Los Cazadores los habían encontrado. No tenían salida. Estaban en un callejón con paredes por todos lados. Con Roxanne detrás, Cameron rugió para hacerlos retroceder, pero eran demasiados. Ella logro escuchar el mecanismo de las armas al cargar las balas y se dio cuenta de que no saldrían vivos de ese encuentro. La muerte finalmente los había alcanzado.
Lentamente, comenzaron a retroceder y en el último momento Roxanne lo tomó de la mano y salió de detrás de él.
Cameron la miró unos momentos mientras intentaba cubrirla de las miras, pero ella se resistió. Si su momento había llegado, no moriría como una cobarde detrás de quien ya la había salvado tantas veces.
Cuando la orden fue dada, ambos soltaron su último suspiro y cerraron los ojos. Su fin había llegado.
Esperaron el impacto de los cientos de proyectiles, pero jamás llegaron.
Cameron abrió los ojos, y vio que una de las balas estaba a centímetros de su rostro, pero de alguna manera, congelada. Todas las balas estaban congeladas así como los que las habían disparado. Su vista se desvío hacia Roxanne y vio que ella lo miraba con una sonrisa en el rostro y de repente, el sonido de un bocinazo comenzó a sonar en la lejanía haciéndose más y más presente hasta que súbitamente, despertó.
Era de día y la radio estaba prendida a todo volumen.
Estaban en el auto, el en los asientos traseros, y Roxanne manejaba mientras cantaba alegremente ignorando que él había despertado. Extrañamente, había mucha neblina rodeándolos y el camino parecía muy silencioso. El sonido clásico de las ruedas rodando sobre el pavimento era inaudible.
— ¿Dónde estamos?— preguntó con la vos muy grave asustando a Roxanne quien dejó caer en picada el Impala golpeando la cabeza del Alfa contra el techo hasta que recupero el control del vehículo— ¡Estamos volando!
—Así es, y te agradecería mucho que no me mates del susto con tu voz de ultratumba— le reclamo la hechicera mientras apagaba la radio— ¿Cómo te sientes?
— ¿Porque estamos volando?— pregunto él ignorando su pregunta y pasando al asiento delantero.
—Es menos riesgoso que ir por la carretera donde pueden interceptarnos y acorralarnos. Además, quiero conservar en buen estado el auto por un tiempo un poco más largo y este hechizo es más simple que el que uso para repararlo—
Cameron miro el coche y noto que ya no había sangre manchando el cuero y las alfombras, ni agujeros de bala por todos lados.
—Mi primo nos ayudó mucho cuando tú perdiste la conciencia— respondió anticipadamente Roxanne a la pregunta que el Alfa le iba a lanzar.
— ¿El mismo sujeto que te ayudo aquella vez con la trampa lunar?—
—TJ— le recordó Roxanne.
—Es sorprendente. Dejo el auto como nuevo—
—Y te salvo la vida—
— ¿Qué?—
—Estabas muy grave Cameron. Creo que moriste por algunos segundos incluso. Si no fuera por TJ seguramente ahora estaría en tu funeral— exclamó Roxanne— Nunca me asuste tanto en mi vida como cuando te vi desfallecer— susurro la hechicera con los ojos empañados.
—Tranquila. Ya estoy bien— exclamó el Alfa tratando de tranquilizarla— Y dudo que solo tu primo haya sido la causa de que siga vivo. Tú me llevaste al hospital y tú lo llamaste a él. Supiste actuar con la suficiente rapidez para salvar mi vida, y por ello, estaré en deuda contigo eternamente.
—Gracias Cameron. Eso fue muy dulce de tu parte— exclamó emocionada limpiándose una lagrima. El Alfa sonrió y volvió la vista al frente
—Ahora... Dime una cosa que no me queda del todo clara, ¿Porque estamos tan alto en el cielo?—
—Si vamos demasiado bajo, la gente podría ver un auto volador y lo reportarían. En seguida apareceríamos en los noticieros de todo el país, lo que nos es bueno si somos prófugos de los Cazadores— explico ella— Si vamos a una altura intermedia, corremos peligro de que nos golpee una avioneta o helicóptero— agrego— Y a esta altura, lo único que podría golpearnos es un avión comercial, pero son muy grandes y es sencillo esquivarlos.
—Buen plan—
—Gracias— dijo sonriendo.
