Peligroso & Posesivo •CANCEL...

By HeavenSkryp

63.7K 3.1K 229

"Secretos que nos unen". ~Créditos Portadas hechas por Portada1: @xxfeatxx Portada2: @jorbeilyssequera Porta... More

Aclaraciones
Introducción
Book-Tráiler
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
AVISO
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
NO ES UN CAPÍTULO
Volví y viví para contarlo.
Capítulo 16
Capítulo 17

Capítulo 6

2.7K 137 3
By HeavenSkryp

Involuntariamente retrocedí dos pasos atrás. Mi respiración estaba atascada en mi garganta haciéndome más dificultosa la acción se respirar, la bilis insistía en subir por mi tráquea y él ardor que quemaba en mi laringe era insoportable.

El color azul intenso de sus ojos eran un punto fijo en los míos dándome esa aterradora mirada de deseo, sus mejillas estaban perfectamente coloradas y su cabello castaño lacio estaba totalmente revuelto, su viejo vestido azul marino desgastado, aquel vestido que le llegaba hasta las rodillas, recuerdo que lo usaba frecuentemente.

Sus pasos se adelantaron buscando llegar hasta mí, pero como si fuera una danza yo retrocedía conforme avanzaba, sus labios mencionaron mi nombre por segunda vez, de forma provocativa cosa que solo provocó asco en mi sistema digestivo. Le apunté con la navaja nerviosamente a lo cual ella respondió con una sonrisa psicópata.

Alejate, ya no te tengo miedo —mis palabras salieron apenas audibles y temblorosas, mis músculos estaban tensados gracias al pánico que experimentaba mi débil cuerpo ahora, el cual extrañamente no pesaba ni por un milímetro—. Te lo advierto —.apunté nuevamente con el arma a su dirección.

Sus labios se fueron apretando lenta y ligeramente, hasta formar una sonrisa sin mostrar sus dientes, un paso nuevamente acortó la distancia entre ambos cosa que me provocaba más hostilidad. Unos segundos en silencio y una carcajada proveniente de una femenina resaltó en la estancia.

Oh vamos Jaxxy, sabes que no lo harías —exclamó con un tono burlón—. Ven aquí bebé.

Nuevamente un paso acortó la distancia, pero yo volví a retroceder, su opresión me irritaba, necesitaba distancia no quería a esa mujer que solo me causaba repulsión se acercara a mí nuevamente.

Una lágrima escurridiza se deslizó por mi mejilla, y de nuevo el hormigueo se situó en mi espalda baja provocando un insoportable dolor en mi cintura. Me sentía un niño de nuevo, sentía como si mi pasado volvía a mí, e imágenes de mi sufrimiento se reproducían en mi mente. Apreté mi ojos como solía hacerlo cuando tenía siete años, como lo hacía cuando me sentía aferrado y sin salida solo dejando que de mí hicieran lo que quisieran.

Jaxon, amor —su aliento golpeó mis labios, y su mano sin ningún permiso alguno ahuecó mi mejilla izquierda.

El temor y el miedo consumió mi cuerpo al sentir el tacto de su piel tocar la mía, en un acto furioso abrí mis ojos en menos de un instaste encontradome con sus ojos azules que daban miedo. Un grito en mi interior no pudo contenerse, un grito de enojo mezclado con euforia salió de mis labios inundando la habitación entera.

(***)

Siento mi cuerpo caer y estamparse con un material sólido y plano, puedo sentir como la inercia abandona mi cuerpo al sentir el dolor que se sitúa en mi frente. Levanto la vista y entreabro mis párpados para encontrarme con la estancia de mi habitación vacía siendo vislumbrada por la luz del sol.

Tallo mi cara con ambas manos. El ringtone de mi teléfono me sobresalta haciéndome liberar unas cuantas maldiciones, lo tomo entre mis manos y contesto sin siquiera mirar la pantalla.

—¿Hola? —respondo con la voz soñolienta.

—Jaxon, ¿Dónde mierda has estado? —la voz chillona de Olivia provoca que aleje mi oído de la bocina.

Ahí es donde la coherencia viene a mí. Ayer tenía trabajo y ni me molesté en presentarme, me sobresalté y me reincorporé nuevamente en un santiamén, mientras comenzaba a dar vueltas por toda la habitación.

—llegaré a las cuatro —colgué lo más rápido que pude para luego meterme a la ducha.

