El grito del profesor de historia, hizo sobresaltar a Ann.
-Señorita Ann Miller, me podría decir ¿Cúal es la capital de México?-pregunto el profesor.
Ann quedo sin habla miro a todos lados nerviosa. La respuesta la tenía en la punta de la lengua, pero Ann está casi sin aire en los pulmones.
James escribe en un pequeño papel, la respuesta para poder ayudar a su mejor amiga.
James alza el papel a la altura de la cara de su amiga, sin que él profesor de historia se de cuenta.
-La Ciudad de México o México DF-hablo Ann con una sonrisa maliciosa.
Él profesor la miro con el ceño fruncido. Él profesor de historia no tiene ni una pizca de tonto, y él bien sabe que James no va a dejar a su mejor amiga Ann.
-Necesita estudiar más señorita Miller, el señorito Tunner no va estar siempre para decirle las respuestas-
Ann lo miro incrédula y comenzó a maldecir por lo bajo.
Él profesor no presto atención a su reacción y continuó sin preámbulos con sus preguntas que para él no sabían ni lo más mínimo.
Para Ann la idea de dormir una horitas más, se cancelo, y todo gracias al profesor de historia, para ella las notas son importantes, pero prestar atención en el momento preciso, no se le da bien.
Ann prefiere dormir sus horitas en la clases y estar como una rata de laboratorio cuando llegan los exámenes finales y aunque es difícil, ha ella se le da de maravilla.
Ella decide prestar atencion de lo que queda de clases, escuchando al parlanchino profesor.
La campana suena y todos los alumnos salen desbocados del salón y ella no es la excepción.
Toma todas sus cosas y sin mirar atrás sale, con rumbo fijo a la cafetería.
En el proceso de caminar para dejar sus cosas y luego ir a la cafetería alguien la toma del brazo y sin el más mínimo rencor la acorrala contra los casilleros.
Ann mira arriba con temor y se encuentra con Scott Green. Jugador del equipo de futbol americano y el más popular.
-Hola linda -hablo sensualmente en su oreja.
-Dejame de molestar Scott, no te cansas-Ann se separó de él bruscamente.
-No crees que seremos una pareja perfecta.
-En tus sueños idiota-Ann se giro molesta y camino lejos de el.
-No te resistas hermosa, ambos sabemos que te dejaras caer a mis brazos-Scott sonrió con orgullo.
Ann se giro y le planto una cachetada en la mejilla de Scott. La mano de Ann ardia.
-Mira estúpido, no soy una cualquiera. No voy a salir nunca contigo, yo se que eres un maldito mujeriego que se acuesta con todas las virgenes de esta secundaria. Pero yo no sere una más en tu lista-Ann sonrió divertida y caminó a la cafatería.
-Vas a caer Ann, vas a caer-pensó Scott.
Ann se sentia harta de Scott, desde el que entro a la secundaria la acosaba.
Era fastidioso.