Capítulo 9
Evan
Así que hice la cosa más estúpida y cobarde que se me pudo haber ocurrido para invitar a salir a Amelia, y fue enviarle un texto.
Un miserable mensaje invitándola a salir.
No me sorprendería que dijera que no, o que lo ignorara, en todo caso.
Llevo toda la tarde con el celular en mano, esperando una respuesta que tengo el presentimiento nunca va a llegar.
Quería ir a la cafetería y pedírselo en persona, pero cuando estaba por llegar, la vi en la entrada con un chico, lo cual fue un fuerte golpe para mi ego. Y mandé el mensaje.
Ni siquiera sé siquiera si ya lo leyó.
El vibrar de mi celular me saca de mis pensamientos, cuando reviso quién es, me sorprende saber que es Amelia.
‒ ¿Hola, es Evan? ‒Contesta insegura, después de haber descolgado. Un alivio me llena al instante y no puedo reprimir un suspiro.
‒Sí, Amelia, ¿cómo estás? ¿Viste mi mensaje? ‒ ¡Qué estúpido! Claro que lo vio, ¿si no cómo consiguió tu teléfono?
Tal vez de la misma manera en que tú lo hiciste
‒Uf, sí que lo vi, de hecho por eso te estoy marcando... ¿por qué me invitaste a mí? ‒Su pregunta me desconcierta, ¿y por qué no?
Es bonita.
No como el estereotipo que tiene la gente, pero lo es. Es agradable, no es como la mayoría de las chicas que conozco, estoy seguro de que me daría una patada en el culo cuando se me suban los humos de súper estrella.
‒ ¿Por qué la pregunta?
‒Es solo qué es raro. Una de las chicas de la cafetería me dijo que eres algo así como famoso, puedes tener a cualquier chica a tus pies, ¿y quieres que yo salga contigo?
‒Yo no quiero a cualquier chica, te quiero a ti.
Un suspiro largo al otro lado de la línea me hace querer estar junto a ella. Jamás me había pasado algo tan loco como esto, quiero decir, ¡apenas y la había visto en dos ocasiones!
‒ ¿A qué hora sales del trabajo? ‒Pasaron unos minutos en completo silencio hasta que por fin respondió.
‒A las 5:30.
‒Entonces yo paso por ti.