En la oscuridad - Dirty sex

By Senler-Austin

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Amenazada, en público, por su violento vecino, era para morirse de miedo, en cualquier momento podía entrar p... More

In the dark - Dirty sex
Lobo
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Parte sin título 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Parte sin título 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Si, lo sé.
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Lean esto
51
Para ustedes

Capitulo 35

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By Senler-Austin


Iba molesta mirando a un lado, no podía creer todo eso, no podía creer que luego de toda esa mierda estuviera allí, con él, mientras conducía sin un rasguño, no había visto a los demás ya que la multitud que se aglomero frente a ella le había impedido la vista de la pelea y cuando esta termino el salió del circulo, le tomo de la mano y la monto en la camioneta. Justin parecía que había recibido mucho viendo en el cabello y nada más. Aunque estaba serio y apretaba el volante con sus manos.

Verlo allí le provoco un pavor horrible, lo había visto pelear en muchas ocasiones y era un buen peleador, ágil y veloz, con puños que derribaban a cualquier de un solo golpe, no era corpulento, pero tenía mucha fuerza. Sintió pena por Ian y sus amigos, ya que aunque no les vio, sabía que ellos no habían acabado nada bien.

Miro a Justin más molesta aun cuando recordó aquel beso que le propino la Barbie cocteles, en su cara, y luego de que le besara, no tenia amor propio ni un poquito, porque había querido irse a su casa, pero la había arrastrado y ella como el muñeco del titiritero había subido sin dar guerra y allí estaba.

-Escúchame bien, iremos a tu casa, subirás a tu habitación, dirás que estas cansada e iré por ti.-dijo sin mas mientras se aproximaban a la entrada del residencial, le miro atónita, no dijo nada, pero no pensaba ir con él, dejaría su balcón cerrado y fingiría que se había quedado dormida. Al día siguiente solo sería cosa de ignorarlo.

Cuando aparco en su garaje ella salió sin decir nada, tomo su móvil mientras iba entrando a la casa y le marco a Ian. No respondía.

En la sala de estar estaba su tío, Dexter, saludo, le abrazo, converso por al menos diez minutos, no tenía prisa de ir a su dormitorio y no quería, aunque estaba cansada.

Mientras subía las escaleras lentamente luego de despedirse de los demás, alegando cansancio, iba escribiéndole un mensaje a Ian, estaba molesta por todo eso, sabía que no tenían que haber ido a ese bar de mala muerte, a ese lugar olvidado de la mano de Dios. Presentía que podían haber problemas y no se equivoco, ahora solo esperaba que el no estuviera en un hospital.

Entro a su dormitorio y miro la puerta del balcón, estaba cerrado, suspiro serenada y sonrió.

Saco toda su ropa, puso a coger la tina con agua caliente y luego entro, amarro su cabello y se acostó allí, no quería pensar mucho, así que salió envuelta en la toalla dispuesta buscar algún libro y entrar otra vez, pero cuando salió, estaba el balcón abierto, ropa en la cama y su vecino entrando por este. Su corazón dio un brinco y volvió a su lugar con latidos desenfrenados.

-¿Cómo?-susurro apretando la toalla.

-Tengo una lleve.- explicó de lo más natural. La miro desde el cabello hasta los pies descalzos.-Estas para lamerte... ponte esa ropa, nos vamos.

-No pienso ir a ningún lado contigo.-la cara del rubio se desencajo.

-¿Que dijiste?- se asusto cuando camino hasta ella. Intento correr al baño y encerrarse, pero la tomo por la cadera.- Maldita sea, _____ huyes de mí como si fuera hacerte algo malo, solo quiero hablar... solo quiero estar contigo...- se removió inquieta.

-No quiero...-confeso.-Ya no...

-Vamos nena... no me pongas las cosas difíciles, estoy que reviento, esa pelean lejos de sacar la mierda de mi me altero mas, así que si no quieres que me ponga como loco, ponte la maldita ropa que te he escogido y vámonos.

