LA ROTA AMISTAD DE KATE Y DANIEL
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Lo miré. Preguntándome si era justo hacer esto. Este chico sólo tenía una sonrisa socarrona en su rostro. No iba a negar que fuera guapo, porque lo era. Pero no sentía ni las más mínima pizca de confianza.
Su rostro pálido se fijó en mí.
—Anda, pelirroja, contesta. —Dio pasos hasta quedar cerca.
—No tengo nada que decir. Digo, si vas a soltar la sopa, sólo dilo y ya.
—¿Te sientes muy segura de que Daniel no es así?
—Es mi amigo —digo, sintiendo un nudo en el centro de mi estomago.
Es cierto, no sé qué somos. Solo nos hemos besado un par de veces, pero nunca caímos en cuenta de nada.
Tal vez no seamos nada.
Y puede que nunca lo seamos.
—Un amigo —ríe. Noto sarcasmo en su voz—. Daniel es todo menos eso, créeme.
Parpadeo dos veces, esperando a que continúe.
»Ten cuidado.
Me tendió una memoria USB y le fruncí el ceño.
—¿Y esto qué?
—Kate te dará las respuestas después de que mires lo que está ahí. Ella más que nadie sabe la basura que es Daniel.
Me relamí los labios y él tomó mi mano dejando la memoria USB en la palma.
—Ten cuidado, no queremos a una Ellie con un corazón roto como Kate —dijo. Se acercó hasta quedar cerca de mí, besó mi mejilla y se alejó.
Eso era totalmente extraño, sentía como todo iba a cambiar cuando yo mirara eso que estaba dentro de la memoria. Quería verlo pronto.
Froté la memoria con mis dedos y dejé que la duda me embargara el resto del día. Por ahora sólo necesitaba agua.
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Necesitaba terminar de hacer el reporte de práctica que tenía pendiente para Física. No era la mejor persona en la redacción así que me limité a sólo escribir lo que era necesario.
Terminé de escribir sobre el Movimiento e imprimí el documento. Estaba lejos de la impresora, así que no me levanté. Abrí una pestaña en Internet, sintiéndome tentada por buscar lo que siempre he querido. Así que solo tecleé
«Mejores universidades para estudiar Comunicación especializado en Fotografía».
Aparecieron muchas opciones, desde ranking hasta listas y ofertas. Me sentía maravillada con tantos chicos aspirantes como yo siendo preparados para un futuro mejor. Miré vídeos, también fotos y leí todos los requisitos. Había dos universidades que me fascinaban.
Dejé esa tentación y me fui por otra.
La memoria USB...
La saqué de la mochila y la inserté en la computadora sin problema. Cuando abrió solo aparecían vídeos.
Arrugué mi entrecejo y abrí el primero.
Todo era borroso al principio, pero cuando al fin la cámara se enfocó pude ver que eran Daniel y Kate... con Chris.
Kate lloraba.
—No importa cuán zorra seas, Katie —habló Chris—, nunca serás como Leyra, ella sí que sabe ser mejor ¿o no, Dani?
¿Quién rayos es esa tal Leyra?
Seguí, tratando de escuchar bien de lo que hablaban, la imagen mostraba a Daniel enojado.
—Eres un maldito bastardo —espetó éste—. Y tú —se giró hacia la castaña— eres una zorra.
—¡Yo no sabía eso! —sollozó.
—Que tierna e ingenua eres, Katie. Y aun así crees en Daniel. ¿No sabías que él fue quien permitió todo?
»Daniel solo juega a ser tu amigo, pero le valió un cuerno que a ti te pasara algo. ¿No prometió cuidarte? Lo mismo hace con todas. Así comienzan, se hacen amigos y luego se las folla. Así que de hacerlo él, lo hice yo.
Kate suelta un chillido. No es capaz de mantener la cordura. Sólo quiero golpear a uno de los tres.
—No me metas en tu estúpido juego, imbécil. —Daniel levanta las manos, dejando en claro que no tiene culpa—. Kate fue la zorra, yo sólo quiero que me dejen en paz ambos.
—Daniel... —habló la chica.
—No me hables —espetó él—. Nunca lo hagas. Ya no creo en ti.
