"Son muy pocas las personas que verdaderamente conocen tu oscuridad y se enamoran de ella, esas personas son únicas, irremplazables; si dejas que se vayan de tu vida, quedarás realmente solo, así estés rodeado por una multitud."
Capítulo 35: Leave Out All The Rest
Axl
Salí de la habitación ante los insistentes llamados de Alan.
—¿Qué quieres? —pregunté enrollándome la toalla en las caderas. Mi piel estaba mojada y mi cabello goteaba.
—En media hora es la entrevista, apúrate —ordenó.
Resoplé, tenía ganas de todo menos de ir a hablar con un par de idiotas haciendo preguntas estúpidas y que nada tenían que ver con nuestra música. —¿No pueden ir los otros? ¿Por qué siempre tengo que ir yo?
—Porque algunos de los cheques que entran a tu cuenta lo hacen porque esos descerebrados periodistas pagan por hablar contigo, eres el maldito líder, el vocalista, todos quieren saber sobre tu fascinante vida así que ponte ropa y te espero en la recepción.
Puse los ojos en blanco cerrándole la puerta en la cara. Volvió a golpear, abrí de mala gana.
—Tienes que llevar a alguien contigo, tú elige quien.
Asentí volviendo a tirarle la puerta.
Grito desde el otro lado. —Si no estás abajo en cinco minutos vendré por ti...
Fui hacia el armario, me tarde un poco escogiendo la ropa y secando mi cabello, me fume un cigarrillo y salí buscando a Slash, él era gracioso, hacía reír a todo el mundo aunque no lo hiciera a propósito y eso siempre alivianaba el ambiente y la tensión para mi, aparte las personas lo reconocían fácilmente, si había alguien del que quisieran saber después de mi, era de él, aparte estaba siendo considerando como uno de los mejores guitarristas, su fama iba en subida.
Golpeé a su puerta, ordenó que siguiera, estaba echado en la cama jugando con una de sus serpientes, había alguien dentro del baño, probablemente la puta con la que pasó la noche. —Debemos ir a una entrevista.
—¿Ahora?
Asentí. —Será mejor que bajemos antes de que Alan vuelva a subir, estoy que le rompo la cara.
Se levantó, se puso una camiseta que había en el suelo, acomodo su cabello y camino hacia la puerta.
—Llévalo —señale el sombrero de copa negra que siempre me había parecido como el de un mago, solo que tenía toques de rockero. Se devolvió por él y se lo puso sonriente.
Bajamos por el ascensor en silencio, no solíamos hablar mucho cuando estábamos a solas. Alan estaba afuera en el auto esperándonos, en la entrada del hotel habían varios fans que se sacaron fotos con nosotros y pidieron autógrafos.
Teníamos la entrevista en un estudio del canal, era para una de las secciones de MTV en vivo, nos entrevistó una mujer amable, charlamos un buen rato, las preguntas eran generalistas, nada íntimo o privado, me sentí satisfecho al salir, todo había salido mejor de lo que pensaba.
Fuimos a comer a un restaurante-bar, nos divertimos un poco y la pasamos bien. Llegamos a la prueba de sonido algo tarde, los demás practicaban con sus instrumentos, por el poco tiempo que teníamos solo ensayamos un par de canciones cuando estábamos saliendo para ir al hotel a cambiarnos, vi a Izzy un poco alejado y retraído de los demás, más de lo normal.
Me senté a su lado, estábamos en los camerinos esperando a que los autos llegarán por nosotros. —¿Qué tal?
Siguió tocando su guitarra concentrado, me dio una rápida mirada alzando los hombros indiferente.
—¿Qué te pasa?
—¿Qué te importa? —recriminó atacando.
—Te noto raro, eso es todo... pero si te molesto con mi presencia mejor me voy.
Rió amargamente. —No me molesta tu presencia, no ahora por lo menos, lo que me jode es tu preferencia.
Fruncí el ceño extrañado.
—¿De qué estás hablando?
—¿Tú y Slash son más importantes que el resto de nosotros?
Estaba realmente confundido por su actitud y lo que era peor para mi, no estaba drogado, era él en sus cinco sentidos.
