Cuando llegó Hannah, se encontró con Allison en el estacionamiento. Al principio creyó que era solo su imaginación, pero en cuanto su vista en la noche se ajustó, supo que era ella. Parecía nerviosa.
—Pensé que te habían dicho que te mantuvieras fuera de esto –dijo Hannah, sobresaltando a la chica, que se recuperó al instante.
—Sí, bueno. No soy muy buena haciendo lo que me piden. –dijo tajante. Hannah sonrió burlonamente, puede que no quisiera ser amiga de Allison pero la chica definitivamente tenía actitud lo que hacía que fuera difícil odiarla.
—Entonces nos parecemos. ¿Los demás saben que estás aquí?
—Isaac me vio... pero no creo que diga nada. Aunque deberías de ir con los otros. –Hannah asintió. Allison dio la media vuelta, dispuesta a irse.
—Allison –la llamó.
— ¿Si?
-Mañana. Te entrenaré. –Allison intentó protestar, pero declinó al ver la cara de Hannah. –No acepto un no. Te mandaré un mensaje para ver una hora.
Y dicho esto desapareció, perdiéndose en la penumbra y entrando a la escuela.
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Hannah bajó a las calderas de la escuela, donde habían quedado en encerrar a Boyd y a Cora. Estaba bajando las escaleras cuando vio a Scott y a Derek correr y cerrar la puerta, dejando enclaustrados a los lobos. Derek intentaba contener la puerta, pero al parecer los chicos eran más fuertes. Sin decir nada, Hannah se posicionó a su lado, intentando ejercer presión. Momentos después, los lobos detrás de la puerta dejaron de intentar.
— ¿En serio funcionó? –preguntó Scott incrédulo. Hannah tampoco podía creerlo.
—Funcionó. –dijo Derek sin aliento. Lentamente quitaron sus manos de la puerta y Hannah se recargó contra la pared. Estaba cansada. Sus primeros días en Beacon Hills y ya había recorrido el pueblo de un lado para otro, probablemente incluso había corrido más de lo que hubiera corrido huyendo en todo el año. Si iba a permanecer allí más tiempo probablemente debería considerar comprar un coche. Aunque debía admitir que el simple hecho de pensar en quedarse más de lo planeado en Beacon Hills la hacía temblar. Alzó la vista y vio a Scott dudoso y para su mala suerte conocía bien esa expresión, estaba escuchando algo.
— ¿Qué escuchas? –preguntó Derek al ver lo mismo que Hannah.
—Latidos –dijo Scott. Hannah prestó atención, intentando escuchar lo mismo que Scott.
— ¿De ambos?
-De hecho, de tres de ellos.
—Dios, díganme que no fueron tan idiotas y verificaron que la escuela estaba sola –gimió Hannah.
—No puede ser posible –dijo Derek. Hannah se acercó a la puerta.
— ¿Qué haces? –le preguntó Scott.
—Cierra la puerta y mantenla cerrada, Scotty. Voy a entrar.
—No –dijo Derek sujetándola del brazo –iré yo.
—Sí entras ahí tu solo los matarás a ellos, o ellos te matarán a ti. –dijo Scott.
—Por eso necesito ir solo. Scott, no dejes que Hannah entre. –respondió Derek antes de abrir la puerta y entrar, dejando a Scott que la cerrara. Hannah miró a Scott enarcando una ceja.
— ¿En serio no me dejarás entrar? –Él asintió -¿Sabes que si no entro lo matarán, cierto? Conozco a Derek y sé que él nunca, nunca mataría a su hermana. Debo de ir con él.
— ¿Y conseguir que te maten a ti también?
—No tengo miedo –fue la única respuesta de Hannah.
—Pero no vas a entrar.
— ¿Cómo lo sabes?
—Porque no te conozco, pero he visto suficiente como para saber que si hubieras querido entrar, me hubieras hecho a un lado desde el momento en que Derek entró. –Hannah entrecerró los ojos y apretó los dientes. Lanzó un suspiro.
—Eso es porque no quiero hacerte daño –admitió Hannah –y porque espero que al final razones y comprendas que debo de entrar con él. Y espero que sea antes de que esos chicos destrocen por completo a mi primo.
De repente, Scott dio un brinco al sentir como la puerta temblaba. Y entonces escucharon los gruñidos y los sonidos de pelea. Hannah y Scott se miraron a los ojos por una fracción de segundo, los gruñidos solo aumentaban de intensidad y frecuencia.
