No solo mi amiga y yo albergamos ese pensamiento, también marcela la garrapata que no dejaba de molestarme desde el bendito curso de admisión.
Ésta salió corriendo, y aunque todos sabían que no había nada entre ustedes, ella actuaba como la novia preocupada.
-¡Sebas, bebé! Dios, esta tipa te va a pasar los piojos, ve y date un baño-Se bufó, aunque moría por arrancarle cada extensión que tenía pegado en su cabello, no podía, no estaba en condiciones para hacerlo.
Su padre era el director.