—No —no logré ser tan convincente como esperaba.
—Pues no parece... aquí parece como si nosotros fuésemos los títeres de los dos mientras ustedes salen en todas las portadas y entrevistas. Ustedes dos no son Guns N' Roses, somos los cinco —aclaró herido.
Estaba bastante afectado.
—Bueno... no fue mi culpa, Alan me ordenó que fuésemos, ¿qué querías que hiciera? Además, ¿a ti desde cuando te gusta interactuar con la prensa y el público? Siempre me decías que resolviera esos asuntos, que no involucrara.
—La gente cambia de opinión, ¿sabías?
Bufé, —Si tanto es tu problema pues ve tú a la próxima entrevista y ya.
—Es que ese no es el problema —gritó— y menos la solución. Estoy harto de que siempre lo pongas por encima de mi, ¿para ti él es más importante? Nosotros estamos en esta mierda juntos desde hace muchos años, ¿no crees que tal vez por eso deberías al menos darme un poco de importancia? —seguía alegando enojado. —El problema es... que tú supones, que no quiero, que no me interesa, que no me importa que siempre lo pongan a él por delante sabiendo que los dos componemos, escribimos y tocamos la guitarra como para que le den todo el crédito.
—Izzy yo— intenté decir pero me interrumpió.
—Y no, no es culpa de él, a ese idiota ni le interesa si es famoso o no y merece el reconocimiento pero odio que me subestimen, odio que me estén pordebajeando, sobretodo tu.
Se levantó saliendo disparado del salón, me quede hecho una estatua, sin saber que hacer. Me quede mirando el suelo confundido, intentando remediar lo hecho, jamás lo había hecho con intension pero sabía que Izzy no era el tipo que se ofendía por cualquier cosa, debí haber sido muy injusto por mucho tiempo para que aguantará hasta explotar.
Me quede pensando en ella, como era usual, la había invitado a que viniera a este concierto, era el último y era especial para mi, quería pasar tiempo con ella, a veces me hacía tanta falta, las cosas andaban un poco tensas entre lo dos, no nos entendíamos muy bien pero seguíamos intentándolo, quería volver a casa y estar todos los días con ella. Se había negado abiertamente diciendo que no vendría, que debía trabajar, no entendía para qué mierdas trabajaba si yo le daba todo lo que ella quisiera y más.
En fin, me preparé para el concierto.
Lo vi de nuevo en el escenario, se había ido en un auto diferente, parecía tranquilo, reflexionando un poco sobre lo sucedido, al inicio del concierto los presente en el escenario, ellos reían divertidos y el público los aclamaba, puede que siempre hubiera la cara de la portada, ese alguien que era la imagen en este caso de la banda pero todos resultaban contribuyendo a que todo fuera para bien o para mal de esta manera.
Fue un gran concierto, estábamos en el backstage dispuestos a salir cuando se me ocurrió una idea, no la concederé ni un poco. Principalmente porque fue el último concierto que tendríamos de la gira del álbum, ahora tendríamos un receso de vacaciones y eso era suficiente para celebrar.
—¿Por qué no vamos todos a celebrar? —propuse y me miraron sin poder creérselo. —Yo invitó.
Su cara fue aún más de sorpresa, Izzy sonrió aceptando lo cual me hizo sentir mejor, desde nuestra plática sentía un peso horrible en mis hombros.
—Axl se va a morir... a lo mejor se entero que mañana muere y por eso está haciéndolo, para hacer la última buena acción del día y poder ir al cielo —aseguró Steven burlándose con los demás.
—Bueno, ¿quieren o no? —pregunté serio.
El de rulos se me acercó palmoteando mi espalda. —Obvio si, no me lo perdería por nada.
Salíamos hacia un bar que era sin duda el mejor de Florida, habían unas mujeres espectaculares y hacían shows de baile, era una cosa loca. Disfrutamos de los dotes de las mujeres que nos trataban como a reyes, al final cada uno volvió al hotel con su presa para esta noche. Yo tuve suerte y me salió el premio doble, tenía dos morenas dispuestas a hacer todo lo que les pidiera, a mi merced, ellas se tocaban una a la otra para complacerme, no había nada más excitante que ver a dos mujeres teniendo sexo.
