La tormenta estaba lejos de cesar, y el feroz Dragón aguardaba a los atacantes dispuesto a destrozarlos con sus dientes y garras filosas, el agua de lluvia corría por sus caras, el suelo humeaba impregnado de olor a polvo y cenizas. Era la hora de luchar.
Nikolai, decidió atacar desde un punto mas alejado de Balhaur y disparaba a lugares estratégicos de su cuerpo con el fin de averiguar una manera de al menos ralentizar a la monumental bestia mientras encontraban una manera de matarlo, el trío de jóvenes necesitaba tiempo, y a su vez, un punto débil al que atacar antes de que el dragón destruyera toda la ciudad con su poder demoledor. Los habitantes corrían de lado a lado buscando un lugar seguro, era un espectáculo catastrófico, el dragón negro sembraba el pánico en todo Ogaden. Leonor curaba a los heridos con una mano y con la otra empuñaba su espada, con movimientos rápidos y horizontales, activaba las runas que le permitían empujar con el viento a los ciudadanos en apuros.
Los edificios más altos se derrumbaban y soltaban trozos de piedra maciza sobre los ogadences que corrían desaforadamente por las calles principales que yacían abarrotadas de escombros, piedras volcánicas ardientes y gente herida pidiendo ayuda. Algunos de estos pueblerinos, los mas aguerridos y valientes, ayudaban a evacuar a la gente a un lugar seguro no tan lejos en el desierto, pero no era suficiente y la situación se tornaba mas difícil con la tormenta que trajo la gran bestia al momento de volver de entre los muertos.
Cliff corrió directamente hacia Balhaur y con un gran salto atlético esquivó el garrazo que le permitió subirse por su hombro, y una vez arriba tratar de cortarle el cuello con su espada de fuego, y remover su cabeza sin éxito alguno.
-Soy...demasiado...débil- decía mientras trataba de sostenerse en pie sobre la bestia.
Una bala rebotó cerca del ojo del dragón y Cliff pudo escuchar como esta con suerte rayaba las escamas del dragón.
-Vamos Cliff, tú puedes vamos...- dijo Nikolai a lo lejos, mirándolo con su natural mirada telescópica.
El dragón se movió agresivamente para intentar que Cliff cayera, y lanzaba fuego a todos lados mientras movía su cabeza de lado a lado violentamente, el joven se afirmó muy bien de sus escamas puntiagudas y pudo aguantar el salvaje movimiento de buena manera, pero la fatiga provocada por el constante esfuerzo físico y mental vivido en el volcán lo hacia sentir débil e inseguro en sus movimientos, sentía esa necesidad irrevocable de recuperar energías, así que bajo ese fugaz sentimiento decidió bajarse de la bestia y encontrar un lugar protegido, pero para su mala suerte, el dragón lo vió y lo quiso tomar con una de sus garras. Ya sea por destino o suerte, pudo zafarse con un corte profundo en su espalda que rasgó su camisa y le hizo perder el equilibrio mientras descendía, provocando una estrepitosa caída en escombros, astillas y barro, que lo dejo boca abajo inconsciente.
-Oh, no- dijo Leonor- ¡debo ir a ayudar a Cliff!- Justo en ese momento pudo ver a un hombre levantando una mano ensangrentada pidiendo ayuda en su agonía, su casa se había derrumbado y estaba bajo los pesados escombros, asfixiándose con el barro. Leonor no lo dudo y fue a ayudarlo a él primero, se sentía impotente al no poder a ayudar a ambos.
Por otro lado, cuando el dragón giró su cuerpo para comprobar que su víctima había muerto, recibió un tiro en el estomago y la bala entro de lleno haciéndolo expulsar sangre verde y brillante por la perforación, donde el dragón tenia unas escamas de características débiles y delgadas incapaces de defenderlo.
-¡Sí! ¡Encontré un punto débil! - gritó Nikolai como si una fanfarria se lo hubiera celebrado, ya había perdido a Moéh frente al Dragón y no podría soportar ver morir a más gente inocente. El peso de las armas le indicaban que solo le quedaba una bala en cada revólver - ¡Maldita sea!- pensó, el joven gatuno decidió guardarlas para un momento mas oportuno e ir a ayudar a Cliff.
