El tiempo pasaba y con ello algunos acontecimientos. Como mi cumpleaños, aquel día que hacía años había dejado de festejar. Ese día que esta vez lo disfruté, con él, con su sonrisa y nada más. Donde él me regaló una hermosa cámara. Donde nuevamente me hizo romper todas mis estructuras y amarlo más, si es que eso era posible.
Otro, quizás importante, acontecimiento fue la noche de año nuevo. Si, aquel día lo pasé con él, con Gemma y Anne, su madre. Y sin dudas era la mujer más amable y adorable que alguna vez conocí, igual que sus hijos. Obviamente mis nervios estuvieron presentes y quise negarme, pero no fue tanto como con Gemma. Porque todo era distinto ahora.
Él me acompañó muchas más veces a visitar a mi madre, prácticamente vivía en mi casa, yo solía ir a sus conciertos y miles de cosas más.
Ahora sólo faltaban dos días para su cumpleaños. Él estaba de gira hace casi un mes y todavía le faltaban otros quince días más. Había sido una tortura todo este tiempo sin él, si bien no era la primer gira que vivíamos juntos, digo estando en esta extraña relación, era la primera vez que él no volvía algún día en el medio o que yo iba. Y todo tenía una explicación y un motivo. Pero aunque aquel motivo realmente valía la pena, dolía no sentirlo durante tanto tiempo, sólo verlo a través de una pantalla, escucharlo por el celular, leer sus mensajes. Dormir sin su compañía cada vez era más difícil.
Me encontraba en mi cama, nuestra cama podría decirse, no lo sé. Estaba en ella con mi notebook frente a mí esperando que atienda mi llamada de skype. Cuando su rostro apareció en mi pantalla no pude evitar formar una sonrisa, incluso sintiendo aquella presión en el pecho, incluso sabiendo que no dormiría conmigo esta noche. Se encontraba algo distraído, alguien le estaba hablando, pero cuando su mirada se cruzó con la mía su hermosa sonrisa iluminó su rostro, aunque ella no llegase a sus ojos, era hermoso verlo.
-¡Linda!- exclamó- Oh por dios, preciosa ¿Cómo estás?
-Bien- bueno no sé si bien, pero tampoco era momento para ser sinceros- ¿Tú?
-Bi...
-¿Es Kate?- alguien lo interrumpió, de un segundo al otro el rostro de Niall apareció en la pantalla- Hola Kate- saludó feliz.
-Hey ¿Cómo estás?
-Niall deja de molestar, estoy hablando con mi novia que no veo hace un mes ¡Maldita sea!- se quejó divertido.
-Hey Kate ¿Qué hay?- escuché la voz de Liam.
-¿Alguien más quiere saludarla?- preguntó Harry rodando sus ojos, yo sólo podía reír. Tomó su computadora y enfocó a sus amigos desparramados en aquella habitación. Todos saludaron alegremente y dijeron alguna que otra broma.
-Veo que se están divirtiendo- reí.
-Algo así... - respondió Harry- ¿Te parece que te llame en media hora? Así podremos hablar más tranquilos.
-Está bien.
-Te amo- susurró, simplemente sonreír y corté la comunicación.
...
-Ahora sí- ya había pasado media hora y podía notar que se encontraba en otra habitación, sin compañía de nadie- ¿Cómo estás, hermosa?
-Bien- susurré, ambos sabíamos que mentía pero no importaba- ¿Tú?
-Bien- respondió, formando una sonrisa con sus labios sellados. Nos quedamos en silencio durante algunos minutos, simplemente observándonos, diciéndonos todo con la mirada- Te extraño- susurró.
-Yo no- bromee, no quería verlo mal, no podía soportarlo.
-¿No?- exageró su expresión de cachorrito mojado- ¿Ni un poquito?
-Ni uno- reí.
-Entonces yo tampoco- se hizo el ofendido.
-Eres un idiota- reí.
-Lo sé- respondió volviéndose serio de un segundo para el otro.
-Hey... ¿Qué sucede?
-Nada- susurró bajando su mirada.
-Hazz sé que algo sucede...
-Te extraño, Kate... eso sucede, y soy un idiota porque es mi culpa que no nos veamos hace un mes- comenzó a explicar- Tienes un novio que te abandona por un mes y encima se pone mal...
-Hey, hey, detente- pedí- Mírame- él alzó la mirada, se encontraba algo cristalizada y eso partía mi corazón.
-Lo siento...
-No, escucha amor- pedí- Tú no eres un idiota, ni tampoco es tu culpa... ¿Acaso crees que todavía no conozco a mi novio? Yo sé y siempre supe que así era tu vida y lo acepto... Claro que te extraño, tonto. Te extraño tanto que no puedo explicarlo, pero ambos sabíamos desde un principio que así sería...
