Mr. North

By carodemy

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Lennon siendo una chica inteligente y orgullosa, jamás se imaginó que haría hasta lo imposible por hacer habl... More

Capítulo 1
Capítulo 2

Capitulo 3

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By carodemy

El domingo había llegado y me encontraba frente a la casa de Lennon, la cual parecía estar en otra ciudad. Prácticamente me había pasado toda la tarde del sábado buscando en Google Maps la dirección que me había dado y gracias a que la colonia donde vivía era nueva ni siquiera aparecía en el mapa.

Finalmente, después de tanto buscar y preguntar, resultó que mi madre tenía una amiga que vivía cerca de aquí, así que después de dibujarme cientos de croquis, logró hacer uno al que le entendiera, y aquí me encontraba.

Me baje del auto, tomé la mochila y revisé que no me veía fuera de lugar, pues al mi madre creer que saldría con alguien, me obligo a vestirme "decente" según ella.

Llevaba puesto un pantalón negro tan ajustado que me cortaba la respiración, pero en cuanto le dije a mi madre que sólo las mujeres usaban ese tipo de jeans, me dijo que lo importante era que remarcaba mi trasero y mi piernas, y que dejará de quejarme. Sin duda alguna mi madre creía que su hijo mayor era del sexo femenino y que lo que a mi más me importaba era que las mujeres viborearán mi trasero.

Para rematar también me dio una camiseta negra, con la cual no tuve inconveniente alguno, y una chaqueta de mezclilla, a que tampoco le vi problema al principio, pero en un abrir y cerrar de ojos ya tenía a mi madre arremangándome las mangas, según ella me hacía ver como todo un galán.

Pasé una hora explicándole que sólo iba a hacer un trabajo y que nunca más volvería a tener contacto con esa chica después de hoy, y finalmente me dejo por lo menos usar mis converse negros e hicimos el trato de que sí me ponía los lentes negros que ella me daba "para mantener la imagen", ella no tocaría mi cabello con ninguno de sus productos aromatizados.

Al dar con la casa de mi compañera toqué el timbre esperando a que alguien me abriera, pero al ver que nadie salía lo toqué por segunda vez y así consecutivamente hasta que me di cuenta de que, sí lo tocabas rítmicamente sonaba como una canción navideña y lo comencé a tocar con más emoción, eso hasta que Victoria salió de brazos cruzados y una gélida mirada.

- Llegas tarde.- me dijo mientras se dirigía a la mesa donde supuse trabajaríamos.

Llevaba puesto unos jeans un poco menos ajustados que los míos y una playera blanca que decía "No soy rara, soy edición limitada", si claro, como sí esa fuera la impresión que da al conocerla.

Me dio la mitad de las preguntas que nos tocaban y en silencio se puso a responder su parte.

- ¿No hablas mucho verdad?- levanté la vista y la encontré con su vista posada en mi. No llevaba ni una sola gota de maquillaje y debía admitir que se veía mejor que con todo el maquillaje que usaba en la universidad.- ¿No vas a contestar?- me miró fijamente, y gracias a los lentes que mi madre me había obligado a usar podía observarla sin verme tan acosador.

Descubrí que tenía unas cuantas pecas apenas visibles en su nariz y parte de sus mejillas, tenía un lunar escondido sobre su no tan poblada ceja derecha. Sí algo había notado a estas alturas era que, gracias a que tenía el cabello claro, sus cejas no se notaban mucho y sí las veías de lejos hasta parecía que una de ellas estaba partida a la mitad, se veía como cuando te pegas y como te queda cicatriz te salé menos vello en esa parte, desafortunadamente a ella se le veía como si hubiera perdido media ceja.

Tenía unos ojos entre miel y verdes, que sí no fuera porque eran algo pequeños, te dejarían colgado desde el primer momento en que lo vieras, pero de alguna forma, una vez que los veías ya no volvías a pasarlos por alto.

- ¿Es personal o también con los demás eres así de indiferente?- me dijo algo molesta y pasando por alto la inspección que le estaba haciendo a cada rincón de su rostro.- Vamos debes de tener aunque sea algo que decir.- apoyó sus codos en la mesa y acercó su rostro al mío. - ¿Eres mudo?- comenzó a picar mis mejillas con su dedo. - Se quiere reír, se quiere reír.- comenzó a tararear sin dejar de picarme.- Bueno no se quiere reír.- se sentó enojada y cruzando sus brazos, lucía como mi hermana Olive cuando no conseguía lo que quería.

Después de unos minutos de verla recargada en el asiento y con su vista posada en mi, volvió a acercarse a la mesa y sonrío como sí hubiera resuelto un gran acertijo.

- ¿Te pongo nervioso no? Por eso no me diriges la palabra.- me señaló con su dedo mientras sonreía engreídamente.- Si, eso debe ser, te dejo sin palabras y por eso no me hablas.- y después de responderse ella sola, tiró una carcajada, como sí hubiese contado un chiste. Definitivamente esta mujer estaba loca.

- Aunque no creo que eso sea posible, el amargado Señor North no será el primero en fijarse en mi- me dejó confundido con ésto último.