El dragón, desde su imponente altura, usó sus patas traseras para impulsarse para atacarlo rápidamente, tratando de alcanzarlo con su boca sangrante. Nikolai corrió detrás de una pulpería y esta se destruyó completamente siendo atravesada por Balaur enloquecido por la rabia y el odio hacia todo lo que le rodeaba, buscando a su presa, cazándolo para destrozar su carne y continuar destruyendo todo sin descanso.
Fue en ese momento en que llegaron los Praet con todo su poder de fuego militar, metralletas, cañones, rifles y vehículos tripulados por decenas de hombres de ley, la policía de Ogaden. Un hombre delgado con el pelo negro y de rostro cubierto con una mascara de metal con la forma de un cuervo y semblante agresivo, levantó su brazo y gritó fuertemente:
-¡¡FUEGO!!-
El metal de su mascara, reflejada por las balas de acero percutido por la pólvora lo hacia parecer una cara sonriente y sádica, pero sin olvidar que llegaron justo en el momento mas indicado.
El dragón recibió las balas de cañón en su costado haciéndolo perder el equilibro, lo que lo hizo alejarse notablemente de Nikolai y Cliff, que vieron pasar toda su vida frente a sus ojos al filo de la muerte, Balaur recibió el gran poder de fuego entre destellos y explosiones de gran tamaño y potencia hasta quedar cubierto por humo espeso y negro, todo se quedo así, en silencio hasta que -GRAAAAAAAAAWWWWWLL- gritó el dragón con una voz más potente y poderosa que quebró las ventanas de las casas que quedaban en pie, con el retumbar del suelo los soldados vieron a la monumental bestia saliendo del humo negro que lo cubría, sus escamas estaban dañadas y tenia agujeros por todo su cuerpo, increíblemente, la bestia se rehusaba a morir nuevamente, y eso motivo a los soldados que recargaban sus armas rápidamente para una segunda oleada de disparos bajo gritos de batalla emitidos por el hombre de la máscara y los capitanes que lo precedían.
Nikolai levantó una viga de la pulpería que aplastó su estómago, cuando se puso de pie el dolor abdominal lo hizo toser, al revisar su mano embarrada, pudo ver la sangre que salió de su boca, sus armas se habían caído de sus canacas, pero pudo ver a Agnis junto al irónico letrero que decía "Pulpería La Gata Sangrona". El suelo retumbaba con cada paso de Balaur, que dirigió todo su ataque hacia los Praet de Ogaden.
-Esto es una maldita broma- dijo en voz alta, hablar le dio un retorcijón en el estómago.
La segunda oleada de disparos llegó aun más poderosa que la anterior, los cañones de gran calibre aun no habían sido montados, pero esta vez si estaban listos y cargados. Golpearon al dragón en la parte inferior de su cuerpo, ya que los cañones no tenían mas potencia para llegar mas arriba, pero el dragón venia tan rápido hacia ellos que debía agachar su cabeza hasta la parte inferior de su cuerpo para tomar más velocidad, aun así no perdieron la fuerza que necesitaban para derrotar a la gran bestia.
El impacto le afecto de sobremanera pero no lo detuvo, salió nuevamente del humo negro que tapaba gran parte de su cuerpo y los policías pudieron ver como la bestia los miraba con sus ojos iluminados que aun emitían un fuerte resplandor verde, la enorme bestia perdió su mandíbula y uno de sus brazos, pero este continuaba corriendo desaforadamente y con cada pisada el fuego verde salía de su garganta descubierta al exhalar el aire.
La primera línea de ataque, formada por la unidad montada de Ogaden, tomó sus escopetas cargadas con una lanza amarrada a una cuerda, el plan consistía en montarlas en los edificios para que el dragón tropiece y súbitamente hacer tiempo para la tercera oleada de fuego.