Ella soltó un jadeo y lloró más fuerte.
—¡Eres el peor amigo del mundo!
Quité el vídeo.
Para mí ver esto era abominable. ¿Qué le habían hecho a Kate? Era obvio que Daniel estaba involucrado.
Me levanté de un salto y tomé mi teléfono. Llamé a Kate.
Di vueltas en mi habitación mientras entraba la llamada, cerré la computadora después de sacar la memoria.
—¿Ellie? —contestó Kate.
—Necesito hablar contigo, ahora.
—Ellie, estoy con...
—Me importa poco dónde estés, sólo dime si estás en tu casa.
—Sí —dijo, y yo garantizaba que estaba frunciendo el ceño.
—Voy para allá.
Me calcé con unas sandalias simples y salí de casa. Avisé a papá antes de salir. Caminé rápido por el patio delantero, no quería que él me viera, no podría verlo, no sin antes no saber la verdad.
—Ellison —me llamó, justamente quien no quería que lo hiciera.
Me armé de valor y me giré, no podía poner buena cara, era él quien insultaba a Kate. Era él.
—Te hablo luego —dije, con un tono más severo del que habría querido.
No esperé más y salí corriendo a la siguiente calle.
Sólo no quería que todo se fuera al carajo.
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Kate lloraba. Lo hacía desde que llegué y exigí la verdad.
—Kate...
—Yo... no puedo, Ellie. No puedo decirte toda la verdad. —Sollozó.
Dejé que llorara. Era lo que necesitaba, después de todo, las personas necesitamos eso. Llorar limpiaba el alma.
Kate se sentó sobre su cama y yo a su lado.
—Por favor —supliqué—. Necesito esa verdad.
Extendí mi mano y apreté su rodilla, incitando a que continuara.
Ella tomó aire. Lo haría, me diría la verdad.
—Cuando tú te fuiste Daniel y yo nos hicimos inseparables —comenzó—, él siempre me ayudaba y yo a él. Éramos los mejores amigos, sabía que no tan bien como lo fueron ustedes, pero lo intentamos, y funcionó.
»Nolan siempre fue igual, solo nosotros tres.
Sonreí, intentando imaginarme cómo Kate y Nolan discutían respecto a un tema.
—Debió ser lindo —murmuré.
—Fueron los mejores amigos del mundo —aseguró.
—¿Fueron?
Ella suspiró y sus ojos se cristalizaron.
—Sí —dijo con voz quebrada—. Cuando teníamos quince éramos como ese trío inseparable y genial de primer grado en la preparatoria. Aun recuerdo cuando estaba en las animadoras y ellos en el equipo, era la que más gritaba y los animaba a ellos, eran pésimos en el juego —soltó una risa. Mordí mi labio intentando no reír también, pero fallé.
»Ahí conocimos a Chris. No te negaré que en ese momento me sentí atraída por él, era un chico encantador. En resumen, él se integró a nosotros y Nolan no se apegó tanto como lo hizo Daniel. Guau, eran inseparables. Nolan entendía eso, él hablaba con Kian y Jake. No resintió eso, pero yo sí. —Se pasó una mano por la frente—. No te negaré que me encantaba Chris, digo, solo tenía quince años. Así que de la nada todo comenzó a fluir, me comenzó a hablar más y una cosa llevó a la otra hasta que acabé haciendo lo que él más quería que hiciera. Me acosté con él, Ellie. —Se volvió a derrumbar y lloró.
—Kate —susurré, sorprendida. No es que me crea una santa, aunque lo sea—. Sé que te arrepientes pero...
—Ellie, Chris grabó todo, todas las veces, todas nuestras intimidades.
—Santo cielo.
—Esos vídeos solo eran una táctica de él. Leyra, ella siempre estuvo de por medio entre Daniel y Chris, esa sí que era una zorra —masculla.
—¿Quién es Leyra?
—Esa chica es la que separó las amistades, bueno, lo que quedaba de ella —Hizo una mueca al recordar—. Ella era novia de Daniel, eran una pareja envidiable, también era animadora y parecía que el noviazgo que ella tenía con Daniel fluía bien...
