Capitulo 108

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Hacía mucho calor ese día, y era algo extraño, dada la estación en la que estaban.

Pero eso no importaba tanto como la cantidad abrumadora de trabajo que el taller del pueblo tenía ese día. Siete autos en dos horas, todos con problemas difíciles de reparar y con solo cinco mecánicos, la cola en la entrada del taller comenzaba a hacerse larga.

Sin embargo... Aun no llegaba lo peor.

Del otro lado de la calle, un auto negro se estacionó y a los pocos minutos, un hombre enfundado en un traje gris, con zapatos negros tan lustrosos que brillaban como el sol, se bajó.

— ¿Tu eres Scott?— preguntó el extraño mientras se quitaba los lentes de sol, tan negros como sus zapatos.

—No señor. Es... El que está reparando el Bentley Continental del fondo—

—Gracias muchacho—

—Señor... ¿Quién es usted?—

—Marcus Light. Soy el padre de su novia—

—Oh... Ya veo— exclamó el mecánico mientras miraba inquisitivo al hombre frente a el— ¿Quiere que lo llame? Este no es lugar para que un hombre como usted se pasee. Podría mancharse.

—Tranquilo. Sigue trabajando. Yo iré. Gracias—

Marcus avanzó a paso lento pero sin bacilar. Mientras caminaba, iba mirando el lugar de trabajo de su nuevo y posible yerno, y descubrió con cierta sorpresa, que estaba bastante limpio y muy ordenado.

—Disculpa muchacho... ¿Eres Scott?— pregunto mientras observaba al Beta ir y venir apresurado.

—Sí. En un minuto lo atenderé señor— exclamó Scott mientras intentaba alcanzar un cable en el motor del Bentley.

—No creo que quieras que tu suegro tenga una pésima primera impresión haciéndolo esperar ¿Verdad?— exclamó el hombre cruzado de brazos, y Scott rápidamente salió del motor, golpeándose la cabeza con el capo en el proceso.

— ¿Suegro? ¿Usted es...?—

—Creo que aún no hemos sido presentados formalmente, pero seguro has oído de mí—

—Oh... Diablos... Quiero decir... Señor no sabía que vendría—

—Quería ver cómo te ganas la vida. Eso es todo— explicó Marcus con un gesto que Scott no pudo descifrar del todo mientras miraba el lugar una vez más— En fin, ¿Tienes unos minutos?

—Pues... La verdad señor... Hoy tenemos mucho trabajo y...—

—Entiendo. Bien. Supongo que puedo esperar con mi hija en la casa de mi cuñada—

—Terminare lo más rápido que pueda señor Light—

—Tranquilo chico, tienes tiempo—

Tranquilamente tal y como llegó, pero habiendo respondido algunas de sus preguntas, y dejando un ambiente tenso a sus espaldas, Marcus volvió sobre sus pasos y se subió a su flamante auto, para luego desaparecer doblando en una esquina.

—Diablos— exclamó el Beta mientras apresuradamente se limpiaba las manos y tomaba su teléfono para llamar a su novia, que no tardo más dos tonos en contestar— Layra...

—Hola precioso. Justo estaba por llamarte ¿Te gusta el azul?—

—No...—

— ¿El blanco?—

—Si... Pero...—

— ¿Encargaste las muestras de pintura?—

—Sí. Ya lo hice...—

Historias Cruzadas. Segunda Parte. ©®Where stories live. Discover now