—Y dime... Este TJ... ¿Se cansa como tú al realizar los hechizos o...?—
—No. Veras... Él es un hechicero completo y muy poderoso. No solo mitad como yo. Y él tuvo un maestro muy bueno que le enseño casi todo lo que sabe— explico la hechicera.
— ¿Porque tú no tuviste un maestro?—
—Porque... Antes estaba mi padre para enseñarme, y cuando murió yo... Me enfoque más en sobrevivir que en la magia, hasta que TJ me encontró y me cuidó como a una hermana. Además, ningún maestro hubiera querido enseñarme por ser una mestiza. Los maestros solo son para magos puros—
—Imbéciles pretenciosos— exclamó el Alfa— Yo creo que hubieras tenido bastante éxito.
—Oye creo que estar cerca de la muerte te afecto bastante. Hoy estas menos gruñón que de costumbre—
—Yo no soy gruñón—
—Claro, y yo no soy mágica— se burló Roxanne. Cameron la miro de soslayo y suspiro—Oye, hace un momento te oí hablando mientras dormías y no parecía algo lindo ¿Tuviste pesadillas?
—Si...— susurro— Sobre los Cazadores. Ahora no solo nos persiguen en el mundo físico. También están comenzando a meterse en mi subconsciente.
—Lo que te faltaba— dijo ella golpeando el volante.
—Pero... Fue un sueño extraño— exclamó intrigado.
— ¿Extraño? ¿Cómo?— pregunto la hechicera.
—Iban a matarnos a ambos. Estábamos acorralados en un callejón y yo trataba de cubrirte, pero tú te paraste a mi lado, fuera de mí protección, y cuando comenzaron a dispararnos, las balas se detuvieron. Tú, las detenías— Roxanne lo miró un momento y luego volvió la vista hacia delante un tanto sorprendida.
—Que increíble suena— sonrió Roxanne— Lastima que no pude verlo... Aunque en el mundo real eso nunca pasaría. Las balas nos atravesarían como si fuéramos cristal—
— ¿Tan poca fe le tienes a tus poderes?—
—No es cuestión de fe, Cameron. Yo nací con solo la mitad de mi alma mágica, y jamás practique mucho esa parte de mí, por lo tanto, si bien puedo realizar algunos hechizos, estos siempre son simples, porque mis poderes son muy débiles y no tengo la fuerza para mantener hechizos más complejos. Algo como lo que viste en tu sueño, de detener balas, es muy complicado. Tengo que combinar dos hechizos. Detención del tiempo y absorción de energía. Ambos difíciles, y más teniendo en cuenta la velocidad de una bala. Requieren de mucha concentración y velocidad y sangre fría en momentos así, todas cosas que yo no poseo y dudo que posea con el tiempo.
—Tal vez tengas que practicar—
—Ja. ¿Y quién va a enseñarme?—
—Tu primo podría. Es el mago de los magos ¿O no?—
—Si él te escucha alguna vez decir eso solo aumentaras su ya inflado ego. Y no. No dejaría que mi primo me enseñara. No es un buen maestro y yo soy una pésima estudiante. Varias décadas intentó infructuosamente enseñarme el arte de la paciencia, y la planificación y el esfuerzo que requiere la magia... Pero todo terminó en lo que ve ahora—
—Pues entonces lo haré yo—
— ¿Tú lo harás?— repitió Roxanne riendo.
— ¿Porque no?—
— ¿Que sabes de magia?—
—Pues, los hechizos y conjuros, usan parte de nuestra energía vital y cuanto más fuerte sea la persona, más poderosos serán y por más tiempo durarán. Después... Sé que muchos se dicen en latín porque esa fue la lengua madre de todos los brujos y brujas del mundo antiguo. Tener un físico preparado ayuda mucho también, al igual que mentalizar lo que se quiere lograr... ¿Debo seguir?—
—Algo sabes... Debo admitirlo ¿Crees que puedas entrenarme entonces?—
—No. Yo no soy un maestro en magia. Ni siquiera tengo control sobre mi cuerpo—
—Hagamos un trato—
—Te escucho—
—Yo te ayudare a ti y tú me ayudaras a mí—
—No te ofendas, pero si ni siquiera puedes defenderte a ti misma ¿Cómo me ayudarías?—
—Pues, a diferencia de otros, yo si tengo el control de mi mente y cuerpo—
—Touché—
—Además, si tú me ayudas, podré ayudarte—
— ¿El viejo, ayúdame a ayudarte?—
—Ya me entendiste—
—Bien. Como quieras. Pero antes debemos aterrizar—
—Tranquilo. Ya estamos cerca de Dallas—
— ¿Dallas? ¿Por qué Dallas?—
—TJ me dijo que viniera aquí. Cuanto más lejos de nuestro último encuentro con los Cazadores mejor—
—Comprendo... Oye, ¿Dónde aprendiste a volar?—
— ¿Aprender?—
—No esperaras que me crea que vuelas así de bien sin antes haber practicado—
—La última vez que volé con un auto, y en realidad no era un auto, era un carruaje, fue hace más de doscientos años y choque— detalló ella— Pero tu auto... No lo sé. Es muy sencillo. Este está muy equilibrado, no es muy complejo y si bien es pesado al inicio, con lo aerodinámico que es, pasados los cien kilómetros por hora, se hace sencillo llevarlo.