Alguien golpeó a la puerta, pedí que siguieran sin detener el juego, las tenía cada una a mi lado, vi la cabeza de Steven asomándose.
—¿Tienes coca? —preguntó.
—No, me la termine en la mañana.
Maldijo.
—¿Quieres compañía?
Le ofrecí alguna de mis chicas, él se negó orgulloso diciendo que se conseguiría una por sus propios medios.
Seguimos con la diversión, mientras me cogía a una besaba a la otra, volvieron a golpear unos minutos después, a lo mejor Steven se había arrepentido y quería aceptar mi oferta. Pedí que pasaran al ver que seguían golpeando como esperando una respuesta. Estaba de espaldas pero me extrañe cuando después de que abrieron la puerta no escuche la voz parlanchina de Steven, me giré sobresaltado y la vi de pie en la puerta, tenía su maleta en la mano, miraba paralizada la escena de su novio teniendo un trio.
Mierda.
Me alejé de las mujeres intentando acercarme a ella, una cosa era sospechar que le era infiel y otra muy diferente era que me viera tirando en la cama con otras, esto era otro nivel y tenía miedo de su reacción.
Retrocedió a medida que yo avanzaba, tenía esa mirada, esa misma que tenía Izzy en sus ojos está tarde, era la más pura decepción.
La tome del brazo antes de que saliera a correr, no me importaba estar en medio del pasillo completamente desnudo, no la dejaría ir.
—Suéltame, suéltame —forcejeaba conmigo.
Le supliqué. —Nena, hablemos, déjame explicarte.
—¿Explicar qué? ¿Que yo soy una idiota por creer que tú cambiarías?
Me lanzaba veneno con la mirada, una lágrima se derramó provocada por la más intensa ira.
—¡Axl suéltame!
—No, yo te amo a ti —intenté convencerla tomando su rostro entre mis manos, me empujo con todas sus fuerzas alejándome. Algo quemo mi piel, luego escuche el crudo sonido que provocó su mano estrellándose contra la piel de mi mejilla.
Bajé la mirada tragando con dificultad, tense la mandíbula recuperándome.
Su mano me seguía golpeando el pecho. —Estoy harta de escucharte decir la misma mierda siempre, me importa una mierda si me amas, si me pides perdón, si me compras la maldita luna, ya me canse Axl, no más, no sé quién es más idiota, si tú por hacerme esto tantas veces o yo por perdonarte...
—No linda, perdóname... —le pedí arrodillándome al escuchar la seguridad en su voz.
Ella no podía dejarme.
—De nada sirve que pidas perdón si no cambias, las disculpas no significan nada si sigues haciendo lo mismo.
—Yo no lo volveré a hacer pero no me dejes... yo te amo.
Negó conteniendo las lágrimas en sus ojos.
—Ya ni el amor es suficiente.
Algo se me partió en el interior.
¿Por qué ella no entendía que las demás no eran importantes? ¿Por qué no entendía que a la única que yo amaba era a ella, que jamás la dejaría, que jamás nadie llegaría a ser tan importante en mi vida, que jamás nadie la reemplazaría?
Las demás eran solo cuerpos vacíos sin mucha gracia, el suyo era mi hogar.
Se soltó corriendo hasta el ascensor, no podía dejarla ir o si no la perdería, fui a ponerme un pantalón de prisa al ver todas las personas que habían salido por el escándalo, corrí escaleras abajo, la vi saliendo por la recepción con su maleta en mano y lágrimas en los ojos. Caminaba buscando un taxi en la avenida, levantó la mano y el auto se detuvo, corrí alcanzándola, le quite la maleta, ella intentaba recuperarla mientras lloraba sin poder contenerse.
—Lárguese —le ordene al taxista cerrando la puerta con fuerza.
Este arrancó maldiciendo, ella se dio por vencido caminando lejos de mi.
—Nena...
Se volvió con el rostro mojado en lágrimas. —Haz lo quieras, ya no me importa, ya no más...
