Erase una vez, un chico llamado John Egbert.
Jhon era gentil, sensible, un chico gracioso y feliz. De cabellos tan oscuros como una noche sin estrellas y ojos tan claros como el mas virgen caudal.
Jhon cursaba el penultimo año de la primaria, él era apenas un bebe.
Pero había un pequeño detalle; Jhon era gay, lo que significaba que no gustaba de las chicas, Jhon gustaba de los chicos.
En su corta edad, ya era capaz de sentir atracción por un ente masculino y hablaba sobre ellos como lo harian las chicas, solo que ellas no gustaban de hablar con él; la verdad... nadie gustaba de hablar o jugar con Jhon, pero a él no le importaba, seguía intentando e intentando jugar con todos.
Entonces llego un chico nuevo a la primaria, Dave Strider, un chico de cabellos dorados como el sol y un secreto escondido tras unos lentes que siempre llevaba.
Fue ahí cuando la vida de Jhon se transformó en una combinacion del cielo y el infierno.