—Pues... Si he de ser sincero... Jamás se me paso por la mente que era perfecto para volar— susurro el Alfa mirando por la ventana lo que parecía una enorme tormenta acercándose a ellos rápidamente— ¿Deberíamos preocuparnos de eso?— preguntó, mientras pequeñas gotas comenzaban a golpear el parabrisas.
—No lo creo— exclamó la hechicera cuando un rayo paso muy cerca de ellos hasta tocar tierra más abajo— ¡Mierda!—gritó la hechicera— Tienes razón. Mejor aterricemos.
Cameron asintió levemente mientras el viento comenzaba a golpearlos por todos lados con creciente violencia haciendo más difícil controlar la bajada hasta que llego a unos cincuenta metros del suelo y comenzó a buscar una carretera mientras intentaba encender el motor sin lograrlo.
—Estaba muy frio arriba. Tendrás que esperar unos minutos—
—O seguir intentando— dijo ella mientras giraba la llave y oprimía el acelerador— Vamos... Vamos amigo.
Luego de algunos intentos fallidos, el motor reaccionó y su rugido se escuchó junto con el gritó de victoria de Roxanne, quien aceleró.
— ¿Por qué aceleras?—
—Estamos viajando a más de doscientos kilómetros por hora. Si las ruedas están detenidas explotaran por la enorme fricción contra el suelo al momento de tocarlo y eso no sería bueno en lo absoluto— explicó.
—Los aviones viajan más rápido y no estallan sus ruedas al aterrizar—
—Porque sus ruedas tienen agua en su interior. Agua que está a muy baja temperatura y que se calienta más lentamente, por lo que se expande a menor velocidad que el aire que tienen las ruedas de los autos—
Cameron la miro con cierto asombro, y Roxanne lo notó, ya que sonrió.
—Mira, allí hay una carretera— señalo el Licántropo.
Lentamente, mientras Roxanne aceleraba el motor, comenzaron a descender los últimos metros, y como en un avión, las ruedas traseras fueron las primeras en tocar tierra para luego las delanteras acompañarlas.
Pasados algunos minutos, la lluvia comenzó a caer torrencialmente y los rayos que evitaron al descender comenzaron a iluminar los cielos mientras dibujaban sus caminos de nube a nube o a tierra.
—Qué suerte que bajamos— susurro el Alfa mirando el espectáculo de luces y truenos— Todos esos rayos ya nos habrían vuelto cenizas—
— ¿Te asustan los rayos?—
— ¿Temerles? No. Solo me ponen un poco nervioso. Sentí su poder cuando creaste la trampa lunar ¿Recuerdas?—
—Oh, sí. Tienes razón— rio ella— Yo siempre he creído que son sorprendentes— exclamó maravillada mientras miraba el horizonte unos segundos—
— ¿Cómo lograste canalizar semejante poder al collar aquella vez?—
—Pues... Es muy difícil, y doloroso. Más para alguien de mi poder. Imagina que tocas con las manos desnudas un cable de alta tensión y tendrás un aproximado de lo que sentí esa noche—
—Y sin embargo lo hiciste—
—Lo hice porque sabía que podía. ¿Recuerdas que yo tengo la habilidad de absorber energía? Pues, mientras el rayo pasaba por mi cuerpo, absorbí una parte de ese poder y lo use para canalizar la propia energía. Use su poder en su contra, para resumirlo—
—Ya veo... Pero no intentes volver a hacer ese hechizo—
—Estoy bien Cameron. Solo es doloroso al inicio, luego se siente como un fuerte cosquilleo—
—Lo entiendo. Pero si hubiera salido mal, podrías haber terminado seriamente lastimada, y conmigo perdiendo el control... No habrías tenido la menor oportunidad. Creo que ya te lo había dicho—
—Aprecio tu preocupación, pero yo sé lo que hago, y no hay en la magia acto más noble que poner la vida de otro por sobre nuestro bienestar con tal de ayudar—
Cameron suspiro y siguió el resto del camino en silencio, mirando por la ventana la lluvia caer, y los rayos azotar la tierra.