Las enormes cuerdas fueron puestas en posición con un sonido metálico, los caballos tiraban de ellas para darle mas fuerza y resistencia, pero cuando el dragón con toda su furia pasó de forma violenta y furiosa entre las cuerdas, estas se cortaron con un sonido seco de cientos de latigazos al sentir el peso del dragón, inmediatamente se pudo ver el derribo de todos los caballos en una orquesta de múltiples huesos rotos y cuellos dislocados que aún usando toda su fuerza no pudieron detenerlo.
El dragón llegó a la línea de fuego en plena recarga, los soldados se retiraban mientras los capitanes de cuadrilla ordenaban a sus subordinados luchar hacia una muerte segura. El fuego quemó completamente los cañones anulando su uso, y con todas sus extremidades, incluida la cola, pisaba y destrozaba lo que quedaba, la misión de los Praet había fracasado y los que quedaban se unían a las líneas de evacuación de los ciudadanos sin nada más que hacer que correr.
-¡Leonor!- Gritó Nikolai - ¡Donde estas Leonor!
-¡Aquí!- Escucho Gato entre las ruinas, una voz débil que emitía un último grito antes de desfallecerse, pero sus orejas gatunas y sensibles encontraron el origen de la voz de la joven, yacía recostada en el barro con un hombre muerto a su derecha.
-Mi fuerza se acabó, campesino, no lo pude salvar... no pude salvar a este hombre y murió por mi incompetencia. Nunca podré estar a la altura de un Arcángel.- La joven rompió en llanto y sus lágrimas se perdían entre las gotas de lluvia. Nikolai de inmediato supo que no podría curarlo a él ni a Cliff. Estiró una mano hacia ella y sonrío.
-Tranquila, chica, te ayudare a ser la mejor... solo, levántate ¿si? aun podemos luchar-
Leonor tomó la mano de Nikolai y esté la cargo en sus hombros.
-Ahora... debemos encontrar a Cliff- dijo preocupado.
-Lo vi caer- dijo Leonor.- No pude ayudarlo-
-Yo también, pero está vivo...tiene que estarlo- respondió Gato mirando hacia todos lados buscando al guerrero. Podían sentir y escuchar las múltiples explosiones que provocaba el dragón, que no tenía intención alguna de detener su devastadora furia.
Cliff recuperó la conciencia y intento levantarse inmediatamente, pero sintió un gran dolor en su espalda, la sangre tibia corría por todo su cuerpo, sentía frío y comenzaba a sentirse mas débil cada vez que intentaba siquiera pensar en ponerse de pie, hasta que sintió un extraño calor en su bolsillo, con un gran esfuerzo pudo ver hacia el pantalón y ver una luz muy fuerte bajo la tela. "¿Qué es eso?"
Empezó a escuchar voces chamánicas, como si los tres dracones estuvieran bailando junto a él recitando una especie de hechizo tribal, la luz se hacía cada vez más fuerte y calurosa hasta el punto de quemar su pierna obligando a Cliff trabajosamente meter la mano en el bolsillo y sacar el objeto brillante, cuando lo hizo pudo darse cuenta que es lo que era, el huevo de fénix, rodeado por su pluma, brillando de forma incandescente, aumentando su brillo y calor hasta iluminar gran parte de Ogaden, las gotas de lluvia se evaporaban antes de llegar al suelo y Cliff comenzaba a sentirse más aliviado y protegido con ese calor maternal.
El dragón Balaur detuvo su ataque, se sostuvo de sus dos patas traseras para levantar su cabeza, erguido, y con su largo cuello miro hacia donde él estaba, vio la luz y expulsó fuego, saliva y sangre por su garganta expuesta declarando cual sería su próximo objetivo.
Nikolai y Leonor al ver la luz a la vuelta de la esquina y al acercarse a ella pudieron ver a duras penas a Cliff. El calor abrasivo comenzó a revitalizarlos de manera increíble, el joven guerrero estaba de pie esperando al dragón que se acercaba rápidamente hacia él.
-Wow, me siento más vivo, debo bajarte Leonor- dijo Gato. - Hay que ayudar al chamuscado.