-Lo sé... pero es difícil y yo en verdad te necesito.
-También te necesito.
-Además en dos días...
-En dos días serás más anciano- bromee, para poder aligerar un poco el clima.
-No vendrás ¿No?
-Hazz...- susurré.
-Yo sé, lo sé... pero quiero estar contigo el día de mi cumpleaños.
-Pero estarás con tus amigos y la gente que más te ama.
-No me importa- respondió, de repente parecía un niño de cinco años- Te quiero a ti...
-Sólo unos días más.
Ambos nos quedamos en silencio por otro par de minutos, era imposible no sentirnos mal. Necesitábamos del otro, necesitábamos estar juntos.
-Te amo- susurró, yo formé una pequeña sonrisa.
-También te amo...
-Estás hermosa- sonrió- Lo siento, eres hermosa.
-Eres un idiota...
-Contaré los días para verte...- prometió- y si puedo me escaparé e iré por lo menos a darte un beso.
-No digas idioteces. Iré a dormir.
-Está bien, descansa linda.
-Tu también, disfruta tus últimos días de juventud- bromee.
-Te amo- susurró triste- No lo olvides.
-No lo olvido, te amo también.
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Narra Harry
"Feliz cumpleaños, bombón. Disfruta mucho tu día. No me extrañes, por lo menos por hoy piensa sólo en ti. Te amo (el resto te lo diré en persona)"
Ese había sido el primer mensaje de mi cumpleaños. Exactamente a las 12:01 am, lo había enviado. Y mi corazón se estrujó completamente.
Era extraño, porque dolía, dolía mucho... pero era un dolor particular. Porque no era igual al dolor que había sentido cuando me dejó en medio de la gira, y menos que menos se acercaba al dolor que había sentido cuando la vi destruida sobre su cama, con golpes y cosas que ya ni quiero recordar. Pero era dolor.
Sabía que la vería, sabía que sólo tenía que esperar quince días más. Pero quería tanto que ella esté aquí conmigo, festejando mi cumpleaños, abrazándome, haciéndome sentir tan especial como ella sola puede hacerlo. Necesitaba sentirla, respirar su perfume, sentir su calor. Necesitaba aquello que sólo ella podía darme, ella misma.
"Gracias, hermosa. No pidas cosas imposibles, sabes que te extraño y te necesito, sobre todo hoy. Intentaré disfrutar. Te llamo en la mañana, te amo más que a nadie (Espero con ansias que me digas el resto)"
Así me recosté en mi cama. Las lágrimas no tardaron en llegar. Era un idiota sí, pero la verdad no podía evitarlo. Realmente quería verla, realmente la necesitaba. Quería pasar mi cumpleaños con ella, sólo con ella, sin importar nadie más. Aunque fuese estar acurrucados todo el día en la cama, lo necesitaba.
...
Me desperté con cuatro idiotas saltando en mi cama, cantando a los gritos el "feliz cumpleaños"
-Oh por dios- me quejé- ¿Qué mierda les sucede?
-Ya que no está tu novia, decidimos alegrarte el día- explicó Niall sin dejar de saltar.
-Oh, gracias por recordarmelo- ironicé, mientras me sentaba.
-Vamos, ánimo, Harold- habló Louis- que es tu cumpleaños.
-Eso, amigo- siguió Zayn- Vamos a pasar un buen día.
-Está bien, está bien- cedí- Déjenme cambiarme y cepillar mis dientes.
-Okey, te esperamos abajo- avisó Liam.
...
-Tío Harry- gritó Lux apenas me vio cuando entré a aquella sala donde solíamos juntarnos, me agaché para estar a su altura y abrí mis brazos para recibirla.
-Princesa ¿Cómo estás?
-¡Feliz cumpleaños!
-Gracias hermosa- respondí besando su frente.
-Hey- llamó su madre, alcé mi mirada y vi a mi amiga con una sonrisa- Feliz cumpleaños, Hazz.
-Gracias- susurré enterrándome en su abrazo. Quizás ella era la única que entendía mi estado de ánimo.
-Lux ¿Por qué no traes el regalo del tío?- habló Lou mirándola todavía con un brazo rodeándome.
-¿Regalo? No era necesario...
-¡Regalo! ¡Regalo!- gritó la pequeña rubia mientras corría fuera de la habitación.
-Si... si era necesario- respondió Lou- Como también es necesario que cambies esa expresión, ella está bien, sólo un poco lejos...
-Lo sé- susurré sintiéndome un poco culpable- Pero la quiero aquí.
-Ella también querría estar aquí, pero no pudo ser. Cada vez falta menos para que se vean...