Al llegar a Dallas, recorrieron las calles unas horas, hasta que por fin, Roxanne se detuvo frente a un hostal que se veía muy bien.
—Este lugar costará más que un motel Roxanne— exclamó el Licántropo— Creo que vi uno a unas calles.
—Tranquilo. Mi primo me dejo una gran cantidad de dinero. Estaremos bien varias semanas—
— ¿Qué? ¿Le pediste dinero?—
—No. El me lo dio. Tranquilo. Tiene miles de millones. Y para mi primo es una minucia—
—No me siento cómodo usando dinero que yo no me he ganado—
—Lo usare yo—
—Pero será por ambos—
—Bueno, tómalo como un favor por salvarme la vida y yo la tuya ¿Te parece bien?—
El Alfa gruño por lo bajo, pero a Roxanne no le importo demasiado y estaciono el auto frente al hostal.
—Bienvenidos al Big Dallas. Mi nombre es Karen ¿En qué puedo ayudarlos muchachos?— les sonrió desde el mostrador una chica joven cuando entraron.
—Queremos una habitación para dos— pidió Cameron. La chica lo miro un momento y luego reacciono. Roxanne oculto una pequeña sonrisa.
— ¿Cama matrimonial señor?—
—No... Separadas— intervino Roxanne.
—Entiendo... Bien veamos...— tecleó un momento en su computadora y mientras el sistema cargaba, sus ojos se perdieron en Cameron, hasta que un pitido la hizo volver la vista— Pues, tienen suerte, nos queda una habitación con lo que ustedes necesitan en el sexto piso ¿Cuánto se quedaran?—
—Una noche...— comenzó a decir Cameron, pero fue interrumpido.
—Una semana— corrigió Roxanne.
— ¿Qué?—
—La tarifa por noche es de sesenta dólares, y se incluye el servicio a cuarto, internet y cable. Si quieren desayunar, almorzar o cenar en la habitación, son cuarenta dólares más— detallo la chica.
—Perfecto. Que así sea— exclamó Roxanne mientras Cameron la miraba sin entender nada.
— ¿Pagaran en efectivo o tarjeta?—
—Efectivo—
—Si paga con tarjeta se le hará un descuento del quince por ciento—
—No tenemos tarjeta. Solo efectivo por favor—
—En ese caso, debe pagar la mitad del hospedaje hoy y lo que falta, el día que se marchen— explico Karen mientras Roxanne sacaba un fajo pequeño de dinero y lo contaba.
—Aquí tienes, más una pequeña propina—
—Muchas gracias. Firme aquí y eso será todo—
Habiendo terminado el papeleo, una llave dorada les fue entregada y un mozo, los acompañó hasta el cuarto. Por la amabilidad, Roxanne le entrego cien dólares y el hombre más que satisfecho, les regalo una amplia sonrisa y se marchó.
—No durara mucho ese dinero si los despilfarras tan libremente— comento Cameron.
—Al fin... A descansar como Dios manda— exclamó Roxanne ignorando al Alfa, mientras se quitaba las zapatillas y se arrojaba a una de las camas, mientras Cameron la miraba con el ceño fruncido— Puedo sentir tu miraba clavada en mi espalda... Ya déjalo.
—Bien... Como quieras— dijo sin más mientras tomaba posesión de la cama contigua y se quitaba la remera.
— ¿Qué haces?—inquirió Roxanne quien no pudo evitar notar el físico envidiable de su compañero.
—Me moje sacando los bolsos del maletero— explico él antes de girarse y sentarse en la cama— Oye... ¿Te importaría explicarme porque dijiste que nos quedaríamos una semana?