Los ensimismamientos atacaron mi cabeza como de costumbre, no podía dejar de pensar en aquella pesadilla tan aterradora, fue tan real, juro que podía sentir su mano tocándome, o tal vez era la mía, sea lo que sea estas pesadillas que había tenido los últimos dos días no eran normales.

Luego de una larga ducha y cambiarme con toda la calma posible, me dirigí a la sala de estar la cual extrañamente estaba vacía. Dimitri siempre era él primero en salir o en ir a despertarme.

Me dejé descansar en uno de los sofás mientras acomodaba mis pies en la mesa de centro. En menos de cinco minutos un Dimitri soñoliento se asomó por la estancia mientras se tallaba los ojos.

—Jaxon -murmuró éste con la voz entrecortada gracias a la abruma—. ¿Despertaste temprano? —éste miró el reloj de pared el cual marcaba las siete en punto.

Di un ligero asentimiento de cabeza para luego fijar mi vista en un punto fijo. Por más que quería no pensar en el terrible sueño no lo lograba, era en contra de mi propia voluntad, en un esfuerzo de convencerme a mí mismo de que fue gracias a la fotografía que había estado observando unas horas antes de dormir, le di una mirada rápida a Dimitri.

—Me baño y luego nos vamos —nuevamente solo pude responder con un asentimiento de cabeza.

El castaño se retiró dejándome solo con mis pensamientos. Tomé uno de los cigarrillos que habían en mi pequeña caja, lo encendí con el encendedor que cargaba en mi bolsillo y aspiré de éste para luego soltar el humo.

La gente me dice que moriré de tantos cigarros que me fumo, cosa que no creo, cuando muera será por cualquier cosa menos esa. Eché mi cabeza hacia atrás buscando relajarme mas no quería dormir no quería volver a soñar con lo mismo o algo parecido y luego despertar gritando o cayéndome.

Mi mente estaba tan vacía sin ningún recuerdo vagando por mi cabeza, sin ningún temor, eso era justamente lo que necesitaba estar en paz, sin ningún remordimiento, sin ningún problema ni nadie atacando mi conciencia. Minutos más tardes pisadas de unas suelas escandalosamente ruidosas me sacan de mi trance, alzo mi mirada para encontrarme con mi amigo, ahora perfectamente arreglado.

—Yo conduzco —éste exclama tomando la llave rápidamente.

Solo me encojo de hombros, no estaba de ánimos como para conducir o pelear por eso.

El camino a la universidad cada vez era más largo, las calles como siempre estaban atestadas y ya no era extraño escuchar los claxons de los autos retumbar en mis oídos. Acomodé mi codo en la orilla de la ventanilla y dejé descansar mi barbilla en mis nudillos contemplado aquel tapón tráfico que se había formado.

—No has hablado hoy, ¿Qué tienes? —la apaciguada voz de mi amigo me sacó de mis cavilaciones y casi por instinto fijé mi mirada en éste para solo negar con la cabeza—. Es enserio ¿Qué te pasa?

Volví y fijé mi mirada en aquel aura de la ciudad, no era nada agradable pero podía distraerme mientras veía a la gente pelear con sus hijos dentro del auto, o como un hombre de edad mayor que le hablaba a su perro como si éste le entendiera.

—No tengo nada Dimitri, solo pienso —respondí de manera civilizada y tranquila.

Un recuerdo llegó a mí, y era la carta de Adrianna, la cual me había entregado Tony. No era que me importara mucho, pero tal vez algo importante dijiera ahí y quería saber que era.

—En serio te veo extraño —argumentó el castaño con la vista clavada al frente.

—Creo que el extraño aquí eres tú —concluí aspirando el aire fresco que atravesaba por la ventanilla.

Ya que al fin habíamos salido del tráfico atestado la marcha a la universidad había sido de lo más rápida. En cuanto llegamos como siempre Dimitri se fue directamente con su novia y yo hacia mi casillero como ya era costumbre.

Caminaba entre el mar de estudiantes que intentaban llegar a sus clases a tiempo aunque no hubiesen tocado el timbre aún, esos típicos nerds que solo viven por las ciencias, igual ellos no me importan nunca lo han hecho. Mientras se mantengan lo más alejado de mí todo bien.

Siento mi cuerpo chocar contra otro y el sonido de libros caer a mi lado llega a mis oídos, bajo la vista para encontrarme con una cabellera castaña, desesperadamente la chica de tez blanca recoge sus libros.