Detuvo otro taxi y se subió en este, llevándose con ella mi corazón. Me quede en la mitad de la calle deshecho, sintiendo como perdía la parte más importante que había en mi. Esa pieza que parecía pequeña e insignificante a simple vista pero sin la cual la máquina no funcionaba.
Camine por las frías y desoladas calles maldiciéndome por haberla dejado ir, tal vez jamás me pudiese perdonar, tal vez la había perdido para siempre...
Me quede tirado en la playa que quedaba a unas cuantas calles, mi yo interior era masoquista porque no había un lugar que me recordara más a ella que este.
El sonido de las olas era relajante, vi como la luna se escondía dejando salir el sol, era un acto de amor, uno se sacrificaba por el otro, dejándolo salir y brillar por un rato, era sin duda uno de los espectáculos más hermosos que nos regalaba la naturaleza a diario y nosotros jamás lo sabíamos disfrutar. Siempre andábamos muy ocupados...
La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes.
Cuanta razón Lennon, no es que tengamos poco tiempo es que perdemos mucho, lo desperdiciamos con las personas equivocadas, si me quedará solo un día de vida no dudaría ni por un segundo en pasarlo enteramente con ella, era curioso, ¿por qué si sentía eso no era capaz de hacerlo a diario?, tal vez porque creía que ella siempre estaría ahí, no sentía que la perdería, daba por asegurado de que terminaría mis días a su lado, que ella seguiría esperándome paciente a que llegara, a que terminara de hacer lo que estuviese haciendo pero después de todo tal vez no era así.
Era tan valiente y tranquila que en ocasiones olvidaba que también sufría.
Considere realmente la muerte como jamás lo había hecho, tal vez me sentía todo el tiempo inmortal pero no lo era a fin de cuentas, era un vulnerable humano, si muriera hoy con franqueza se que de toda la inmensa multitud que me rodea, solo unos pocos me extrañarían y me recordarían con buenos sentimientos, los demás se lamentarían porque se beneficiaban de mi de alguna manera pero ese reducido número de personas que amaban con sinceridad, que podía contar con los dedos de mi mano eran invaluables, más aún por el simple hecho de que me conocían como lo que soy, en mi verdadera esencia, con esta alma maldita que tiene más defectos que otra cosa, yo era un peso que los que me rodeaban debían cargar y sobrellevar, no era fácil y no terminaba valiendo la pena hacerlo, porque siempre les pagaba mal, cada persona que me amaba realmente terminaba saliendo lastimada, porque yo era eso, una bestia destructora, alejaba y hería a los que más me querían, era mi don, mi maldición.
Solo falta ver cómo soy con Christina e Izzy, no creo que pueda encontrar jamás personas tan fieles a mi, tan dispuestas a entregar hasta su vida por rescatarme, por salvarme y de que manera les pagaba...
Yo era un completo hijo de puta.
Me levanté buscando con desesperación algo que me quitara este dolor de encima, fui hacia el hotel, revolqué mi habitación en busca de un poco de droga, no había por ningún lado, llame a una prostituta de la que tenía el número en un papel, le ordené que me consiguiera algo y viniera a traérmelo. Aquí no tenía a mi dealer personal, tampoco conocía a nadie que vendiera y eso apestaba.
La puta llegó con una bolsa repleta de coca, le tire los billetes y la corrí preparando todo para aspirarla.
Después de ingerir un poco comencé a sentirme mareado, aún tenía la bolsa llena así que me metí un poco más, comencé a tropezarme con todo, sentía vértigo y sudaba frío, quién sabe que mierda me había dado la puta esa, tambaleándome salí, necesitaba ayuda, en cualquier momento me vendría abajo, sentía como mi cuerpo fallaba, busque la habitación de Izzy, sabía que los otros podrían verme tirado en el suelo y me pasarían por encima, antes de que pudiera golpear me desplomé en suelo, todo se volvió negro.
Me desperté sobresaltado, habían unos paramédicos reanimándome, los aparte molesto, Izzy estaba de pie mirándome preocupado, Duff hablaba con alguien por teléfono, Alan estaba recargado contra la pared desinteresado, aún seguía en el pasillo, no debió de haber pasado mucho tiempo.