-Yo también me siento mucho mejor, de alguna manera esa luz nos devolvió las fuerzas, siento el poder recorriendo mi cuerpo.- respondió Leonor mirando su puño. - Quisiera saber que es-
-Entonces que así sea- dijo Nikolai- hace un rato pude encontrar el punto débil del dragón en el estómago, debemos atacarlo directamente y esparcir sus...-
-¿Como lo haremos?- interrumpió Leonor- Al parecer el lo sabe y en ningún momento ha desprotegido ese punto.
-Si lo hace... cuando busca a su presa levanta la cabeza para mirar alrededor. Ya venció a los Praet y tendrá su guardia baja, usaremos a Cliff como carnada mientras se recupera con esa luz brillante.
-Eso suena bastante... eficiente, campesino- Dijo Leonor confiando en Nikolai, nunca querría poner en peligro a nadie, pero esa seguridad le daba esperanzas de que todo saldría bien.
El dragón fue directamente a la luz sin detenerse, pero al tocarla su piel empezó a arder con un resplandor anaranjado como un trozo de metal caliente y lo expulso lejos con una explosión, luego de eso la luz resplandeciente y cálida desapareció dejando solo el sonido de la lluvia tranquila. Nikolai corrió hacia un costado del Dragón preparándose para disparar.
Balaur se puso de pie y levantó su cuerpo bien alto sosteniéndose de sus dos patas traseras. Uno de los dos disparos que tenia Nikolai fueron lanzados con precisión, el objetivo era lograr que la bala hiciera un corte transversal en su estomago.
-Te haré una gran sonrisa-
¡BANG!
Con sus ojos felinos pudo apreciar la trayectoria de la bala que había percutado. Esta viajo por todas las ruinas de Ogaden, y tomando altura logró pasar a través de un campanario de la iglesia Leodrina que apenas se sostenía entre cientos de grietas y trizaduras. Nikolai sintió su garganta seca, mirando fijamente el trozo de metal. Su semblante cambio cuando el dragon puso su brazo y la bala rebotó en sus escamas.
Nikolai no podía creer que había fallado, el tiro era perfecto pero no había contado con que el dragón al estar a esa altura tuviera una vista panorámica tan fina y tuviera la guardia tan alta, sus ojos bestiales denotaban su naturaleza salvaje dispuesta a sobrevivir y destrozar a sus captores. Cuando giró hacia Nikolai para atacarlo con todas sus fuerzas un objeto rodeado de fuego parecido a un meteorito lo golpeó en el lado derecho de su rostro destrozándole parte del cráneo y reventando su ojo. Leonor utilizó sus runas de aire para lanzar a Cliff a toda velocidad, el fuego intenso de sus puños encendidos destrozó las escamas como si fuera una simple vela de cera, atravesó piel, carne y hueso de la bestia.
El Gato ni siquiera se distrajo, sabía que ese golpe le daría una oportunidad a esa última bala en la cámara de su revólver, el dragón al cambiar de posición tenia el estómago en un ángulo que no le permitía hacer el mismo corte transversal, pero pudo ver a Leonor con la espada en alto sostenida firmemente con sus dos manos sobre el techo de la droguería del viejo doctor Kirk, sabía muy bien que la bala en rebote no le haría un daño muy grande pero aun así lo intentó, disparó nuevamente y luego estudio la trayectoria.
¡BANG!
El humeante casquillo de bala cayó en la arena.
¡¡PEW!!
La espada brillaba con el poder de las runas, impulsando la bala tres veces mas rápido, transformando el trozo de metal en un proyectil letal, la espada quedó con una mancha negra de pólvora fuertemente marcado en el metal. Leonor sonrió.
¡¡GROOOOOAAAARGGG!!
Cliff cayó estrepitosamente al suelo levantando arena y escombros pequeños, giró inmediatamente y pudo ver al dragón Balaur cayendo muerto entre cenizas, su cuerpo se desvanecía entre cenizas dejando solo huesos tras de sí.
La lluvia cesó y las nubes comenzaron a disiparse revelando un cielo azulado. Los tres jóvenes se recostaron en las destruidas tierras de Ogaden, completamente exhaustos.
Continuará...