-Lo sé, lo sé...
-¡Tío! Para ti- sonrió Lux una vez frente a mí con un cartel en sus manos.
Lo tomé delicadamente y pude ver en el centro tres fotos, una de Lux conmigo abrazados, aunque nunca habíamos notado que alguien nos había tomado una fotografía. Otra en la cual también estaban Louise y Tom y por último, una autofoto que nos habíamos tomado Lux, Kate y yo . Eran hermosas, y todas ellas estaban rodeadas de dibujos, y un "Feliz cumpleaños, Harry" obviamente todo hecho por Lux. La firma era un simple, pero significante "Te amamos. Lou, Tom y Lux".
-¿No te gustó?- preguntó preocupada.
-¿Qué?
-Estás llorando, tío... ¿No te gustó?- llevé mi mano a una de mis mejillas y noté la humedad ¡Maldición! realmente estaba llorando.
-Oh, no, no, es hermoso, princesa- solté sintiendo mi pecho explotar.
-Siiiii- exclamó Lux- Las fotos me las dio la tía Kate, ella las tomó y dijo que podía hacerte un regalo...
-Gracias- respondí, tomándola en mis brazos para abrazarla fuertemente- Es el regalo más lindo que recibí.
El resto del día la pasé con ella, con Lou, con los chicos y Gemma. Pero sobre todo con Lux, era la única que podía sacarme verdaderas sonrisas y Kate me había dicho que si así lo era que me mantuviera con ella.
...
-Ve- pidió por enésima vez Gemma.
-Basta, no quiero ¿Para qué quieres que vaya a mi habitación?
-¡Maldición Harry! Cuando te digo que vayas es que vayas....
-A veces eres odiosa hermanita- me quejé, mientras me dirigía al ascensor que me llevaba a mi habitación. Decía que allí había dejado su celular y lo necesitaba, aunque estaba seguro que no lo había hecho, que sólo quería molestarme. Claro, nunca imaginé que me encontraría con eso cuando llegué.
Sobre la cama... la gran y blanca cama que se encontraba en el centro de la amplia habitación, habían acomodados aquella colección de vinilos que tanto había buscado y nunca había encontrado de los Rolling Stones, aquella colección que era limitada, solo existían 5 colecciones completas originales y una estaba sobre mi cama. Había hablado tanto de ellos, inclusive se lo había consultado el mismísimo Mick Jagger, en su último concierto privado que pude asistir.
Aquella banda era la que me había inspirado en toda mi vida, desde que nací mi padre la escuchaba cada vez que compartíamos un momento juntos, cada canción tenía un recuerdo diferente a lo largo de mis años. Recuerdo aquel día, cuando sólo tenía quince años, en el cual supe de aquella histórica colección. Todos la queríamos, pero yo especialmente. Luego cuando comencé con toda esta locura de "One direction" me propuse conseguirla, porque básicamente era lo que me había inspirado a dedicarme a esto. Pero después de todos estos años, inclusive teniendo contacto con los mismísimos Rolling Stones, no pude conseguirla.
A un lado de ella había una caja mediana donde sobresalían aquellos dulces que tanto amaba comer y un pequeño trozo de papel.
"Feliz cumpleaños. Te amo. Kate"
Pocas palabras, pero completamente significantes. Mi corazón latía a toda velocidad, mis ojos se encontraban nublados por las lágrimas que comenzaban a acumularse. Ella estaba aquí, tenía que estar aquí. Sentía su perfume. Además sus regalos estaban allí, frente a mí ¿Cómo eso era posible? miré toda mi habitación, pero se encontraba completamente vacía. Tomé mi celular con mis manos temblorosas. Por suerte ella estaba en el marcado rápido.
-Hey- saludó del otro lado.
-Estás aquí- dije y noté mi voz quebrada.
-¿Qué?
-Tú... estás aquí, amor- seguí sin pensar- Tienes que estar aquí...
-Hey, hey, Hazz... tranquilo- habló con tranquilidad.
-No, no... Linda, tus regalos, tu perfume, la carta, tu... tú- me senté sobre el colchón un poco desorientado, sintiendo mis mejillas completamente mojadas por las lágrimas.
-Amor... tranquilo ¿Si?- su voz era tranquila- Necesito que te tranquilices- respiré profundamente.
-Está bien... sólo ¿Estás aquí?
-No, Hazz... estoy en casa- susurró- Lo siento.
-No, está bien... está todo bien, lo siento, yo sólo creí...
-¿Te gustó?
-¿Qué?
-El regalo, le pedí a Gemma que lo acomodará en tu habitación- y en ese momento mi corazón terminó de comprimirse. Ella no estaba aquí, no vendría y ya todas mis esperanzas se fueron por el escusado- ¿Hazz?
