"Siempre parece que tienes a alguien diferente en la cabeza. Chica, tienes que cambiar tu loca forma de ser, ¿me oyes?"
-Crazy, Aerosmith.
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Capítulo 5 -Crazy.
Era lunes y todavía tenía un poco de dolor de cabeza, no me juzguen, nunca había asistido a una fiesta y aunque había oído hablar de la famosa "resaca" nunca me imaginé que fuera así.
Estaba en clase de francés cuando recibí un mensaje de texto.
Allan:
Ven a el baño de las chicas en el edificio seis, es urgente.
Alcé mi mano esperando que la señora francesa de pelo corto rubio cenizo me viera.
-¿Puedo ir a el baño? -Pregunté cuando me miro tras sus lentes.
-Pero falta diez minutos de clases. -Dijo mirando el reloj.
-Es urgente y será rápido. -Dije y me levanté, salí por la puerta y camine por los pasillos vacíos donde en algunas partes solo se escuchaban las voces de los alumnos y profesores. Salí del edificio y camine hasta el sexto, a esta hora ningún profesor ni alumno estaba en aquel edificio.
Abro la puerta pesada y entro a el baño, Allan esta recostado contra la pared, llevaba un gorrito de lana y una pequeñas ojeras moradas.
-Hola. -Dije llamando su atención, el subió su mirada hacia mi. -¿Que pasó? -Pregunte tras el incómodo silencio.
-Ah, si. Andy me mando a decirte que necesitamos la llaves de la oficina de tu madre. Necesitamos que la busques. -Me dice, yo miro al suelo buscando una solución, Esmeralda siempre fue muy reservada en cuanto sus cosas privadas, y por así decirlo su oficina era todo para ella, pero sabía como conseguir esas llaves.
-Mi hermano, Kian. El siempre las lleva, pero de todas maneras no podremos entrar ahí, ella siempre esta en su oficina y por la noche se activan todas las cámaras de seguridad.
-Este miércoles habrá una reunión en tu casa, por la tarde. Andy ya averiguo eso, esa seria la oportunidad perfecta de entrar y buscar algo que nos pueda ayudar. Solo asegúrate de tener esa llave para el miércoles.
-Bueno, yo la podría conseguir ahora. -Digo sonriéndole traviesamente.
-Ah, si ¿y como? -Dice sonriéndome de la misma manera. Camino hasta la pared y me giro señalando la pequeña cajita roja. -Estas loca.
-¿Eso no es lo que le gustan a ustedes? -Pregunto y el se ríe.
-¿Y cual es tu plan?
-Kian ahora esta en gimnasia.
-Si, pero no hay manera de entrar ahí, hay profesores en los cambiadores.
-Ahí es donde nosotros actuamos. Activaremos la alarma de fuego así todos evacuarán inclusive los profesores, esperamos a que todos estén afuera del colegio y corremos hacia los cambiadores, sacamos la llave yo volvemos. -Explico mi plan.
-¿Como el sabrá que fuiste tu y no le diga a alguno de los profesores y nos lleven a la carcel? -Ruedo mis ojos ante su inseguridad.
-Dejaré esto al lado de su maletín y el sabrá que fui yo. -Dije sacando el anillo negro de mi pulgar.
-Sabes que quedaremos en problemas si se dan cuenta que fue solo una broma.
-Dios mío, haremos un incendio de verdad y nadie sabrá que fuimos nosotros. -Ate mi pelo en una moña y saque varios papeles del baño. -Vamos.
Le di unos cuantos papeles a Allan para que cada vez que tocáramos no dejáramos nuestras huellas.
Entramos a uno de los salones vacíos.
-Mechero. -Digo y alzo mi mano esperando a el mechero. Allan coloca el mechero en mis manos y lo observo antes de prenderlo.
-Espera. -La voz de Allan me interrumpe, me giro en su dirección y lo miro esperando a que hable. -Recuérdame porque estamos haciendo esto.
-Si no hacemos cosas estupidas cuando somos jóvenes, no tendremos de que reírnos cuando seamos viejitos. -Allan asiente y yo enciendo el mechero, coloco la llama debajo de la cortina hasta que esta se prende lentamente. Apagué el mechero y me quede ahí parada viendo y oliendo el quemado, cerré mis ojos ante la sensación relajante.
-Creo que deberíamos irnos. -Allan me saca de mis pensamientos, el fuego ya había consumido casi toda la cortina.
Salimos corriendo y con el papel en mis manos baje la palanca que estaba en la cajita roja, la alarma comenzo a sonar y salimos corriendo. Nos escondimos detrás de las escalera y cuidadosamente observamos como todos salian corriendo.
Observé a Allan y carcajeamos pero rápidamente cubrimos nuestros labios con nuestras manos para evitar ser escuchados.
Tres minutos después todos terminaron de salir, corrimos hacia los vestidores de los hombres. El olor a sudor con desodorante entraron por mi nariz.
-¿Cual es su mochila? -Preguntó Allan, yo me pare y la busque con mi mirada hasta encontrar mi objetivo.
-¡Allá esta! -Grite por lo bajo viendo la mochila blanca con broches de bandas y frases, corremos hacia esta y la abrimos con mucho cuidado de no hacer mucho ruido. Saco el llavero de y busco la llave, al momento de encontrar la llave la saco del llavero y me la guardo en el bolsillo.
Antes de salir de los cambiadores deje el anillo, Allan y yo salimos corriendo despidiéndonos con la mano y tomamos camino diferente para ir a nuestros respectivos grupos.
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15 votos y subo otro capítulo:3
maratón 1/2