>>Vamos a ver sí lo que hacen en las películas para poner nerviosos a los hombres funciona contigo.- se levantó de su asiento y se dirigió hacía donde yo me encontraba y trató de sentarse en mis piernas.- No se como es que en Hollywood todo lo hacen ver sencillo.- se quejó al ver que no cabía entre la mesa y mi asiento, y notando que yo no iba a poner de mi parte para darle espacio.<<

Comenzó a mover la mesa hacía el frente, pero al parecer era más pesada de lo aparentaba.- No, gracias, no te preocupes, puedo mover la mesa yo sola.- me dijo desbordando sarcasmo mientras peleaba con la mesa.

Al final, logró mover la mesa y después de que su color natural volviera a su rostro , ya que de tanto esfuerzo se había puesto notablemente rojo, retomó su camino a mi asiento. Batalló para poder acomodarse en mis piernas y se sentó como Dios le dio a entender, terminó acomodada de lado de manera que sus muslos y trasero se encontraban sobre mis piernas y sus piernas estaban a un costado de las mías.

- Claro, ahora si decides ayudar.- se quejó en cuanto puse mis brazos alrededor de su cintura, pues noté que no tenía equilibrio y sentí que en cualquier momento se iría directo al suelo.- Genial, ya ni porque casi me mató para poder sentarme en tus piernas te dignas a hablar.- y antes de que siquiera se pudiese parar, perdió el equilibrio y como sí no le bastará con irse al suelo ella sola, me llevó a mi de encuentro.

Lamentablemente yo quedé con mi espalda chocando contra una parte del respaldo de la silla y con Lennon encima de mi, tenía los ojos cerrados y los puños cerrados agarrando fuertemente mi camisa, de manera que estaba clavando sus uñas en mi pecho.

Se digno a abrir los ojos hasta que me tuve que mover para quedar por completo sobre el suelo y no con la mitad de mi cuerpo siendo magullado por el respaldo de la silla.

- Y-yo, lo-lo siento.- tartamudeó en cuanto sus vista chocó con la mía.

Aunque aún tuviera los lentes de sol puestos sabía que ella sentía mi mirada sobre la suya. Posó sus manos sobre mi pecho y trató de hacerse a un lado, pero en cuanto iba a pasar todo su cuerpo sobre el mío, debido a su más que notable desequilibrio, una de sus manos resbaló hasta posarse por completo sobre mi amigo, haciendo que me removiera y al ella darse, cuenta perdió el poco equilibrio que le quedaba y cayó sobre mi nuevamente, dejando ahora su rostro aún más cerca del mío.

Su mirada estaba a la espera de una reacción de mi parte, observó de manera no tan disimulada mi rostro, y en cuanto su vista se posó en mis labios, la vi tragar en seco, quiso desviar la mirada lo más rápido posible, pero ya era demasiado tarde, pues definitivamente había notado cada uno de sus movimientos.

Se notaba que se había puesto nerviosa y en su rostro había aparecido un notable rubor, que para desgracia mía la hacía lucir jodidamente bien, pero ella intentó ocultarlo dejando que su cabello largo le cubriera la cara al tiempo que volteaba ya no tan discretamente su rostro.

Tomé un mechón de su cabello y lo puse detrás de su oreja, haciéndola voltear ante mi contacto, sus ojos mostraban confusión ante aquello, y los vellos de su nuca se habían erizado en cuanto había deslizado mi mano por su mejilla hasta llegar a su cuello y acercar su rostro un poco más al mío.

Sus ojos miel, ahora lucían un poco más oscuros y brillosos, luciendo casi verdes. Su respiración era agitada y sus brazos se encontraban a los costados de mi cabeza.

De un segundo a otro volví mi mirada a sus labios y sin pensármelo dos veces acerqué su rostro al mío y rocé sus labios con los míos, sentí sus ojos cerrarse y esa fue la señal para ahora si dar paso a un beso. Al principio no respondió, pero poco a poco fue siguiendo mi ritmo, una de sus manos, que no se como había llegado ahí, comenzó a despeinar el cabello de la parte posterior de mi cuello, y yo por mi parte reforcé el agarre que tenía en su cintura para acercarla más.

En cuanto nos separamos vi que sus ojos se habían abierto como dos platos y su rostro se puso de un intenso rojo, era aún más fuerte que el que había visto en ella antes.

Ni siquiera pude volver a besarla, porque en cuanto reaccioné ella ya estaba parada a un lado mío y se arreglaba el cabello como sí de verdad estuviese despeinada.

Me levanté lo más equilibradamente posible y en cuanto volteé a verla ya se encontraba sentada en su anterior asiento, y a pesar de que la mesa había quedado completamente desordenada gracias a que minutos antes la había movido, se encontraba con lápiz en mano y respondiendo la parte del cuestionario que le correspondían.

- ¿No te vas a sentar?- me preguntó sin levantar la cabeza de sus apuntes.- Sí nos damos prisa, podemos acabar hoy.- dijo roda emocionada.

¿Qué le pasaba? Hace unos segundos nos estábamos besando y ahora sólo quiere terminar esté estúpido trabajo lo más rápido posible.

- Vuelvo en un momento.- dijo después de que su teléfono sonase.

Entró a la habitación que había en el primer piso y cerró la puerta detrás de ella, tal vez era su compañero de la clase de historia o el de química, a lo mejor a todos sus compañeros los besaba, para que al final se ofrecieran a hacer el trabajo de ambos, mientras ella se divertía besando a cualquiera que cayera a sus pies.

Me harté de sentir que estaba siendo timado así que sin más, tomé mis cosas y salí de la casa dando un portazo, me dirigiría a mi departamento ahí por lo menos podría pensar a solas.

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