Vomité dejando un charco con todo lo que tenía dentro de mi estómago, entre Duff e Izzy me llevaron hacia una habitación, por la guitarra que vi en una silla confirmé que era la de Izzy, recordé como debería estar la mía, hecha un desastre, como todo en mi vida.
—¿Te sientes bien? —preguntó el larguirucho de pie a mi lado.
Me recosté en la cama sintiendo la palidez que debía tener mi piel. Los paramédicos siguieron revisando mi estado, al parecer había sido una intoxicación y todos ya sabían por qué.
—Deberíamos llevarlo al hospital para asegurarnos de que está bien —le sugirió Izzy a Alan.
Este se negó inmediatamente. —Llamaré a un doctor privado que venga hasta aquí, ir al hospital sería atraer la prensa y las malas críticas, ya hemos tenido suficiente de eso.
Mi amigo lo fulminó con la mirada por su egoísta comentario.
Todos se fueron, sólo él se quedó sentando mirándome desde el borde de la cama, lucía agotado, está gira nos tenía a todos realmente mal. Los excesos nos estaban comiendo vivos.
—¿Qué pasó anoche?
—Christina me vio con las mujeres que traje al hotel.
Sus ojos se abrieron como los de un sapo. —¿En pleno acto?
Asentí lamentándome.
—Mierda.
—No me va a perdonar jamás Isbell.
Aclaró su garganta sumido en sus pensamientos. El silencio se apoderó de la habitación, cada uno estaba en su propio mundo hasta que su voz resonó en mis oídos.
—Dale tiempo...
—¿Y si jamás me perdona?
Se encogió de hombros. —Entonces habrás perdido a una mujer maravillosa.
—¿Por qué siempre tengo que arruinarlo todo?
Sonrió con gracia. —Está en tu naturaleza, supongo.
—Soy un hijo de puta.
Entró el médico unos minutos después revisándome completamente, yo estaba bien, al parecer mi cuerpo no estaba tan podrido como mi alma. Izzy se quedó conmigo toda la noche, hablamos de muchas cosas, por un momento pareció que la barrera entre los dos se rompía.
Seguí sus consejos, iba a darle tiempo para que ambos pensáramos, razonáramos y aclaráramos nuestros sentimientos, no la hostigue con flores, ni regalos, a ello no parecían importarle ya, había llegado al limite, yo había propasado esa línea de paciencia, tal vez a veces lo que se pierde es la paciencia y no el amor.
Pero tampoco quería que pasara sus días creyendo que no me importaba, que la había dejado ir porque no me interesaba, debía escribirle, decirle lo que sentía, nada de pedir perdón porque no importaba más, solo le abriría mi corazón una vez más intentando explicar fallidamente mi absurda lógica.
Cuando Izzy entró al baño para darse un baño, aproveché, con lápiz y papel en mano solo deje que fluyeran las letras.
"17/06/1988
Tal vez no merezco tu amor, ni te merezco a ti, no merezco nada de lo que tengo porque jamás se valorar las cosas buenas que hay en mi vida, eso no es una novedad, ni para ti ni para mi, está vez no habrán nada de perdones que yo te pida, ni que tú me des, ya no más, no tiene sentido arrepentirse de cosas que se hacen conscientemente... como una sabia persona dijo: tal vez mi problema es asumir, asumir que no te duele, que no te importa, asumir que tú amor es inagotable y que siempre estarás ahí para mi, sin importar que, asumir que jamás te perderé, asumir que nunca te irás de mi vida, tal vez es por eso, porque te doy por asegurado, que no te valoro como debería, tal vez creer que nuestro amor es inmortal e inmune ante todo me hace idealizar que moriremos juntos, tal vez no, puede que no sea así y yo haya malgastado mis últimos minutos de vida sin ti.
Sin ti...