Ahora la que hizo una mueca fui yo, no me gustaba imaginar a Daniel tomando la mano de otra chica.
—Todo el encanto que poseía Leyra acabó cuando yo misma me enteré de las intenciones de ella sobre Chris. En ese tiempo yo estaba con él, teníamos algo básicamente sexual nada más, pero yo creía que si le ponía límites o ultimátum a la relación ya no podría volver a tomar una relación o...
Mi corazón se oprimió y quise abrazarla en ese instante, pero ella prefirió continuar:
—Solo fui testigo de cómo Leyra seducía a Chris y como él correspondía eso sin importarle que yo me enterara, Daniel después se dio cuenta, en una fiesta, cuando los encontró... contra un rincón.
»Después de eso todo se volvió un caos, ellos peleando, Leyra no hacía nada, al contrario se fue. Yo fui la que interfirió entre ellos y creo que fue lo peor que pude haber hecho porque entonces fui el blanco de la ira de Daniel, fui insultada hasta el cansancio porque ese mismo día le habían entregado los vídeos de Chris conmigo en la cama.
Bien, esa no me la sabía y sentí como si el palo de lacrosse me hubiese dado con todo en el estomago. Era Daniel quien sabía todo igual, era Kate la que sufrió. Eran mis amigos.
—Es por culpa de Chris por lo cual no dejo que nadie me llame Katie, no dejo que nadie más me mire como lo hacía antes. Ahora soy otra, la Kate perra y mandona que no se deja de nadie.
»No soy la ingenua Kate que creyó en sus amigos y que cuando menos pensaron le dieron la espalda.
Limpia sus lágrimas y se pone derecha.
—¿Qué papel juega Daniel en todo esto? —me escucho preguntar.
—Ellie... no creo que sea lo mejor, no cuando tú y él ahora son...
—Dímelo.
Ella cerró los ojos por unos instantes, recobrando la fuerza para decir la verdad.
—La verdad es que Daniel no fue el primer novio de Leyra, ella y Chris tenían historia desde antes. Entonces después de que ella iniciara una relación con Daniel, él comenzó a idear una venganza en su contra. Leyra fue la sinvergüenza que después de obtener lo que quiso con Daniel fue para obtener más con Chris. Esto no lo dejó muy contento y pensó que vengarse de él, usándome a mí sería lo mejor. Por eso los vídeos, las falsas promesas... Con lo que Chris no contaba era que Daniel no sufrió con mi dolor, él solo obtuvo un ego herido y una amiga zorra que se dejaba grabar mientras tenía relaciones con el chico que le prometía una vida eterna —Su labio inferior vuelve a temblar, me acerco a Kate y le doy un abrazo.
—Ya, Kate. No llores.
—No —niega con la cabeza—. Ahora debes saberlo todo, Ellie. Si pude decírselo a Max, también podré hacerlo contigo.
—Bien.
Trago en seco y siento mis manos temblar. No sé si es coraje o tristeza lo que siento. Pero tal vez sea la decepción la que esté predominando en estos instantes. Soy una loca combinación de todas mis emociones malas en estos momentos.
—Yo fui estúpida de no cuidarme, Ellie —murmura, con la cabeza gacha.
Cierro mis ojos.
—Dios, Kate —llevo una mano a mi boca y niego con la cabeza repetidas veces. Intentando asimilar lo que ella insinúa. No podía ser cierto.
—Sí —solloza— ese idiota me embarazó.
—¿Y el bebé? —pregunto.
—Lo aborté. Y fui Daniel quien me ayudó.
Ahí está de nuevo, ella llorando, sintiéndose impotente. Siento una pesadez en el pecho, es como si miles de cargas cayeran sobre mí a pesar de no haber presenciado todo eso. Yo estuve con Daniel, yo besé a ese Daniel, a ese chico. A un monstruo que ayudó a que la vida de un ser humano acabara.
—Él en serio...
—Sí, para él sólo fui la zorra que se dejó grabar y embarazar.
—Lo siento mucho, Kate.
—Muchas veces lloro por ese bebé. Es como si me recriminara lo que hice. Yo sólo miro a un bebé y veo como al esfumarse lo hace burlándose de mí. Me duele, Ellie. Me duele mucho.