—Por favor, Scott. –Le rogó Hannah.
—Está bien, pero voy contigo –dijo Scott abriendo la puerta mientras salía corriendo por ella. Hannah le siguió al instante. Paró abruptamente con Isaac en sus talones cuando analizó la escena: Derek estaba de rodillas, con la playera desgarrada y con los dos cuerpos de los chicos tirados en el suelo. Alzó la vista y miró a Hannah, cerró los ojos.
—Hay una profesora –dijo él –yo me encargaré de ella. Sáquenlos de aquí.
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Hannah justo había terminado su corrida habitual matutina cuando al salir del elevador de la casa de Derek se encontró con Allison en la sala.
—No te esperaba tan temprano.
—Hola a ti también –dijo Allison parándose.
—Creí haberte dicho que te pusieras algo deportivo –dijo Hannah enarcando una ceja.
—Creí que en una situación real no llevaría puesto algo deportivo.
—Alguien está descarada hoy... ¿Tu padre sabe que estás aquí?
—No, y no tiene que saberlo. Piensa que estoy con Lydia.
—Muy bien, hay que empezar. ¿Qué sabes hacer?
—Sé usar mi arco...
— ¿Y dónde está?
—En mi auto.
—Ve a buscarlo, mientras tanto nos haré un poco de espacio aquí.
Allison fue por su arco mientras Hannah quitaba los sillones de la sala. Probablemente no fuera el mejor lugar para entrenar, pero algo era algo. Allison regresó al poco rato, con su arco en una mano. Sin esperar a que la chica dijera algo, pateó su arco de la mano aventándolo hasta el otro extremo de la habitación.
— ¡Ey! ¿Por qué hiciste eso?
—Bum, ya no tienes arco. ¿Qué haces? –Allison la miró enojada y se lanzó furiosa sobre Hannah, quien la esquivo fácilmente. Intentó de nuevo, esta vez lanzándole una patada, Hannah tomó la pierna de Hannah y la torció levemente pero lo suficiente para que la chica perdiera el equilibrio.
— ¿Qué intentas hacer?
—Derribarte –dijo Allison frunciendo el ceño desde el suelo.
— ¿Cuál es el propósito de eso? ¿Me derribas y qué? ¿Qué harás?
—Estarás más indefensa.
— ¿Y después? –al ver que Allison la miraba confundida, Hannah suspiró.
—Tu objetivo debe ser matarme.
— ¿Por qué querrías matarme?
—Porque cualquiera que te ataque quiere matarte.
—Eso no es cierto... bueno, tal vez la mayoría de las veces. –Hannah rodó los ojos.
—Vale. Intenta atacar puntos vitales si tienes algo puntiagudo que puedas encajar o si eres capaz de golpear tan fuerte. Pero pensemos el peor de los casos, estás débil y no tienes un arma.
—Yo... -Hannah la interrumpió.
—Entonces buscas debilitarlo. Rómpele una pierna, encaja tu dedo en su ojo, muérdelo, patéalo tan fuerte que no pueda respirar, asfíxialo, lo que sea. Una vez que esté más débil lo matas.
—Hannah, no quiero matar a nadie....
—A veces tienes que hacerlo. —al ver la mirada desaprobatoria de Allison, añadió: —bien, practiquemos lo de debilitarlo. Solo no me rompas nada, no sé cuánto tarde en curarme y tenemos escuela en una hora.
Estuvieron alrededor de veinte minutos, Hannah explicándole dónde pegar y cómo pegar, al final de la breve sesión las chicas estaban sudorosas y Allison parecía cansada.
— ¿Quieres tomar una ducha? –le preguntó Hannah.
—Creí que nunca lo dirías.
—Ven, vamos a mi cuarto, puedes bañarte en ese baño.
Tomaron turnos para la ducha, Allison primero y después Hannah. Cuando Hannah salió de la ducha, Allison estaba maquillándose, Hannah se acercó a su lado y empezó a desenredarse el cabello. Un silencio incómodo invadió el cuarto, hasta que Allison intentó romperlo.
—Me gusta tu cuarto –mintió solo para hacer conversación. Hannah sonrió un poco.
—No, no es cierto. Apenas he tenido tiempo de desempacar y todo esto parece muy gris. Ni siquiera creo molestarme en desempacar de todos modos.