—Lo siento... lo siento, lo siento mucho —murmura la individua con voz nerviosa.

En el momento que miro su rostro me es conocida. Claro, yo la había visto ayer cuando había venido a avisarme que me buscaban en la oficina del director. Recuerdo que ayer parecía estar nerviosa, al igual que hoy. La analizo nuevamente con la mirada y a decir verdad no es nada fea, sus labios son carnosos sin ser pintados por ningún labial, tiene unas lindas cejas y pestañas, y su cabello es tan largo como el de Rapunzel. Tal vez exageré pero sí, es largo.

—Fijate para la próxima —mi semblante no ha cambiado, sigue siendo serio.

Su mirada me inspecciona con temor, sus ojos se van a un punto fijo en el pasillo al notar que me di cuenta de su acción.

—En serio lo siento —susurra apretando los ojos justamente como yo lo había hecho en mi sueño.

—Mejor largate...

La frase no fue terminada gracias a una voz ronca la cual se escuchaba a una distancia prudente, una voz irritante la cual se había dirigido en mi persona. Me giro sobre mis talones para encarar al sujeto, y me encuentro con un chico alto el cual ya está lo suficientemente cerca.

Lo miro de manera analítica de los pies a la cabeza para luego darle una risa carente de humor, murmuros silenciosos empezaron a escucharse por toda la estancia y podía sentir la respiración forzada de la chica que estaba atrás.

—¿Qué le dices a mi chica pedazo de imbécil? —la voz del idiota que tenía en frente era chistosa y ridícula a la vez, lo que me provocaba soltar una carcajada.

—Ya te he dicho que no soy tu chica —la voz entrecortada de la chica atrás mío le gritó con desesperación.

—Eres un maldito imbécil, me quieres bajar a mi novia y encima la tratas mal.

Rodé los ojos mientras reía en un tono juguetón, a leguas se notaba que era esa clase de babosos que se sentían dueños de la primera chica que veían «como tú, Jaxon». No sé por qué pero un deseo de darle una paliza al estúpido éste y proteger a la chica nació en mí.

—Alejate de ella —gritó provocando que toda la universidad se asustara.

Casi de inmediato sentí unos brazos rodearme la cintura, y podría jurar que sabía de quien se trataba. Su cara se escondió en mi espalda y podía escuchar sus sollozos pegados a mi columna. Ladeé la cabeza un poco, y miré sobre mi hombro lo más que pude, y sí, la chica la cual desconocía el nombre se aferraba a mí como un animal asustado.

Mi corazón se ablandó por primera vez con una persona que desconozco. Algo dentro de mí solo me grito que la dejara donde estaba que el único que necesitaba ser maltratado aquí era ese desgraciado. Cosa que hice.

—Maldito bastardo —éste exclamó en un grito para luego soltar un puñetazo en mi pumulo derecho.

Los estudiantes chimosos empezaron a cantar en coro «pelea, pelea», mientras que otros solo se disponían a salir del área, o solo temían por el chico que tenía en frente. Podía oler la euforia de la castaña que estaba clavándome sus uñas en mis costados. Tomé sus manos entre las mías la hice soltarme y alejarse lo más que pudiera, la verdad no quería que ella estuviera ahí cuando toda mi paciencia se vaya.

—Te vas a arrepentir, por haber hecho eso —susurré solo para él.

«Te vas a arrepentir de haberme buscado».















Ya que me tardé mucho, pero me han puesto tareas como un carajo, espero y me disculpen, trataré de actualizar más seguido.

Luliisott. ¡Gracias por tus comentarios linda!

También gracias por las 2 K, en serio gracias por su apoyo. Gracias por sus votos y sus leídos se les quiere mucho. 😍😘😚

All The Love.

Continue Reading

You'll Also Like

8K 469 39
[_Hola, soy Gilly, cree esta cuenta para terminar y crear historias de hazbin hotel, La historia que voy a terminar se llama Obsesión de Charlie x Al...
875K 99.1K 43
«Las mentiras terminaron, pero las obsesiones se multiplican». Sinaí cree ser la reina del tablero, y perseguirá a su rey a donde haga falta, aunque...
85.4K 753 9
la historia de mí proceso de feminizacion por tener muy poca hombría.
2.4K 140 23
Leah observaba la rutina diaria del instituto Eeriavale con su habitual curiosidad. Era un lugar familiar, lleno de rostros conocidos y conversacione...