—Ay, Kate.
—Daniel sólo me ayudó a conseguir las pastillas que me harían deshacerme de ese bebé, cuando me las entregó supe que él estaba de acuerdo conmigo, ese bebé no podía nacer, menos sabiendo que tenía dieciséis años, no ha pasado mucho tiempo de eso realmente. Tuve miedo, Ellie, tuve miedo por arriesgar mi propia vida pero me tomé las pastillas, dejé que ese bebé solo saliera de mi cuerpo como cualquier menstruación —Ella se llevó una mano a la boca al soltar un sollozo ahogado, le dolía hablar, pues claro que lo hacía, ella misma tomó una mala decisión—. El vídeo que seguramente viste es cuando yo le reclamaba a ambos eso. Por culpa de Leyra, por la de Chris y la de Daniel es por la que acabé con la vida de mi bebé. Antes de tomar una decisión sobre todo, le hice saber a Chris del bebé que esperaba, pero no le importó, como era de esperarse. Iba a hacerme cargo de un bebé a la edad de dieciséis y no estaba lista, después de ello Leyra se enteró de mi embarazo y se burló por lo ingenua que había sido. Cuando sentí que me ahogaba pensé que podía recuperar a mi mejor amigo y fue cuando decidí hablar con Daniel y pedirle perdón por lo tonta que había sido, ese día lo intenté y solo me rechazó, cuando le confesé que ese idiota me embarazó yo esperaba que el corriera y lo golpeara exigiendo alguna responsabilidad, pero contrario a eso me dijo que no podía traer al mundo al bebé de un imbécil como Chris. Daniel lo sugirió, yo tomé la decisión. No tuvo la culpa de mi decisión, pero las palabras que utilizó para alejarme aun dolían. La persona en la que más confié por años me dio la espalda.
»He intentado perdonar a Dani, lo intento. Pero no es fácil. Él se dio cuanta de todo lo malo de Leyra y luego rogó perdón. Yo solo necesito paz. Pero no puedo brindarle mi perdón sincero.
»Quiero creer que algún día lo haré. Que algún día perdonaré a Daniel y que seré feliz.
—Lo serás, Kate. Mereces serlo después de todo lo que te hicieron. Después de la más fuerte tempestad viene la calma.
—Lo sé —sonríe de medio lado—, porque llegó Max.
Limpio sus lágrimas. Max es un buen chico que seguro le tendió la mano cuando más lo necesitó. Cuando ella le contó todo lo que pasó.
Max fue su ángel.
—¿Nolan qué hizo? —pregunto.
—No mucho, era como un mediador para que Daniel no me insultara y yo tratara de calmarme. Él no opinó mucho, dijo que eran mierdas que teníamos que resolver.
—Típico de mi primo.
—Sí.
Calmé a Kate un rato más hasta que por fin se durmió. Me pregunto si la mamá de Kate sabe que su hija hizo tal monstruosidad. No le pregunté, pero por lo que veo, ellos no lo saben, y es una de las razones por la que ella no encuentra la calma.
Salí de su casa tarde. Así que caminé rápido por el asfalto y me apresuré a tomar las llaves antes de pisar el pasto del patio delantero de mi casa.
—Ellie —me giré para encontrar el rostro confundido de Daniel.
Solo sentí un nudo en el estomago y me encaminé más rápido para llegar a mi puerta.
—Ellie, ¿qué sucede? Estás actuando muy raro.
Sentí su mano sobre mi brazo, cerré los ojos un instante e inserté la llave para entrar.
—Ellison.
—Déjame en paz.
Daniel se plantó frente a mí y me miró confundido.
—¿Qué sucede?
—No lo sé, tal vez esto —le mostré la memoria y la deposité en su mano— te diga muchas respuestas del porqué de mi carácter.
—Ellie, solo necesito que me lo digas.
Tomé un respiro hondo y lo miré a los ojos. La tenue luz de la luna mostraba que estaba preocupado.
—Lo sé todo. Con Leyra, con Chris y sobre todo, lo qué le pasó a Kate —le solté.
Y palideció.
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