-Oh sí- volví a la realidad- Sí, sí es el mejor regalo que alguna vez me dieron, es increíble Kate ¿Cómo lo conseguiste? No tendrías que...
-Hey, hey ¿Te gustó?
-Si hermosa, es lo mejor...
-Eso es lo que importa, entonces- respondió.
-Te amo...
-También te amo.
Nos quedamos unos minutos en silencio. Hasta que ella habló.
-Tengo que irme, pero antes necesito que me prometas algo..
-¿Ajam?
-Necesito que bajes... que termines de disfrutar tu día, prometo que todo estará bien y que cuando nos veamos no nos separaremos ni un segundo.
-Está bien...
-¿Lo haras?
-Lo haré- susurré, sin estar del todo seguro.
-Tengo informantes allí- bromeó.
-Bajaré... lo haré.
-Está bien, te amo... Feliz cumpleaños.
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Narra Kate
Me encontraba en aquel amplio estacionamiento. Estacionamiento del hotel donde Harry y los chicos se hospedaban. Obviamente que iba a verlo, obviamente que iba a hacer lo posible para estar en este día, era lo mínimo que podía hacer por él. Haberle mentido había quebrado mi corazón en mil pedazos, escuchar su voz quebrada, rogarme por que esté allí, todo fue una tortura. Pero valdría la pena, odiaba las sorpresas, las odiaba completamente, pero esta sorpresa era diferente, esta era una linda sorpresa.
Veía a sus amigos charlar sobre las cajas de instrumentos que se encontraban desparramadas por allí, Zayn y Louis aprovechando el momento para fumar un cigarrillo. Ellos sabían que iría, claro que guardarían mi secreto, era una especie de regalo que ellos le harían. Al no poder decirle a Harry, tuve que recurrir a ellos para organizar mi viaje, por lo que sin su ayuda no hubiese podido estar aquí ahora.
Mi corazón se aceleró al verlo acercarse a sus amigos con la pequeña Lux en sus brazos, le había pedido a Lou que vaya a buscarlo, sabía que no se movería de su habitación si nadie le decía nada. Lo observé por unos segundos, hablaba con la pequeña rubia mientras ella reía a carcajadas. Vestía sus típicos jeans ajustados y una camisa bastante colorida. Estaba hermoso, completamente hermoso.
Le envíe un mensaje, haría las cosas un poco más divertidas, dejaría de hacerlo sufrir.
"Eres hermoso, y esa camisa te hace ver tan bien"
Lo observé cuando sintió vibrar sus celular, dejó a la pequeña sobre el suelo y lo tomó de su bolsillo. Una sonrisa se formó en sus labios, pero duró segundos ya que su rostro comenzó a tornarse confundido. Tecleó algo en su celular y pronto el mío vibró.
"¿Qué? ¿De qué hablas? No te entiendo"
"Que esa camisa te hace ver bien, el violeta te hace ver sensual. Oh y ni hablar de cómo se ven tus piernas" Oh por dios el rostro de Harry era para filmarlo. Su cabeza comenzó a moverse frenéticamente, observando todo el lugar. Pero al no encontrarme tomó nuevamente su celular, me sorprendió notar que me estaba llamando.
-Hola- hablé divertida, simulando no entender el motivo de aquella llamada.
-Amor, dime ya donde estás...
-¿Qué? ¿De qué hablas?
-Kate... esto no es broma ¿Estás aquí? ¿Dónde estás?
-¿Lo dices por haberte hablado de tu vestuario?- pregunté- O porque también tu cabello se ve especialmente hermoso ¿Debo agradecerle a Lou por ello?
-Hermosa, deja de hacerme sufrir por favor... ¿Dónde estás?
-Observa un poco mejor- pedí, lo vi girar su mirada mientras comenzaba a acercarme. Cuando pudo localizarme su rostro se transformó.
-Oh por dios- susurró, guardó su celular en su bolsillo y yo lo saludé con un gesto en su mano. Corrió hacia mi sin importarle nada, apenas llegó junto a mi, me tomó entre sus brazos y comenzó a girar- Te amo, te amo, te amo...- repitió.
-Feliz cumpleaños- susurré tomando con mis manos sus mejillas para rozar sus labios- Sorpresa- uní nuestros labios. Siguió el beso con entusiasmo, apoderándose de mi boca y recorriendola con su lengua con pasión. Dios, extrañaba tanto sus labios, su lengua, su abrazo, su ser. Me dejó sobre el suelo nuevamente mientras separábamos nuestros labios. Nuestras frentes quedaron unidas.
-Gracias- susurró- Gracias por estar aquí...
-Te amo- respondí.
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