— ¿No piensas quedarte en Beacon Hills mucho tiempo?
—Nunca duro más de un mes en un solo lugar –dijo Hannah vagamente.
— ¿Por qué? –Hannah no respondió. Allison suspiró frustrada.
—Mientras menos sepas es mejor, Ally. Ahora vámonos, es tarde.
—Vamos, todavía tenemos tiempo. Además, dices que nunca te quedas así que ¿qué más da si me cuentas algo? —Hannah suspiró y se sentó en la cama aceptando su derrota. No podía entender como hace unos minutos le había pateado el trasero peleando y ahora la chica la tenía a su merced.
— ¿Qué quieres saber? –Allison se iluminó sonriendo pero Hannah la cortó —5 preguntas, es todo.
— ¿Por qué no te quedas en un solo lugar?
—Estoy huyendo de mi ex novio. –Allison enarcó una ceja, incitándola a continuar. –Yo... -bajó la voz –hice algo realmente malo, y a él no le gustó.
— ¿Él era... como tú?
—Sip, pero era un Alfa. Yo era su Beta. –Ella la miró sin comprender –En una manada de lobos (los animales) se dividen por categorías. Está el Alfa, que es el que dirige la manada. Pero al contrario de lo que muchos creen no es el que tiene el poder total sobre la manada, o bueno, al menos no se supone que sea así. Cada Alfa necesita un Beta. Derek tiene la tonta idea de que cualquiera puede ser Beta y que cualquier miembro de la manada que no sea un Alfa es un beta —Hannah puso los ojos en blanco —Pero no puede estar más equivocado. La Beta es la que mantiene el equilibrio en la manada, la que mantiene el orden, la que trabaja en conjunto con el Alfa... O bueno, así es como se supone que sea. Mi novio tenía estos principios, pero los aplicaba como le conviniera. Sí, yo tenía poder en la manada pero nadie me obedecía, solo acatábamos todo lo que él decía y lo seguíamos como si fuera un Dios.
— ¿Él fue el que te mordió? –Hannah la miró como si estuviera loca.
— ¿Qué? ¿Qué dije?
—Nací así. Somos pocos los que nacimos así, pero no entiendo por qué todos asumen que me mordieron. Me uní a su manada cuando tenía 15.
— ¿Cuántos años tienes?
—Cumplí 17 hace poco.
—No puede ser, pareces mayor –exclamó Allison sorprendida.
—Gracias –respondió Hannah sarcásticamente.
—No, no te lo tomes a mal pero... Dios, pareces mayor.
—Última pregunta... -le advirtió Hannah.
— ¿Por qué Beacon Hills?
—Llevo huyendo desde que hace poco más de un año, no he parado, ¿sabes? Siempre me encontraba. Hasta hace tres meses. Estaba en Etiopía y venía siguiéndome los talones desde que dejé Australia, me quedé 3 días y estaba paranoica. Entonces me arriesgué y viajé a Alaska, en medio de la nada. Desde ahí perdió mi rastro, estuve moviéndome un poco en América solo para verificar y al ver que no pasaba nada, le llamé al abogado de mi madre. Mi madre arregló todo para que viniera a vivir con Derek, quiere que termine la preparatoria y tiene la tonta esperanza de que Víktor me haya dejado de buscar, cómo si eso fuera a pasar. Beacon Hills es pequeño y no llama demasiado la atención, dudo que siquiera piense en buscarme aquí. De todas maneras, de repente hago movimientos fiscales falsos en distintas partes del mundo como trampa. Por el momento, no creo que ni siquiera sospeche que estoy de vuelta en América.
—Pero lo hará –no era una pregunta, pero aun así Hannah asintió.
—Sí, lo hará.
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Okay, esto es definitivamente corto y es más bien como de relleno. Pero es que avancé un poquitín entre semana y justo lo acabo de terminar, pero no tengo tiempo para ver el capítulo así que esto es el resultado. Es malo, lo sé, pero los siguientes capítulos me encantan y me emociona mucho escribirlos. Otra vez vimos un poco más de Hannah y de la amistad que tiene con Allison, lo cual fue un poco aburrido pero es necesario. Ya sea el próximo o el próximo del próximo capítulo, podremos ver a Hannah peleando con Aiden lo cual me emociona mucho porque amo cuando Hannah es mala, ya, lo dije. Bueno, gracias por leer, los adoro<3