Suena la alarma.
"Día nuevo, gilipollez nueva."
Genial.
Me levanto, cojo mi jersey de rayas verdes con unos tejanos pitillo y me dirijo a la ducha.
Una vez ya fuera me cojo una galleta y me pongo en marcha al sufrimiento.
En el camino, como siempre, me encuentro a mi mejor y único amigo, Ki. Somos frikis juntos.
-Hola, linda -dijo Ki dándome un beso en la mejilla.
-¡Hola, Ki! -contesté abrázandole.
-¿Por ahora no has visto a Thomas, no?
-No, por suerte no. Ojalá no venga.
-No te emociones, este tío siempre viene. No sé a qué, pero siempre.
-Gracias eh...
-Lo siento, es la verdad. No te quiero mentir.
-Da igual, vamos.
-Pero... ¿qué harás cuando empieze otra vez?
-¿Acaso puedo hacer algo?
-Tienes razón.
-Anda, tonto, vámonos.
Thomas Brodie- Sangster es uno de mis compañeros más odiosos de clase.
Pero él tiene algo que colma la gota del vaso. No sé cómo, pero puede entrar en mi cabeza y controlarme.
Cada día, una o dos veces, depende de cómo le venga, me controla y hago lo que él quiere.
Hace tan solo dos días, me eché mi botella de agua encima. La semana pasada, le lanzé a un profesor un sacapuntas.
Ya no sé que esperar.
-Llegamos -dijo Ki-. ¿Le ves por alguna parte?
-No, suerte la mía.
-Corre vamos a clase, ahí no te podrá hacer nada.
-Ki, el sacapuntas.
-Ups, perdón... ¿Y si te encierras en el baño?
-No me voy a encerrar en el baño.
-Me encerraré contigo.
-Tentador, pero no.
-Vamos a clase anda, te intentaré proteger.
-Gracias, perro guardián.
En la primera hora, lengua, Thomas no apareció por clase.
-¿Suerte, verdad? -dije a Ki.
-A ver, normalmente, Thomas, siempre viene. Su madre le obliga.
-Ajam...
-Vamos a música anda, Harry siempre viene pronto.
-Buenos días clase -dijo Harry.
-Buenas -dijimos todos a coro.
-Vamos a cantar un poco, ¿os parece? -propuso Harry.
-Vas bien, eh... -me susurró Ki.
No me gusta cantar.
-Gracias -le susurré dándole un codazo.
-Está puesto el karaoke, venga alguien para cantar -insistió Harry.
De repente llamaron a la puerta.
-Hola, Harry, disculpemé estaba en el médico -argumentó Thomas.
Mierda.
-Pasa, Thomas, no pasa nada -dijo Harry.
-¿Hay algún sitio libre? -preguntó.
¡No!
-Al lado de ____ hay uno, sientate allí o coje silla y te pones en otro lado -explicó Harry.
Sus amigos comenzaron a señalar su lado, pero Thomas fue directo a la silla para sentarse.
-Hola juguete -me susurró.
No contesté.
-Bueno, ya que Sangster llegó, estamos todos presentes. Ahora sí, ¿quién quiere cantar? -volvió a repetir Harry.
Thomas levantó la mano.
-Yo, pero querría que alguien cantara conmigo -repuso Thomas mientras andaba hacía el frente de la clase.
-Muy bien, ¿alguien quiere cantar con Thomas?
Todas las chicas de la clase levantaron las manos como tontas. Yo no iba a caer en esa tontería.
A no ser que...
Mierda ya está otra vez.
Levanté la mano, Thomas lo había hecho otra vez.
-Quiero que ____ cante conmigo.
-Pero ____ no está levantando la mano -dijo Harry mientras se giraba a mirarme-. ¡Anda! ¿Pero qué tenemos aquí? Vamos, al frente de la clase
-¿Lo ha hecho otra vez? -me susurró Ki.
-Lo ha hecho... -le contesté mientras me levantaba.
<<Muy bien juguete, ven a cantar.>>
<<Deja de hablar en mi mente.>>
No hubo respuesta.
-Pensaba que tenías pánico escénico -susurró Thomas.
-Que gracia -le pisé.
-Muy bien, ¿que canción quereis? -preguntó Harry.
-¿Una de reggaeton? -sugirió.
No contesté, él sabía que no me gustaba, y luego había que bailar.
-Algo más fácil, Sangster -repuso Harry.
-¿Una de rap? ¿El rap del corredor del laberinto? -preguntó Thomas.
A Ki se le dibujó una sonrisa en la cara. Era nuestra triólogia favorita, y el rap era genial.
-¿Vais a bailar rap? -se aturdió Harry.
-¿Y sin bailarlo? -volvió a hablar Thomas.
-Lo que querais -contestó Harry.
-Por mi bien.
-Ok... -dije forzando mi voz a hablar.
***
-Muy bien chicos, hasta mañana -se despidió el profesor.
-Muy bien cantado, juguete -dijo Thomas cogiendo mi coleta y enredándola en su dedo.
Podía sentir su respiración en la nuca.
-Eh, ____, lo has hecho genial. Vamos a Plástica, ¡después hay Biología! -chilló Ki mientras empujaba a Thomas.
-Nos vemos juguete... -susurró Thomas soltando mi coleta.
Ki se quedó con cara de ¿wtf ?
Solo sacudí la cabeza y nos fuimos a plástica.
La clase se me pasó volando pintando con Ki.
Gemma, la profesora, nos mandó hacer un trabajo. Así que, Ki, se vendría a comer y así hariamos el trabajo.
Solo faltaba una hora para poder irnos.
Como todavía no tenemos profesora/o de biología me puedo poner con mi amigo.
Pero cuando llegamos vimos a un chico sentado en la mesa.
Ya tenemos profesor.
Genial.
-¡Eh! -dijo antes de que pasara nadie-. Os voy a ir llamando y os voy colocando en mi orden.
Comenzó a llamar personas.
Ki salió de los primeros, lo malo es que le tocó con la más creida de la clase: Virginia. Sus faldas son cortísimas, con lentejuelas y brillantes. Siempre lleva tops por encima del ombligo, haga frío o haga calor. Su nombre es Virginia, pero con ella no pega mucho que digamos...
Si a Ki le había tocado con Virginia, ya me podía imaginar con quien me tocaría a mí.
Thomas me miraba, no me apartaba los ojos de encima. Me estaba asustando.
-____ -me nombró el profesor-. Al lado de Thomas, en la última fila.
Ding, ding, ding, acerté.
-Hola juguete, volvemos a vernos-dijo con una sonrisa en la cara.
La clase se pasó rápido, lo malo es que Thomas se pasó la clase jugando con mi coleta.
-No me volveré a poner coleta -dije a Ki.
-Vamos anda, tonta, además, tengo hambre.
Nos fuimos a casa a comer, hicimos el trabajo y Ki se fue.
Me subí a mi cuarto y me puse a leer.