer cuando me fui? –se burló Liam.

-Ja, ja –rió el morocho, Niall pareció incómodo ante el comentario.

-Bueno, dejando este tema tan… raro… de lado –mi novio dejó caer una mueca antes de seguir-. ¿Alguien me explicará de dónde mierdas ha salido esa rata peluda?

-¡Te dije que parecía una rata! –saltó Niall con una urgencia notable por cambiar de tema en el tono de su voz.

-Lo adopté del centro de animales abandonados que está cerca de la universidad –musitó ignorando el comentario del rubio.

-De la perrera.

-Cállate, Niall –bufó algo quemado.

-Fue un momento muy raro –añadió Liam, que parecía haber desaparecido de la conversación por un momento-. Quiero decir… te vas de casa de Zayn un día y cuando llegas al día siguiente ha adoptado un perro con tal normalidad. Así, sin aviso previo.

-No es algo tan malo, al fin y al cabo el perro es mío y no tuyo. ¿Qué más te da?

Cruzamos la calle lentamente, Louis volvía a agarrarme de la mano escuchando, al igual que yo, la conversación entre los tres chicos.

-¿Qué pasa si Liam o yo hubiéramos sido alérgicos a los perros? –el rubio alzó las cejas esperando una respuesta madura por parte del morocho-. Podrías habernos matado a todos.

-Sí, y después os habría enterrado en mi jardín junto a mis dos peces de colores para poder recordaros cada vez que abriera la ventana.

¿Qué clase de amigos tenía Louis? Dios, qué gente más rara.

-¿Lo hubieras hecho? –bromeó mi novio.

-¿No? –el moreno se rió y negó con la cabeza, Louis simplemente se encogió de hombros.

-Bueno, la verdad es que no eres el único que tiene mascota nueva –dibujé una de mis mejores sonrisas, todos me miraron sorprendidos.

-Ya empezamos –se rió el oji-azul.

-Ayer Louis y yo nos encontramos con una caja cargada de tres gatitos. Él ha decidido quedarse con uno de ellos, así que imagino que yo me llevaré los demás.

-¿Gatitos? –A Niall se le iluminó la cara-. Me encantan.

-¿Enserio? –me alegré.

-¿Enserio? –se extrañaron todos, hablando al unísono.

-¿Querrías quedarte con uno de ellos? –solté la mano de Louis, cosa que a mi novio no le gustó demasiado, y caminé hasta quedar al lado de Niall, ambos entusiasmados. Él asintió con alegría.

-Niall… tan maduro para unas cosas y tan infantil para otras –bufó Zayn, sus ojos de color miel mirándonos mal.


Estuvimos hablando de muchos temas en general durante un buen rato, alejándonos completamente de la zona tranquila de Doncaster y adentrándonos cada vez más en plena ciudad, cientos de coches pasando a toda velocidad por nuestro lado.

Para entonces descubrí muchas cosas sobre los amigos de Louis y sobre el propio chico, como por ejemplo el hecho de que uno de sus hobbies a parte del fútbol era tocar el piano. ¿Y quién se lo habría imaginado, de Louis?

Los demás utilizaban el fútbol como una actividad para pasar el rato y no aburrirse, el verdadero hobbie de Zayn eran las artes, al igual que a Liam le apasionaba el boxeo y Niall era un genio tocando la guitarra.

Entre risas y más risas no nos percatamos de que nos habíamos salido de la acera, ahora caminando por el medio de la carretera. Algún que otro coche pasaba por nuestro lado tocando el claxon o gritándonos para que miráramos por dónde íbamos. A decir verdad, Louis trató de mantenerme lo más lejos posible de los vehículos, Liam imitándonos.

Pero con Zayn  no pasó lo mismo.

De repente una moto que circulaba a una velocidad algo mayor de lo permitida apareció de la nada, sorprendiéndonos a todos.

Zayn no la vio.

Y el motorista no vio a Zayn.

Solté un grito ahogado, llamando la atención de Niall, Liam y Louis que conversaban animadamente. No me dio tiempo a hablar. Grité.

-¡APARTA! –le chillé al morocho.

Todos se voltearon, Zayn quedando paralizado ante la imagen. No podía correr, era demasiado tarde. La moto ya estaba ahí. Soltó la correa del perro y el animal salió corriendo tal y como pudo, dejando a su dueño a merced de la suerte y el destino.

-¡¡ZAYN!!

No vi nada más, no pude. Mis ojos se llenaron de lágrimas, Liam y Louis me taparon con sus brazos para que no pudiera ver la escena, o puede que para que nada pudiera herirme.

Y en esos instantes todo pareció pasar en cámara lenta, sin ningún tipo de sonido. Simplemente las pulsaciones aceleradas del corazón de Louis. Las ruedas frenando con urgencia, chirriando sobre el asfalto. Un grito proveniente de Niall.

Espera, Niall. ¿Dónde estaba Niall?

Louis y Liam me abrazaban como si su vida fuera en ello, cosa que seguramente era así.

¿Y Zayn? ¿Dónde estaba Zayn?

¿Y la moto?

Seguidamente escuché un gran estruendo, por lo que Louis me mantuvo en su pecho con fuerza para que no pudiera escapar.

Quería soltarme de su abrazo y mirar, pero no me lo permitió.

Lo único que seguidamente pude escuchar fueron los llantos de Louis y los gritos agonizantes de Liam.

Sufran.

¡No olvidéis de VOTAR + COMENTAR qué os ha parecido el capítulo!
Os quiero mucho como la trucha al trucho.

CHAO CHAO

Continue Reading

You'll Also Like

583K 42.2K 27
No sé si se puede elegir a la persona de quien te enamoras, quien termina tomando un pequeño pedazo de tu corazón.. Esa persona se lleva ese pedazo c...
8K 2.5K 199
CAPITULOS: 800 al 999. QUINTA PARTE: Libro 9 Y 10 ADAPTACION Y EDICION: Veriux74 GENERO: BL + Hetero. Drama, Romance, suspenso, acción, angustia. Et...
204K 24.2K 73
Louis: ¿Quien eres? Número desconocido: Soy el amor de tu vida :)))
673K 45.1K 35
El Instituto de Detroit decide realizar un proyecto en el cual viajarían de intercambio los mejores estudiantes de la institución. Un viaje que durar...