Por lo lento y carente de paciencia que hablo, ella solo asintió. Se cambio delante de él, muerta de miedo, aunque no lo dijera, así era, el decía que quería hablar, pero ¿Por qué no hacerlo allí? o en su habitación ¿A dónde quería llevarla? ¿Porque estaba tan extraño? no quería irse con él, sabia de lo que era pacas, por eso no quería resistirse, y una parte de ella quería ir, era una masoquista.

Le miro ya cambiada y pensó ¿Por qué no gritar para que me deje? y volvió a contestar. Porque quiero ir, maldita sea.

Brinco al balcón de Justin y de allí bajaron por las escaleras de su casa, entraron a su camioneta y partieron de allí, estaba asustada, no quería que sus padres la encontraran en aquella situación, no era propio de ella, pero era un poco emocionante.

Al cabo de algunos minutos llegaron a un lugar donde había una casucha que más parecía un lugar abandonado.

Entraron al lugar, era una casa, tenía una pequeña sala de estar cerca de el comedor, la cocina y una puerta al final, se veía acogedor y hogareño, olía a dulce y algo más que no identificaba. Quería preguntar donde estaban, pero la cara de él no era una muy linda.

Abrió la puerta sin quitarse aquel bulto que siempre tenía; era una habitación, tenía una gran cama en el centro, una mesa y una silla de lado derecho frente a una ventana con cortinas espesas y oscuras, del lado izquierdo había otra puerta, había fotografías en una de las paredes.

Dejo el bulto en la mesa y saco el móvil, las llaves de sus bolsillos junto con una cajetilla de cigarrillos. Cuando se giro ella estaba pegada a la puerta y el la miro impasable.

-¡Ven!-le pidió extendiendo su mano hacia ella. Con cierto recelo dio algunos pasos hacia él, y cuando la tuvo, la rodeo con sus brazos, su cuerpo vibró al sentirlo tan cerca, cerró los ojos aspirando su aroma a limpio, cigarrillo, y su esencia propia. Mordió su labio inferior deleitada.

Sintió como se movía y con su mano toco su mandíbula, acaricio la piel de su nuca con el dedo índice suavemente y ella tembló y cerro sus ojos, sintió su aliento en su cara, caliente y deseo que se mesclara con el suyo.

Que débil era.

-Quiero que sepas.-el comenzó hablar.-Que eres mía, _____.- aun tenía sus ojos cerrado, pero comenzó a notar que su voz tomaba un tono áspero, lo atribuyo a lo que decía, supuso que quería que sonara con vehemencia para que le creyera sin chistar.- No pienso compartirte con nadie.-hablo y cuando ella abrió los ojos y vio los suyos vacios y las típicas señales en su cara de que estaba airado, intento alejarse, mas no pudo porque la tenia bien agarrada.

-Suéltame.

-Escúchame bien... No sabes por lo que tuve que pasa cuando te fuiste, ni si quiera me dijiste que salías...

-No tengo que darle explicaciones a nadie...- bramó.

-Genial... pero ¿Por qué carajo se las dista a Preston?-gruño tan hosco que ella tembló.-No lo volveré a repetir, no quiero compartirte, no quiero saber que hablas mas con él ni con otro hombre mientras me pertenezcas.

-¿Pero quién diablos te crees que eres? No te pertenezco, maldita sea, soy dueña de mis actos y de mi misma... y hare en cuanto me plazca.-la asió fuertemente cuando intento alejarse golpeándolo. -Déjame, animal.

En ese momento comenzó una lucha, ya no quería estar en sus brazos, ya no quería que la tocara y no quería recibir sus besos. El era un cavernícola, y solo quería sexo, era egoísta y bruto, no podía seguir con aquel juego en donde ella era la única que lleva las de perder.

Tenía que ponerle un alto a todo eso, si, estaba enamorada de él, pero no era tonta, tenía que parar aquello que la lastimaba, sabía que tenía que hacerlo en ese momento, y aunque le costara tendría que ser firme, sabía que por su causa el tenia ese poder sobre ella, se lo había cedido desde que comenzó a obedecerle cuando le ordenaba algo y ella lo hacía por, bochornoso que fuera, porque lo era, ellos no eran nada y ella obedecía como una perrita faldera cada que el gruñía como el jodido lobo que era.