—Porque estoy exhausta. Quiero dormir bien y aquí será más difícil que nos encuentren—
—Aunque así sea, no podemos quedarnos una semana. Es demasiado y...—
—Podrías simplemente callarte y disfrutar un momento. Por favor Cameron. Quítate la seriedad un rato y prueba la cama... Es muy... Suave—
— ¿Y qué haremos una semana aquí?—
—Descansar. Ya lo dije dos veces—
—Roxanne...—
—Deja de molestar. Tengo sueño— exclamó aplaudiendo para apagar las luces, y luego abrazar una de las almohadas dándole la espalda a Cameron quien gruño ante la terquedad de ella, para finalmente quedarse profundamente dormida, aunque no así el Licántropo, que acostumbrado a dormir siempre con un ojo abierto y a la espera de que algo malo ocurriera, le fue muy difícil tranquilizarse y conciliar el sueño. Al final, luego de horas buscando la posición correcta en una cama que era demasiado buena para alguien acostumbrado a dormir en el piso o en moteles baratos, prefirió levantarse y salir a recorrer el hostal terminado en el pequeño bar del comedor donde se encontró con la chica que los había recibido.
— ¿No puedes dormir?—pregunto ella.
— ¿Cómo lo supiste?—
—No es muy difícil de imaginar. Es tarde, hay una tormenta fuera, estas aquí en vez de en el cuarto...—
—Y acabó de quedar como un tonto con esa pregunta ¿Verdad?—
—Un poco. Si— admitió ella sirviéndole un vaso de whisky. El agradeció el gesto con la mirada y le dio un sorbo— Eso debería ayudar a calmar los nervios.
— ¿Qué te hace pensar que estoy nervioso?—
—Pareces un tipo muy nervioso... Y si no son nervios... Es preocupación—
—Veo que se te da bien leer a la gente—
—A algunos más que otros— admitió ella— Dime... ¿Son novios?—
— ¿Quiénes?—
—Pues, la chica y tú, obvio— respondió con cierto tono divertido.
Cameron miro a la chica y esbozo una pequeña sonrisa.
—No. No lo somos—
— ¿Y que son entonces?—
—Amigos—
—Parecían novios—
—Pues, hay un dicho que dice que si dos amigos no fueron pasados por novios, fallaron en ser amigos—
—Yo creo, que hombres y mujeres no pueden ser simplemente amigos—
— ¿Por qué no?—
—Porque uno de los dos, siempre terminara enamorándose del otro. Es inevitable—
— ¿En qué te basas para afirmar eso?—
—Mis amigos y amigas, terminaron juntos, mis padres fueron amigos y luego se casaron, hasta con mis abuelos, paso así. Yo me enamore de mi mejor amigo, pero él se fue con su amante que también era su amiga... Todos los amigos, si son hombre y mujer, terminan enamorándose... E incluso cuando son del mismo sexo—
—Supongo que es un buen punto— admitió Cameron.
—Los hombres no suelen darse cuenta de cuando su mejor amiga comienza a verlo de otra forma, y las mujeres menos. Somos ciegos ante los pequeños cambios—
—Hablas como una experta. Dime, ¿Cuáles serían esos pequeños cambios?—
—Veamos... Pues, uno que siempre se repite en todos los casos, es la felicidad. Si ves que tu compañera sonríe demasiado cuando estas cercan, es un indicador de que le agrada tu presencia. Otro es la preocupación. ¿Se ha preocupado por ti últimamente?
—Todos nos preocupamos por el bienestar de alguien que nos importa—
—Entonces si se ha estado preocupando por ti— sonrió la chica— Yo que tú tendría mucho cuidado. El amor es una emoción fuerte. Un arma de doble filo. Si la lastimas, el dolor será el doble de fuerte.
Cameron suspiro con pesadez.
—Lo sé... Ya me ha pasado antes— exclamó recordando a Amy, y preguntándose qué sería de ella en esos momentos.
— ¿Otro?—pregunto ella cuando termino el vaso.
—No. Gracias. Debo volver ya. Si ella no me ve en el cuarto se pondrá loca. Como bien dijiste, se preocupa por mí—
—Lo sabía—
—Pero te equivocaste al decir que es porque le atraigo—
— ¿En serio? ¿Y entonces porque se preocupa por ti?—
—Se preocupa, porque me debe la vida, tanto como yo a ella—
Karen levanto las cejas ante tal revelación.
—Buenas noches—