1.
Llevé mi mano al bolsillo de mis pantalones, tomé la caja de cigarrillos y encendí uno.
Sentir el humo ingresar a mi organismo era lo único que lograba que no perdiera la cordura.
¿Matarme lentamente durante un apolipsis?
Irónico, lo sé.
Los cigarros son lo único que tengo para hallar un poco de paz en este nuevo mundo.
Este mundo que cada vez se va más al demonio.
Lo único que importa es sobrevivir.
O al menos eso intento desde que todo comenzó.
Sobrevivir.
Aunque últimamente se volvió difícil.
El problema no son los muertos vivientes, sino los vivos, son más peligrosos.
Ahora mismo me encuentro en la rama más gruesa de un árbol alto, observo los muertos caminar sin rumbo alguno.
Muertos que alguna vez tuvieron una vida, ahora estan vagando por allí buscando carne humana.
Luego de un tiempo de observar a los muertos, decido bajar del árbol.
Lo hago lo más sigiloso que puedo.
Cuando ya estoy abajo, comienzo a caminar a paso lento hasta la carretera analizando profundamente el porqué de mi existencia.
[...]
Uno, dos, tres, cuatro muertos.
Nada que no pueda resolver.
Agarro con fuerza mi machete, voy hacia el muerto lentamente, alzo el machete y parto sus cabezas a la mitad a dos de ellos. Con el otro hago lo mismo, observo al último, voy hacia el y le clavo el machete entre ceja y ceja. Limpio el machete con la ropa del muerto y sigo caminando. A lo lejos logro ver una pequeña cabaña, voy hacia ella, abro la puerta de una patada, golpeo una, dos, tres veces para que cualquier bastardo que se encuentre dentro salga para que pueda matarlo.
Luego de esperar 1 minuto, entre ya que parecía no haber ningun bastardo dentro, pero eso no hacia que deje de estar alerta. Al parecer la cabaña no fue saqueada antes, lo que es muy raro, pero me da igual, estoy satisfecha con la comida que encontre. Guarde todas las latas de comida en mi mochila, que era una especial para excursiones o cosas así.
La verdad no estaba muy mal con respecto a la comida y el agua. Aunque no vendría mal unos días de descanso, podría asegurar la cabaña y quedarme aquí unos días. Pero no lo haré. Solo descansaré cuando sepa que él esta vivo. Y si no lo está, al menos encontraré su cadaver.
¿Quién es él?
Mi mejor amigo, mi consejero, la única persona que estoy segura que sigue viva.
Y lo encontraré, cueste lo que cueste lo hare.
[...]
Luego de un par de horas de observar fijamente el techo de aquel lugar, preparé mis cosas para irme y seguir mi camino.
Estaba apunto de salir, cuando veo algo debajo de una manta que se encuentra tirado en el suelo.
Me acerco y saco la manta de ahí.
Era un machete con una correa para colocar dos machetes. Al fin algo realmente útil, al menos para mí, cualquier cosa que ayude a destruir a los muertos vivientes es bueno.
Me coloque la correa, puse los dos machetes en su lugar, cargué mi mochila y me retiré del lugar.
Estaba más que satisfecha con lo que había encontrado.
Continué caminando sin rumbo alguno. Estaba aburrida, entonces decidi ir a cazar algo.
Para esto, me adentre en el bosque y comencé a observar por todos lados, hasta que encontré mi objetivo, una ardilla.
Aprovechando que se encontraba quieta, lancé mi daga clavándola en su ojo izquierdo. Sonreí mentalmente, le quité la daga, la limpié y volví a guardarla en su estuche.
Si, tenia latas de comida de sobra, pero en este momento solo se me antojaba una ardilla.
[...]
Sigo caminando por el bosque.
Luego de unas horas caminando encuentro un camino de tierra, seguramente la entrada a alguna granja.
Sigo el camino, hasta que paro en seco.
Había una granja, tenia un cartel que decía "Familia Greene".
Lograba ver movimiento dentro, no eran muertos. Eran personas vivas, paso tiempo desde que vi a una persona viva, tal vez unas de esas personas podría ser él.
Estaba feliz, ¿por qué? Por la leve probabilidad de al fin hallarlo. Apresure mi paso hacia la granja.
Pero me detengo en seco.
Obviamente alguien estaría vigilando la granja, al percatarme de esto comencé a adentrarme lentamente, esperando que alguien apareciera y me preguntara quien soy.
Y eso fue exactamente lo que sucedio.
Una chica muy bonita, de pelo corto y ojos verdes me apuntaba con una escopeta. Su mano temblaba.
Sabía que ella no dispararía.
Ya que eso atraería a los muertos, además se nota a kilometros que esta chica no le dispararía a alguien vivo.
-¿Quién eres y qué haces en la granja de mi padre?-Me dijo apuntándome, yo solo levante mis manos demostrándole que no la atacaría-.
-No es necesario que me apuntes, no te haré daño.-Dije seria.
Ella bajo el arma. Cosa que nunca tendría que haber hecho, no mentía cuando dije que no la atacaría, pero si alguien planea atacarla y ella baja el arma, sería su fin.
-Y respondiendo a tu pregunta, soy Skyler y solo estoy buscando a un amigo-.
-Esta bien.-Dijo sonriendo.-Soy Maggie Greene, mi padre se llama Hershel y es el dueño de la granja, ven te presentare a todos-.
Yo solo asentí, no confiaba en ella, no confiaba en nadie, pero no se tendría que ser un genio para darse cuenta que esta chica era más inofensiva que una hormiga.
[...]
-LSA-