La vida es tan vacía y con tan poco sentido sin ti, no parece haber magia dentro de ella cuando tú no estás presente, tal vez nuestro amor no es suficiente para que me perdones y tal vez tampoco lo sea para hacerme cambiar, hemos estado en esto por tanto tiempo, sobreviviendo ante el dolor, nos herimos y luego lamemos las heridas del otro, es algo loco, pero me gusta. En parte me agrada que seas la única que puede hacerme sangrar y detener luego el daño que causaste, como yo lo hago contigo, es una conexión que jamás tendrás con nadie, ni yo tampoco, es único, invaluable; no sé cuantas más vidas me quedan pero espero en cada una de ellas encontrarme contigo, dicen que uno vuelve siempre a los lugares donde fue feliz, por eso yo siempre vuelvo a ti, porque eres el centro de mi vida, se que es difícil entenderlo, se que es aún más complicado que alguien que no le ve nada de malo a lo que hace intenté cambiar, como te dije, solo me arrepiento de corazón por perder el poco o mucho, -quien sabrá-, tiempo que me queda sin ti. Admiro tantas cosas de ti que me podría extender y mandarte un diario entero pero solo diré la más importante, la que más admiro, la que más valoro y es ese sencillo coraje de quererme. No me merezco tu amor pero ámame, síguelo haciendo, porque cuando menos lo merezco es cuando más lo necesito.
Te necesito.
Estoy pensando en ti... (no importa cuando leas esto).
PD: No te diré que te amo, te diré que eres mi vida.
De: El mismo hijo de puta de siempre.
Después de dejar la carta envuelta en el sobre en la recepción para que la enviarán a la oficina de mensajería, fui hacia el restaurante del hotel a comer, mi estomago crujía exigiendo comida, allí me encontré con los demás, todos estaban enterados de lo que había sucedido, ninguno decía nada, lo cual era considerablemente mejor.
Alan llegó interrumpiendo el cómodo silencio. —Tengo buenas y malas noticias... ¿cuáles quieren oír primero?
Slash resopló. —La que se te venga en gana, solo suéltalo, odio el suspenso estúpido.
—Bueno... —rodó los ojos al vernos las caras largas. —La buena es que fueron invitados a unos premios de MTV en los que también fueron nominados.
—¿Y qué de malo tiene eso?
—Es la otra semana, deben ir a tocar una fiesta que se realiza antes de los premios, irán a la ceremonia y después tocaran también en el 'after party'.
Negué de inmediato. —No.
Rió con descaro. —No les estoy preguntando, les estoy informando... creo que deberán cancelar el viaje a Ibiza.
—Dios, ahora si nos van a castrar esas viejas —lamentó Steven agarrándose la cabeza preocupado.
Todos lo estaban pero ninguno más que yo, yo no solo podía tener una pelea con ella por esto, yo tenía toda nuestra relación en juego, yo debía solucionar nuestros problemas en esas vacaciones, si no era ahí, no sería nunca, con esto solo la haría alejar más.
—No es algo que podamos cancelar... las chicas están muy entusiasmados, es el lunes, es en tres días, yo creo que ya tienen hasta el equipaje listo —explicó Duff.
Alan siguió con su prepotencia. —Y asistir a los premios tampoco es algo que podamos cancelar además es una gran oportunidad.
Me restregué la cara desesperado.
¿Qué mierda se suponía que debía hacer ahora?
—Pues cancelen su viaje, no el de ellas —sugirió Del.
Eso sonaba mejor pero igual no me convencía, yo quería pasar tiempo con ella, quería recuperarla, reconquistarla, hacer que pudiese perdonarme y empezar de cero, estaba tranquilo porque creía que lo lograría en ese viaje pero ahora todos mis planes se habían derrumbado.
—Creo que me gusta más la idea de Del, si nosotros no podemos ir, dejemos que vayan y se diviertan.
—Yo tengo que recuperar a Christina —solté en medio de un suspiró.
—Es mejor así —intervino Alan. —Dejas que vaya, despeje la mente y vuelve feliz de que le hayas regalado unas vacaciones tan maravillosas en ese lugar mágico.
Quería creer que tenía razón pero por alguna razón no lo sentía así. Solo acepté porque francamente no tenía otra salida.
Me sentía agobiado, ¿de que servía trabajar tanto si nunca me dejaba tiempo para disfrutar de lo que ganaba?