Lo abofeteo segundos después, espero que la golpeara que reaccionara mal y que la sacara de aquel lugar a patadas, en cambio la aferro mas y la beso con violencia, estrelló su boca con la de ella y la beso con ansiedad, ello forcejeaba y hasta le mordió, pero no se alejo e intensificó su beso fiero y cuando sintió su lengua demandante acariciar la suya que luchaba por sacar la intrusa de su hogar, se derritieron sus fuerzas, solo unos segundos.

-No. Te odio.-le dijo intentando alejarlo.

La abrazo entonces, solo eso, alejándose de su boca, tenía la respiración agitada y su pecho subía y bajaba, ella lucho y entonces la soltó empujándola.

-Eres despreciable.- escupió con vehemencia mientras caminaba hasta la puerta.

-Eres una perra.-entonces hablo, ella giro dolida y molesta.

¿Cómo se atrevía a decirle eso? ella era una virgen, casi una santa hasta que la corrompió ¿Con que derecho le faltaba al respeto? ...

Con el que ella le había dado por jugar con toda esa porquería.

-¿Con que derecho...-hablo bajo con lagrimas en los ojos.- te atreves a decir semejante cosa... todo esto es por tu culpa... yo no quería nada esto... tú fuiste a mi casa, me corrompiste con toda tu técnica de cazador experto en placeres fuera de este mundo... yo nunca había estado con nadie, y tú me llamas perra ¿Con que derecho? ¿Por qué motivo? ¿Por qué pretendo hacer mi vida lejos de ti? sanguijuela asqueroso, tu solo quieres sexo de mí, no puedo estar con alguien a quien no le interese, jodido egoísta. No soy una perra solo porque intenta hablar con alguien a quien pueda que le interese, no he estado con nadie a parte de ti ¿Cuál es tu concepto de perra? dímelo, habla ahora maldita sea... eres una mierda Bieber.

El quedo callado solo mirándola mientras ella sacaba todo lo que tenia, lo escupía con tal veneno que él no hablo, lo agradecía en silencio porque si el abría la boca, lo iba a golpear. Colapso un segundo después, sus lagrimas llenaron su cara, intento salir de allí, no iba a soportar estar con él un segundo más.

Giro a causa de las manos de Justin que la sostuvieron, lucho un momento con ira.

-Detente... tranquila... lo lamento.-ella seguía luchando.- Perdóname... lo siento ¿sí? solo estoy molesto, y soy de los que pagan todo con los demás. En verdad lo siento, es que solo no concibo que él presuma que tiene tu tiempo cuando me ignoras. Escúchame.-le susurro.

-No, estoy cansada.- levanto el mentón para encararlo.

El no dijo nada, se inclino un poco y la sostuvo.

-Suéltame, bájame, no quiero estar contigo.-se removió inquieta.

No dijo nada, simplemente la deposito en la cama y se acostó con ella, iba a levantarse e irse de allí, pero la abrazo, fuerte, y le susurro otra vez que lo lamentaba mucho.

Ella lloro un largo tiempo, su cuerpo temblaba por sus hipos y sollozos, sentía sus brazos en torno a su cintura, pero a pesar de que estaba tan triste y molesta lo quería allí, sin que se apartara. Era patética, pero ¿Qué podía hacer? ese lobo la tenia del cuello, entre su boca y dudaba salir de aquellos colmillos con vida.

-Me haces daño cada vez más, ¿Qué pasa contigo? ¿Qué te hice?-el no respondió. No dijo nada y ella esperaba que le diera una explicación.

Con sus grandes manos toco su mandíbula y le miro esperando una respuesta, pero él con su voz suave y a la vez mandona le dijo.

-Bésame.- le miro atónita ¿En serio?

Hola! 

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